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Ceremonia de Cambio de Mando


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Las palabras del nuevo Ministro habían casi concluido en aquella ceremonia que había juntado a casi todos los ministeriales actuales. El mundo mágico convergía toda clase de personas e instituciones actualmente, por lo que tenía un punto a favor, donde había logrado evolucionar desde el pasado estado. A un punto a favor, donde todo era más grande y más difícil de controlar. Sabía de alguna manera que tanto Ludwig como yo, habíamos tenido una charla puramente protocolar, donde las intenciones estaban escondidas entre falsas intenciones.

La suya era mantenerme vigilado, como lo había querido hacer el anterior ministro. Pero no contaba con que su mente estaba muy predispuesta hacia mi persona y siempre podría estar un paso adelante. Solo me impedía un poco Mica, pero aquella joven tal vez también tenía otras intenciones, o por lo menos eso había mostrado ante mi maldición. Ella quería formar parte y sabía muy bien que las consecuencias podían ser mucho peores de lo que imaginaba. ¿Les importaba de verdad o solo jugaban con esas personitas?

Ehm, si, ¿por qué no? —me dije a mismo aferrándome a una de las copas que había empezado a levitar por allí. Con un movimiento de mi varita capturé a tres de éstas, como si el aire hubiera cambiado de dirección. Había divisado algunas personas y podría pasar el tiempo con ellas—. Oh, señorita Macanir. Qué bueno es verle en otro contexto, en menos peligro —dije con una especie de reverencia moviendo mi varita para que las copas quedaran entre nosotros—. Noté que no llevaban nada para tomar y me pareció una agradable idea que tengamos un poco de alcohol en nuestras sangres. Un gusto, soy Mael Blackfyre. Espero no equivocarme al decir que aprecio mucho a su melliza, Kahla. Lo ha mencionado un poco. ¿Quieren? Espero sí. ¡Ey, Datura! Ven, hay una copa de champagne, si lo deseas.

No esperé demasiado a que la charla avanzara para darle unos cuantos sorbos a mi bebida. E había hecho algunas señas al chico Datura y esperaba que se uniera. Tenía una nueva filosofía donde creía que las nuevas relaciones podían ser contactos poderosos. Alrededor había unas cuántas personas más que también conocía y esperaba poder charlas también. Tal vez tenía algunas intenciones escondidas pero aún no lograba poder empezarlas. Quise romper un poco el hielo.

¿Qué motivo hay de que el Ministro holandés esté en Inglaterra? ¿Hay negociaciones de por medio? ¿En su estado no hay tantos problemas que prefiere estar por aqui? Espero poder preguntar —no era muy bueno para los protocolos ni mucho menos para la parte social .La mayoría de las veces las personas solían ofenderse pero eso ya era problema de la otra persona.

@ Datura  @ Juliette Macnair  @ Kahlan Blackthorn

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GOLDOR ♦ DEMONIUM MERIDIANUM

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Con facilidad nos abrimos paso entre los presentes y llegamos tapidamente cerca del flamante ministro, la verdad estaba también un poco asombrado de que haya puesto su confianza en mí, nos conocíamos relativamente poco y habíamos tenido un par de charlas que al parecer habían llenado sus expectativas, me sentía muy alagado por su nombramiento y mi objetivo era corresponder esa confianza.

Mientras caminaba de la mano de mi pequeña castaña, observe a @ Sagitas E. Potter Blue que me levantaba el pulgar felicitándome por mi puesto dentro del Ministerio, era beneficioso para nuestra causa que más de nuestras huestes estén inmiscuidas en el gobierno de Ludwig, con ello se no facilitaría saber actividades y sobre todo los movimientos de aquellos que querían hacernos daño. Le sonreí con complicidad, no era difícil saber lo que pensaba, habría tiempo para reunirnos y que se den directrices para encaminar el poder acorde con nuestros intereses.

Casi sin darme cuenta estábamos frente al Ministro que nos honró con ser a las primeras personas que saludaba después de su posesión, escuche las sentidas felicitaciones y las mientras de afecto con las que alentaba al Malfoy, eran grandes amigos y se notaba.

-Amigo que te puedo decir, abriste y cerraste muchas bocas, ya era hora de hacer algunos cambios en el ministerio, estuviste genial, solo espero la primera reunión de gabinete para que ya des los lineamientos específicos y poder trabajar en equipo...-

No era momento para hablar de trabajo, era un día de festejo, mañana empezaría lo bueno, había que poner todo de sí para que se cumplan los planes trazados, el ser parte de un cambio me agradaba, de a poco las piezas iban cayendo en su lugar, como siempre, el viento soplaba a mi favor, como siempre ha sido.

-Me uno a lo que Mica te dice, si necesitas que algo se haga ahora, pues acá me tienes, cuenta con mi apoyo personal y profesional...-

La piedra en el estanque había caído.

@ Mica Gryffindor @ Ludwig Malfoy

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Intercambió miradas con Kimberly y ambas se entendieron a la perfección, la rubia mantendría su mirada más atenta a los invitados y ella se ocuparía de intentar cuidar a un Malfoy al que le gustaba rodearse de gente pero no de seguridad extra. Aunque al menos contaba con que su hija Noe tenía otra postura más cercana a la de ella. Darla se preguntaba si ella estaría al tanto de lo ocurrido realmente en Nueva York y los motivos.

La pelirroja avanzó discretamente, cómo una sombra entre los presentes. Por su parte la rubia caminaba despacio, observando como la secretaria del ministro llegaba junto al encargado del transporte. En otra área había visto a Whisper hablando con la Directora de Misterios. La ex Ministra estaba haciéndose notar, al contrario del director escolar.

Darla se detuvo en seco al escuchar lo del banquete y su mirada se clavó en el Malfoy. Hubiera deseado arrojarle algo, pero no hubiera resultado correcto, menos viniendo de ella. Puso los ojos en blanco y optó por mantener su discreta guardia. Quizás luego podría saludar a su cuñada y hablar con ella de futuros planes. Aunque le pareció verla ocupada con otros miembros de comitivas europeas, algunos de los cuales desconocía y otros prefería evitar de momento.

Al otro lado del Atrio Kimberly se paseaba observando a los elfos y las expresiones de los empleados, habían hecho un pequeño raconto con Darla de los que se sentían más o menos cómodos, lo gracioso había sido que la Potter Black se había puesto primera en la lista. Claro que la rubia la entendía, las fechas no eran las mejores y los últimos acontecimientos, más sus decisiones de renunciar a sus recuerdos para utilizar ese mes la nigromancia. Lo "positivo" es que en ese mes precisamente las fronteras entre este mundo y el mundo de los muertos eran más efímeras. Al menos Darla lograría sacarle un provecho inesperado a ello, pero ahora lo mejor era prestar atención a si alguno de los presentes mezclaba champagne con odio o solo se quejaban por gusto y no con un plan anti ministerial.

 

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Divisó no muy a lo lejos a @ Sagitas E. Potter Blue  haciéndole una seña desde las sillas dispuestas para las personas que oficialmente trabajaban para el Ministerio, y le asintió con respeto, mientras mantenía sus manos tranquilamente reposando delante de ella. Luego volvió a dirigir su atención a @ Kahlan Blackthorn , soltando una risita cantarina en cuanto mencionó su asocialidad, y suavemente ladeó la cabeza, dirigiéndole una miradita de 'no me creas tonta'.

Oh, por supuesto, un Ministro de apellido Blackthorne es sinónimo de ermitaño.

Murmuró con elegancia, sacudiendo sutilmente su cabeza para luego entrecerrar su esmeraldina mirada al escucharle y ver cómo se comportaba con ella. Asintió con elegancia, sintiendo que quizá, dada la revuelta que últimamente acontecía en su vida y los cambios que podría traer consigo consecuencias negativas, era preferible mantener la distancia.

Aún no olvidaba el detalle que cuartaba su libertad, no sólo era la maldición que acarreaba cual corona sobre su cabeza, sino, la promesa demoníaca que la encadenaba a Artemius por toda una eternidad.

Señor Blackthorn, es un placer conocerlo... me temo que mi posición no está a la altura, sin embargo, puede contar con mi apoyo siempre y cuando sea aliado de Inglaterra.

Mencionó con seriedad.

Juliette Macnair. ⸻extendió su mano para alcanzar la contraria.⸻ Me desempeño como medimago forense, pero también trabajé por bastante tiempo como agente federal para el Departamento de Investigaciones del MACUSA.

Volvió a su posición, y pronto fue buscando sutilmente con la mirada a la nueva persona que se les acercaba, sintiendo la fragancia característica del mago que la salvó en la Mansión Rosier que había memorizado como algo innato en su naturaleza: @ Mael Blackfyre

Señor Blackfyre. ⸻murmuró con una sonrisa mucho más serena.⸻ Estoy segura de que estaré a salvo si usted está por acá, ya sabe, por si este lugar llegase a caer.

Mencionó de forma sutil la situación ocurrida varios meses atrás, y con suavidad alcanzó la copa, agradeciendo en francés antes de dar un sorbo a la misma. Volvió a deslizar su atención por los presentes, y luego de ver cómo el mago llamaba a un joven que no conocía [ @ Datura  ],  regresó a su posición de descanso, apareciendo un fino y negruzco cigarrillo entre los dedos, el cual usaría para calmar su impaciencia. Aún le esperaba una carta cerrada del MACUSA, y sabía perfectamente de quién era: William quería verla, y zanjar su conflicto de raíz. Intentó concentrarme en la conversación otra vez.

Editado por Juliette Macnair
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Cuando los aplausos comiezan a extinguirse y las personas comienzan a despejar la zona, probablemente para acercarse a Ludwig Malfoy y darles sus felicidades y buenos deseos, Ellie decide que aprovechará esta ventana para escapar. Ya ha cumplido con su deber y nada más debería esperarse de ella, piensa; mostró su apoyo y apoyó cordialmente, de modo que el nuevo Ministro de Magia se vea respaldado por sus nuevos subordinados. Eso debería ser suficiente para mantenerse a salvo, por lo menos sólo algún tiempo más. Sin embargo, cuando un mago cercano le dirige a la palabra, se da cuenta de que no será tan fácil escapar del evento. No reconoce la voz, así que se obligada a alzar la mirada hacia el alto hombre; sólo entonces, una voz en su cabeza le susurra su nombre.

—Buenas noches, señor... digo, director Whisper —saluda Ellie, haciendo un leve gesto con la cabeza. Para ella, Rory siempre fue la persona amable, cálida y cercana... y Benjamin Whisper, todo lo contrario. A pesar de que nunca había hablado demasiado con él, y mucho menos de asuntos que no fueran estrictamente necesarios, podía ver que era un hombre inteligente y astuto, que sabía aprovechar su carisma. Si algo había aprendido Ellie en el Ministerio, es que cuando alguien parece tan perfecto, no puede ser auténtico, y ya fuese consciente o inconscientemente había terminado esforzándose por evitarlo. Pero ahora se siente acorralada.

Y no es sólo por la cortesía. Ludwig le otorgó la dirección de una sección muy importante, estaría a la cabeza de las relaciones con muggles. Y ese es uno de los temas que a Ellie más le interesan.

—Rory es una persona irremplazable, y es innegable que en su momento representó la esperanza para la comunidad mágica. Pero, por ahora, quiero confiar en que Ludwig Malfoy hará un buen trabajo como Ministro —dice Ellie, forzando una sonrisa. La verdad es que ella no conoce mucho a Ludwig como persona, pero durante un tiempo ambos fueron Lugartenientes de la Orden del Fénix y confía en que debe defender ciertos ideales del bando, con los cuales ella se identifica. Por lo menos, espera, no es un mortífago encubierto—. Pero la verdad es que no tengo trato directo con él, supongo que en los siguientes días se concretarán las reuniones para cada grupo de departamentos acerca de las reformas. 

Ellie no busca al Ministro con la mirada, pero se imagina que debe estar recibiendo felicitaciones, quizás con una copa en la mano.

—Pero, de todas formas... —comienza Ellie, entrelazando los dedos tras la espalda— Me sorprendió que Ludwig decidiera conservarlo, creándole una división de trabajo y todo. Sin embargo, quiero pensar que es un buena señal que se quieran mantener las relaciones con las personas no mágicas. Espero en que esa parte del legado de Rory pueda mantenerse.

@ Rory Despard

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sins don't end with tears, you have to carry the pain forever

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Tan solo llegamos al Ministerio, ingresamos a el, juntos como familia... mi familia, pensar en ese hecho me sabe bien, algo nuevo que creo está bien sentir orgullo debido a que ellos me aceptaron... no hizo falta más que Ludwig me conociera en mi infancia antes de la desgracia de la muerte de mis padres... quizás y las autoridades "enterraron" aquel extraño caso, solo un resultado desafortunado en medio de la guerra entre bandos... algo que jamás saldría a la luz, convenientemente...   

Avanzo con seguridad, con tantas reuniones y eventos oficiales, me siento en confianza, sobre mi solapa luzco mi emblema que me identifica como Embajador y haciendo gala de mi porte como alto invitado y aliado de mi primo, ocupo el sitio destinado a nosotros. Desde mi lugar veo a mi amiga Francesa Ada Camille y respondo a su venia, saludo entre nosotros que siempre demuestra la gran amistad que poseemos.

Escucho atento el discurso de Ludwig, no es el primero, puesto que siempre de un modo u otro, he acudido a cada uno de los que han realizado los Ministros los últimos cinco años... pero es más esperanzador este que pronuncia el rubio, tal vez porque le conozco un poquito más. Celebro con aplauso efusivo la designación de los que integrarán su gabinete.

Lo inusual paso segundos después del agradecimiento del Actual Ministro, mesas aparecieron para un Banquete alusivo a la celebración de Ludwig como Ministro Inglés, quizás debido a los asistentes representantes y mandatarios de otros países, una gran Gala de la que hablaría mucho la Prensa.  

El ojimiel se paseo por el lugar, no está nada mal festejar un poco... después de todo, lo mejor puede venir de un momento a otro.

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Por fin aparecían. Bueno, al menos uno de los dos. Matt bajó por las escaleras haciendo alusión a la falta de formalidad compartida en nuestros atuendos. Arqueé una ceja. Yo seguía considerando que iba todo lo formal que debía, aunque él si que parecía que iba a una misión más que a una ceremonia de investidura. Pero no, no comenté nada al respecto, tampoco podía juzgarle; sabía a lo que se refería. Asentí cuando me explicó la situación de Sagitas, mostrando una sonrisa afable . Me animaba poder ir por una vez al Ministerio los tres juntos.

Enseguida apareció Sagitas cual torbellino y casi tirándose encima de su hijo. Era de esperar. Recibí la pregunta de mi hermana con una mueca en mis labios.

— Claro que os acompaño, os estaba esperando, tardona.

Me permití el lujo de sacarle la lengua como hacía tiempo que no lo hacía, siempre rodeados por más gente y teniendo que mantener la compostura, como si todavía no mantuviésemos nuestros niños interiores. Pero la payasa me había enseñado bien a escucharlos siempre desde bien jovencitos, y aquello permanecería de por vida arraigado en nuestro ser.

Por suerte y gracias a que accedieron a acompañarme por la Red Flú y no por aquel horrible traslador, llegamos justo a tiempo al Atrio del Ministerio. Nos sentamos los tres juntos en la zona designada para cargos ministeriales. Sagitas no tenía invitación pero dudaba que nadie fuera a cuestionarse su presencia allí, aunque quizá sí que se extrañaran de que estuviera sentada en la zona de jefes y directores ministeriales y no en una de las zonas donde parecían reunirse cargos diplomáticos y de mayor embergadura. En cualquier caso, nadie nos dijo nada, y la toma de posesión del Ministro de Magia comenzó con su llegada y la de su nuevo equipo de gobierno, formado sobre todo por familia directa. ¿Podríamos criticarle por nepotismo estando al lado de la pelivioleta? No, yo creo que no. Aunque, en el fondo, tenía bastante fe y confianza en que Ludwig iba a ser un gran Ministro de Magia y en que tomaría buenas decisiones.

Me tomé unos instantes para mirar a nuestro alrededor, reconociendo algunas caras conocidas y más que conocidas entre los presentes. Escuché al mismo tiempo las dudas de mi sobrino y la tajante respuesta de mi hermana.

— Creo que nos encontraremos lo de siempre, sobrino: conflictos de intereses y acciones llenas de apariencias.

Sí, confiaba en el gobierno racional de Ludwig, pero comprendía que no era tan fácil como parecía gestionar los enrevesados entramados que parecían inherentes a las buenas o malas intenciones de organización y ordenación social. Entramados con más nudos que un cabello largo que lleva más de un mes sin peinar.

Ludwig, al menos, sabía de oratoria y cómo ganarse a fuerza de razón y buenas intenciones a la gente. Y aquella era la que me parecía su mayor baza y de la que estaba haciendo alarde: no tardó en colmarnos de bonitas e idealizadas reformas que habría que ver a qué puerto llegaban y si tan siquiera lograban hacerse a la mar. Agradecí que mencionara mi nombre como pieza fundamental de algunos de sus planes con un sutil gesto, pero por dentro tenía la sensación de que estaba abarcando tanto que sus propias palabras se les escurrían entre los dedos. Sentí el codazo de mi hermana y sus alentadoras palabras. Sólo pude sonreir forzosamente.

Eché otra ojeada a nuestro alrededor cuando el nuevo Ministro de Magia hubo terminado de pincelar su plan de gobierno y pude reconocer entre los presentes cercanos a nosotros a la mujer de plateados cabellos que me ayudó en el Mercado Público de Nueva York, Ellie. Quizá sería un buen gesto ir a saludarla después. También vi cómo una altiva mandataria de otro país se había quedado en la retaguardia, sin implicarse del todo en el evento. Así que aquel era el "apoyo" que le demostraban algunos de los otros países al nuevo gobierno. Carraspeé sutilmente y volví la vista al frente.

Sagitas parecía muy animada con la mención de los nuevos cargos. Extrañamente animada. Decidí no darle muchas vueltas en aquel momento. Además, Ludwig instó a que disfrutásemos por un rato de los refrigerios que se habían preparado para la ocasión antes de retomar nuestras vidas laborales antes de reitrarse y ser perseguido por todos aquellos que parecían ansiar intercambiar unas palabras con él.

Alrededor del gentío sentí un par de melenas conocida en plena acción. Darla y Kimberly se movían entre la gente con agilidad y presteza casi sin ser advertidas, seguramente cumpliendo con sus funciones departamentales. La gente comenzó a tomar diferentes caminos y posiciones. Me levanté casi de un salto del asiento y miré a Sagitas y a Matt, no sin fijarme en que Ellie estaba hablando con un hombre que no pude reconocer de espaldas.

— ¿Algún objetivo concreto fijado? —les pregunté—. ¿O el único objetivo son las mesas y bandejas de aperitivos?

 

@ Matt Blackner @ Sagitas E. Potter Blue +mencionados por el rol xD

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✤ Viajero de la noche ✤

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El discurso de @ Ludwig Malfoy  comenzó más o menos como cabría esperar, tras una broma que buscaba aligerar la tensión (y los nervios que posiblemente sentía), comenzó con los agradecimientos y las promesas de que su finalidad sería la mejora y el bienestar de nuestra comunidad. Yo había sugerido la anarquía más bien como una broma, pero en sus ojos al responderme vi una verdad que no estaba muy seguro de querer conocer, mientras qeu Adrian optó por una respuesta más diplomática, pero qeu en principio, yo también compartía. Todos comenzaban su mandato con grandes ideas, pero...hasta donde llegarían?

 

Las reformas me hicieron removerme en el asiento, algo incómodo. Aquello me recordó de forma vaga a los edictos de Sagitas, y esa época no me gustaba por muchos motivos. Serían siete, y el primero de ellos, el de seguridad, traía la novedad de la creación de una especie de cuerpo de policía mágico...tarea en la que Accidentes estaría involucrado. Ladeé la cabeza para mirar a Sagitas y @ Adrian Wild , sentados a mi lado, notando que me sonrojaba un poco con la sonrisa de ella, aunque intentara animarme. Desde luego, sería un cambio respecto a la dinámica de trabajo que habíamos tenido en Accidentes los últimos años.

 

Tras esta siguieron las reformas educativa, que seguirían bajo la responsabilidad de Mael, de salud, de migración y transportes, donde el tío tendría que encargarse del control de los muggles que quisieran residir en territorio mágico. De nuevo, ladeé la cabeza, inclinándome hacia delante para mirar a Adrian, saltando el "obstáculo" de Sagitas.

- Si necesitas una mano con esos muggles, tío, sabes que puedes contar con los accidentosos.

 

Lo que me sorprendió, y me hizo girar la cabeza hacia el estrado aun en esa posición inclinada fue escuchar el nombre de Sagitas de la boca del nuevo Ministro. Iba a formar parte de la reforma ecológica, y al parecer querían contar con su consejo. Me habría vuelto para felicitarla, de no ser porque se levantó en su asiento y comenzó a gritar directamente al Ministro. Abrí los ojos, notando que el calor en la cara se acrecentaba, al centrar la atención en nosotros de más asistentes de los que me gustaba.

- Seguro que luego puedes presentarle todas tus propuestas al Ministro, mamá. - murmuré.

 

Menos mal que Ludwig no pareció darle demasiada importancia, ya que se disponía a dar por finalizado el evento, no sin antes anunciar un pequeño banquete. Eso me hizo levantar la ceja, un buen Potter Black nunca decía que no a una invitación para comer. No tardé en ponerme de pie, mirando alrededor antes de volver a centrarme en Sagitas y Adrian.

- No soy de grandes amistades ni de muchas relaciones, menos con grandes dignatarios o empleados ministeriales.... asi que supongo que eso deja los aperitivos como mi mejor opción. Pero siempre puedo acompañaros con las manos en los bolsillos y guardar silencio mientras miro alrededor. - terminé bromeando.

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Desde mi puesto, aunque no tenía una vista total de los presentes, sí de casi todos, por lo que me era fácil distinguir la reacción de los susodichos que nombraba el nuevo Ministro, así como de la gente en general que le rodeaba. @ Mael Blackfyre  lucía orgulloso y en un atisbo de mirada que casi entrecruzamos, pude comprobar que aquel puesto que iba ejercer iba a ser clave en nuestro movimiento contra los muggles. Podíamos decir que La Marca estaría muy bien representada con el lugarteniente. Aunque aún tenía muchas cosas que comentar con él y con Mica, decidí que era mejor seguir contemplando lo que sucedía. Había altos mandos de muchas naciones contemplando aquella primera proclamación de Ludwig Malfoy, así que era interesante conocer de primera mano la reacción de cada uno. Aunque para mí no era primordial, sí me gustaba conocer qué gobiernos extranjeros apoyarían ciertas acciones digamos atrevidas durante aquel mandato.

De momento, estaba segura que Holanda no se interpondría en cualquier investigación de la Confederación Internacional de Magos, puesto que su primer Ministro Kyle Blackthorn [ @ Kahlan Blackthorn ] estaba en nuestras filas. La mención de que se iba a proceder a una comilona (aunque el ministro hubiera dicho "pequeño banquete") me hizo ver la oportunidad para acercarme a él. Esperaba poder hacerlo antes de que sus responsabilidades le llevaran lejos de mi alcance. Que él mismo tomara el camino rumbo a la Lugarteniente de La Marca y se parara a hablar con ella me facilitaba las cosas. A su lado, por supuesto, @ Mefistófeles Evil. , también compartía la conversación con @ Mica Gryffindor  y él. Di un codazo a alguien, creo que a @ Adrian Wild  o a mi hijo @ Matt Blackner , no estoy segura, puesto que mi hermano había visto a alguien y se alejaba de nosotros y mi hijo refunfuñaba porque odiaba los actos sociales; ya me lo había dejado claro cuando grité en plena presentación del Ministro. ¡Ay, qué sonrojado se me ponía cuando rompía la rigidez de los actos públicos con mis prontos!

-- Ahora vuelvo -- le dije a alguien, sin saber a quien le había dado. -- Come lo que quieras, Matt, mientras puedas...

Me agaché para dejar pasar una bandeja flotante llena de copas de champagne, sin parar mi paso para poder llegar al Ministro antes de que se fuera de mi alcance.

Lo logré.

-- ¡¡Sr. Ministro!! Déjeme ser de las primeras en felicitarle por tan lindo discurso. Tenga por seguro que me ha encantado saber de la gente con la que se ha rodeado. Y mantengo lo que dije, no dude en solicitar mis servicios para lo que crea necesario, en cuanto a criaturas mágicas se refiere, claro...

Vaya, ¿le parecería a @ Ludwig Malfoy  que estaba coqueteando con él? Para nada, por supuesto. Pero socialmente, no sabía usar las palabras adecuadas. Para mí quedaba claro que sólo le ofrecía ayuda para mantener a raya cualquier edicto, mandato, consejo o librarme de impuestos que se relacionaran con la tenencia de los animales de mi Circo-Reserva.

-- Si necesita algún estudio sobre libre aranceles de acromántulas entre países no europeos o atrapar a algún dragón por las calles de Londres, cuente conmigo. ¿Me concederá algún hueco de su agenda para hablar de la subida del grano para alimentación de los animales o tendré que hablarlo con su secretaria aquí presente?

Le guiñé un ojo a Mica. Ella empezaba a conocer el lado cómico de esta mortífaga que se transformaba en Nemétona cuando llevaba la máscara puesta. No sé si ella lo suponía o no, pero mi intención era que Ludwig acabara en nuestras filas, por las buenas o por las malas; él elegiría. Esperaba que Mica no me pusiera muchas pegas en esos intentos.

Editado por Sagitas E. Potter Blue
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El codazo de Sagitas me cortó a media frase. La miré, dolorido, pero ella parecía tener la vista fija en su objetivo: El Ministro. Y cuando algo se le metía entre ceja y ceja, era difícil quitárselo de la cabeza. Comencé a protestar, a refunfuñar de nuevo. De pronto tenía muchas más ganas de ir a encerrarme en mi despacho que de estar allí. Asentí con la cabeza, mientras seguía protestando más para mi que para alguien en concreto, y la dejaba ir hacia el ministro.

 

Caminé con las manos en los bolsillos y la cabeza gacha, en dirección a la mesa alargada lleva de platos con distintos aperitivos. Con un vistazo rápido, alargué la mano para coger uno pequeño y llevármelo a la boca, antes de servirme algo de beber y tomar algo más para picar, me alejé hasta un rincón en penumbra, algo alejado de los demás invitados, me apoyé contra la pared y di un trago. Se habían formado pequeños corrillos con representantes de otros ministerios y los recién nombrados, periodistas y algún curioso. 

 

Sagitas, a lo lejos, ya había logrado llegar hasta el grupo del Ministro, compuesto por el encargado de Sanidad, la nueva Secretaria del Ministro y un par de personas más. Sonreí ligeramente al verla tan animada. Hacía mucho tiempo qeu no venía al ministerio, y las últimas veces no parecía demasiado feliz con volver. Pero entre tanta gente parecía entusiasmada. Su nuevo cargo, si podía llamarlo asi, parecía haberla animado.

 

Ella si que era un animal social, se movía bien en estas situaciones. Yo, con suerte, esperaría un par de minutos antes de iniciar mi plan de fuga para refugiarme en Accidentes. Plan de huida que, si el Ministro era inteligente, sabría llevar también a cabo, o Sagitas no lo dejaría libre hasta que hubiera tratado todas sus ideas con él.

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