El nuevo Ministro de Magia

[Goderic Slithering]

Hito 2: Captura del dado

Hito 3: Sala del Tiempo

James Wyclif

 

James se encontraba sentado en una cafetería recuperando un poco su energía luego de una misión de información. Sin que la mesera lo note, le agrega a su café unas gotas de poción herbovitalizante para recuperarse más rápido. No sabe en qué momento su vida cambió a una tan ocupada, bueno, sabe que fue al relacionarse más con Goderic pero ¿en qué pensaba cuando decidió hacerle caso?

La voz en la radio suena en completo caos, casi balbuceando sobre la situación actual y no puede evitar recordar el día del ataque a Hogwarts donde los medios de comunicación entraron en pánico, se podía ver el miedo en los ojos y en la voz de los reporteros. Su cerebro demora poco en procesar lo que sucede: el inquisidor ha vuelto a atacar pero ahora no en secreto, ahora revelándose en rostro descubierto y realizando un golpe de estado.

El resto de oyentes se levantan de sus sillas, algunos huyen sin pagar las cuentas mientras que otros más conscientes dejan dinero sobre las mesas antes de irse a sus hogares a buscar la protección de sus familias. El mago, en cambio, se mantiene tranquilo tomando su café. Su vida en Londres era casi inexistente ya que la mayor parte del tiempo lo pasaba en Estados Unidos, se había quedado en el país solo para apoyar a los civiles que quisieran emigrar huyendo de los recientes decretos.

La pregunta que rondaba por su cabeza mientras el caliente café bajaba por su garganta era ¿valía la pena detener al Inquisidor? ¿realmente podría ser peor que Sagitas? Realmente no veía demasiada diferencia entre ambas moralidades. Quizás, solo quizás, incluso podría ser algo bueno para la sociedad mágica inglesa, así que ¿valía el riesgo ponerse en peligro su vida por proteger una institución que no podría estar más podrida? Es en esta discusión mental, en la que pierde varios minutos, solo se levanta cuando la mesera prácticamente lo expulsa de la cafetería porque cerrarían.

La respuesta a su dilema llega a través del sistema de mensajería que tenía con el presidente del MACUSA: debía ir y detener el intento de golpe de estado. Una instrucción bastante precisa, que James entendió de inmediato. No debía matar al inquisidor, ni debía proteger la vida de Sagitas... su única meta era proteger la democracia de una elección libre y segura rescatando a Toloveus. Nada más. Girando sobre sus talones desaparece rumbo al ministerio de magia.

La destrucción es obvia. Asfalto destruido por el choque de rayos. El olor a sangre es inconfundible. Su sed se dispara levemente pero se controla apretando sus dedos con fuerza. En su camino rumbo al ministerio observa muchos cadáveres de abominaciones. Algunos envenenados, otros con flechas en sus cuerpos, otros con una herida sangrante en sus pechos, algunos incluso congelados. James nunca fue un santo pero si se pregunta si era realmente necesario matar sin control, considerando las circunstancias. Sin embargo, no juzga ya que, probablemente, él haría lo mismo.

Al llegar al Departamento de Misterios, la tranquilidad era sospechosa y levanta inmediatamente su guardia. Sabía que algo extraño pasaba, un riesgo se acercaba. Cuando escuchó un ruido extraño, inmediatamente se resguarda en una de las salas que se encontraba en el camino. No sabe qué puerta abre, ni a cuál de todas las investigaciones del departamento piensa utilizar como escondite pero teme encontrarse con algún redentis o abominación sobreviviente.

Observó alrededor y descubrió rápidamente que se encuentra en la sala del tiempo. Los danzantes diamantes resplandecientes de luz, una gran campana y, sobretodo, la gran cantidad de relojes eran una pista suficiente para descubrir su ubicación actual. Caminó lentamente buscando algo que sea un peligro o, al contrario, alguna herramienta que le fuese a ser de ayuda futura. Cuando un gas comienza a filtrarse por las paredes, trata de cubrirse la nariz con su mano. Sin embargo, sabe que es inútil cuando siente que pierde la conexión con su varita: había caído en una trampa y ya no cuenta con magia. La sala es bastante amplia, por lo que el vampiro no nota inmediatamente que se encuentra acompañado. Trata de huir pero sabe que es inútil.

[Hannity Ollivander Evans]

Termino del Hito 2

 

Hito 3 -- Cámara del Espacio

 

Después de todo lo acontecido en las últimas horas lo habían logrado, sintió un pequeño alivio al ver que habian llegado al Departamento de Misterios sin ser vistos o capturados por los Redentis, pero una sensación incierta se apoderó de ella. Había estado allí antes, en sus tiempos de inefable cuando recién había salido de Hogwarts. Aquello no era un alivio,  a pesar de que le habían borrado la memoria al dejar de trabajar alli, había cámaras a las que nunca había entrado, algunas que aún le causaban miedo a pesar de no recordar qué contenía cada una. Suspiró, no podía echarse atrás, no habiendo llegado tan lejos.

 

Ella al igual que muchos otros habían llegado a la sala circular, era la hora de escoger una puerta, un cosquilleo en su mano la hizo dudar, pero ya no era momento de hacerlo, ya estaba allí -Lumos. 

Por un extraño motivo la varita no emitió luz alguna, pero se dió cuenta que ya no estaba en la sala circular en donde hasta segundos antes había estado, ahora estaba en una sala oscura, ella no había abierto la puerta que tenía enfrente,  sin embargo tenía cierto encanto, habían planetas y el brillo  de las estrellas.

 

Todo flotaba en el lugar, por un momento Hannity estaba maravillada con la vista, no era consciente de otra cosa a su alrededor,  hasta que sintió que flotaba, al principio la sensación era agradable, pero comenzó a marearse, sacó la varita para usar algún hechizo qué la dejara estable en el piso, pero por segunda vez la varita no hizo nada, parecía no tener magia y era ahí donde empezaba la pesadilla.

[Mica Gryffindor]

Hito 3:

Los puños le dolían pero nada parecía pasar, de pronto entre sus golpes uno pareció encajar en la roca del techo y mover algo. En ese momento el agua comenzó a bajar de forma abrupta, arrastrándola. Sus manotazos eran desesperados, al tiempo que intentaba nadar contra la fuerza que la llevaba. Sintió entonces dos corrientes: una parecía llevarla hacia donde estaba la salida, mientras que la otra la arrastraba hacia el pozo bajo el velo. 

Desesperada nadó con toda su fuerza, las paredes parecían alejarse nuevamente del centro, como volviendo a su ubicación inicial. De a poco fue logrando salir de la corriente no deseada para aproximarse hacia las escalinatas y, así, llegar a la puerta. El agua ya había bajado, y le bastó subir un par de escalones para poder alejarse de ella. Empapada como estaba, corrió escaleras arriba hasta lograr dejar atrás la cámara: estaba nuevamente en aquella sala circular de paredes, piso y techo negros. 

[Sherlyn Stark]

Hito 3 - Departamento de Misterios.

 — Lumus —pronunció suavemente. Aún se mantenía tranquila. 

 Al ver que el cuarto aún se encontraba a oscuras, volvió a conjurar este último hechizo pero está vez con una voz que demostraba preocupación y pánico. No entendía qué podía estar sucediendo pero en su mente comenzaban a formularse diferentes especulaciones, desde las más cotidianas, como una simple falla en el sistema de iluminación, hasta una trampa exageradamente peligrosa. Temía que al iluminar la habitación se encontraría con un centenar de Redentis a su alrededor, sin embargo, lo que más le inquietaba era el silencio. 

 No sentía ninguna presencia ni oía ninguna respiración más que la propia. Nuevamente se sentía agitada y en definitiva era difícil sostener el ritmo en cada inhalación y exhalación. Al mismo tiempo sentía una presión en el pecho que podía confundirse con un mal presentimiento. Debía calmarse, sería lo mejor. Sabía que ese sentimiento estaba perjudicando su concentración y por consecuencia, no podía conjurar ningún hechizo. 

 Inhaló profundamente con los ojos cerrados, intentando no pensar en lo que podía encontrar cuando abriera los ojos. Apoyó con fuerza sus pulgares en su varita y esta vez, al mismo tiempo que pronunciaba el hechizo, abría lentamente sus ojos. Sin embargo, sus esfuerzos fueron en vano. Aún seguía a oscuras y ese olor a sangre que llegaba a sus fosas nasales le inquietaba cada vez más. 

 Frunció el ceño y mantuvo la postura. No perdería la calma, no luego de haber llegado tan lejos.

 Pero cuando quiso volver a pronunciar el hechizo sintió como algo comenzaba a trepar, con fuerza, por su pierna izquierda. Por instinto la sacudió con desesperación sin ningún resultado. Simplemente gritó y volvió a sacudirla. Tomó su varita con la intención de lanzar un hechizo o por lo menos conjurar uno para saber qué era lo que sucedía, pero nuevamente, no tuvo éxito. Era como si la magia estuviera invalidada en esa habitación. ¿Dónde se había metido?

 Cuando sintió otra criatura en su espalda y una tela de araña pegajosa sobre su cara, volvió a gritar. 

 — ¡Septusempra! ¡Expelliarmus!

 Desconocía si se trataban de acromántulas o arañas, tampoco sabía si esos hechizos eran válidos. En esas circunstancias era completamente difícil pensar con claridad. 

[Thoth]

Hito 3-Cámara Cerrada 

El mago tenebroso se encontraba preocupado y un poco angustiado, a pesar que no perdía la esperanza, por ello seguía luchando para librarse de las cadenas que le sujetaba y le lastimaban. Además, que ahora la sala perdía rápidamente el suelo, y esto provoca que el nigromante sin Magia alguna se encuentre suspendido en el aire solo por unas cadenas. En contra parte,  la persona que más amaba al parecer se encontraba dialogando con otra persona, despertando ciertos celos e inseguridad en él. 

 

"Él no sería capaz."

 

Pensó desde su alma, y su rostro ahora era bañado de sudor frío por los nervios ante esa sospecha. De igual forma, su pulso comenzaba a disminuir, y cierto tick nervioso se le producía en él ojo derecho,  y aún así podía decirse que tenia fuerza pata libérese y ayudar a esa persona que tanto amaba, y en ese momento que le escucho gritar se apresuro para salvarla o morir en el intento. Y en última circunstancia, el mago tenebroso seguía prisionero aún de lo que fuera esa realidad. 

 

2 fracaso por salir del hito 

 

https://rolhl.foroactivo.com/t29p50-el-nuevo-ministro-de-magia

[Illidan Burke]

Hito 3. Sala de los cerebros.

Recorrió la sala un tanto intrigado, fijando sus ojos azules en aquella puerta del otro. La luz de su varita se apagó. No se percató de momento del problema, la iluminación era buena, por lo que solo se limitó a llegar a la puerta e intentar abrirla. Un extraño aroma llegó a nariz, fue cuando se giró para ver como desde las ventilas, salía un extraño gas verdoso. 

Busco su camisa intentando tapar su boca, recordando que la había perdido en la batalla, lleno de inseguridad tanteo la puerta que pareció no responder, el gas se hacía más pesado, sintió su pecho cerrarse, no pudo evitar exhalar el gas, su vista comenzaba a fallarle, llevo su mano a su boca, presionando la varita intentando generar un casco burbuja, no funciono. Pensó una curación, tampoco, su magia lo había abandonado. 

La gran pecera de la sala comenzaría a burbujear, los cerebros que contenía se agitaban, golpeando el cristal, parecía que intentaban romperlo, pero no tenía sentido, podrían salir por la parte superior. Corrió hacia la puerta por donde había ingresado, sombras humanas se materializaban en el entorno, formando figuras claras, eran mortifagos. Pero solo le observaban. Golpeo la puerta y esta no cedió, estaba sellada, se giró, para notar como las sombras se le acercaban, portaba la típica máscara. 

- Traidor! - Escucharía de la más cercana, era su propia voz, pero un tanto más joven. La figura se despojó de la máscara, mostrándole su rostro, un Illidan recién graduado, lo miraba con decepción. - Eres una basura... - Le decía, sonriendo con malicia. - Sectusempra! - Grito apuntando a su yo del pasado, pero nada pasó. Comenzó a correr hacia la segunda puerta nuevamente. 

Las figuras iban mostrando su rostro una a una, Cubias, Ludwig, Alyssa, todos en una versión del pasado, lo insultaban, le gritaban, Illidan perdió el control. 

[Ada Camille Dumbledore]

Hito 3 

Cámara del espacio 

 

Logre escabullirme hasta el área de los ascensores sin esperar mucho me lance a uno y toque rápido el ascensor y me llevo hasta uno de los niveles mas bajos del ministerio de magia, cuando se detuvo me di cuenta en donde estaba:  el departamento de misterios de ministerio de magia Británico.  

Un pasillo largo enfrente  de mí, al que me adentre con precaución, no podía exponerme a una  abominación o a otros peligros. Los comentarios y chismes siempre hablaban de los “inefables”,  así llamaban a los magos de que trabajan en aquel departamento de misterios por la naturaleza enigmática de su labor.  

 

Encontré una puerta negra delante de mí, suspire al tocarla y al avanzar me desoriente y quede en un sala circular con doce puertas, no supe como hacía llegado hasta allí, hados sido en una fracción de segundo que me desplazó de un lado a otro sin control alguno de mi parte. No había forma alguna de regresar a donde estaba anteriormente, por lo que no tenía mas oportunidad que tratar de encontrar una salida en las puertas que estaban en frente de mi en aquella sala redonda. 
Me acerque a una de las puertas y entre por el umbral, frente a mi veía planetas que flotaban sobre mi y debajo de mí. La puerta se cerro violentamente y entonces la gravedad por un momento se hizo menor y flote en medio del espacio, perdiendo el control de mi cuerpo. No tenía como avanzar ni retroceder solo estaba allí en medio de aquella inmensidad a merced de la profunda nada. 
 
Lanzada de dado

[Illidan Burke]

Hito 3. Sala de los cerebros.

Las voces seguían gritándole, hacían eco en la sala, golpeaba con su hombro la puerta, entrando en una desesperación que no recordó haber sentido nunca. - Mira en lo que nos convertiste... - le diría el Illidan del pasado. - Te convertiste en lo que juraste destruir!!! - Le gritaba mientras sus amigos festejaban con risas y carcajadas lo que el illidan del pasado le decía. 

Las figuras se acercaban a él, los del fondo comenzaban a descubrir sus rostros, Aland, Jocker, Sol Lestrange, lo miraban con desprecio. - Mi hijo un traidor.... - Le diría su padre, adelantándose, escupiéndolo. Sabía que aquello no podía ser real, pero el pánico lo invadía, su respiración era agitada, y un hormigueo comenzaba a recorrer su cuerpo, entumeciendo sus manos, un calambre se plasmaría en sus brazos, perdiendo la motricidad de los mismos. 

La ansiedad lo carcomía, la paranoia se hacía intensa en su mente, las voces eran insoportables, gritos, insultos, lo escupían a coro de críticas, todas relacionadas con el nuevo camino que había decidido tomar. - Basta.... - lograría soltar totalmente agitado, preso del pánico. 

[Adrian Wild]

Hito 3 — Sala de las Profecías

 

No había sido nada fácil llegar a uno de los puntos más recónditos de todo el Ministerio de Magia. El Departamento de Misterios nos recibió en completa calma, aunque apenas nos pudo ofrecer refugio durante unos minutos, pues enseguida se escucharon ruidos a nuestras espaldas que nos forzaron a ir ingresando en las diferentes puertas, cuya disposición se reconfiguraba cada vez que alguien entraba por una de ellas. La tenue luz de la sala circular me había permitido percatarme de que en el grupo de incursión había otros rostros conocidos, aparte del de Mica. El de mi sobrina Ada o aquel curioso hombre que había asistido a mi primera clase de Hogwarts del curso, Luke, eran algunos de ellos.

En uno de aquellos momentos en los que las puertas dejaron de girar, cuando ya casi todos habían atravesado alguna, empujé la primera que pillé y pasé al interior de la sala. Y me adentré en una profunda oscuridad, apenas disipada por una especie de nube azulada demasiado tenue como para ver más allá de lo que ocuparía uno tumbado en el suelo. Avancé antes de que mi vista se acostumbrara a aquello, e incluso de formular ningún hechizo, y me tropecé con alguien. ¿Se había roto un cristal?

— ¡Ah! —exclamé—. ¡Lumos! ¡AH! —exclamé por segunda vez al no conseguir hacer brotar aquella luz de mi varita—. Lumos. Lumos.

Nada, no ocurría nada. Alcé la vista hacia el rostro de la persona con la que me había chocado. Era Mackenzie Malfoy. La había visto en el grupo y aquella había sido una de las pocas ocasiones en las que había estado cerca de aquella mujer. Siempre me había generado un profundo respeto, como viceministra y después de serlo; siempre la había considerado una bruja muy poderosa... Y peligrosa. Sí, a mi hermana Sagitas también la consideraba igual de poderosa, y últimamente también peligrosa, pero su forma de expresar el poder, de llevarlo inserto en la piel, en su porte, era muy diferente. Me sentí abrumado, aunque lo oculté, y al mismo tiempo, me sentí aliviado de que me hubiera chocado con alguien que sabía de mi lado.

— Mack...enzie. —Y sin más que decir, fui directo a lo que verdaderamente me inquietaba—. ¿Por qué no funciona la magia?

Otro sonido de cristales rompiéndose hizo que mirara al frente, por encima del hombro de la mujer. Ahora lo entendía. Estábamos en la Sala de las Profecías. Oculté también mi impresión por estar allí y regresé la vista a los ojos de la Malfoy.

— Tenemos problemas, ¿verdad?

Aquello podía parecer temor por la posibilidad de no estar solos en aquella inmensa sala de altas estanterías, pero en realidad era preocupación. Miles de profecías se romperían si no hacíamos algo para evitarlo; todas quizá. Uno de los registros más grandes de profecías del mundo desaparecería.

 

------------------ O ------------------

 

Hito 2 COMPLETADO

Recompensa: 1.000G + 2.000G + 10PME.

Total galeones acumulados: 5.000G
Total puntos de PME acumulados: 70PME
+ 1 pista de la ubicación del Inquisidor.

 

Resultado del dado para selección de sala (final Hito 2):

[Malum Luxure]

Hito 2

Captura

Hito 3 Cámara de los cerebros.

Habíamos logrado pasar la entrada y con ello el primer problema, luego escabullirnos en silencio fue realmente muy difícil pero lo había logrado, las escaleras fueron sencillas solo por decirlo así, al llegar a las puertas del departamento de misterios había que decidir por donde entrar, un dilema como a los que nos enfrenta la vida día con día.

Mi compañero eligió su camino y no estaba segura de dónde nos llevaría, puede notar que había otros magos con el mismo problema, así que sin mucha vacilación me adentre detrás de uno, aquel lugar enorme bastante vacío a decir verdad contaba con unos escritorios y un gran contenedor en el centro con un líquido verde, que era eso blanco perlado que nadaba en su interior?

-"Cerebros".- Pensé con solo dar unos pasos para mirar bien.

Alguien había usado magia para iluminar, por eso pude notar aquello, ahora que sabía dónde estaba mis pasos fueron en retroceso, "La cámara de los cerebros" era definitivamente el sitio, había que ser prudente y no acercase a ellos pues era difícil quitárselos de encima cuando te atrapaban, según tenía entendido, en ese momento la puerta se cerró...habíamos caído en una trampa.