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Conmemoración del 232 aniversario de la Revolución Francesa


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La comida había sido servida, todos estaban sentados disfrutando del banquete que estaba frente a ellos. La chica miró de reojo y ubico varios rostros entre la multitud, Ada estaba un poco lejos; cerca más que nada de la ministra de magia actual. No le sorprendía que hubiera tantos funcionarios políticos en aquellos asientos, después de todo era un evento de conmemoración, todos los ricos y adinerados se juntaban para charlar de política y los asuntos que acontecen en el mundo actual.

 

Después de pasar una mirada por toda la sala, su mirada ubico al chico que tenía justo a su lado, si bien se había conocido hacia solo unos cuantos minutos. El se había atrevido a besarla en la primera oportunidad, esas cosas no le pasaban a ella, simplemente creía que estaba soñando o alguien le estaba haciendo una broma pesada. Pero todo aquel asunto se sentía tan real que era difícil poder pensar que el chico tuviera otras intensiones con ella.

 

Todos comenzaron a comer y ella veía entre todas las opciones que más le gustaría agarrar, no lo dudo tanto y de un plato con pequeños baguettes que se veían de diferentes ingredientes, tomo uno que parecía ser hecho con jamón serrano y algún queso de cabrá o provoleta. Y en cuanto estiraba la mano para agarrarlo el chico hizo lo mismo, llegando a tocarse sutilmente y enviando chispas por todo su cuerpo. 

 

-Creó que nuestras mentes piensan lo mismo- comento la ojiverde con una sonrisa un tanto tímida y sus mejillas al rojo vivo, estaba visiblemente sonrojada con la situación.

 

@ DonTau

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La cena había dado comienzo, y los hambrientos invitados apagaban sus palabras para degustar aquellas baguettes dispuestas sobre la mesa. Don ocupando un lugar junto  a su pareja de ocasión, revisaba con su mirar lo que su ángulo le permitía en aquella mesa. Esperando no sabía el que para comenzar a comer.

Volvió a buscar a @ Ada Camille Dumbledore  con la mirada, pensando que luego debería tener una plática con ella. Más allá de felicitarla, debían resolver algunos de sus asuntos, relacionado a lo laboral claro. Don quería pasar mucho tiempo más desocupado, y era hora de comenzar a trazar su propio camino en aquel mundo. 

Opto por dar un pequeño trago a su copa de vino y volver a depositarla sobre la mesa, volvió la mirada hacia Macnair, esta vez sin decir una palabra, solo pensando a la vez que apreciaba sus líneas de expresión, sus labios, para luego perderse en aquellos ojos que tanto le gustaban. Adelantó su mano casi sin mirar a la mesa buscando una de las baguettes, para sentir el roce de la mano de aquella dama.

Apenas se sobresaltó al ver que se trataba de ella, incluso mantuvo el contacto un momento antes de sonreír y tomar por fin el bocadillo, sin saber qué decir. - Eso depende... - Contestaría cortando su largo silencio. - ¿Qué piensas ahora mismo? - diría volviendo a centrarse en los ojos de la muchacha. 

@ Idylla Macnair T.

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La gente seguía llegando y llegando, abaratando el salón. Todo estaba en su lugar, todo listo en caso de alguna emergencia. 

Con mis ojos violetas recorría las caras de cada uno de los invitados, sin dejar de tener ubicada en el lugar a @ada. Existió un momento extraño al recorrer un sector del lugar y descubrir a una mujer observándome. 

Sus ojos de un verde intenso me veían fijamente. Si hubiera podido sonrojarme en ese momento hubiera pintado mi rostro de mil colores, pero me limité a observarla de regreso y sonreír con un poco de pena. 

La bella dama levantó una copa, brindando conmigo en la distancia y yo sin nada para brindar. No me quedó más opción que levantar mi mano y bajar un poco la cabeza en señal de respeto. 

En ese momento Ada indicó que los asistentes debían pasar a la otra sala, dónde la ceja estaba por servirse. 

Fuera de mi ser caminé hasta la señorita que me había estado observando y le ofrecí mi mano. -Por favor, señorita, la escoltaré a su lugar".

Delicadamente tomé su mano y comenzamos a caminar con toda la gente. Elegí uno de los lugares de la esquina más lejana a todas las personas importantes para poder tener un buen ángulo de visión por si algo pasaba. La silla de al lado la destiné a la señorita de la cuál aún no conocía su nombre. La ayudé a sentarse y me acomodé en mi asiento justo a su lado. 

Mis manos comenzaron a recorrer a los presentes y pude ver a mi hermana Idylla, con una química algo extraña con un chico. Apreté un poco los dientes dejando ver una sonrisa irónica y clavé mis grandes ojos en ella. 

-Una disculpa, señorita, no me he presentado aún. Albus Renaldi Macnair, a su servicio.- Mis palabras eran bien escogidas y siempre con un tono de amabilidad extremo.

-¿Usted es...?- Volví mi rostro y le dediqué una amplia sonrisa a mi acompañante, dejando ver mis filosos colmillos. 

 

@ Hannity Ollivander Evans  @ Idylla Macnair T.  @ Ada Camille Dumbledore

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La cena estaba ya dispuesta, la entrada estándar siendo probada por los invitados, ya muchos habían terminado e indique a los meseros que retiraran los platos vacíos con un ademán. Ya era bueno que se sirviera la sopa por lo que cuando desaparecieron aquellos platos vacíos de la entrada la maravillosa crema de cebolla fue apareciendo en cada lugar de los comensales. Esa sopa era una de los sellos más marcados de la revolución en la gastronomía francesa, dado el origen de la misma, pues al existir escases de alimentos y con la facilidad de acceder a la cebolla y las patatas, esta crema era servida en la mayoría de hogares franceses de la época. Era un maravilloso modo de rememorar a nuestros ascendientes con la cena. Observe a los invitados y analizaba sus expresiones, talvez casi ninguno conocía el origen del plato que tenían delante de ellos, pero esperaba fuera de su total agrado. 
Entre las miradas que cruce estaban las de @ Albus Renaldi Macnair , el Macnair de hallaba junto a una joven que había visto alguna vez en el Ministerio Inglés pero no conocía. La mirada de mi primo @ DonTau  me hizo ver que necesitaba entrevistarse conmigo, aunque con la buena compañía en la que estaba me parecía que debería esperar hasta el cóctel para que charláramos. Yo estaba en muy buena compañía, @ Cillian era alguien muy agradable con el que habíamos coincidido en el quidditch, y era toda una aventura el conocerlo tenía una personalidad transparente y vivaz, lo cual era refrescante con respecto a los tratos que tenía usualmente. Tratar con la clase política de donde fuera siempre era difícil, pues muchos se escondían tras máscaras de ovejas cuando eran realmente lobos. Tal vez por eso apreciaba tanto a mí tía @ Sagitas Potter Blue , porque ella era como pocos en la política se mostraba tal y como pensaba y eso hacía a la peli violeta tan especial y entrañable para mí. Verla al lado de su esposo era algo singular, solo así podía ver yo que él amor si podía ir más allá de la muerte, ojala algún día pudiese conocerlo. 


Solo esperaba que el sazón de nuestro Chef fuera del agrado de todos 
 

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Ministre de la Magie Français // 🌙 dulce asesina by Mael

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Su pregunta sonó algo capciosa, la Macnair ño miró de arriba a abajo disimuladamente y se sonrojo por pensar cosas de esa manera en aquel lugar -Bueno pienso en que quiero que termine esta noche para poder conocerte fuera de tanto protocolo- comento la chica con una sonrisa, tomo un trago a la copa de vino que estaba frente a ella y recorrió un poco la mirada con la gente que se encontraba en el lugar. 

 

Pronto sus ojos se posaron sobre su hermano Albus, y sonrió para sus adentros, el era muy celoso por lo que sabía que cuando terminará esto y nos viéramos en la mansión habría algún reclamo de su parte. Se encogió de hombros y volteo nuevamente hacia su acompañante, vaya que el chico había logrado impresionarla y la marca de sus labios sobre los de ella, aún dejaban un cosquilleo de calor por todo su cuerpo. Claro que quería conocerlo, conocer todo de él y no dejar que se le escapara.  

 

-Creo que tendremos que concertar una cita y ver como se desenvuelve en la vida real caballero- se mordió un poco el labio, esperando la contestación del peliblanco.

 

@ DonTau  @ Albus Renaldi Macnair

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Seguía atenta de los movimientos fluctuosos de aquel ente encopetado que era la Reina francesa, moviéndose por el aire con un porte encandilador. De reojo controlaba que Jack no hiciera caso de sus devaneos, aunque creo que él se reía de mí por mis celos. Y no eran celos, aunque como aquella fantasma siguiera merodeando por allá, me iba a saltar el protocolo y subirme a la mesa con mis tacones y arrancarle la peluca falsa de su testa trasparente. Pues buenas somos las españolas cuando nos enfadamos...

La risa de @ Ada Camille Dumbledore  era contagiosa y demostraba una alegría tan emocionante que dejé de buscar quimeras y busqué quién era su pareja. Era interesante que alguien la hiciera reír así, con lo que lo necesitaba. Suspiré un poco, estaba demasiado tensa y aquel festín merecía la pena disfrutarlo. ¡Quién sabe! Tal vez fuera el último como Ministra, tal como se estaban dando las cosas.

Le di un mordisquito discreto a "aquello" francés de nombre largo y suspiré por dentro por una hamburguesa de algún establecimiento del bajo Londres. Hacía tanto tiempo que no me permitía los lujos de pulular por lugares poco discretos que hasta tenía ganas de dejar mi puesto para ser más impresentable y moverme con mucha más tranquilidad que ahora, siempre acompañada...

-- Anda, Jack, si te han puesto comida -- me reí un poco, al ver que los camareros le ponían un plato de lo mismo que yo. -- Nadie se da cuenta que eres fantasmagórico.

Y miré de reojo en busca de la pelandusca de la Reina esa que se me había escapado al control.

-- Bueno, @ Matt Blackner , @ Xell Vladimir Potter Black , explicarme... ¿Cómo es que habéis venido juntos a la fiesta? Y comportaros bien, que esto es más que una fiesta. Es una reunión política protocolaria. Ada y yo estamos afianzando nuestra unión política que pronto verá la luz en otro de mis famosos edictos.

Y me puse a reír. Muchos temblaban cada vez que decía esa palabra.

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Si bien el había asistido por qué en si el aún trabajaba para el Ministerio de magia todo tipo de reuniones sociales lo aburría un poco, por lo cual había decidido ponerse escondido en uno de los pocos rincones con poca luz que tenía aquel salón. 

Logrando pasar desapercibido para los invitados podía vigilar de forma más segura a los presentes, le hizo señas a uno de los elfos para que le alcanzará una Copa de algo, mientras veía que entre los invitados había gente conocida para el y otras que desconocía completamente. 

El estar observando como los demás disfrutaban la velada le agradaba, aun cuando el reconocía que para el todo aquello incluía un leve sacrificio laboral. 

Al cabo de un rato uno de los elfos le alcanzó una Copa que estaba llena con un extraño líquido burbujeante, miro por unos segundos el contenido reflexionando como había llegado hasta ahí, para luego beber un poco degustando aquel sabor tan dulce. 

 

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— Entonces eso quiere decir que beberemos hasta caernos de espaldas —bromeó Cillian a la respuesta de Ada. La ministra de Magia francesa comenzaba a caerle cada vez mejor y estaba seguro de que poco a poco podía conocerla más.

No bromeaba con lo beber, Cillian bebió una copa de vino más rápido de lo que se puede mencionar un “hola” antes de comenzar con la conversación. Si bien lo que en ese momento le intrigaba más era el saber para quien estaba destinada esa silla en la que se encontraba sentado, sabía que no era la mejor opción para comenzar.

— ¿Hay algún interés amoroso a la vista? —entrometerse en ese tipo de temas siempre era divertido, algunas veces terminabas obteniendo información que nunca pensarías que podía ser verdad—. Comienzo yo, si me permites.

¿Por dónde debía comenzar? Juliene era una parte importante en su vida, podría decirse que la más importante, pero en realidad ella nunca fue un interés amoroso a pesar de ser su esposa. Entonces, ¿Carlos? Sí, aunque había tenido bastantes amoríos antes de él, ninguno había sido realmente importante.

— Hace un par de años conocí a un chico, su nombre es Carlos. Un muggle, cosa que nunca me importo, ¿sabes? —no sabía realmente porque alguien debía importarle ese detalle—. Era el chico más dulce que había conocido y estaba loco por él.

Cillian paso los siguientes minutos tratando de explicar como es que había terminado enamorado del esclavo de su propia esposa y de como aquella relación lo había hecho tan feliz, esperando que Ada lo comprendiera. Lastimosamente, Carlos había desaparecido junto a Juliene hacía muchos años ya también y era esa la razón por la que Cillian terminaba obsesionando con cualquier chico, intentaba llenar un gran vacío.

 

@ Ada Camille Dumbledore

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Como por inercia, mi cuerpo reaccionó por si solo al sentir el contacto con Sagitas. Por instinto, me aferré a su mano, acariciándola con pequeños movimientos circulares del pulgar, sabiendo qeu aquello le provocaría un ligero cosquilleo por la mano, mientras desde los dedos comenzaba a subir un ligero tono pálido, muestra de que gracias al contacto comenzaba a tomar forma. 

 

Sonreía, mientras planeábamos como huir de los aurores y escaparnos unos días a nuestra casita oculta en las costas de España, cuando @ Xell Vladimir Potter Black  y nuestro hijo se sentaron junto a nosotros. Ninguno parecía demasiado cómodo con la situación, seguramente porque los tres habían preferido evitarse en todo momento y pasar desapercibidos entre si en la fiesta. 

 

Aunque algo me hizo fruncir el ceño, ya que la reina Antonieta y algunas fantasmas de su séquito levitaban alrededor, alejadas como para no establecer conversación directa, pero lo bastante cerca como para que sus risitas y cuchicheos llegaran a mis oidos, aunque sin entender que estaban diciendo. Eso me hizo fruncir el ceño. No me gustaba el cortejo del siglo XVIII, y además...yo solo tenía ojos para Sagitas.

- Cierto, prácticamente acabamos de sentarnos - mentira, habíamos sido de los primeros en llegar.

 

Pero ver a Sagitas, celosa por aquellos entes de trajes tan recargados me hacía gracia. De pronto, la comida apareció en la mesa....incluido yo. Eso me hizo fruncir el ceño y ladear ligeramente la cabeza....una cosa era que el contacto con Sagitas me hiciera corpóreo, y otra que por eso pensara comer. No iba a llenar la silla de comida para nada. En lugar de eso, observé alrededor, todos dignatarios y representantes de altas esferas políticas. Y nuestros chicos, Xell con bastante compostura, y Matt observando atentamente al resto. 

 

El chico nunca había estado cómodo entre multitudes, por muchos motivos, más aun entre tanto desconocido. Además, aquel plato de nombre francés tan largo era la primera vez que lo veía, y parecía observar como lo comía el resto antes de decidirse a probarlo.

- Que? - preguntó Matt, nervioso de repente al escuchar la pregunta de su madre. Aquello me hizo gracia, y tuve qeu contener la carcajada. - no venimos juntos, solo...solo nos hemos encontrado por casualidad aquí. - se justificó, mirándonos un momento antes de agachar la cabeza hasta su plato.

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Hannah Rambaldi 

 

No sabía el por qué aquel hombre peliblanco había llamado tanto su atención, probablemente su aroma le había atraído, pero había algo en él que la rubia aún no sabe descifrar. Rió al observarlo, parecía nervioso.

 

Esperaba en vano que la Ollivander se desocupara, conociendo a la chica y su cercanía con su padre, solamente algo extraño o sobrenatural podía hacer qué ella se alejara de él, de sus padres, eso la hacía preguntarse ¿acaso la señora Ollivander no asistiría a la reunión? Seguramente no y ella no era quien para meterse en esos temas familiares.

 

La anfitriona después del breve discurso llamaba a reunirse en el comedor para la cena. La rubia se disponía a avanzar hacía donde todos los invitados se dirigían, pero el hombre que había llamado su atención se acercaba a ella y no dudó en esperarlo.

 

Por favor, señorita, la escoltaré a su lugar

-Es usted muy amable caballero- hizo una leve reverencia con la cabeza  y lo acompañó hasta el comedor, en un lugar donde se podía ver a todos los invitados.

 

-Mi nombre es Hannah Rambaldi,  un placer- lo miró a los ojos, el apellido Renaldi le sonaba un tanto familiar, así qué procedió a preguntar: -¿Usted proviene de familia italiana?

Sus movimientos, su sonrisa, si querer hacían denotar un ligero coqueteo con su interlocutor. 

 

@ Albus Renaldi Macnair

 

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