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Conmemoración del 232 aniversario de la Revolución Francesa


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Tenía mucho que no disfrutaba una noche o, más bien, un evento así,  aunque le faltaba la presencia de su madre en aquel proyecto que emprendería en pocas horas, estaba complacida enormemente con que Garry se encontrara allí con ella. Escichar los recuerdos del Ollivander no resulta fácil,  de hecho le duele todo aquello que sabe él tuvo que pasar en su infancia, de hecho,  es como si fuera la misma clase de dolor que ella sufrió cuando se sintió abandonada por Richard tras la muerte de Marella,  tuvo que apañarselas sola después de eso, aunque en los momentos más difíciles,  cuando parecía a punto de morir, fue la mujer Rambaldi la que le rescató de aquel destino y la animó a buscar a sus padres,  probablemente,  por ese agradecimiento que le tenía,  fue que le había insistido en que fuera al evento.

 

El tiron que él  le da para darse la vuelta le toma por sorpresa, sonríe y al mismo tiempo le da un escalofrío de sólo pensar en que, en la reunión del Pink Palace hicieron el mismo movimiento, se recompone al escucharlo. -Tú siempre estarás conmigo ¿verdad? Estarás cerca.

 

Aprovecha esa especie de... ¿Cómo llamarlo? ¿Don? Que tiene de que el Ollivander nunca dice No a lo que ella le pide, no sabe por qué, aunque probablemente es más que obvio, pero le hace sentir segura.

 

Garry parece cansado, no es sólo el hecho de que bostece, conoce casi todos aquellos movimientos lentos y pausados, palabras sin expresiones y tal vez lo que dijo Crouch es cierto, tuvo una mañana difícil  y necesitaba descansar, pero, en su egoísmo quería disfrutar a su padre por esa noche, como antes, aunque ya nada lo era, esos tiempos habían pasado.

 

-Lamento decirte que sí,  habrá un discurso- hizo una mueca de decepción, -son los protocolos que hay que seguir en estos eventos papá.

 

Mira a los elfos domésticos que se abrían paso entre todos aquellos magos y brujas invitados a la celebración, no tuvo tiempo de decirle que recibirian un excelente pago por el evento, ellos mismos habían ofrecido sus servicios sin paga, estaban para servir, dijeron, pero no era justo ni aceptable de ninguna manera. Su cambio en la conversación la deja un tanto confundida, no es tanto por que él no terminaba la frase, era por que ella no recordaba a ciencia cierta cómo fue que había terminado en Paris y convirtiendose en la directora de ese departamento tan importante.

 

-Conocí a la señorita Dumbledore en Paris,  cuando trataba de llegar a Inglaterra después de los desafortunados sucesos en Armenia...- no había revelado aquello a nadie, sus memorias se volvían más claras mientras se sinceraba con su padre, aunque había bajado la vista a su mano izquierda,  y con las yemas de sus dedos de la mano derecha seguía aquellas marcas de la cicatriz que tenía a causa de la marca de beleño, ya no miraba los ojos de color dispar, en cierta forma se sentía avergonzada por todo lo que había tenido que vivir en esos tiempos de persecusión.  -Ella me ayudó a llegar a Inglaterra y cuando me pidió ayuda para llevar las relaciones de cooperación mágica en el ministerio de magia Francés, no pude negarme, ella me ayudó mucho brindándome estabilidad, debía devolverle el favor. 

 

Finalmente levantó la mirada gris hacia su padre en el momento en que un pinchazo de dolor atravezaba la mano izquierda de la rubia y aunque no lo quería su rostro lo demostraba, así que intentó desviar la atención. 

 

-Tú ¿cómo te encuentras?- lo miró fijamente -Pareciera que hoy no tuviste un buen día...

 

@ Hessenordwood Crouch

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Asintió distraído. No es una promesa para Hannity, pero es lo mejor que por ahora puede ofrecerle. Él quiere estar ahí para ella cuando lo necesite, sin embargo, el obsequio que le ha ofrecido no es en vano, no ha sido seleccionado al azar entre sus cosas para entregárselo hoy a Hannity, si no todo lo contrario. Ensimismado en sus pensamientos seleccionó precisamente hoy esta joya para ella, para desearle buena suerte, pero también para inconcientemente advertirle de las posibilidades (buenas o malas) que están por abrirse delante de Hannity al tomar esta dirección y, ¿por qué no?, las de él, o ambos, al continuar con aquel curso incierto de su vida. No es tampoco una despedida, sino más bien un cierre. 

Se siente mezquino hacia con ella por eso, solo por un breve instante, porque Garry nunca fue bueno escogiendo palabras.

Es una gran historia-, murmura. Los acontecimientos de Hannity en Armenia son una de las tantas cosas que habitúa Hess a recordarle con más frecuencia de la que encuentra importante. Esa idea de abandonar a otros es nueva en él, y lo está convirtiendo en otra cosa. —Estaremos agradecidos entonces con la señora Dumbledore-, se ha girado rápidamente para encontrarse con la gris y pálida mirada de Hannity y aunque su voz es suave existe un deje de antipatía en él. 

Pero Hannity…-, se movió entonces, para alcanzar la mano izquierda de la muchacha y apretar con la suya que es áspera sobre la herida de ella. Lo siente también, pero así juntas parece no doler tanto. Ella estará bien, está convencido (porque quiere estarlo) de esto. —No siempre aquel que te ayuda es tu amigo-, el tintineo lejano de un brindis distrajo su atención. Él tembló ante el ruido y soltó su mano rápidamente. —Ten en cuenta eso durante este viaje tuyo, cariño-, distraído en su mirada, sembró la duda. 

Su boca se torció apenas, es el mejor intento que tiene para sonreírle.

No, ciertamente no fue un buen día-, dice cuando la figura de Hessenord volvió a aparecer en su campo visual, conversando con una persona de rostro irreconocible. —Ya casi no hay días buenos-, -no aburridos- quiere decirle. El demonio combina tan bien con el lugar que es una silueta más que se mezcla entre todo este cúmulo de personas. —Pero…me equivoqué al no querer venir antes-, si observa más allá, en esta celebración también visualiza sin problema al muchacho maldecido que encontró hurgando en su hogar, ¿qué estaría tramando él ahora?. —Todo está mejor ahora-, se movió y empujó con su hombro el de su querida ahijada. Pareció más humano de pronto. 
 

@ Hannity Ollivander Evans

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Vaya que aquella noche se había transformado completamente, por un lado encontró a aquel chico que la hacía reír y por otro hacía tiempo ya que no se la pasaba tan agusto con alguien a quien apenas conocía.  Pero por la forma en que la conversación se iba dando; se daba cuenta de que se sentían muy cómodos hablando.

 

- De hecho tengo el lugar perfecto para llevarlo caballero...- comento la bruja, dirigiendo sus pensamientos hacia el callejón y algunos de los bares que ahí se encontraban -claro si aun le quedan ganas de verme después de esta noche, aunque pocos se resisten a la tentación...-

 

No había mucho que hacer en aquel lugar, solo salir a saludar a los presentes y esperar que sirvieran el banquete y se hicieran las acciones pertinentes para lo que había sido convocada la fiesta, pero ella no quería ir a ningún lado. Y mucho menos salir a recorrer el lugar y dejar solo a aquel chico, por lo que pronto uno de los elfos que estaba cerca nos trajo dos copas más de aquel exquisito vino.

 

El peliblanco  se mostraba cada vez más abierto con ella y con la conversación, eso era muy divertido para ella; ya que no tenía miedo de hablar de nada y menos si habría alguna cita pensada para un futuro. Talvez esa noche solo se conocieran, pero quien sabía si más adelante sucedería algo más -Púes no queremos en este momento arruinar el evento de Ada para mostrarte mis talentos... aunque esperemos nunca tenga que usar algo de sanación en ti...- comento la bruja e hizo una pausa mientras el se acercaba más a ella -pero mis otras habilidades pueden quedar a tu disposición cuando quieras...- le guiño un ojo y le tomo a su copa. Dio una mirada a la sala llena de espejos y le sonrió a la pareja que ellos mismos formaban, se veían un poco raros ya que ella tenía el cabello morado y el blanco. No eran una pareja que se veía en la normalidad, pero aun así parecía encajar perfectamente bien.

 

@ DonTau

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¿Una celebración más? El Ryddleturn se preguntaba si en aquel momento el mundo mágico estaba para celebrar, no había estado presente en la mayoría de los acontecimientos que habían llevado el día a día al estado actual en el que se encontraba y no entendía la mayoría de las situaciones que se desarrollaban a raíz de todo eso, pero… ¿qué más le quedaba? Debía continuar con su vida, seguir avanzando un día a la vez.

Y aquella ocasión debía cumplir con el compromiso que había realizado con Ada, aquel era un día importante para ella. Para la ocasión había elegido nuevamente el típico traje negro, en realidad no era que tuviera mucho más de donde elegir, ya que toda su ropa se había quedado en aquella mansión a la que tenía años sin volver y que ni siquiera le pertenecía en aquel momento.

Se alisó los pantalones frente al espejo y se arremango un poco el cabello para darle un estilo despeinado, estaba listo. Salió de su cuarto en pequeño y lúgubre hostal en el que se estaba hospedando y como de costumbre se dirigió al pasillo contiguo al edificio para desaparecer sin ser visto, no sabía porque lo hacía de esa forma, pero ya se había acostumbrado. Apareció a solo unos pasos del castillo en que Ada lo había citado y le bastó solo un par de segundos encontrar a su nueva amiga justo en la entrada.

— ¿Así que Ministra de Magia, eh? —tanto tiempo que estuvimos juntos en Bulgaria y nunca nos dimos el tiempo de conocernos un poco más.

 

@ Ada Camille Dumbledore

Editado por Cillian

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Su agenda futura ya tenía destino y compañía, "Idy" se había comprometido a mostrarle un lugar que ocupaba lugar solo en su mente de momento, aunque poco le preocupaba el destino. Don había sido testigo de los pasos a seguir en aquel evento, incluso había estado en la comida de ensayo. Por lo que más o menos, en su cabeza manejaba los tiempos, en los que, llamarían a comer, darían los discursos y los bailes serian más generales, ya que algunos de los invitados se habían adelantado a danzar al son de la música. 

- Oye... - Diría un tanto inquieto, llevando la mirada hacia Ada, solo para localizarla, y así calcular, cuanto tiempo faltaba para que los invitados sean guiados al comedor. Aún les quedaba algo de tiempo. - Acompáñame... - diría marcando una sonrisa, un tanto picara y soberbia a la vez. Tomaría la mano de la peli morada, sin pedir permiso, y a toda prisa, como si su vida dependiera de ello, cruzarían el salón de los espejos directo al comedor. 

Una larga y única mesa se plantaba en medio de aquella sala, Don había evitado todo tipo de saludos y miradas, solo importaba llevarla allí. Aquel lugar apenas estaba habitado, apenas pequeños grupos ocupaban lugares distantes de la mesa, los unos de los otros, separados al menos por unas 10 sillas de distancia. Aunque no fue motivo para detenerse, el mago la condujo a lo largo del salón, casi hasta el final, donde a penas eran visibles sus acciones. 

Sin soltar su mano, se giró, para quedar frente a ella, como antes, acotaría la distancia, y con su mano libre tomaría la de ella, para quedar, cuál pareja a punto de casarse diciendo sus votos. No era el caso, pero si la estampa. - Tenemos al menos una hora con algo más de privacidad, el salón se estaba quedando lleno.... - Confesaría. - No veo porque motiva dilatar más el momento... - Agregaría, ahora en tono serio, su sonrisa ya no adornaba su rostro, solo sus ojos azules se concentraban en los de ella. Sin pensarlo y sin importarle la respuesta, Don soltaría las manos de ella, y la tomaría de la nuca para besarla.

Esperaba claro, no ser repelido, aunque en el fondo sabía, que ambos estaban esperando ese momento. No abriría los ojos, no se alejaría, solo que daría allí, sus labios explorando los de ella. 

@ Idylla Macnair T.

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La noche seguía avanzando atendía al agregado de Egipto, apenas había pasado a darle la bienvenida al caballero cuando salió uno de los meseros que me avisaba que era hora que se iniciará la cena. Sonreí con un poco de amargura, ninguno de mis hermanos mayores había asistido y eso me dolía un poco, mi padre tampoco, aunque está ceremonia era en realidad un momento para celebrar a Helené y Hannity, quienes tendrían en esa casa la tarea de hacer que las relaciones con Gran Bretaña fueran sólidas y solidarias.

 

- Caballero por favor siga al salón junto a la Emperatriz esta su lugar. – llame a uno de los meseros – Por favor guíe a Monsieur Licaón a su lugar, empezaré el discurso en breve.

 

Dirigí mis pasos a la entrada de nuevo mirando si alguien más llegaba, no podía engañarme esperaba que el me acompañara y poder celebrar todas las glorias que le había traído a Francia, pero también sabía de antemano que no le agradaban este tipo de reuniones públicas. Suspiré y logré ver cómo un conocido caballero se acercaba, le sonreí, mi equipo de quidditch se habían convertido en mi otra familia y eso era importante para mi. Cuando Cillian me saludo no pude evitar reírme de su comentario. Le bese las mejillas y me quede un poco más para susurrar le al oído.

 

-Bueno son detalles… - Bromee mientras le indicaba que me siguiera – La verdad es que entre las bludgers y las quaffles no tuvimos mucho tiempo de hablar. Pero esta noche podríamos charlar un rato y podremos conocernos más.

 

Habíamos llegado a la puerta del salón, y era momento de empezar la Cena, junto al lado del Ryddelturn y sacando del portavaritas de mi muslo y saque a Ma’at de su funda y apunte a mi cuello invocando el encantamiento sonorus.

 

- Bonne nuit et Bienvenue… les agradezco su asistencia a nuestra conmemoración de la Revolución Francesa, el día de hoy no sólo celebramos un año más de la liberación del yugo de la represión dictatorial de la anarquía monárquica, sino que celebraremos el nombramiento de un nuevo inicio en las relaciones de Gran Bretaña Y Francia con la inauguración de esta nueva sede de la Embajada mágica Francesa y con la nueva representación diplomática en nuestra institución. La señorita Helené Eloise Bellerose como nueva embajadora de Francia para la Gran Bretaña y la nueva jefa del Departamento de cooperación mágica internacional la Señorita Hannity Ollivander Evans., esperamos que con este nuevo capital humano las relaciones entre El Ministerio Inglés y el Francés tengan una hermosa edad de oro. Pido un aplauso para las damas.

 

Aplaudi señalando los lugares en donde estaban las damas y sonreí, cuando los aplausos cesaron volví a subir la varita a mi cuello.

 

-Ahora los invito a la mesa, el menú ha sido escogido especialmente para la Conmemoración de la fecha, cada plato escogido minuciosamente para hacerle honor a los valientes de la revolución. Por favor pasen a la mesa los meseros los guiarán a sus lugares correspondientes, gracias.

 

Camine hasta la gran mesa en medio del hermoso salón dorado lleno de espejos y lámparas de araña con brillantes que relucían como hermosas estrellas en el techo del salón.

 

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Tomé mi lugar en la cabeza de la mesa, todos empezaron a ser guiados hasta sus sillas a mi lado derecho seguía una silla vacía, suspiré al mirarla, tras de ella el lugar de la Emperatriz de Austria también estaba vacío y al lado izquierdo la ministra de Gran Bretaña a su lado su esposo su hijo y la joven Xell. En la tercera silla de mi lado derecho estaba la Reina de Escocia y su hermana la princesa. Sonreí mientras todos tomaban su lugar y al estar sentados sonreí.

 

- Bon appétit

 

Tras mis palabras apareció la entrada un plato de pan baguette con queso camembert y nueces, un plato típico francés, copas de cristal con un vino tinto frente a cada uno. Tome mi copa lo acerque a mi nariz, el vino tinto Maison Blanche 1982 tenía un buen bouquet. Lo probé y me dispuse a probar la comida.

@ todos

 

 

 

 

 

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Ministre de la Magie Français // 🌙 dulce asesina by Mael

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Todo estaba resultando muy bien, la música estaba nivelada se escuchaba tranquila y la gente iba haciéndose cada vez más. Miro el lugar alrededor y sonrió una poco ansiosa por la cantidad de gente que está reunida ahí esa noche.

 

Pero sus pensamientos se esfumaron en cuanto el chico frente a ella hablo, primero intentaba decir algo y balbuceo algo rápido en el que la Macnair solo pudo entender un rápido acompáñame. Antes de que fuera jalada y agarrada del brazo, el se la llevó casi volando hacia la habitación contigua que tenía una mesa exquisita, muy adornada con todo dispuesto ya para el banquete. Los dirigió hacia un rincón en el que nadie podría verlos a menos de que los estuvieran buscando.

 

-Pero que esta pasando Don, no entiendo que quieres decir... es cierto que había algo de gente en el salón pero...- No pudo decir nada más antes de que sus labios se posaran en los de ella, miro sus ojos azules antes de cerrar los suyos y se dejó llevar por la calidez del beso. Sus labios eran tiernos y a la vez tan deseosos, primero parecía un poco tímido esperando la reacción de ella, pero pronto wl beso se profundizó queriendo recorrer toda su boca y en un momento en lo único que podía pensar era en sus manos en su cabeza y su cuerpo reacciono al instante poniendo sus brazos en el cuello y atrayendolo más hacia ella.

 

Pero el hechizo les duró poco, la voz de Ada retumbó en el salón y toda la gente que vimos fuera de esa habitación ahora estaba llenado esta, ellos se separaron a regañadientes el uno del otro. Pero con una sonrisa tuvieron que tomar los lugares en la mesa que les quedaban más cerca -Bueno creo que tenemos una charla pendiente para después...- comento por lo bajo mientras el le ayudaba a recorrer la silla y tomar su lugar.

 

@ DonTau

 

 

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Al principio, parecía que Don intentaba alejarse de un ataque de ansiedad, provocado por el tumulto de gente, al menos eso interpreto en las acciones de Macnair, que inútilmente intento pronunciar palabras, que fueron apagadas por aquel primer beso, claramente correspondido por ella. Don posaba ambas manos sobre la nuca de la joven, y esta hábilmente posaba sus brazos sobre el cuello del muchacho, logrando una perfecta sinergia.

La calma desapareció, su corazón mutó, simulando una especie de volcán en erupción, que abrazaría con todo aquello alrededor, intentaba modular su respiración, a medida que sus labios recorrían los de aquella muchacha, que ahora parecía entenderlo todo. La diestra del peli blanco comenzó a explorar la espalda de la joven, dibujando una camino irregular sobre aquel vestido negro, hasta llegar a su espalda baja, de la cual se aferró, fundiéndola más con él, presionando con suavidad.

Aquellos 60 minutos que pensaba disponer se convirtieron en segundos, pues el resonar de pasos y tacones en el suelo anunció una incómoda invasión de personas en el comedor, obligándolos a separarse. - De la que te salvaste... -  susurraría para morder su labio inferior, detonando algo de aquella impotencia que sentía. Con disimulo se apartó apenas unos centímetros, para adelantar una de sus manos indicándole a Idylla un sitio en la mesa que ocupar, Don por su parte recorrió brevemente el lugar, para entender en que momento del evento se encontraba. 

Ada tomaba el mando de aquel evento, ya todos en sus lugares, atentos a lo que la dama decía. El Dumbledore aprecio, como todos en la sala fijaban la vista en ella, y sintió un orgullo difícil de explicar, al menos para él. Sonrió buscando su mirar brevemente, pensando que seguramente en poco tiempo se encontraría a su par, ayudándola en aquella empresa. 

 

@ Idylla Macnair T.  @ Ada Camille Dumbledore

 

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No sabía si hacía lo correcto, pero siguió a Ada hasta su lugar y después tomo asiento justo a lado derecho de ella. No conocía a la mayoría de los asistentes y no le parecía haber visto a ninguno de sus otros compañeros del equipo de Quidditch así que no le quedaba más que mantenerse junto a la buscadora. 

— Espero no molestar si tomo este asiento —soltó al tiempo que se sentaba—. Si debo ser sincero, nunca había asistido a un evento de este tipo.

Sí, Cillian había asistido a otras fiestas en el pasado, pero nunca con todo la elegancia que aquel evento destilaba. No sabía porqué pero se sentía obligado a dedicarle una sonrisa a todas y cada una de las personas de la mesa ya que no sabía si estaba frente a alguien importante o no. Había reconocido a la Ministra de Magia, sí... Básicamente porque su cara estaba en todos lados, pero no sabía el puesto de ninguno más en aquella mesa.

— ¿Volveremos a embriagarnos como aquella vez? —Inquirió el Ryddleturn a su compañera, recordando un poco lo que había pasado en la Gala de Premiación.

Imitó a Ada y tomó la copa frente a él, la vació se un solo sorbo. 

— Entonces, ¿Qué más cosas hay que saber de ti?

Sabía que quizá estaba siendo totalmente grosero al haber tomado aquel asiento, pero qué más podía hacer. No tenía a nadie más con quien platicar en aquel lugar y para platicar con algún desconocido necesitaría de un par de copas más para poder hacerlo.

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La calidez  del toque tibio de la mano de su padre sobre la suya, a pesar de que no quita el intenso dolor que siente, mejora bastante al grado de dejar se sentirlo por momentos.

Hay algo que le inquieta después de escuchar lo que le dice acerca de no confiar en las personas que le ayudan, lo cual le hace recordar las palabras de Cassian: las cosas terminaron en Armenia pero la persona que se la llevó esta acá y es cercana a usted...  Se estremeció al recordarlo y sin quererlo apretó con fuerza la mano del Ollivander y murmuró un -Lo siento…

Todo esto le hace pensar que Crouch sabe algo, aún recuerda que cuando cuestionó a este por lo que había pasado en su piso, solo dijo que cuestionaba a la persona equivocada, acaso a quien debía preguntarle era a Garry, ¿su padre sabría lo que pasó aquel día?

Su mente regresó de inmediato a lo que estaba, lamentaba escuchar que para él ya no había días buenos, esperaba poder hacer algo para cambiarlo, a pesar de que tendría que ir de Londres  a Paris y viceversa se daría el tiempo suficiente para pasarlo con él. De cierta forma era reconfortante escuchar que ahora todo estaba bien.

Hessenord encajaba perfectamente en aquel ambiente lleno de algunas personas influyentes, con su carisma, su precisión para alabar a las personas en el momento justo y una clase de encanto sobrenatural hacía que el hombre no pasara desapercibido, sonrió  al verlo tan animado.     -Parece que alguien si lo esta pasando muy bien, ¿verdad?

Aunque su mirada estaba centrada en Crouch, con el rabillo del ojo seguía los movimientos de su padre, si era verdad que estaba mejor, tal vez podía hacer esa pregunta que tanto le inquietaba -Papá ¿Tú sabes lo qué fue lo que pasó en…?

No terminó de hacer la pregunta, pues la voz de la ministra de magia de Francia, amplificada mágicamente, le interrumpió. 

Se sonrojó un poco en cuanto Ada dijo el nombre de la embajadora de Francia y el de ella, de repente los aplausos la hacían sentir mareada, pero no por el hecho de la emoción del momento, no, aquello le hacía recordar una sensación desagradable, algo que le aterraba y estremecía a partes iguales, la piel se le erizó y palideció más rápido de lo que había enrojecido, fue devuelta a la realidad en cuanto la voz de la señorita Dumbledore se escuchó de vuelta invitándoles al comedor.

Volteó a mirar a Garry, aún confundida y mareada, aún no recuperaba su color blanquecino habitual, trató de sonreírle pero solo temblaron las comisuras de su boca, le ofreció el brazo para que la acompañase al comedor en el salón de los espejos, pero era más que nada para poder sentirse segura al caminar, las piernas le temblaban. -Señor Crouch,  nos haria el honor de acompañarnos. Volteó a mirar al ojiazul antes de caminar del brazo de su padre.

Al llegar al comedor pidió a un camarero una copa de agua y se dirigió  a sus acompañantes, aunque ella no probaba nada de alimento -Bon appétit.
 

@ Hessenordwood Crouch

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