El nuevo Ministro de Magia

[Illidan Burke]

Hito 2

Paralelepípedo fue una palabra que se le vino a la mente, no porque la haya cazado en el aire, o tal vez si, no estaba seguro, sino porque al ver a Thanatos con ellos, tuvo fugaces imágenes en su cabeza. Tal vez el inconsciente se jugaba una mala pasada. 

Salvo por Cubias la Trifuerza estaba completa, cosa que llenaba su corazón de regocijo, y así sentía su espalda resguardada. Poco a poco se iban sumando personas a la misión, de restaurar la democracia.  - Tienes papel higiénico pegado al zapato... - Le susurraría de cerca a su hermano Thanatos.

Tras escuchar las palabras de Alyssa, cuál indicaba el siguiente paso, del ascensor, asintió, no sabía si alguien lo había visto o no, poco él importaba. Llevó una leve mirada hacia Mica, analizando si seguía cerca. 

Intentando alertarlo, y evitándole pasar un mal momento si alguien más se percataba de eso. Tenía un lenguaje secreto para con sus compañeros, de palabras sin sentido. Por lo que estaba atento al entorno, tras ver un enemigo cercano, no puedo evitar decir. - bazzinga.

[Ludwig Malfoy]

Hito 2:

Bazzinga, esa expresión que hacía años no escuchaba y le hizo recordar sus años de juventud. Ahora se encontraban en un elevador que los llevaría a las salas diferentes del departamento de misterios y con ello a más riesgos pero el equipo estaba preparado, habían burlado a los enemigos y estaban más confiados que nunca. Tenían que derrotar a aquella amenaza y para ello necesitaban todas sus fuerzas y a sus colegas llenos de motivación.

-Creo que por ahora no hay más abominaciones, sin embargo debemos tener cuidado y continuar cautelosos, no nos vayan a atrapar.

Estando en aquel elevador apretados, pudo seguir manoceando a Cillian quien tenía un hermoso trasero, ya lo había aclarado antes y ahora que estaban más y más juntos el Malfoy no podía contenerse, estaba poniéndose cada vez más y más cachondo.

[Alyssa Black Triviani]

Hito 2

 

- Cachondos – pensó la mortífaga contemplando a Ludwig y Cillian. Esos dos no podían quitarse las manos de encima, la Triviani no podía negar que los envidiaba un poco.

El ascensor se detuvo al fin en el Departamento de Misterios, las puertas se abrieron y la suave voz del ministerio resonó para anunciar su destino. Alyssa fue la primera en descender, varita en alto y sus sentidos a flor de piel tratando de determinar donde se encontraban los Redentis en este nivel. En un principio no podía ver a nadie por allí, pero sabía que no podían bajar la guardia ya que de seguro no tardarían en encontrar a los custodios que monitoreaban aquel piso.

Avanzando con cuidado realizó un gesto para indicar a sus compañeros que podían seguirle, la Black trataba de mantenerse en las sombras mientras que guiaba al grupo, aunque lo cierto es que no tenía claro la dirección que estaban tomando. Recordaba haber trabajado para el departamento de misterios, pero la magia que regía dicho lugar hacia que aquellos quienes dejaban el cargo se olvidaran todo acerca del mismo. Con un vistazo rápido al resto de sus compañeros, asegurándose de que ya todos hubieran dejado el ascensor, la mortífaga continuó por aquel desolado pasillo. 
 

[Ashley Emily Black Lestrange M.]

Hito 2

Pasillo del séptimo piso del colegio - recordó Ashley cuando miró aquel letrero sobre la pared. La chica sacudió la cabeza, tenia que concentrarse para que aquella misión saliera perfecta. 

Alyssa nos guió hasta los ascensores donde para después hacer la parada al departamento de Misterios, el ascensor empezó a rechinar esto la ojiverde pensó que les haría falta de manteniendo, tal vez el nuevo ministro que ganara las elecciones podría realizar mejoras a las instalaciones. 

Ashley suspiro de tranquilamente que el equipo ya estaba casi completo y podrían avanzar, tal vez al inicio les había hecho un poco de ayuda extra pero ya estaba ahí,. 

Tambien reconoció a su Padre Illidan que venía acompañado de una joven, la cual ya había visto en la gala de Beneficencia de ministerio Italiano.

[Cillian Haughton]

Hito 2

Italiano, la mayoría de los que estaban ahí intentando salvar al Ministerio Mágico Británico pertenecían al Ministerio de Magia de Italia, pero aún así estaban demasiado comprometidos con la misión.

Cillian seguía de cerca el camino de todos sin despegarse de Ludwig ya que a su lado se sentía seguro y si bien había comenzado esa misión sin él, ahora estaba ahí justo a su lado. Y Ashley también lo estaba, pero ella iba un poco más adelante de ellos bastante concentrada en sus pasos. A Cillian el Ministerio de Magia nunca le había parecido tan enorme como aquella noche, caminaba y caminaba… Y no parecían avanzar demasiado, continuaban aún en el área custodia por los Redentis. 

— ¿Crees que salgamos vivos de esta? —pregunto a Ludwig en voz baja, no quería ser escuchado y poner en riesgo al grupo que avanzaba lento pero seguro, en percepción del Ryddleturn—. Es raro que Sagitas haya permitido que alguien se entrometa así en sus dominios.

Si bien él Ryddleturn no aprobaba del todo la forma de gobernar de la bruja, lo cierto es que sabía que gracias a ella es que el Ministerio de Magia en Londres se mantenía en pie. Algo comenzó a molestar su visión, ya que pegaba directamente a sus ojos, era un rayo de luz. 

 

[Thanatos L. Lestrange]

Hito 2

Luz blanca e intensa era la que venía del fondo del pasillo. Aún no lograba detectar qué era, era apenas un reflejo de algún poder aún desconocido. El ascensor se detuvo con un chirrido. Al bajarse, notó que la luz que creía peligrosa, era de una de las máquinas de café mágicas que descansaban en la entrada del piso.

 El silencio era atronador allí abajo, a diferencia del piso superior, allí solo los acompañaba el sonido de la desgracia y el dolor. Habían profanado de una manera tan violenta y desalmada aquel lugar. La violencia que mostraban los hechos hacía que cada mirada fuese un dolor en el pecho del licántropo.

 Escuchó a Illidan mencionarle algo sobre un papel higiénico en el zapato y al bajar la mirada mientras agitaba el pie, notó que solo era otra de sus bromas. Al levantar nuevamente se encontró con la cara de su hermano roja por aguantar la risa... no era el momento ni el lugar para largar una carcajada. Podía ser tan peligroso como lanzar una flatulencia sonora. Un movimiento en falso y estarían en grave peligro. Se acercó un poco al rubio y le murmuró casi insonoramente:

- Este sitio parece casi tan alegre como el velorio del tío Ricardo.- era el día más triste que recordaba en su vida. La gente lloraba a cántaros. Todos amaban a su tío Ricardo.

[Illidan Burke]

Hito 2

Ricardo iorio era un gran pensador muggle, el cual lo inspiraba mucho a la hora de realizar misiones como esa, cosa que llenaba al Fenixiano de coraje, tenía ganas de tomar una guitarra y estrellarla contra el suelo. Pero como no tenía un instrumento como tal, se contuvo de invocar uno. Aquello se le vino a la mente, tras el comentario de su hermano sobre el velorio del tio, el cual si fue un evento un tranto tragico. 

Llegados el departamento de misterio se dispuso a avanzar, tanteando que Mica seguía detrás de él, no le despegaba el ojo de encima. El grupo se mostraba sigiloso, cosa que el mago agradecía, mostraban una coordinación táctica digna de los Seal. 

- Sigamos... - Susurraría. Lejos de estar nervioso, seguro de su grupo. Un pensamiento se le vino a la mente, tras llegar a ese piso, miles de objetos valiosos se encontraban allí, tal vez podría robar algo y resguardarlo en su Trastero. 

[Ludwig Malfoy]

Hito 2:

Trasero, era en lo único que pensaba, parecía que había sido víctima de una poción de euforia pues ya no aguantaba más las ganas. Se aferró a Cillian y lo besó fuertemente. Quería estar con el pegado e incluso se le había olvidado la misión, necesitaba recuperar la compostura y mantener la seriedad en los asuntos que importaban. ¿Qué misterios les esperaban? ¿Cuántos enemigos faltaban por vencer?

Caminaron por el pasillo y el Malfoy solo tenía una idea en mente, fraude, estaba más que indignado con elección del inquisidor como ministro, que clase de patrañas estaban ocurriendo y como era posible que aquel anciano que resguardaba los votos hubiera permitido tal desfachatez.

-Lamento mi lenguaje inapropiado pero desde mi punto de vista, nombrar al inquisidor como ministro son puras pamplinas.

[Rory Despard]

Hito 2

Pamplinas. Rory recordaba aquellas florecillas insignificantes que a menudo crecían en el campo, sin que nadie las plantase, como mala hierba. Florecillas que no llamaban la atención de nadie. De alguna forma, tras acceder a infiltrarse en el ministerio, motivado por los rumores de que un ataque terrible del inquisidor se ejecutaría ese día, había estado sintiéndose así, pues incluso lejos de unirse al grupo mayor que había alcanzado a ver fugazmente a su llegada al hall del ministerio, había optado, por indicación de la bruja que lo acompañaba, por mantenerse silencioso y en las sombras.

Ciertamente, aunque no concordaba con las mañas de aquella mujer enviada por Hessenordwood Crouch, reconocía que sabía lo que hacía, pues gracias a su indicación, se encontraban en relativa calma. Era evidente que no era la primera vez que la joven tenía esa clase de trabajos, y eso solo acrecentaba las dudas en Rory respecto de en qué negocios podía estar metida.

En el mejor de los casos, ya habría tiempo para averiguar algo mas sobre ella después. Es que ni siquiera había sido capaz de grabarse su nombre. ¿Por qué es que, sabiendo lo poco que le gustaba tratar con sus empleados, Hessen le había enviado con ella? Oculto bajo aquella capa en color verde militar, Rory la siguió con pasos sigilosos que apenas delataban su presencia.

Hasta entonces ambos habían eludido los enfrentamientos, pues el otro grupo iba por delante de ellos, y hábilmente, al ir a la retaguardia, los dos se ahorraban el tener que hacer un gasto de hechizos innecesarios.  Todo aquel incidente que había sacudido al ministerio de magia era un asunto que tenía a pensando a Rory en el terrible final que el gobierno de Sagitas estaba teniendo, sin poder garantizar las seguridad ni siquiera del anciano contador de los votos.

Decidido a no pensar más en el asunto exhaló largamente, todavía con la varita en ristre, atento a lo que surgiese, y justo, mientras ascendían por una escalera, al girar hacia el pasadizo que los separaba del departamento de misterios, un trío de magos apareció frente a ellos. Rory había visto a gente igual a ellos mucho tiempo atrás, magos que mediante un juramento inquebrantable, habían prometido fidelidad absoluta al inquisidor, así que sabía que era inútil cualquier intento de diálogo.

–Me encargaré de los dos que están apostados a mitad del pasadizo, tú encárgate del que esta al final– dijo escuetamente a la mujer y alzando la varita pronunció fuerte y claro– Strellatus.

De inmediato el hechizo afectó la vista de los magos, pues el potente haz de luz los dejó sin la capacidad de verlos. Rory sabía que el hechizo solo limitaba el movimiento, aunque de no curarse podrían perder la vista por completo, así que pensando en protegerse él y proteger a la mujer que se iba alejando, de inmediato susurró detritus, asegurándose así que la fina capa semejante a la niebla los cubriera y protegiera tanto a él como a ella de los ataques venideros.

No podían permitirse fallar.

[Hessenordwood Crouch]

Hito 2.

Fallar era imposible a estas alturas del atraco (aunque Rory no decidiera llamarlo así), no había sido del todo una tarea fácil atravesar la entrada a pesar de que habían encontrado gran parte del camino despejado al llegar, el lugar estaba repleto de magia poderosa que se opone a la intromisión de cualquier modo. Era algo difícil aún para el mago más experimentado. Para suerte de Despard, o quizá no tanta suerte, escabullirse (particularmente en los escapes) era una de las habilidades más sobresalientes de Eitʃ. 

Por un momento pensar en dejar esta misión se volvió una opción a considerar, ¿en qué estaba pensando Hessenordwood cuando aceptó la pobre cantidad de honorarios que se le ofreció por este trabajo? Ella espera que al menos no fuera en los azules ojos de cachorro de Despard cuando invoca para encomendarse a uno de estos Santos a los que es tan devoto, de otra forma ya se veía ella en un par de años trabajando para la empresa, con un espantoso traje de sotana arrastrado que no le dejase aprovechar nada de su flexible cuerpo ejercitado. 

—Vara de cristal-, conjura ella inmediatamente una vez que Rory le da la instrucción de finalmente poder atacar. Es la primera vez que trabaja con Despard  de esta forma y aunque no han tenido mayor comunicación salvo lo necesario, parece haber cierto entendimiento entre ellos.  —Sectumsempra-, el efecto de heridas sangrantes cayó inmediatamente sobre la figura del fondo. Radiante, la  media sonrisa se dibujó satisfecha, si no había acabado con su enemigo al menos les daría el tiempo de salir de ahí. Volviendo a ondear la capa oscura sobre ella se arrastró cómo una sombra hasta quedar detrás de Rory.

—Algo se mueve en esa dirección-, señaló al pelirrojo un largo pasillo que parece conducirlos hasta una cámara. Tras su último ataque le pareció ver que aquel grupo que les había dejado el camino libre en la entrada tomaba la delantera en esa dirección, ingresando a lo que tenía que ser el departamento de misterios. —Ellos han entrado ahí,  ahí tiene que estar eso que buscas-, sus azules ojos destellaron con emoción, aunque su rostro se mantiene con una severa seriedad. 

Cómo si fuera la sombra de Rory o un reflejo, ella se desplazó por el extremo opuesto del pasillo, la varita por lo bajo parecía fielmente dispuesta a esperar cualquier instrucción que Despard diese de pronto. Era demasiado tarde para retractarse de estar aquí, aún si fuera por una paga tan pobre.