La Marca Tenebrosa ~ Mansión Riddle ~

[Sagitas E. Potter Blue]

La sala estaba muy bien preparada y no faltaba ni un sólo detalle. Tenía que comentárselo a Arya en cuanto tuviera un minuto libre. Tenía que comentarle que se podía contar con @ Mia Black Lestrange  , pues daba la talla en las cosas que le pedíamos, ya fuera un ataque, una investigación o una ceremonia como la que íbamos a hacer ahora. Sin embargo, una sensación extraña me hizo girar la cabeza hacia... hacia no dé dónde. Es decir, volteé a mirar alrededor. Sin saber qué era, sabía que algo había pasado, como si hubiera entrado alguien de forma ilegal, no que no perteneciera al bando, eso era imposible, más bien como si alguien supiera como entrar a la Mansión Riddle sin usar los métodos habituales; tal vez una aparición indebida o un... ¿portal de la noche? ¿Habría alguien con tanto poder como para usar un poder Uzza y superar las protecciones propias de la líder?

Tendría que comentárselo, no fuera a ser que tuviéramos una baja de protección y estuviéramos en un problema. ¿Seguiríamos siendo vigilados por las serpientes? Sí, claro, por supuesto que sí, yo misma había visto el resplandor de sus ojos al pasar por el arco de entrada. Es más, ¿seguro que yo había notado esa violación de la entrada o sólo había sido un... escalofrío, un poco de nervios o cualquier otra sensación que estuviera en el aire? Desde que había conseguido la Habilidad del Clan de Senescal, me sentía más receptiva a las vibraciones de las almas y, sin dudarlo ( o casi ), allá había entrado alguien. ¿Pero quién?

No tuve tiempo de más pensamientos pues alguien me tomó del brazo y saludó a las presentes. Sí, si hubiera estado escuchando en vez de estar pensando en algo imposible, hubiera notado la presencia de @ Arya Macnair . Le sonreí con gracia, ¿me había llamada Dama? Qué galante...

-- Hola, Arya, me alegro de verte -- le dije, con mucha sinceridad. Si ella hubiera faltado, me hubiera visto obligada a suplirla junto a Mael para tatuar a los nuevos y ligar los antiguos tatuajes a la fidelidad que exigía el bando. Un trabajo demasiado duro para mí, prefería ver a hacer; un poco vaga, había de reconocer.

Tampoco pude despedirme de las chicas. Me dejé guiar por la Líder hacia la zona en la que deberíamos ver a los miembros del bando, detrás del pensadero. Ni protesté por lo deprisa que me llevaba, yo que prefería hoy ir despacio y tomando con calma lo que fuera a suceder hoy. Era mi primera ceremonia, quiero decir que viví la mía, pero desde allá abajo. La sensación era muy diferente. Del orgullo que sentí aquel día y el gozo durante la fiesta siguiente por lo conseguido al nerviosismo actual había un abismo. Sin embargo, proseguí con la sonrisa y contesté a Arya sin demostrar nada de aquello en el rostro.

-- Sí, estoy lista; me pongo ahora mismo la máscara y podemos empezar en cuanto llegue @ Mael Blackfyre .

Sí, disimulaba. Me di cuenta en cuanto mi mano derecha buscó el bolsillo de moke de la capa y no di con él a la primera. Sonreí un poco más, mientras veía llegar a gente, algunos con máscara, otros sin ella, entrar, hablar entre ellos, sentarse, otros de pie, mientras yo seguía pasando la mano sobre la capa y sin encontrar el lugar donde se abría. Al final, solté un taco (muy flojito) y lo busqué con la mirada, buscando aquel leve e irregular espacio donde meter la mano. Di con él y mis dedor, ¡por fin! rozaron la máscara, que saqué casi de un tirón. Me la puse y me transformé. Solté un gran suspiro al notar que, con ella puesta, me sentí mucho mejor, más relajada. Tal vez era porque mi pelo cambiaba y porque mi cara quedaba cubierta, con lo que ya no era necesario disimular más.

En el mismo instante, apareció Goldor y le saludé. Éramos compañeros, éramos las manos en las que se apoyaba la líder y, sin embargo, no sabía mucho de él. Era un hombre algo extraño. Aunque sólo necesitaba saber una cosa que ya nos había demostrado más de una vez: era muy fiel al bando y cuando daba su palabra, la cumplía. Le sonreí.

-- Yo estoy lista. Quien no esté hoy en la ceremonia, pues se la pierde.

Sí, siempre había sido franca. Se había avisado con tiempo de la importancia de estar hoy allá, en nuestro hogar. No habría piedad con los condenados que surgieran sin aclarar su ausencia.

 

 

@ para todos los presentes, gracias por venir, esperemos que lleguen más.

[Mael Blackfyre]

— ¿Se la pierde? Qué condescendiente que eres, Nemétona —negué con la cabeza al escuchar a la lugarteniente de la líder hablar de las personas que aún no habían llegado. No iría al lado ni de ella ni de Arya Macnair, me quedaría cerca de la entrada para asegurarme que todos  los que estábamos esperando llegaran a puerto seguro y que además, nadie se iría hasta que quisiéramos nosotros. Negué con la cabeza con una gran sonrisa, claramente falsa porque lo que menos estaba sintiendo en ése momento era alegría—. Quien no esté hoy en la ceremonia me encargaré yo mismo de ir a buscar sus cabezas a sus hogares y dejarlas colgando en las ventanas de la Mansión Riddle. Como un recordatorio para el resto del bando.

Expresé y si creían que aquello era una broma era porque no me conocían. Miré un poco más y noté que aún no había llegado Mica Gryffindor. Claramente que no iba a hacerle daño a aquella bruja, porque sabía que iba a venir, me lo había prometido. ¿Iba a desechar las palabras y el juramento que habíamos pactado? Teníamos un trabajo duro por delante y muchas barreras por las que pensar, para lograr saltar. No podía fallarme ahora. Miré a la líder y le sonreí, esperando que soltara algunas palabras dramáticas como era de costumbre. Las mismas que esperaba que me dijera cuando se enterara que iba a atacar el Ministerio. Tal vez lograría que se callara cuando le traiga de rodillas al primer ministro. Un pequeño movimiento, pasó detrás de una habitación contigua.

— Oye, tú. ¿De qué te escondes? Ven al centro como todos —no iba a hablarle mal a mi amigo, si creía que al menos yo, no lo había visto, era porque no conocía los poderes que teníamos los lugartenientes. Cuando me miró, le hice señas (era casi una orden) para que se acercara. También cerca de nosotros estaba Sophie. Iba a increparla, pero algo me detuvo. No entendía qué hacia allí. ¿Le habría dicho Mica? No estaba seguro, ella no podría revelarle el secreto. Fue aquella desgraciada que le había dado un gran golpe en su rostro, en aquel momento tirante en la Gryffindor. Y ahora estaba bajo su mando. Pero no estaba seguro si eso era bueno.

Me quedé cerca de la entrada, la cual se encontraba abierta. Aunque eso no tardaría demasiado en permanecer así, la ceremonia era a puertas cerradas y quien no se presentara sería una manera indirecta de considerarse un traidor. La iniciación era una promesa real de lo que estaban jurando pertenecer. De alguna manera ya se habían comprometido de palabra con el bando. Si incumplían con aquel primer paso ¿de qué servía mantenerlos y que sigan fallando luego?

@ Mia Black Lestrange  @ Xell Vladimir Potter Black  @ Sagitas E. Potter Blue  @ Anthony Ryvak Dracony  @ Arya Macnair  @ Malum Luxure  @ Sophie Elizabeth Granger  @ Mica Burke

[Kahlan Blackthorn]

Sadakat

Las entrañas del abismo se abrian como lo hacen las fauces de un dragón que dormito por prolongado lapso de tiempo. Sintiendo un ardor constante en la zona donde llevaba impresa su Marca Tenebrosa, emblema que representa en parte los ideales que defendía y aprendio apreciar con ferocidad. Clavando su espada del invierno en la funda de piel humana que llevaba colgando en su espalda, murmuró unas palabras en lengua antigua abrazando su faz con su máscara. 

No tenía nada que esconder detrás de la misma, pero le gustaba tener esa pantalla que resguardada sus actos atroces que no serían bien vistos por su gabinete. Al ser el Primer Ministro de Holanda, la imagen impoluta que mostraba a su nación, no se vería empañada por nada relacionado con su bando. Ambas cosas distaban mucho de mezclarse entre ellas, porque eran como el agua y el aceite. Elementos comunes que coexisten en el mundo, pero que suelen ser empleados para tareas diferentes.

Lo mismo ocurría con sus asuntos referentes al bando oscuro, no los consideraba un trabajo como tal. Sino una misión al puro estilo espías y dobles agentes, porque jamás se sabía con certeza qué se escondía detrás de las cortinas que ofrecían jugosos premios al participante que se atreviera a retarlas sin temor alguno en las fibras de su cuerpo. 

Se mantuvo en silencio en esa profunda oscuridad, escuchando lo que cada uno de los presentes tenía para decir— Lamento no poder ofrendar mi cabeza, pero la necesito para elucubrar una que otra trastada en contra de los fenixianos o el párroco—respondió a la amenaza de Mael con determinación. No le faltaría jamás al LT de la marca, simplemente dejaba en claro que necesitaba lo que contenía su cabeza y eso era su maquiavelico cerebro. 

— No tengo un lugar fijo donde residir, no te sería posible pillarme tan fácil—esto último estaba aderezado como una broma. Le agradaba romper la tensión o lo cargado del ambiente no esa clase de charadas— Espero no haberme perdido nada interesante, la puntualidad es un don y no todos lo poseen—indicó cruzándose de brazos quedando recargado en la pared. Sumergido aún en la oscuridad de ese rincón, ya encontraría el momento ideal para abandonar esa sitio que le era tan cómodo. 

Recordando vagamente que era lo que le unia verdaderamente a las filas tenebrosas. No era el acrecentar el poder que ya poseia, mucho menos el tatuaje, sino algo mucho más íntimo y profundo que no se demoraría demasiado en descubrir. Saludando a los presentes con una seña de su zurda, centrando su atención en Denebola, le dedico un enigmático asentimiento de cabeza. 

Era la primera vez que estaba dentro de una ceremonia de ese tipo, no le desentonaba para nada descubrir los métodos que se empleaban para hacer que los seguidores del bando más temido dentro de la comunidad mágica, le ofrendaran su apoyo de manera incondicional e incuestionable a ese recinto que muchos consideraban un segundo hogar o el único que conocian realmente. 

@ Malum Luxure  @ Mael Blackfyre   @ Sagitas E. Potter Blue @Todes 

Editado 23 de Abril del 2022 por Kahlan Blackthorn

[Anthony R. Dracony M.]

El silencio puede ser abrumador... te empuja a dialogar contigo mismo, algo que no siempre es tranquilizador... no deseaba platicar con los que ahí comenzaban a reunirse (demasiado lento para mi gusto) pero los pensamientos que se acumulan en mi mente, me comienzan a afectar por el cargamento pesado de los sentimientos que me abruman.

Expulse el aire como si fuese toxico y tome un poco de aquel ambiente tenebroso que inspira mi actuar... no veía que llegasen los nuevos miembros ¿Será que están nerviosos que por eso se dilatan tanto en llegar?... me exaspera el tiempo que hay que aguardar, mire los muros tapizados, algunas sombras parecen deslizarse encima, observando lo que ocurre, tal vez tenga que enfocarme por ahora en algún intento de usar la magia cruda... me agrado que Anne me mencionó aquella posibilidad de crear plagas... ¡sería tan divertido!... pero mejor dejar de solo soñar, debo comenzar a ensayar para que en un futuro pueda realizar esa proeza...

Eche los extremos de mi capa negra hacia atrás, alce ambos brazos, en mi mano diestra la varita con la silueta del dragón delineada con hilo de oro por el cuerpo del arma mágica, el ojo de la criatura destello con un brillo especial... esa esmeralda reacciona cuando canalizo mi magia a través de la varita...

Concentrarse ayuda mucho y es necesario hacerlo bien puesto que no solo era cuestión de conjurar un objeto sino de seres vivos específicos... sencillamente pienso que hay que "dar una mano" a los nuevos, algo que no recibí cuando fue mi turno al ingresar, pero que tal vez fue porque Wilson mismo me condujo a la Fortaleza Negra y de ahí, lo demás fue relativamente fácil...

Me anima pensar que soy especial y por eso el fantasma de Wilson fue mi guía en mis primeros pasos, algo que antes no ocurrió, así que está vez, yo me encargaría de arrastrar a esos aspirantes a la Mansión para la ceremonia. Si, ya tengo en mente la clase de criatura que invocaré... hay una infinidad de ejemplares "divertidas" que usar como mensajeras, algunas rodearán con su cuerpo al "invitado", otras morderán la carne que más les apetezca... sea la yugular, el tobillo, antebrazo u otro sitio... otras fijaran su hipnotizante vista ofidia... tras lo cual: se ocuparan de trasladar a cada uno hasta la entrada de la mansión Riddle.

Un considerable grupo de reptiles apareció momentáneamente para luego desaparecer , cada una de aquellas rastreras criaturas, se aparecerá junto a su objetivo y sea que se comporten agresivas, cómplices o hasta sumisas, no cesarán hasta cumplir con la encomienda.

El gesto de mi rostro se oculto tras la máscara de cobre que tengo puesta, acicalé un poco mi cabellera azul, escuche una voz imperativa, me encontraba tan concentrado en aquella tarea de comunicarme con los nuevos integrantes, que descuide un tanto mi atención, ahora el reloj de plata me indica que es tiempo de tomar sitio en la sala donde habrá que reanudar nuestro compromiso. 

Mi mirada miel se fija en aquel lugarteniente que con su gesto me indica que acuda a la sala, por el cristal que hay en la máscara, mis ojos parecen de color violeta que tienen un fulgor debido a la luz de las antorchas y velas del lugar, haciendo que me rodee un halo misterioso, avanzo hasta donde me indica y giro mi cabeza para contemplar el pensadero que hay ahí... -- "Será mejor que vaya eligiendo que voy a entregar como ofrenda..."

[Mica Gryffindor]

El tatuaje en su antebrazo ardía, no solo porque estaba siendo llamada intensamente, sino por la herida que aún lo atravesaba en su totalidad. Ésta apenas estaba empezando a cerrar, pero el repentino ardor parecía haber hecho resurgir la herida. Mordió su diestra para intentar mitigar los quejidos, sabía el por qué del llamado y que no podría dejar de acudir, aún cuando la gran mayoría de los que estarían presentes no la querían en el sitio.

Una nota se había anticipado al llamado, que de seguro era para aquellos mortífagos ya consumados. La nota, en cambio, para los nuevos que aún estaban por iniciar. Como ella. Sin embargo, ya muchos la sabían en sus filas debido a la reunión en que Mael la había presentado. El corte en su tatuaje era un recuerdo del encuentro, cortesía de la Líder del bando. ¿Así sería siempre su relación? Era posible, ella no pensaba arrodillarse a ciegas frente a nadie. Su lealtad estaba en Mael, él era el único en quien depositaba su confianza.

Se hacía tarde, tomó su capa de viaje blanca y la puso sobre sus hombros, antes de subirse la capucha. El patriarca Gryffindor le había revelado recientemente la ubicación, sin ello no podría asistir, pues la Mansión era solo accesible para los conocedores del secreto. ¿Sabrían los demás iniciados llegar? Esperaba que sí, que contasen con mentores tan considerados como el suyo… al cual no compartiría.

Desapareció de la residencia Gryffindor y se puso en marcha, llegando a los terrenos Riddle y caminando algo nerviosa hacia el interior. Se sintió mucho más tranquila cuando vio al muchacho en la entrada y se acercó a él sin pensarlo dos veces, conteniéndose para no mostrarse afectuosa con él, pues bien sabía que le desagradaba ese lado suyo.

-Aquí esto, como lo prometí- dijo, fijando sus verdes ojos en los de él. -¿Seguro que no consideran sacrificarme en algún ritual raro no? -se mordió nerviosamente el labio inferior, con el primer encuentro bastaba para saber que no agradaba a casi nadie allí.

[Helike R V PB]

En el Castillo Rambaldi. Torre Norte, habitación privada

Las cortinas aunque pesadas se movían ligeramente con la brisa de la tarde. Las ventanas abiertas hacía que se aireara del denso aroma que había en la habitación, entre el humo, fuego y lo que había pasado unas horas antes. Tenía los ojos abiertos de par en par el hombre que tenía al lado, desnudo, dormía plácidamente mientras no dejaba de darle vueltas sin tener ni idea de cómo había llegado a ello. Miré la mesita de noche y quizás tres botellas de alcohol no había sido suficiente para aplacar la lujuria que había sentido horas antes. Con un movimiento de mi varita, moví el cortinaje que tenía mi cama y pude observar como poco a poco iba atardeciendo, maldije por lo bajo. Apenas podía recordar algo bajo los efectos del alcohol y eso que, en teoría a los vampiros no nos afectaba tanto como a los humanos. Salí de la cama medio tambaleándome y comprobé como estaba, sí, desnuda... Volví a maldecir nuevamente y me dirigí hasta el cuarto de baño para relajarme un poco... después de una hora, al menos había aplacado mis nervios... 

En cuánto salí el hombre estaba profundamente dormido así que, le dejé estar. No era buena idea acostarse con los hombres a los que tienes a tu servicio y no podía tener ciertos remordimientos a juzgar por lo que seguramente hubo pasado. Pero al mismo tiempo me tranquilizaba en que, no había hecho nada malo que estaba divorciada y no tenía que rendirle cuentas a nadie, pero aún así...

Tras secarme me puse mis ropas interiores, un jubón negro con una marca tenebrosa en el centro de color verde oscuro y unos pantalones finos de seda además de las botas de piel de dragón. Me ajusté la capa en los broches que tenía en las hombreras con forma de marca tenebrosa plateadas. De casualidad me había enterado de que, había una ceremonia de iniciación y tampoco quería perdérmela. Tomé los guantes negros y la varita además del morral de moke en dónde guardaba siempre lo más valioso y lo escondí dentro de los bolsillos interiores de mi capa. Me puse la capucha y antes de partir dejé una nota para avisar en dónde estaría además de eso, cubrí mi cara con ayuda de mi arma mágica, con una máscara de marfil en forma de calavera y que, por decoración tenía gotitas rojas pintadas simulando la sangre. No sabía si llevar los símbolos de mi casa pero lo descarté, cuánto menos supieran quién era mejor. Entraba gente nueva al bando y todavía no eran tan confiables. No sabía la hora que era, pero qué casualidad. En esos momentos mi marca ardió como si me hubiesen clavado un hierro caliente en la piel y sabía lo que significaba.

- justo a tiempo - susurré yo, me giré sobre mis talones y una voluta de humo negro salió el castillo hasta llegar a los terrenos de la mansión Riddle.

Terrenos & Mansión Riddle... Belona

Tras desaparecerme de mi casa, llegué a los terrenos del cuartel general. Sólo se veía en mi cara los ojos marrones y nada que revelara mis facciones gracias a la máscara de marfil con forma de calavera. Quizás los más avispados sabrían quién era porque era la ropa que llevaba la mayoría de las veces, una capa pesada negra y un jubón con una marca verde oscura bordada. Simple pero elegante.

Alcé el brazo izquierdo en dónde llevaba la varita y las puertas se abrieron para dejarme pasar y me adentré en su interior. Y por lo que parecía, todo estaba como siempre y nada había cambiado. O casi. Pero nada fuera de lo común, y seguramente llegase más gente de la que acostumbraba tener en los viejos sótanos de la Riddle que estaban completamente reformardos. 

Caras cubiertas otras descubiertas... Y todo preparado. Pero había algo que me inquietaba más que tener relaciones con alguien a quién le daba órdenes. Había escuchado el rumor de que ciertas personas ( @ Kahlan Blackthorn ) necesitaban algún trabajo extraoficial y según mis informantes pertenecían a la Marca así que, esperaba verlo o verla aparecer en ese lugar sagrado y esa sería una excusa perfecta para enterarme. Caminé por el largo pasillo hasta llegar al lugar en dónde estarían todos, guardé la varita y tomé un vino que había en una de las mesas...

- mis señores, espero no llegar tarde - mi voz sonaba grave a través de la careta y la verdad tenía cierta curiosidad de quién serían los nuevos.

- veremos si la chusma que llega nos puede ser útil o no... -terminé en un susurro y con otro movimiento más, hice desaparecer la mitad de mi careta para poder beber tranquilamente lo que había tomado. Al menos me cubría parte de la cara demacrada a causa de los excesos cometidos aquella tarde y cuánto menos se notase mejor.

 

 

[Kahlan Blackthorn]

 

Sadakat

Era experto en el arte de escabullirse, pero no podía decir lo mismo de los sujetos que trabajaron con el hace algunos años atrás. Estaba interesado en obtener información valiosa, sobre los pasos que daba el desaparecido ministro. Pero nadie tenía los pelos de la burra en la mano, para decir con certeza dónde se había escondido el muy ladino, huyendo como los ratones cuando empieza a hundirse el barco. Absorto en sus profundas cavilaciones, no le prestaba demasiada atención a la verborrea expuesta por sus compañeros de bando— Yo jamás tuve una ceremonia como está, pero no es un asunto que me genere ninguna clase de malestar o quebradero de cabeza—expresaba displicente. 

Sintiendo como el tiempo lograba que el ambiente se tornará un poco denso y agobiante, el salir por una buena bocanada de aire no era una mala idea. Pero eso ameritaba perderse la faena que estaba a poco de comenzar entre nuevos nombramientos y adhesiones recientes al bando, prefirió chasquear los dedos y aparecer una copa repleta de bourbon hasta el borde— Un placer que no me puedo negar—abrazando con sus labios el frío cristal degustaba aquel licor cuidadosamente añejado. Captando a la recién llegada @ Helike R V PB , conocía a pocos mortifagos y realmente no le despertaba la inquietud de volverse social de un momento a otro.

Acomodándose en ese rincón analizaba los movimientos de todos los presentes, teniendo en cuenta sus puntos fuertes y las debilidades que les harían quebrarse como un mondadientes. Guardándose esa sonrisa cínica que solía aflorar en los momentos menos esperados, agradeciendo tener esa máscara para camuflajear detrás de ella sus verdaderas y siniestras intenciones. Su suegra @ Malum Luxure parecía estar dentro de los presentes, lastimosamente no era pertinente acercarse a dialogar con ella y romper con la estética de toda la ceremonia que habían montando los Lt y la Líder de bando. Ladeando la cabeza intentaba no recordar las charlas que tenia y le dejaban mucho para pensar y analizar con lupa. 

[Helike R V PB]

Belona 

Me apetecía salir pero tampoco quería perderme nada así que, tendría que esperar a que diera comienzo aquella ceremonia. Yo no la tuve en su momento o al menos no la recordaba pero cómo quería tener tranquilidad mientras bebía de mi copa dejé que las sombras "me tragasen". Me dirigí con cierta agilidad en una esquina en dónde no había antorcha y casi se podía decir que estaba camuflada. Observaba mientras mis oídos prestaban atención a todo tipo de conversaciones mientras que los recién llegados parecían nerviosos por lo que pudiese llegar a continuación. 

Apoyé una de mis piernas en esa esquina mientras me balanceaba durante unos momentos para relajarme. Con un toque de mi varita hice sacar de mi morral de moke un cigarrillo y lo encendí con ella. Sólo se podía observar cada vez que tragaba el humo el amarillo del fuego y la voluta de humo que iba formando una campana encima de mi cabeza. Lástima no tener una capa de invisibilidad en esos momentos pero tampoco era importante. Hacía mucho tiempo que había aprendido a aprovecharme de las sombras para cazar en el bosque y con buenos resultados. Tenía cierto interés en ir hasta la Torre Oscura pero con la amenaza de uno de los LT en clavarnos la cabeza en una pica me hizo desistir mientras negaba con la cabeza, era lo que había oído mientras anunciaba mi llegada...

Esperaba que la ceremonia no se demorase mucho, el ser sociable no era uno de mis puntos fuertes y sólo lo era para con la familia y en dónde me sentía más agusto. Aunque tenía otras cosas pendientes que hacer, tenía mi deber para con el bando y tampoco iba a dejarlos en la estacada.

[Datura]

El ciclo del solsticio se completaba una vez más dando paso a la apertura de diversas puertas energéticas, una de estas consto en una evolución personal pues había logrado recorrer  mi 666 paso (post) por el mundo mágico, permitiendo ampliar mis fronteras llevándome al conocimiento.

Dicho despertar lo había logrado alcanzar gracias al ritual realizado en una localidad especial y segura, al fin había logrado encontrar un lugar adecuado para la fundación de la N.P.U.

La marca tenebrosa en mi antebrazo cobro vida haciendo que la serpiente en este formara un infinito al morderse la cola, provocando un ardor particular que disfrutaba, con la punta de la varita toque esta dejando que las sombras me devoraran.

Los terrenos de la mansión Riddle era el punto de reunión en dicha ocasión, muy próximo a la entrada principal la aparición de una planta conocida como trompeta de ángel o hierba del diablo apareció emanando sombras, de estas se formó una silueta alada permitiendo mi aparición tras un abrir y cerrar de ojos.

Al instante logre colocar los pies sobre los terrenos, haciendo que la planta se desvaneciera permitiendo que cualquier mago en la zona percibiera mi presencia en el lugar, la máscara plateada parecía estar adherida a mi rostro ocultando mi verdadera identidad, una capa negra tapaba mis ropajes dejando solo a la vista el calzado y rostro.

Recorrí con la mirada el lugar localizando rápidamente la ubicación de los mortífagos, las botas tipo militar resonaban a cada paso que daba con dirección a la sala, llegando a esta la mirada de los presentes se enfocó hacia mi persona.

-Lusifer, el caballero vampiro…- mencione realizando una sofisticada reverencia.

Me reincorpore y con paso firme avance por el recinto ubicándome próximo a la pared en la parte central de este, de entre mis ropajes se asomaba discretamente mi alma perdida (varita) empuñada firmemente, tras un profundo conocimiento de un complejo ritual podía decir me daba una idea del las diversas sensaciones y habilidades obtenidas recientemente, incluso estas salían de control por unos momentos ya que si bien podía controlar en su mayoría mis acciones, había ocasiones en las cuales estas parecían salir sin previo aviso provocando acciones inesperadas.

Inclusive era muy notorio mi cuerpo físico había rejuvenecido varios años, adquiriendo una mayor agilidad, fuerza y destreza, entre  habilidades recuperadas así como una nuevas que apenas comenzaba a conocer...

Editado 18 de Junio del 2022 por Datura

[Anthony R. Dracony M.]

Flagelo

El mago permanece firme en la cercanía del pensadero que se encuentra enfrente de las sillas de madera colocadas para los lugartenientes, la bruja que engalano la sala, permanece en la esquina opuesta, pendiente de cualquier orden o solicitud que emitan Goldor o Nemétona, Flagelo también se mantiene atento, como parte del Alto Mando es su placer y deber, brindar su apoyo a los lugartenientes y a la Líder.

Poco a poco, van arribando los mortífagos, Flagelo los observa, su máscara de cobre oculta su rostro preocupado, Flagelo suele ser paciente pero está vez la intranquilidad le invade testarudamente. Algunos llegan con su máscara puesta, su arribo es distinto, pero hay un indicador igualitario, todos ellos reflejan la seguridad que poseen de su persona, sus habilidades y su poder.

El mago nigromante presiente que algo nuevo surge, el ambiente es propicio para "las sorpresas" por lo que mueve sus dedos de su mano diestra, deseoso de tomar su arma mágica, pero aguarda a las indicaciones de sus superiores, los que llevan la batuta en esta reunión...