Conmemoración del 232 aniversario de la Revolución Francesa

[Ada Camille Dumbledore]

La Cena era bastante deliciosa, el chef se había esmerado por preparar platos con sabor exquisito, digno del paladar de todos los que estaban allí. Me gustaba ver como Hanna y Albus estaban hablando y compartiendo la cena, era bueno que ambos vampiros se conocieran, conocía poco a Hanna, pero era una bruja amable. Mi primo y su acompañante también se veían muy tranquilos y bastante acoplados. Sagitas y si esposo compartían y departían además con Matt y Xell, a los que en medio de todo debía ir a saludar, pues cuando ellos habían ingresado yo trataba que Robespierre no empezara de nuevo una revolución. Ya iría a recibirlos como merecían ambos, pues eran personas a los que apreciaba.

 

Su acompañante Cillian, era alguien singular, se habían conocido a causa del quidditch en el equipo Vratsa Vultures y se habían hecho muy cercanos. Ahora que charlábamos lograba ver que su vida anterior había vivido cosas que le causaron daño, así como a mí. Me reí por sus preguntas y fui sincera con él.

 

-Siento mucho lo que te paso, se lo difícil que es perder a alguien que es importante para ti.

 

Suspire en pensar en el lugar y en su pregunta mire el plato casi pensando en ver ella reflejados aquellos ojos azules.

 

-Si esa silla era para alguien especial para mí, él… él ha sido importante para mi desde que estaba en la Academia Beauxbâtons. Estaba unos años mas adelante que yo, el ultima día de escuela pude hablar con él y nos despedimos. Hace poco volví a verlo y me di cuenta que eso que sentía por él no ha muerto.

 

Tome mi copa de vino y le di un trago largo hasta vaciarla, un mesero llego a llenar la copa de @ Cillian Ryddleturn  y la mía, mire al rubio de frente.

 

-Él hablo conmigo y dijo que trataría de venir desde París esta noche, pero que no estaba seguro de poder hacerlo, pero finalmente no pudo llegar y aun así deje su lugar a mi lado. Quisiera que lo nuestro fuera posible, pero no lo es.

 

Volví el rostro a la copa y sonreí del último encuentro en mi domicilio en la torre Eiffel.

 

- Solo espero que todo y mejore y se realice. No dudo que tu encontrarás a alguien nuevo para amar

 

Le sonreí con sinceridad, Cillian era un mago muy agradable y seguro alguien le amaría cómo merecía.

@ Sagitas Potter Blue    @ Matt Blackner  @ Xell Vladimir Potter Black  @ Albus Renaldi Macnair  @ Idylla Macnair T.  @ DonTau  @ Hannity Ollivander Evans

 

 

 

[Dana Gryffindor]

SHELLE KATHERINA GRYFFINDOR

Finalmente la reunión en el Basilisco Ahorcado había concluido y @ Arya Macnair  se encontraba bajo mi protección. Fue a la mañana siguiente de aquella noche, mientras bebía una taza de café, que recibí la invitación a la fiesta por la Revolución Francesa, nada más y nada menos que del puño de la misma Ministra de Magia y mi maldita debilidad: @ Ada Camille Dumbledore .  Sin embargo debía encargarme de unos asuntos antes, mi campaña para convertirme en Ministra de Magia de Reino Unido se encontraba en marcha y aquella mañana tuve que acudir a la editorial para terminar de sellar los últimos detalles, aquello me llevó una eternidad pues debía coordinar con muchas personas y hacerme la idea de que me pondría en contra al ex ministro y Líder de La Marca Tenebrosa, quien me había dado toda su confianza al convertirme en su mano derecha junto con Matthew.

Finalmente terminé con aquellos tediosos asuntos y regresé a la Gryffindor para colocarme un vestido formal y acorde al evento dado, un vestido color rosa viejo con un escote redondo, mangas tres cuartos, ajustado al cuerpo y largo hasta las rodillas, unos stiletos color beige y recogí mi largo cabello en una fina cola de caballo, dejando unos mechones colorados al rededor de mi rostro. 

Llegué a la embajada una hora más tarde de lo expuesto en la invitación, sin embargo me había detenido en el camino para llevarle un obsequio a la ministra. Al llgar a la embajada di mi nombre y un mago lo corroboró en la lista Vip (?) de invitados, otro mago muy bien vestido con un moño con los colores de Francia, me acompañó hasta la sala principal donde los invitados ya estaban dispuestos en sus respectivos lugares. Al ver a la ministra me acerqué delicadamente a ella. 

-Señorita Dumbledore - dije con una sonrisa cómplice en los labios -La felicito por la recepción, tiene usted buen gusto para la decoración y es una gran anfitriona - Rápidamente noté a la persona que acompañaba a la ministra,  @ Cillian Ryddleturn ,  quien se veía cabisbajo quizás por la conversación que estaban llevando a cabo. 

-Siento interrumpir- dije con calma -Un placer, mi nombre es Shelle Gryffindor -dije al muchacho para luego regresar la mirada a la ministra - no les robaré más tiempo, aquí tienes un presente- dije entregándole el paquete en una elegante caja de terciopelo rojo la cual se abría con un delicado broche de oro- Espero que te agrade, Ada. 

 

[Perenela Arya Grindewald Potter Blue]

-Llego tarde, llego tarde, llego tarde, llego tarde... - Repetía una y otra y otra vez la letanía mientras tomaba el bajo de mi vestido con una mano para no arrastrarlo mientras subía los escalones de la entrada. Había recibido la invitación días antes pero mi elfina la había traspapelado junto con los pendientes que tenia en el Ministerio, la había encontrado esta mañana cuando había alcanzado a dejar todo organizado en la oficina y ya estaba sobre el tiempo para arreglarme. Tuve que mandar a los elfos de la Mansión a organizar mi vestido, los complementos e incluso buscar un obsequio adecuado. 

Me detuve un par de pasos para revisar el moño de mi cabeza y el maquillaje en uno de los espejos, el silbido que me devolvió el espejo me dejo contenta, alise un poco el frente, dejando que los pliegues rojos del vestido cayeran con gracia, los zapatos de tacón negro hacían juego con el bolso de mano y la pequeña bolsa que traía era un pequeño broche que había encontrado en una subasta y que había pertenecido a María Antonieta. 

Me sentía incomoda con la parte delantera de mi vestido, mis pechos habían crecido un par de tallas desde que estaba amamantando después de tener a Leslie, aunque no es que me apretara el vestido, era imposible teniendo en cuenta el escote posterior, sino que no estaba cómoda con tener pechos tan grandes. Traté de esconder mis inseguridades y de recordarme mentalmente que los niños estaban siendo cuidado por todos los elfos de la mansión y que si se llegase a presentar algo alguno de ellos vendría y me avisaría inmediatamente, me detuve y deje que los encargados de la puerta las abrieran para mi y no pude menos que sorprenderme de la belleza del lugar y la disposición de la mesa, aunque ya veía un montón de invitados acomodados en sus lugares había algunos que se notaba que apenas estaban llegado. como yo, salude con la mano a mi madre que se veía hermosa con su traje, me hubiera gustado que fuera un poco mas revelador pero quien iba a poder con ella si se lo sugeríamos. Me acerque a mi madrina y esperé a que la otra invitada siguiera hasta su puesto, hice una pequeña reverencia y me incline para abrazarla:

-Lamento la tardanza, @ Ada Camille Dumbledore tuve que dejar a los niños organizados para dormir y la pequeña Leslie no quería quedarse con Harpo. - le di un beso en cada mejilla y le alargue la pequeña bolsa del regalo, miré al joven con el que ella hablaba y le sonreí a modo de saludo, volví la vista con las cejas un poco levantadas- disculpa la interrupción, gracias por invitarme a la velada, voy a saludar a los otros invitados y si quieres podemos hablar un poco después. 

Me aleje y le di un beso a mi madre @ Sagitas Potter Blue y salude a Jack (@ Matt Blackner ) , mi asiento estaba junto a ellos, estaba mirando el resto de los invitados a ver a quien mas conocía, vi a @ Xell Vladimir Potter Black  a la cual salude con un gesto de la mano y desprendí la vista de la gente cuando pusieron un plato enfrente mío.

-Vaya es una hermosa cena, ¿Cuándo vamos a hacer nosotros una así madre?

[Ludwig Malfoy]

Ludwig siempre había detestado los encuentros sociales y más cuando se trataba de vestir de manera lujosa, posiblemente muchos lo consideraban como un mago agradable pero poco social y definitivamente alguien cuya mayor devoción era la fuerza bruta. Motivo por el cual la invitación que le había compartido Cillian a un evento francés lo sacaba un poco de su zona de confort.

Si bien, el Malfoy no deseaba estar rodeado de gente, sentía una gran atracción por el joven Ryddleturn que lo hizo levantarse y preparar sus mejores atuendos. Se encontraba extrañado de si mismo al ver el empeño que ponía para verse perfecto, para el y no para los demás invitados. Se sentía nervioso ya que la velada anterior prácticamente no pudieron hablar pues únicamente se besaron hasta consumar el acto carnal. Lo peor, Ludwig no se esperó al amanecer, simplemente tomó sus cosas y se retiró.

Definitivamente se sentía apenado por haberse ido así, y quería remediar la situación, nunca quiso ser descortés pero el hecho de amanecer con alguien abrazado, ponía en duda la personalidad dura del exmortífago. Aquella noche sería la mejor oportunidad para remediar su error y probar a si mismo que también podía socializar con más magos y brujas.

Ingresó al recinto Frances y vió a una gran cantidad de magos y brujas, incluso pensó que alguno de ellos podría ayudarlo a conseguir empleo, ya que desde su viaje temporal, no tenia trabajo y pronto necesitaría ingresos para subsistir. Ahora con más razón debía causar una muy buena impresión.

Afortunadamente, el traje que usaba era uno de los mejores que pudo encontrar, le había pertenecido a su padre Crazy Malfoy y era una de las piezas más lujosas que había portado en su vida, se trataba de una túnica de color guinda que resaltaba maravillosamente su pálida piel. Una camisa blanca la cual iba acompañada de un corbatín. Ludwig en verdad se veía apuesto pues casi nunca usaba ese tipo de vestimenta.

Caminó mientras le ofrecían una copa de vino blanco y caminó tratando de identificar a los invitados, la mayoría le resultaban poco familiares. Fue al fondo en una mesa donde pudo ver a Cillian platicando con una hermosa mujer. Al sanador le pareció una dulce escena y recordó la noche anterior en la manera en como se encontraba besando aquel cuerpo. Dichos pensamientos enrojecieron a Ludwig quien intentó disimular mientras se acercaba a los que conversaban sobre beber hasta el amanecer.

-Vaya, así que están hablando de bebidas – dijo el Malfoy mientras saludaba a Cillian y veía a Ada a los ojos – un placer, mi nombre es Ludwig espero no interrumpir - Sonrío tratando de ocultar su nerviosismo mientras tomaba otro sorbo de su copa de vino.

@ Cillian Ryddleturn  @ Ada Camille Dumbledore

[Cillian Haughton]

Cillian escuchó a Ada con la misma atención que ella le había brindado a él, no podía ser de otra manera, ella se lo merecía. Dejó escapar un pequeño suspiro al comprender que no era el único en aquella situación tan complicada. Bebió un poco más de su copa mientras su compañera terminaba su historia, se preguntaba porque aquello no era posible y ya averiguaría más sobre ello en cuanto sintiera que fuera el momento indicado.

— Sí, supongo que ya se dará la oportunidad.

Pensó en aquel momento en Rory y Ludwig, el primero era un tema complicado y con el segundo había tenido un encuentro bastante rápido, tanto que el Malfoy ni siquiera se había molestado en esperar a la mañana siguiente para retirarse de la habitación de Cillian así que este al enviar aquella invitación solo con un par de horas de anticipación para la cena, pensó que no obtendría repuesta alguna.

Pero estaba equivocado, ya que este apareció solo un par de minutos después de iniciado el evento y el Ryddleturn no sabía como reaccionar a aquello, justo hacía un momento que estaba platicando con Ada sobre su pasado y el como es que el reemplazar a Carlos sería del todo difícil y ahora estaba Ludwig, que prácticamente era un extraño para él, pero lo había hecho sentir mucho más en una noche que todo lo que Carlos había logrado en varios años.

Por un segundo, Cillian sintió las orejas calientes y su cara tomó un ligero color rojo debido a la sorpresa.

— Sí, exactamente de eso estábamos hablando —mintió, sabía que no tenía que hacerlo pero aún así lo hizo—. Pensé que no vendrías —confesó con un poco de vergüenza—. Oh, si... ustedes no se conocen, ¿no? Bueno, quizá se vieron en la fiesta en el chateu. 

Se levantó de su asiento antes de realizar la presentación y sin pensarlo rodeó al Malfoy con sus brazos, necesitaba sentirlo cerca de nuevo. No quería separarse de él, no quería que se fuera de nuevo o por lo menos eso era lo que sentía en aquel momento, pero lo hizo.

— Ella es Ada, mi hermana adoptiva —presentó—. Y también es la Ministra de Magia Francesa... Y bueno, el ya se presentó solo, pero creo que es alguien que puede cumplir con lo que acabas de decirme —terminó, dirigiéndose a Ada.

 

@ Ada Camille Dumbledore  @ Ludwig Malfoy Triviani

Editado 17 de Agosto del 2021 por Cillian Ryddleturn

[Ludwig Malfoy]

La tensión en aquel lugar era bastante evidente, tanto el Malfoy como el Ryddleturn tenían asuntos pendientes y era notorio que ambos trataban de guardar la compostura. Si fuera por Ludwig ya lo tendría nuevamente entre sus piernas.

Al ser introducido formalmente con Ada pudo identificar su rostro pero lamentablemente debido a que prácticamente había pasado toda la noche con Cillian, no pudo conocer a nadie.

-Bueno pues ahora si, un placer conocerla señora ministra - al saber que se trataba de un cargo tan importante, el Malfoy se sintió aún más intimidado. Pero al sentir el brazo de Cillian se volvió a sentir seguro y animado, de acomodo para que ambos frotaran sus manos.
 

Lo miro y sonrió posando su mirada en sus labios. La curiosidad lo invadió al saber que podía ser necesitado o cumplir con algún tipo de misión - me encantaría saber en qué puedo cumplir, tengo bastante tiempo libre últimamente - dijo algo nervioso pero intrigado.

[Cillian Haughton]

Sonrió.

¿Ahora como explicaba aquello? No conocía exactamente las intenciones de Ludwig, no sabía si estaba interesado en tener solo un par de encuentros físicos de vez en cuando o si por en cambio estaba interesado en que aquello se convirtiera en algo mucho más serio. Cillian lo quería, ese momento no podía negarlo, aquel mago había llamado por completo su atención y aunque sabía que no lo conocía, estaba dispuesto a dedicar todo el tiempo posible para saber cada cosa sobre él.

— En realidad hace un momento no hablábamos sobre bebidas —comenzó, decir aquello era un paso importante ya que quizá solo terminaría espantando al chico—. Ada y yo hablábamos sobre algunas personas que fueron importantes en nuestra vida de forma especial, sabes a que me refiero.

Si el Malfoy lo sabía o no, era algo que no podía confirmar en aquel momento. ¿Quien le decía que no era más que un psicópata adicto a los duelos mágicos o algo por el estilo? En algún momento lo descubría pero en aquel momento estaba a oscuras. No le importaba en realidad así que se arrepegó un poco a él para poder sentir su calor y entrelazar sus mano con la suya.

— Lo que escuchaste recién, quería darle a entender a Ada que quizá tu seas una de esas personas importantes en mi vida —una vez más el rostro del Ryddleturn se había sonrojado, nunca antes había llegado a ese nivel, pero con Ludwig las cosas parecían salirse cada vez más de lo común.

@ Ludwig Malfoy Triviani  @ Ada Camille Dumbledore

[Ludwig Malfoy]

Aquella confesión cambió todo, hacía mucho tiempo que el ojiazul no sentía latir su corazón, realmente había olvidado lo que era sentirse amado y corresponder a dichas emociones. Definitivamente tenía miedo de dar un paso en falso y a la vez salir herido, pero quería continuar, necesitaba volver a sentir y a formar vínculos. Tristemente, la mayoría de las personas importantes del Malfoy ahora se encontraban sepultadas.

-Vaya, yo esperaba que me dijeras que necesitaban un asesino a sueldo, ya estaba a punto de sacar mi utilería – bromeó el Malfoy para amenizar la velada – no soy asesino ministra, lamento la broma – comentó al ver la cara de Ada ante el comentario anterior.

Después de todo ahora estaba en un nuevo tiempo, era una oportunidad para comenzar y evolucionar, si podía iniciar una vida ¿Por qué no intentarlo?, Cillian lo esperaba, ambos se correspondían, y aparte ya había dado el primer paso, solo tenía que responder, decir que también el era muy importante, se moría por decirlo, y abrazarlo y besarlo.

-Vaya -  comentó Ludwig después de carraspear – no se si pueda considerarme especial o importante, pero creo que las oportunidades para ser felices llegan solas y hay que aprovecharlas y aunque solo llevamos dos noches viéndonos, creo que tu también puedes ser alguien importante en mi vida - Pasó su mano por la cintura y le dio un beso en la mejilla.

[Lord Cubias]

Era tarde, Cubías lo sabía pero no era algo que le quitara el sueño en ese momento, lo importante simplemente era atender aquella invitación diplomática que había recibido, después de todo, se trataba de su primera interacción internacional en la política, y eso que aún no terminaba de consolidar su mandato en el ministerio italiano de magia y ya estaba recibiendo decenas de encomiendas y cartas de diversas embajadas y oficinas. 

Pese a ello, pocos estaban enterados de la nueva situación política en Italia, en donde Cubías junto a su colegas y miembros importantes del nuevo gabinete lograron derrocar al antiguo mandato, por tal razón, el ojinegro esperaba mantener un perfil bajo, al menos de momento. Lo único que le interesaba era atender la invitación de su par francesa, sabía que una alianza por ese lado no le vendría mal, sobre todo en esos momentos turbios.

Tras pasar por la sección de registro y verificación de identidad, Cubías se adentró hacia el lugar donde se desarrollaba aquella recepción, la cena ya estaba servida, e incluso casi terminaba. El ojinegro iba ataviado con un pantalón negro de apariencia muy fina, camisa blanca de botones y una túnica negra que le colgaba hasta los tobillos. 

Avanzó a paso lento por el recinto, su mirada se desplazaba por cada rincón de esa lujosa instancia mientras esperaba que alguien se acercara a recibirlo o acomodarlo en algún lugar.

[Sagitas E. Potter Blue]

Intentaba mantener el semblante hierático, sin reflejar muchas emociones. Si algo odio es que un paparrazzi me fotografíe en un arrebato y se lancen historias por ahí de mi mal genio; con lo buena persona que soy cuando me drogo estoy relajada y sin presiones. Así que mantuve mi sonrisa aunque los retazos de conversación que sentía no me hicieran mucha gracia. Eso es lo malo de ser una figura pública, se supone que has de mantener la calma y no enfadarte por nada. Lo malo es que eso es muy inglés y yo soy española, con lo que el genio era más importante que el ser un ser pasmado ante todo.

Sentía murmullos de todo tipo. Miré de reojo hacia Ada y un poco más allá, donde un chico hablaba de relaciones con un muggle. Chasqueé la lengua con un sonido desagradable que no se oyó en ningún sitio excepto en mi cabeza, rechazando aquella idea. Además, el toqueteo que Jack ejercía a mi mano estaba levantando mi ánimo. Era lo mejor que me ocurría en aquella fiesta, el poder lucir marido en público. Pocas veces salíamos juntos y menos en ocasiones especiales como esta fiesta.

-- Fíate de las casualidades -- le contesté a Matt mientras, en un gesto muy poco protocolario, tomaba un trozo de aquella... aquello... lo que fuera de nombre francés que nos habían servido, del pato de Jack y me lo metía en la boca, sonriéndole de forma muy pícara y dándole un beso después. ¿Saborearía algo de mi boca? -- Acabas de convertirte en soltero, quiero que sigas así un buen tiempo, no te líes con nadie tan pronto o darás que hablar.

Como si a mí eso me importara mucho... Pero era refunfuñona y no sabía si estar contenta o triste con lo sucedido con Heliké. Un voleteo rojo se acercó a mí y descubrí a una hermosísima Perenela que me daba un beso. Pero eso no se lo iba a decir a ella.

-- Vaya, ya llegas... Te tardaste, casi acabamos de comer. Te quedo un poco justo ese vestido, cariño, y te cubre muy poco por detrás. -- Esa era la Sagitas madre protectora, intentando que mi hija fuera recatada, algo imposible después de tantos novios y un marido. Por cierto, ¿ella haría lo mismo que Matt? ¿En qué habría fallado como madre para que mis hijos hubieran acabado casados y, después, divorciados? O mirándolo de otra manera, en qué había acertado... Me encantaba tenerlos de nuevo solteros en casa. -- Anda, siéntate cerca, que te vigiles, estás demasiado... -- ¿buena, apetecible, elegante? --... roja como para que no te controle. Aquí, al lado de mami.

Gruñí ante la idea de tener una fiesta como ésta. Negué con la cabeza.

-- Nono, sólo los franceses pueden dar fiestas tan elaboradas y exageradamente caras. Nosotros no estamos para gastar ese dinero. Además, dudo que viniera tanta gente a una fiesta que yo organizara. Y para que las mascotas se coman el banquete, nos lo ahorramos.

Entraba más gente, pero yo ahora estaba ocupada, tenía un marido, dos hijos y una sobrina a los que vigilar. Ya se sabe que los franceses apoyan el amor libre y todo eso, pero yo soy de mente algo anticuada.