La Marca Tenebrosa ~ Mansión Riddle ~

[Maida Black Yaxley]

Sólo por no tentarse con las expresiones que solían delatarla, Maida materializó su máscara mortífaga sobre el rostro antes de pasar por la alfombra verde que habían colocado antes de ingresar a la Mansión Riddle. Era posible que la velada no fuera del todo mala, sin embargo, hacía mucho rato que Maida no tenía los augurios correctos para pensar de aquella manera. Apretó la parte del torso dónde debía estar su varita y caminó hacia el interior de la casa. Efectivamente, muchos ya habían llegado, por lo menos la puntualidad era un rasgo de elegancia que le daba prestancia al asunto que los reunía ahí dentro.

La Mansión Riddle llenaba de nostalgia a la pálida mujer, pues apenas colocó un pie dentro, sus ojos azules se anegaron en lágrimas, no iba a derramarlas, no con la máscara puesta de Perséfone, pero si, iba a verificar que todo estuviera en orden con sus emociones. Se reprendió mentalmente por ser tan débil a algunos recuerdos más que otros y se forzó a sí misma a ni siquiera en la mente pronunciar su nombre, tenía que cambiar. Apretó los dientes y buscó una bebida, aunque fuera una sencilla agua alegre.

— Bueno, veamos quiénes son los afortunados de la hora —musitó antes de echarle un vistazo a los que pronto serían ensalzados por sus méritos dentro de la Marca Tenebrosa. Solo esperaba que las categorías fueran importantes. 

Link

 

[Hades Ragnarok]

El mortifago había llegado hasta aquel lugar. había pasado demasiado tiempo desde que el hijo de la noche había pisado el sitio, mas bien, muchísimo tiempo antes de que la Líder desapareciera y los lugartenientes tomarán el poder. El Ragnarok, los había estado vigilando desde las sombras y les había dejado ser o hacer lo que deseaban. El, era de los pocos que siempre habían sido fieles a la marca y que jamás hubieran cometido la tontería de abandonar el bando o ponerse las asquerosas plumas de fénix. Si había algo que odiaba el cainita era eso. 
 

El vampiro sabia de muchos que se habían unido a los pseudo defensores del bien, amantes de los sangre sucias y traidores a la sangre solo por el simple hecho de querer la cabeza del vampiro, ¿Cuál había sido el resultado?, no lo habían logrado. Al pensar en los que habían salido huyendo después de algún problema, la ponzoña que se acumulaba en la boca del vampiro parecía mas que veneno acido. No confiaba en ninguna clase de traidores. Mas bien, sospechaba que eran algún tipo de asquerosos espías.

 

El cainita recorrió el camino acordado o mas bien indicado. Una vez en el lugar aquellas serpientes de piuedra cobraron vida. El Ragnarok dibujo una mueca de intensa maldad mientras en sus ojos aparecía un brillo amenazante. Se burlo de aquella defensa.

 

-Es lo mejor que pueden hacer mis queridas serpientes? -dijo ante la amenaza de las ofidias que venían a atacarle.

 

No perdió tiempo, mas bien, aburrido conjuro la daga del sacrificio y se hizo un corte en la muñeca. No hizo ningún tipo de ademan de dolor, mas bien, parecía que aquello era pan de cada día, o que estaba acostumbrado a derramar sum sangre por el bando. ¿Cuántas veces había muerto?, ¿Cuántas veces había entregado su vida y su sangre en los terrenos donde las mas cruentas batallas  se habían llevado a cabo?, mas de lo que cualquiera hubiera podido imaginar.

 

 

Editado 4 de Agosto del 2022 por Hades Ragnarok

[Juliette Macnair]

#2

ᅠᅠAlzó el mentón en cuanto comenzó a caminar por el extenso alfombrado de un precioso color verdoso, y mientras más se acercaba a la entrada, las prendas que cubrían del frío exterior la blanquecina piel desnuda de su cuerpo, se iban desvaneciendo entre sombras hasta dejar a la vista de todos el verdadero conjunto que le acompañaría en aquella velada.

Para la ocasión había decidido optar por un vestido bastante sencillo pero de las telas más finas de Francia, diseño que se ajustaba perfectamente a su figura, marcando su fina cintura y dejando al descubierto la tersa piel de su espalda, y para culminar, la caída de cascada por sus piernas largas le daban el movimiento natural que necesitaba para ocultar sus torpes pasos que tambaleaban cada que la sangre llamaba.

Observó por última vez a su sombra, indicándole con un solo movimiento del mentón que desapareciera y la dejase sola, antes de sumergirse en su totalidad entre los presentes, deslizó sus dedos por las ondas sedosas de su oscuro cabello hasta comenzar a formar un delicado peinado que ajustó con un fino tocado de plata que poseía la peculiaridad de mantener su identidad en el anonimato para cualquier miembro que no fuese oficial de la Marca Tenebrosa.

Una vez dentro, inmersa en millones de recuerdos que cual dagas se iban disparando como película antigua en su cerebro, fue observando la pomposa y característica decoración de una tradición de la cual solía ser partícipe en el pasado, y que hoy, sólo podía asistir en soledad. Mentiría si dijera que ella no esperaba que él cruzara esa puerta y pronunciara su nombre muy cerca en su oreja, pero sabía que él jamás volvería, y que sólo le quedaban los recuerdos abrumadores de su perfume impregnado en los recovecos de su alma.

Soltó un pequeño suspiro, buscando a su alrededor alguna puerta para poder escapar al jardín y sólo aparecerse cuando la situación lo ameritase, pero la vida le recordaba constantemente que ya no era simplemente la más pequeña de los Macnair, ahora era una madame, una mujer adulta y escapar ya no podía seguir siendo parte de sus jugarretas nocturnas, fue cuando sintió la voz del ángel caído que cayó en cuenta de la realidad.

⸻ Juv... qué placer verte también. ⸻curvó sus labios apenas, llevando luego su esmeraldina mirada al hijo de Aaron para asentir elegantemente en su dirección, suspirando internamente al ver el destello de él en su mirar.⸻ Matthew, un gusto. ⸻aprisionó entre los dedos el pequeño bolso, y luego de sonreírles una última vez, se despidió con sus buenos deseos y de esa forma, retomó su escape girando sobre sus tacones en alguna dirección lejos de ellos.

Negó para sí misma cuando se vio divagando en aquellos sentimientos que afloraban frenéticamente en su corazón, y al paso sacó una copa con algún líquido de dudosa procedencia en su interior, dejándose guiar por la única cosa que le daba paz; la música. Se detuvo frente al piano, con el brazo izquierdo reposando sobre su abdomen y el otro sosteniendo tranquilamente el licor, se perdió al fin en la acción de observar detenidamente la manera en que las teclas iban hundiéndose solas generando una armoniosa melodía.

 

Cita. @ Kahlan Blackthorn  @ Matthew Black Triviani

[Mefistófeles Evil.]

Ahora era otro tipo de droga la que recorría mi cuerpo, tan diferente a la primera inyectada al ingreso de la mansión, está en vez de congelarme las venas me llenó de fuego todo el cuerpo, era increíble lo que pequeños y delicado rose de sus labios con los míos causasen en mí tantas y variables sensaciones, nadie más que yo sabe cómo me contuve, sabía que no era el sitio, pero eso poco a poco perdía el sentido por cada segundo que están cerca de ella.

La vi cómo se sentaba a mi lado, aquella mujer era un imán para mis ojos, no podía dejarla de ver, más que verla, llamó a uno de los elfos que llevaba una bandeja, esta vez con otro tipo de bebidas, imité su elección de licor, se me antojó algo dulce y aquel color carmesí me sedujo al igual que el primer vestido con el que conocí a mi bella castaña, así que tomé aquella copa de cristal.

Como hubiera querido tenerla para mi durante esa gala, tenerla a mi lado, por esa noche tener la exclusividad, de verla, tocarla y abrazarla, me sentí algo egoísta, ella tenía sus obligaciones y quería monopolizarla a mi lado, jugué un poco el contenido de mi copa viendo como pintaba de un rojo acuoso las paredes de vidrio, pensando cual sería el brindis perfecto para esa noche, la miré a los ojos al sentir su mano entrelazando la mía, aquel contacto fue como electricidad recorriendo de pies a cabeza.

-Quiero brindar por nuestras bellas coincidencias, ya que a partir de que te vi, estar contigo o no estar contigo es la medida de mi tiempo...-choqué mi copa con la de ella.

No había mayor verdad en esa noche que esa, quería que las horas pasen volando y que el resto de la noche sea eterno, definitivamente con ella se comprueba la teoría de la relatividad.

-Me encantaría escucharte a ti, ¿Por qué te gustaría brindar hoy?...-

@ Mica Gryffindor

 

 

 

 

[Anthony R. Dracony M.]

En la sala de la Gala

Aguarde en aquel asiento de la mesa principal, en el principio solo se debe esperar, posiblemente no mucho ya que sabemos de sobra que hay excelentes miembros en la filas Tenebrosas, morti@s valientes que no dudarían ante laprueba que les aguarda en el arco de la entrada a la Mansión Riddle.

Toque con disimulo mi cup onírico, por si se proyectaba la imagen de la entrada y así logrará ver como iban solventando el entregar la ofrenda de sangre a las venenosas serpientes que aguardan a los invitados a la Gran Gala... no tuve ninguna visión, quizás porque se sucedía en el presente. Me recline sobre el asiento, algunos bebían de las copas que los elfos distribuyen en bandejas de plata.

Cuando ya llegaron los primeros, un gesto sutil de mi compañera Ada fue suficiente para entender que debíamos colocarnos frente al podium, así que me incorporé y me coloque a su lado, fue de lo más emocionante.

Por ahora no necesite agregar más, solo saludar con una inclinación de la cabeza, sonreí en respuesta a las miradas que sentí sobre nosotros, Ada está radiante, se ve y escucha tan emocionada como yo.  Se puede asegurar que todos los presentes están repuestos gracias al antídoto que se les entrego para contrarrestar el veneno de las serpientes y varios de ellos se socializan de inmediato con otros compañeros. Hay libertad de que se agrupen como gusten y eso permite que todos se sientan a gusto.

Retomo mi lugar en la mesa central, apenas inicia la gala y la promesa de que sea inolvidable comienza a ser una realidad. Eufórico me dirijo a Sagitas y a Mael:

-- ¡Todo marcha de maravilla y ni se esperan todas las sorpresas que hemos preparado! 

[Eterno Black Triviani]

Pasando a través de dicho arco el panorama cambió por completo llevándole a una incertidumbre a lo que sus ojos observaban en aquel paisaje donde su colegas luchaban con algo que el no podía ver. "¿¡Sería esa la gran sorpresa!?" Se dijo para sí mismo ya que esa distancia en el que este se encontraba no era de mucha ayuda. Aunque caminase con cautela le empezó a rodear por sus pies una espesa bruma y está crecía rápidamente cubriéndole hasta las rodillas, sintiendo un leve movimiento del suelo para notar luego como unas rocas emergían convirtiendose mientras más avanzaba en un bosque de piedras.

Dentro de dicho bosque parecía más un laberinto el cuál cubierto por una vegetación no tan espesa, y mientras avanzaba con varita en mano notaba que dichas rocas empezaban a moldearse, agrietándose y darse forma de serpientes.
Dichos oficios se encontraban regados por todo el tramo que debía seguir, imaginando lo peor aunque él tantas veces los había tratado que ya les parecía como sus hijos. Recordó a dicha Cornelia, la mascota de los Luxure cuando aquella vez que está se enamoró de su persona y sabiendo que la serpiente en aquel entonces en ese encuentro se aprovechó del mago, mientras estando dentro de ella fertilizó inconscientemente sus huevos sin saber que estos eclosionaron en algún lugar, su mente divagó mucho en aquel segundo sin saber que había sido envenenado, sin percatarse de aquellas mordeduras que le llevaron a ese estadío de trances momentáneo  que le llevaron a una segunda realidad.

En el momento que se dió cuenta de lo que pasaba pudo mover su cuerpo con dificultad ya que el veneno le provocaba dolor en sus extremidades, las cuales las sentía bastante rígidas pero el Walpurgis hizo su mayor esfuerzo para comenzar a moverse llenándose del valor necesario para superar está prueba, era preciso del uso de su experiencia para salir de este embrollo, observando cómo otras serpientes saltan hacía su cuerpo para quedarse prendidas en su piel mientras esté se desplazaba para poder cumplir hasta llegar a su destino.

Notando una inscripción en el suelo, una que sobresalía más de lo normal en la cuál  se percató de unos bloques que el mismo podía mover y que estos tenían algún tipo de imagen en la parte más plana, comenzando a ordenarlos correctamente para así obtener una Imagen  que se asemejaba a dichas serpientes que estaban con él.

Acabado de ordenarla, los ofidios se alejaron sutilmente de su cuerpo transformándose luego en piedra. Dejándole el paso libre para que el Mortifago llegara a su destino, observando a pocos metros del mismo una bella alfombra verde.

@ Ada Camille Dumbledore @ Sagitas E. Potter Blue @ Mael Blackfyre @ Eterno Black Triviani @ Mefistófeles Evil. @ Sophie Elizabeth Granger @ Mica Gryffindor

[Hades Ragnarok]

El vampiro observo a las serpientes volverse piedra. Volvían a su estado original mientras el rafgnarok comenzaba el camino hacia la alfombra verde. 

 

El Ragnarok iba con su clásico traje negro, zapatos negros brillantes y pulidos, una camisa verde con corbata a juego y tanto el pisa corbata como los gemelos de los puños eran de jade. El hijo de la noche respiró profundamente aunque no lo necesitaba, dejando que el frio aire pasara por sus pulmones inertes. Siguió caminando escuchando atentamente el bullicio, así que se dirigió hasta el lugar a paso lento, la verdad es que no estaba apurado.

 

Una vez que llego recorrió el sitio con la mirada. Observo cada cosa, cada detalle de lo que le rodeaba. Ladeo la cabeza casi imperceptiblemente y siguió caminando, sin un rumbo en especifico, adentrándose mucho mas en aquel lugar.

Link: https://prnt.sc/nX2oAJ4WVOGy

[Mica Gryffindor]

Jugaba con fuego y lo sabía, pero en cercanía de ese caballero no veía motivos para intentar mostrarse diferente de como había sido un par de noches atrás. Él le daba esa confianza y la libertar de hacerlo, y le gustaba disfrutar de ello. 

Él escogió una copa con el mismo contenido que la suya y hacía bailar la bebida en su interior, como evaluando la tonalidad de la misma. Sonrió mientras lo veía, parecía estar pensando cuál era el mejor motivo por el cual chocar sus copas. 

Le agradaron sus motivos, aunque sabía que estaba exagerando bastante. Chocó su copa con tranquilidad y bebió un pequeño sorbo del dulce vino, sintiendo cómo el sabor invadía sus papilas gustativas. Ella también disfrutaba cada instante en su compañía, era innegable que la presencia del mago  le encantaba, junto a él se hacía todo mucho más divertido... más interesante...

Lo miró a los ojos, pensativa, intentando escoger un motivo por el cual brindar, había varios. Por fin los miembros del bando empezaban a aceptarla y creer en su lealtad, si bien no era alguien que buscase aceptación continua, era un alivio no temer todo el tiempo un puñal por la espalda. Sin embargo, era el momento de alegrarse por algo más...

-Por las casualidades que reescriben la historia... por nuestras casualidades. -sin dejar de sonreír alzó su copa hacia él. 

@ Mefistófeles Evil.

[Mefistófeles Evil.]

La casualidad y el destino, mi larga existencia me ha enseñado que todo tiene un cuándo y un por qué, las cosas en la vida caen como piezas de rompecabezas, en su lugar y encajando perfectamente, siempre la vida te cruzaba en el camino a las personas adecuadas en los momentos justos, incluso las malas, que te dan lecciones evolutivas para ser más fuerte, el haberme cruzado con Mica y haber congeniado de una manera tan perfecta debe tener una finalidad, por lo pronto iba a disfrutarlo, pero siempre atento para sacar mutuamente el máximo provecho de esta flamante amistad.

Bebí de mi copa, era un vino joven y propicio para el momento, ya que muchas cosas que ocurrían en esa gala era nuevas. Tenía algunas dudas con respecto a la Gryffindor que no había podido preguntar noches atrás, tal vez porque no era el lugar ni el momento para hacerlas, estábamos enfrascados en otros asuntos un poco más entretenidos y gratificantes que entrar en cuestiones un poco más profundas.

El lugar esta vez era el adecuado, quería indagar un poco más en su pasado, nos habíamos conocido mucho en el sentido bíblico, pero en temas personales habíamos indagado muy poco. Daría un brazo por esta con ella en ese instante, pero me di cuenta que no era el sitio para ello, no todos los presentes eran necesariamente amigos, literalmente era un nido de serpientes y había tener cuidado en donde uno pisa.

-Y cuéntame preciosa, ¿Desde cuándo te encuentras dentro de este selecto grupo?...-no dejé de ver sus ojos.

Para mí los ojos eran el espejo del alma, es por eso que siempre al hablar no dejaba de verlos, sabías si con quien hablabas te decía la verdad o mentía, incluso de los sentimientos más profundos hacia mí, odio, envidia, admiración, desprecio, amor, soy un excelente lector de almas.

-¿Por qué?, claro, si se puede saber...-

@ Mica Gryffindor

[Matthew Black Triviani]

Matthew Black Triviani

—Nuestras vidas están marcadas por la muerte, con los años hemos aprendido a hacerla nuestra fiel compañera. —respondió ante su aforismo.

Su expresión se suavizo apenas sintió la yema de sus dedos por sobre sus finos labios, un bálsamo después de un día difícil. Pero fue ella, con cierto pesar, quien le indico con el índice que prestara atención. Lo sintió, supo que estaban allí, y no porque aquel sitio fuese el hogar seguramente de los Mortifagos, sino por la presencia oscura y la sensación tan particular de falta de oxigeno en su pecho, eso solo le ocurría cuando la batalla estaba por comenzar. Miró a Juv y sonrió. 

Habría sido gracioso de no ser por su expresión, contraria y estiraba el dedo con disimulo. Alzó las cejas, mirándola de reojo. Casi al instante, tuvo que mirar a Rosier, la chica parecía a punto de explotar y eso, era un poco extraño. Buscó en su mente, expandiendo la suya, los pensamientos de Juliette, eran tan altos que opacaban los de todos aquellos presentes. 

—Juliette, un gusto volver a verte en nuestra morada, esperamos que tu estancia sea prolongada—parafraseó y le regaló un guiño. 

Observó todo a su alrededor, algunas fuentes se desperdigaban por los confines del embrujado salón Riddle a los que había accedido explotar cuando terminara todo ese show de premiaciones, eran Mortifagos, pero un poco de color en los lugares no les iba a poner mal, después de todo no eran seres grises que permanecían escondidos dentro de una cueva, algunos hasta tenían preocupaciones, como Matthew, su familia. 

Volvió su mente a la conversación; —Luego de la caída del Ministro he tomado rumbos que no iban con los intereses de nuestros compañeros—dio un sorbo de su grácil copa con liquido ambarino—, realmente no sé cuales son los interés de los neófitos, les falta carácter—coloco sus ojos en blanco—, pero si mis decisiones se han visto influenciadas por mis ideales, la falta de un líder que arríe éstas ovejas perdidas—arrugo sus labios al dirigirse a los presentes, dando un pequeño giro como si estuviera analizándolos. 

No titubeo al aceptar el precio de sus palabras, aun sin saber cual era. Las preocupaciones por si mismo siempre habían quedado a un lado cuando el interés era demasiado grande como para dejarlo pasar. Así había muerto, así habría regresado del limbo. Y ahí, con una potencial candidata al frente, era consiente de que podía estar metiendo la pata en un mundo completamente desconocido del que nunca podría salir realmente. Sin embargo, no pudo evitar pensarlo mejor en cuanto tuvo a Juv a menos de un metro de distancia. Le perturbaba, lo hacia meditar sobre lo que hacia y si de verdad quería hacerlo, pero tomaría la decisión correcta, por él, por sus camaradas y su familia.  

Una carcajada resonó desde la garganta de Matthew, el sonido se amplio llenando toda la habitación sobre las dicciones. 

—Pero bueno, nada que un poco de ayuda no solucione, ¿Tú? ¿Hace cuanto tiempo has regresado?—inquirió, extrañaba verla en la Torre Negra. 

Era tan espeluznante como hermoso, también generaba desconcierto a cualquier persona que hubiera visto las acciones que había realizado la persona que estaba frente a él. Revoleo la copa al suelo, —Esto es asqueroso, ¿Revisamos que podemos beber? seguro encontraremos la forma de divertirnos como nos gusta. —aquello era una invitación a lo desconocido. 

 

@ Kahlan Blackthorn ❤️