Ceremonia de Cambio de Mando

[Matt Blackner]

Mi plan de pasar desapercibido hasta poder fugarme marchaba bastante bien. Apoyado contra la pared, en una zona en penumbra, observaba los grupitos que charlaban animadamente. Sagitas con @ Ludwig Malfoy , @ Mael Blackfyre  que terminaba su charla con una pareja y se unía al grupo de Sagitas, o el tío @ Adrian Wild . 

 

Bebí de mi copa, esperando el momento adecuado. A que todos estuvieran lo bastante absortos en sus conversaciones como para olvidar que estaba allí, y mejor aun, que tuviera tiempo de salir tranquilamente por la puerta y llegar a mi despacho. Mientras Adrian se acercaba a Ada para charlar, me encaminé hacia la mesa, sin fijarme en nadie concreto. Dejé la copa, tomé un pequeño bocado que podía llevarme a la boca de un mordisco, casi saboreando la libertad, cuando....

 

— ¡Matt!

 

Cerré los ojos, notando que me sonrojaba. El grito de Adrian había logrado atraer la atención de varios asistentes hacia mi. Detuve mi huida y, con un suspiro, metí las manos en los bolsillos del pantalón, caminando de vuelta, ahora alcanzando el grupo de @ Ada Camille Dumbledore  y Adrian.

- Prima. - saludé. - Tío. - miré alrededor, sonriendo incómodo a quienes aun me miraban, murmurando. - Gracias por evitar mi plan de huida. Ahora todo el mundo se fija en mi. Con lo bien qeu estaría ahora en mi despacho, durmiendo en mi sofá.

 

Giré para observar a Sagitas. Seguía charlando, bastante cómoda en aquel evento. Evidentemente, tenía mucha práctica con las reuniones sociales, más de la que yo acumularía en toda una vida.

- Qué esperáis de esto?

[Ludwig Malfoy]

Le agradó mucho escuchar las palabras de ánimo que @ Mica Gryffindor y @ Mefistófeles Evil.  le dedicaban, se alivió de que al parecer todo había salido más que bien y tenía esperanzas en haber llegado a la mente y corazón de todos los que estaban en el atrio del ministerio de magia así como a los televidentes que habían seguido la transmisión. Si bien la presencia de prensa mundial era algo totalmente nuevo, también podría ser un arma para atraer nuevos mercados y poder comerciar con todo el mundo – te agradezco mucho – le dijo a su amiga – creo que por hoy podrá ser considerado como día libre, hay mucho que planear así que será mejor recobrar un poco las energías – luego volteó a ver al Evil y sonrió agradecido – muchas gracias de verdad, el cansancio de las elecciones me ha dejado con ganas de unas vacaciones, deberíamos usar tu nuevo cargo para conseguir un crucero o algo así – bromeaba pero en realidad era una medida que podrían usar a futuro.

Observó a lo lejos al director del Comité Cultural Mágico, @ Adrian Wild , con quien no había podido conversar desde hace tiempo, específicamente desde su boda con el desaparecido, las cosas habían acabado de una manera bastante extraña y pero ahora era necesario hablar con el de otro tipo de cosas menos casuales, un poco más profesionales. Más tarde solicitaría una junta con el para tratar asuntos relacionados con su oficina. Sin embargo se vio interrumpido por la exministra @ Sagitas E. Potter Blue  quien lo acaparó de una manera bastante efusiva, los ojos de Ludwig en ese momento estaban como platos al no saber como responder a semejante trato así que primero se limitó a responder con un beso en cada mejilla.

-Querida madame Potter Blue, muchas gracias sus palabras me reconfortan bastante, estaré feliz de solicitar sus servicios, después de todo creo que los consejos de una ex ministra como usted me vendrán de maravilla, de hecho aún está disponible la jefatura del departamento de regulación de criaturas mágicas, si te interesa el puesto es tuyo – recordó que en la reunión en la Gryffindor ya comenzaban por tutearse así que prefirió ahorrarse las formalidades – cuando gustes la oficina está abierta, creo que hay muchas cosas que debemos hablar.

[Mael Blackfyre]

La ceremonia se había llevado con todos los protocolos que correspondían. Las charlas políticas, los encuentros internacionales y las promesas de aquella candidatura arrancaban desde el momento cero. Aunque lo que importaba era lo que sucedería después. Era algo extraño lo que había pasado y de todas las opciones que podían ser, me había enfocado en una: Ludwig me había ofrecido aquel puesto para tenerme cerca y así vigilarme mejor. Eso mismo había hecho el anterior Ministro y no había funcionado. Ahora no sería diferente.

Tomé unas dos copas más mientras saludaba a algunos muy conocidos pero de lejos. Luego tendría tiempo de poder hablar con personas como Sagitas, Ada, Mefis, Malum. En ése instante era algo importante poder concluir, lo cual no había podido por diferentes circunstancias. Si iba a decírselo en persona, llamaría la atención de los que estaban más cerca, asi que hice lo mas disimulado que pude. Dejé la copa en una de aquellas bandejas que levitaban solas y me alejé del círc.ul0 de personas. Directamente hacia el ascensor.

No iba a ser muy largo el camino. Desde el Atrio descendió al primer piso donde estaban las oficinas del Ministro y donde se encontraban casi todos los despachos de los diferentes directores y asesores del Ministerio. Ludwig me había designado el mismo despacho que había tenido en mi otro puesto, siendo ahora el cargo de Supremo Inquisidor de Hogwarts. Deje la puerta entreabierta mientras movía mi varita para encender algunas lámparas que se asemejaban en pequeñas esferas de luz tenue. Me dirigí a mi sillón y me recliné sobre él, mientras movía mi varita por segunda vez para enviarle una carta a Mica Gryffindor:

“Te espero en mi despacho, cuando puedas. Mael”.

Teníamos muchas cosas de las que hablar.

@ Mica Gryffindor

[Mica Gryffindor]

Mefistófeles también se sumó en ofrecer su trabajo inmediatamente al Ministro en caso de que éste así lo requiriera. Sonrió. Estaba segura de que en él Ludwig había encontrado un empleado más que leal, o así lo esperaba. Se ocuparía de mantener lo más en privado posible su relación con ambos para evitar roces innecesarios entre ellos, pues no sabía cómo podría reaccionar cada uno de ellos al conocer cómo se vinculaba con el otro.

Ludwig estaba muy agradecido. Se lo veía radiante ese día, muy seguro de sus ideales a la hora de asumir tan exigente cargo. Les dijo que consideraran el día como “libre” en vista de que ya durante todas las elecciones el movimiento había sido bastante cansador.

Un pequeño avión de papel llegó entonces a ella. Lo desdobló y leyó la breve nota con curiosidad, para descubrir que su autor era Mael y le decía que la esperaba en su despacho. Sintió que su corazón daba un vuelvo en ese instante. Llevaba tiempo sin que el Lugarteniente tuviese tiempo para conversar con ella, al punto que creía que ya no la necesitaba en su misión.

Desde su llegada a la Marca, había comprendido que su lugar en la vida del muchacho no era lo central que ella creía, chocando con la realidad más que de golpe al verlo besarse con Ada. La joven Dumbledore parecía feliz en mostrarse de ese modo con él cada vez que ella estaba cerca, revelándole tal vez solo una parte de una relación que aparentaba ser bastante intensa. Desde entonces, había perdido poco a poco la cercanía que había logrado conseguir con él, quedando a un lado.

Tal vez por ello esa nota le despertaba tanta curiosidad. Necesitaba cuanto antes saber qué era lo que él tenía que decirle.

-Lo siento, debo ausentarme un momento -murmuró hacia Mefistófeles, antes de acercarse a darle un cálido beso en la mejilla. -¿Sobrevivirás sin mi? -agregó sonriendo y tomó unos segundos su mano, antes de separarse de él, rumbo al despacho de quien la había convocado.

Recorrió el camino con velocidad, apenas fijándose en por donde iba, hasta encontrarse frente a la entreabierta puerta. Dio dos golpecitos, antes de abrirse paso.

-¿Permiso? -dijo, mientras cerraba la puerta a sus espaldas. -Recibí tu nota…

@ Mefistófeles Evil.  @ Mael Blackfyre

[Malum Luxure]

Me gustaban las fiestas pero las que eran puramente políticas me resultaban un aburrimiento, estaba a un paso de irme si es que no surgía algo pronto que llamara mi atención, no era que no había gente con la que intercambiar ideas o algunas simples palabras, ni humor no era el más festivo últimamente y había que ensayar a prestar atención a los cambios que empezaban a asomar al mundo mágico.

El permanecer al margen te da una visión mucho más ampliada de la situación, saber quién es aliado y quién no es una gran ventaja, algo que me hizo sonreír era entender que cabía la posibilidad de plena el señor ministro no sabía la clase de víboras que estaba presentando como parte activa de su gabinete.

Tendría que buscar alguien con quien interactuar o partir rápidamente y sin levantar sospechas también era una opción bastante seductora, a lo lejos vi a Mael y por el modo en que se movía podría ledes que algo trababa aunque no era de mi incumbencia realmente, también Mefistofeles quien tenía un cargo dentro del ministerio...será que trabajaría por primera vez?, el acomodo de la familia Malfoy en otros cargos no me extrañó nada, había miembros de esa familia que me caían bien como mi ex capitán Tazz o Ashley incluso el mismo Ludwig y por supuesto había gente a la que no consideraba nada

Lo más factible era ir con mi esposo y de ahí ver con quién más hablar luego, así que encaminé mis pasos suavemente por el atrio tratando de no exponerme tanto hacia su próximo encuentro.

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@ Eterno Black Triviani   @ Mael Blackfyre   @ Ludwig Malfoy

[Mael Blackfyre]

Primer Piso, Ministerio de Magia.
Despacho de Supremo Inquisidor.

— Oh,  Mica, si, pasa. No te quedes afuera

Exclamé rápidamente. A pesar de que no habían pasado muchos minutos desde que había enviado el pergamino. Estaba seguro que si Mica hubiera podido aparecerse, lo habría hecho antes aún. Me erguí desde donde estaba recostado y me paré automáticamente. Dando algunos pasos en dirección a ella. Hice varias florituras con mi varita: la primera invocó una onda expansiva transparente que selló mágicamente la puerta, la segunda rozó mis anillos Uzza, que ayudaban a que nadie escuchara ni viera nada desde afuera de la oficina, no les tenía que importar. Con la tercera floritura, dos copas enormes de un líquido ámbar aparecieron sobre aquella mesita que había entre dos de los sillones.

Para ése entonces, había quedado justo al lado de Mica, brindándole un cálido beso en la mejilla. Para ella mi sonrisa sería de bienvenida. Pero para mi mente, era mi ego que aumentaba al saber que había dejado atrás a aquellos dos pusilánimes con los que se había estado relacionando y que los había dejado para poder hablar conmigo. Le hice un par de señas que podía sentarse donde quisiera.

— Tomé algunas precauciones porque como sabrás, aquí las paredes hablan y no creo que les importe. ¿Quieres un poco de licor? Es una delicia, me lo trajeron desde Gales —aproveché aquel momento para sentarme y aferrarme a la copa con las dos manos, para darle unos sorbos. Tenía muchos aromas que sobresalían como miel, como almendras, algo fuerte e incluso chocolate. Dejé la copa mientras miraba a Mica—. Supongo que debo felicitarte como Secretaria del Ministro. ¡Felicitaciones!

¿Iba a decirle algo sobre pusilánime 1 y pusilánime 2? No creía que fuera el momento, claramente que la joven intentaba llamar la atención y ella no se daba cuenta que teníamos los dos muchísimos enemigos que nos tenían envidia. Éramos parte de una de las familias más renombradas durante décadas. Ambos empleados del Ministerio. Con negocios. Altos mandos de la Marca Tenebrosa. Estaba claro que la envidia corroía a algunas personas y nosotros nos manejábamos con libertad. Pero había prometido a Mica que la iba a cuidar y proteger, asi que no podía mantenerme alejado.

— Creo que también sigue una disculpa. No puedo leer tu mente, eres una bruja grandiosa. Pero tus ojos hablan más que tu boca y sé que me recriminas eso, asi que te pido perdón por alejarme. Sabes mejor que nadie nuestro cargo en las filas tenebrosas, éste nuevo puesto, algunos negocios que no te importan. Me llevó más de la cuenta. Pero aquí estoy. Quiero saber cómo has estado.

Y había miles de cosas más. Tal vez la bruja sentiría todo aquello como superficial y banal. Tal vez lo mejor hubiera sido tener corazón para sentir aquellas palabras, pero era lo que me salía. No había sentimiento alguno dentro de mi, ni bueno ni malo. Sino Ludwig o Mefistófeles estaría colgando sus cabezas en el Atrio, pero ahora solo me restaba hablar y continuar con nuestro plan. Eso me interesaba retomar.

@ Mica Gryffindor

[Noeline Malfoy McFarlan]

Finalmente el discurso había concluido, a lo que siguieron unas cuantas fotografías por parte de la prensa presente. El titular de todos las publicaciones al día siguiente seguramente incluirían el retrato del Ministro.

La multitud abandonó sus sillas y comenzó a formar grupos, esta gente estaba habituada a la fiesta. Las sillas fueron cambiadas por mesitas donde los meseros no cesaban de proveer a los invitados de aperitivos y bebidas de lo más variado. Cuando pasó un camarero por su lado se hizo con una copa de lo que parecía ser un licor suave.

Por un segundo de distracción sus hermanos habían desaparecido de su lado. Recorría con la mirada el lugar intentando ubicarlos, lo primero sería detectar de donde venía el licor pues Tazz podría estar por ahí. Conocía su afición por esos placeres y a veces necesitaba un poco de ayuda para ser controlado. Pero sus ojos no tropezaron con la figura que buscaba.

Continúo en su búsqueda por la más pequeña de la familia, no estaba con la Gryffindor esperaba que por su antiguo parentesco se encontrara Ashley cerca de ella, pero no era así. ¿Acaso ese par se le había adelantado y ya habían escapado de la fiesta? De Ashley no se lo esperaba, sabía que le gustaba socializar pero no podía descartar esa opción.

en su búsqueda se acercó hacia la mesa de aperitivos para hacerse con algo que sirviera para sus necesidades, cerca de donde se encontraba la Ministra francesa, bien acompañada así que se abstuvo de interrumpirla. Y Anthony parecía ser otro que se mezclaba con facilidad en aquellas situaciones.

Decidido, lo mejor sería marcharse, ya había cumplido con su misión de acompañar a su padre y sostener la imagen de familia que tenían que percibir todos a su alrededor para cimentar la confianza en el nuevo Ministro.

[Mica Gryffindor]

Primer Piso, Ministerio de Magia.
Despacho de Supremo Inquisidor.

La respuesta al otro lado de la puerta no se hizo esperar. Apenas cruzó aquel umbral, vio a Mael ponerse de pie y acercándose a ella, haciendo algunas florituras de varita, por las cuales no se sintió en absoluto amenazada: sabía lo que podía estar haciendo. Lo vio hacer aparecer dos copas de líquido ambarino, antes de llegar a su lado. No pudo evitar sonreír ante el beso que él depositó en su mejilla, ese contacto tan cálido hacía revivir todos sus sentimientos por él, los cuales estaban más que lejos de modificarse.

Sonriendo, él explicó lo que acababa de hacer, confirmando sus sospechas: se trataba de “precauciones” para resguardar lo que podrían hablar allí dentro. Tras ofrecerle una copa, la cual la Gryffindor aceptó, él procedió a tomar asiento y beber unos sorbos de la ambarina bebida traída de Gales. La joven se dedicó a imitarlo, tomando asiento frente a él y alzando la copa levemente para luego acercarla también a sus labios y probar toda aquella variedad de sabores y olores que se entremezclaban.

-Felicidades para ti también. -Dejó su copa en la mesita que se hallaba entre ambos. - Ciertamente desconocía que Ludwig y tú tenían tanta confianza como para que te escogiera entre su equipo más cercano, pero es genial -agregó. No pudo evitar sentir ciertos celos al desconocer el vínculo que había entre ambos.

Enderezó la postura y cruzó sus brazos frente a su pecho ante lo siguiente. Estaba sorprendida por aquellas disculpas que el joven empezaba a enunciar hacia ella. No pudo evitar morderse el labio, aunque en forma inconsciente, mientras intentaba encontrar lo que se ocultaba entre esas palabras.

-¿Tu novia te dio permiso de volver a hablarme y por eso lo haces? -soltó. No tenía idea de cuántos temas lo tendrían ocupado como para no prestarle ni la más mínima atención todo ese tiempo, pero el origen de esa distancia estaba bien claro para ella y era Ada. -¿O no quieres exponerla a ella ante los riesgos que tiene tu plan y por ello acudes a mí? -intentó relajar un poco la postura, pero el enojo y las dudas acumulados en ese tiempo no eran para nada buenos consejeros. -¿Cómo he estado? ¿Acaso te importa? Destrozada, sola, a punto de marcharme, mendigando en otros en cariño que no me ofreces… ¿qué más quiere saber, Mael? ¿Qué más? -para ocupar sus manos tomó la copa y bebió más del licor, respirando profundamente para relajarse un poco.

 

@ Mael Blackfyre

[Mael Blackfyre]

Primer Piso, Ministerio de Magia.
Despacho de Supremo Inquisidor.

De alguna manera ya sabía que Mica iba a ir aumentando en enfado. Era entendible su posición pero tal vez a que no entendía eso de mi era ella. Aún asi, sintiendo lo que podía estaba disculpándome en su cara y no como los otros inútiles habían pasado por su vida. 

— Yo también desconozco la confianza suya, pero puede ser también que haya ayudado a eso. Mitad por eso y mitad porque Ludwig cree que teniéndome cerca me puede controlar mejor —le expliqué a la Gryffindor soltando una risa ante tal acto ignorante de parte del Grandioso Ludwig. Mica no sabía cómo había llegado a mi primer puesto al Ministerio de Magia ni tampoco lo iba a saber.

¿Novia? Mica estaba entrando en una situación de celos donde desbordaba todo lo que había estado acumulando. Levanté una ceja ante sus palabras intentando no provocar más ira sobre ella. Aunque en buena parte más que atacar mis acciones lo sentía como que estaba justificando las suyas. Me habló de Ada, me hablo de su aquelarre nuevo de novios y habló del plan, de nuestro plan. Antes de hablar le di algunos sorbos más a la bebida, casi llegando al fondo de la copa.

— Si te refiere a Ada. ¿Quién te contó? Hay muchas personas a nuestro alrededor entonces que nos están queriendo atacar. ¿No te das cuenta? No soy novio de Ada, solo estaba aprovechándome de la situación, de una hermosa joven que tiene un poder inmenso. ¿Acaso crees que todo es amor, Mica? —dejé a un costado la copa ya vacía, esperando en cualquier momento llenarla otra vez. Y la miré seriamente, inclinándome hacia adelante sin perder la calma—. ¿O acaso por quién me saqué el corazón? Creo que todavía no has caído en la cuenta de qué sacrificios he hecho por ti y de todos los planes que tenemos en común, de lo que significa eso. Sin embargo no has hecho más que refregarte por cualquier mago que se te ha cruzado en tu camino. ¿Y tengo problema por ello? Claro que no, solo quiero que estés bien, si tú lo estás, entones yo estoy bien. ¿Pero si quiera has empezado a buscar tus ingredientes? Dejamelo adivinarlo: No. Creía que eras más fuerte, que querías un mundo mejor. O eso es lo que me dijiste. Ya déjate de cosas de niños. ¿Quieres más?

Saqué la varita nuevamente para rellenar las copas casi sin esperar una respuesta de su parte. La noche anterior había hecho algo que tal vez Mica no hubiera permitido que hiciera. Pero era parte de la Maldición, era parte de los ingredientes que necesitábamos sacrificar para hacer algo mucho más grande y mejor. Me había animado a hablar con Elvis Gryffindor desde el más allá, ya que mis poderes de Nigromancia me lo permitían. Y dos ingredientes eran parte suyo, parte del Viejo Auror. No entendía aún porqué, tal vez porque había usurpado todo lo que era suyo, pero si de algo estaba seguro, es que necesitaba encontrar la ex varita de Elvis que había visto en el funeral y que Annick se la había llevado a Elros. Volví a mirar a Mica.

— ¿Qué más? Quiero que decidas qué quieres que haga. Tenes dos opciones y todo depende de ti: puedo regresarme el corazón y con él todo el peso que conlleva portar mis sentimientos, ya sean bueno o malos. O podemos seguir con el plan y saber hasta dónde eres capaz de llegar. Solo tú y yo sabemos eso. Es nuestro pequeño secreto —le respondí en parte sobre lo que me había dicho Ada. Solo habíamos pasado un buen momento juntos, era solo eso. Una simple compañía. Con mica tenía planes más grandes como cambiar nuestro mundo

@ Mica Gryffindor

[Mica Gryffindor]

La explicación de Mael respecto al puesto que le había asignado sonó coherente, aunque estaba casi segura de que también tenía que ver con las grandes capacidades que el Ministro había observado en él. Como sea, le parecía grandioso que él se encontrara en tal lugar, puesto que su situación era de poder y le permitía movilizarse a gusto entre nuevas influencias.

Lo vio beber todo el contenido de su copa mientras evaluaba sus preguntas. Era evidente que el de las mismas le había incomodado. Negó por completo el tener una relación con Ada, lo cual la alivió, pero procuró no demostrarlo. No pudo evitar sentirse incómoda al oírlo decir que estaba utilizando a aquella muchacha.

-Nadie me dijo nada, los vi besarse, y me ha refregado cuantas veces ha podido la cercanía que tienen. -sabía que la chica no la quería en absoluto, aunque no bien el por qué de ello. -¿”aprovechándote”? ¿Acaso no se te ocurrió pensar que ella ha sido la que te ha utilizado para generar esto? Creo que estás todo el tiempo subestimándola, es una chica muy inteligente como para simplemente dejarse usar… -suspiró, no queriendo responder ante su siguiente pregunta, pues estaba herida. Claro que para ella todo era amor, no solo romántico, amor por sus amigos y familia, por las causas en que se inmiscuía. No lograría cambiar eso en ella, pues sería cambiar su esencia.

Lo siguiente de él fue insinuar que era por ella por quien había cometido aquel acto terrible de quitarse el corazón, haciéndola responsable de sacrificios que ella no le había pedido que haga. No pudo evitar sentirse herida al momento de oír de sus labios en aquel modo tan despectivo el hecho de que hubiese estado “refregándose” con cualquier mago que se cruzase por su camino. ¿Así la veía? ¿Así creía que había estado actuando? Prefirió no responder al respecto, a sabiendas que él intentaba un simple golpe bajo.

Alzó las cejas cuando él atacó por el lado del trato que tenían en común y aquel objetivo que ambos se habían puesto para llevar adelante.

-¿Cómo ponerme a buscar ingredientes si no me has confiado la maldita fórmula? Quiero ayudarte, quiero acompañarte en esto, pero solo te alejas y me dejas pensando que soy un elemento más en tu juego, pero que me descartarás apenas cumplas tus objetivos -bajó la mirada hacia la copa que el mago estaba llenando para ella. Lograba dejar de lado, de a poco, los celos y el enojo para poder expresar lo que realmente le estaba sucediendo.

Lo próximo la dejó de inmediato sin palabras. Él estaba dándole dos alternativas, dos caminos que parecían no ser compatibles, al menos no según lo planteaba. Se puso de pie y rodeó aquella mesita que se hallaba entre ambos, moviendo la copa de él para hacer espacio para sentarse en ella frente a Mael.

-Quiero ambas opciones. Que recuperes tu corazón y avanzar juntos, que sigamos el plan hasta el final… -se acercó de a poco, mirándolo a los ojos, muy cerca…  

@ Mael Blackfyre