The Masquerade Ball

[Mica Gryffindor]

Sonrió levemente al saber que su amigo no tendría obligaciones como Ministro, aunque era claro que lo robarían de su lado por algunos momentos por cuestiones de diplomacia. Con ingenuidad deseó que no lo reconociesen con aquel antifaz que le recubría el rostro, que funcionase de perfecto escondite para que tan solo fuese su cita esa noche. Pero la realidad solía diferir en demasía con sus deseos.

Sabía que en la mente del rubio había otras inquietudes, lo notaba algo inquieto gracias al vínculo entre ambos, pero prefirió no indagar, para que fuese el rubio quien trajese aquel tema a colación si así lo quería.

Al llegar al recinto, su acompañante se encargó de conseguir dos copas de champagne rosado, una para cada uno. El dictamen de que era hora de empezar a celebrar la obligó a sonreír, como si fuese algo automático. Las ganas de pasarla bien con aquel caballero estaban más que presentes. Chocó la copa con la del joven tras oír su propuesta de brindis.

-Por nosotros y aprovechar cada minuto -agregó animadamente, volviendo a chocar el cristal y bebiendo el contenido de la copa en pocos sorbos.

No quiso mirar alrededor, solo tenía ojos para él esa noche. No quería que ninguna presencia se interpusiese a la posibilidad de tener un perfecto San Valentín junto a uno de los hombres a los que amaba con firmeza.

-¿Qué te gustaría hacer para que esta noche sea perfecta? ¿Qué no puede faltar en tu San Valentín ideal? -indagó, dispuesta a utilizar aquella información en caso de obtenerla.

@ Ludwig Malfoy

[Noeline Malfoy McFarlan]

 

El belga llevaba unos segundos en el hall del teatro viendo como ingresaban unas cuantas personas, el movimiento de magos y brujas era constante, le llamó la atención ve ingresar a un caballero medieval. No sabía que el evento era de disfraces, comenzaba a sentirse un poco incómodo en el terno que había elegido para la ocasión ¿y si en el interior los demás asistentes se encontraban cubiertos con vestuarios extravagantes?

De manera autómata su mano alisó la solapa de la chaqueta, en un intento de darse confianza. Sus emociones iban desde nervioso hasta emocionado por conocer lo que le prometía la noche. Pero quedándose al amparo de la entrada no iba a descubrir ni disfrutar de nada más. Así que emprendió el mismo camino que había tomado el caballero antes que él. 

Al ingresar al salón la decoración le pareció aún más sorprendente de lo que había dejado atrás. La habitación parecía sacada de un cuento de hadas. La decoración de bosque encantado se presentaba ante tus ojos, creando una atmósfera mágica y acogedora. Las paredes están cubiertas con arbustos y cada rincón del lugar tenía árboles, hasta del techo colgaban algunas lianas. La sensación de inmersión era completa.

Mientras buscaba una bebida, y así coincidir su paseo con el camino de algún mesero, vio a una mujer que le resultaba familiar parada muy cerca. No podía recordar de dónde la conocía, y la máscara que cubría su rostros ayudaba muy poco en esa misión, pero sentía que la había visto antes. Su estatura, complexión, su manera de esta, definitivamente ahí había algo familiar.

Decidió acercarse y saludarla. —Buenos días, señorita— no se atrevió a decir nada más, recordando que tal vez podría ser un evento exclusivo y él se había colado. Si era así y lo reconocían, podría estar metido en un lío.

 

@ Ada Camille Dumbledore

[David Augustus Lestrange]

—Para la próxima... —lamentó en un susurro. Acababa de darse cuenta de cómo podría haber mejorado su disfraz, con la espada de verano que había adquirido tiempo atrás.

Haciendo turismo había podido ver muchos bailes de máscaras por fechas similares a esa, todos relacionadas con el carnaval. El hombre no era muy dado a disfrazarse en otra fecha que no fuese Halloween, pero esos primeros minutos siendo un caballero le estaban gustando. Caminaba lentamente por el lugar pensando lo bien que podría verse a los lomos de un caballo así vestido, pero era demasiado soñar porque eso no podría ser posible allí. Estaba en un baile y... ¿qué era lo primero que había que hacer en un lugar así? Exacto, ir a por algo de beber. Se demoró más tiempo de lo que hubiera sido normal, parte de sus últimos pasos los había hecho mirando hacia arriba para ver esas bolas que colgaban del techo y que indicaban que estaban en eso, en un baile.

De antemano sabía que eso sucedería, que iba a encontrarse con un gran número de parejas, ir solo a un evento así nunca había sido lo más inteligente pero estaba casi seguro que tarde o temprano encontraría a alguien en su misma situación, solo había que tener paciencia. En ese momento estaba viendo a un dúo cerca de las bebidas a las que había acabado de llegar. Un varón (@ Noeline Malfoy McFarlan ) y una dama (@ Ada Camille Dumbledore ). Les dedicó una leve sonrisa a modo de saludo mientras sus ojos dejaban de analizarlos para centrarse en las bebidas. ¡Había muchas!

—Tengan cuidado con lo que beban, he escuchado que han echado Amortentia a algunas de las bebidas. —les comentó mientras se alejaba de ellos sin borrar la sonrisa. Pero no demasiado, solamente se movía por la mesa mirando cuál sería aquella bebida que le resultase lo suficientemente atrayente como para tomarla en primer lugar. No quería molestar demasiado, no en un día así. Por supuesto sus palabras no habían ido en serio, no sabía si se lo tomarían a broma, si les importaría o si fuese algo que les incomodase, pero si alguien lo hubiera echado de verdad habría sido una buena y divertida idea. A lo mejor sí que lo habían hecho, quién sabe...

Aquello iba a alargarse más de lo que pensaba porque eran varias copas las que le habían resultado apetecibles, solo tenía que decidirse por una. La idea de acabar probando todas era descabellada, entre otras cosas porque eran muchas. Pero... ¿cuántas? Quizá después se paraba a contarlas por mera curiosidad.

—Creo que va a ser el primer baile al que acuda en el que no me importaría manchar de bebida mi ropa. —¿Qué le podía hacer algo de líquido a una armadura? ¡Nada! Todo ventajas. —Y en el que tampoco me importaría pegarme con alguien, soy casi indestructible. —bromeó haciendo una pausa antes de continuar. —Así que si conocen a alguien que quiera tener una pelea, háganle venir a mí.  —pidió riendo levemente. Otro asunto eran los duelos mágicos, donde su disfraz quizá era todo menos algo bueno.

 

[Anthony R. Dracony M.]

Asrael, Abizaid, Alejandro y Ángela llegando al Teatro con sus invitaciones en la mano... (Loa amigos y socios de Anthony R. Dracony M.)

 

Acomodando uno de sus rizos de la cabellera dorada, sus ojos azules como refulgentes zafiros, le dan una imagen enviable a Abizaid Mondragón, el joven mago entro con la gallardía de su aspecto y acorde con su vestuario de "Príncipe Soñador", Su amigo Asrael va detrás del rubio, no porque sea tan cercano sino para sentirse con apoyo por acudir aquel Evento... no tuvo respuesta de su amiga Zoella... quizás si le hubiese escrito con más tiempo de antelación, ella hubiese hecho un hueco para asistir como pareja del pelinegro... este pasa saliva nervioso y abrumado por la situación, estar justo detrás de su amigo adonis, ahora parece la peor de las decisiones.

Sonriendo, Ángela y Alejandro ven como el rostro de Asrael cambia continuamente, ellos quieren reírse por lo gracioso de aquella escena pero puede más su amistad con el mago que eligió un traje azul marino estilo de "Adivino y Conjurador". Por otro lado, la pareja de enamorados, Alejandro y Ángela, van con el disfraz de "Princesa Aurora" y su "Príncipe Felipe" para ellos el Baile, es la cita romántica perfecta... ¿Será?

Como el amigo de los cuatro jóvenes, les dio una invitación a cada uno, muy emocionados fueron al Teatro, el detalle de las máscaras es un buen elemento para mantener el misterio sobre la asistencia al Baile, ellos van con la intensión de pasar una buena velada.

-- Muy hermoso todo... ¿Dónde creen que este Anthony? -- Pregunto el castaño mientras pasea la vista por el salón. -- Tal vez... tal vez y sea un elaborado plan de Tony, después de todo, en este mes es su aniversario... quizás y por eso se avoco a organizar este evento ¿No lo creen? -- Menciono el pelinegro con un tono de voz donde deja entrever perspicacia sobre el asunto. -- ¡Tontería! ¡Una reverenda tontería! -- Expreso muy molesta la chica castaña. -- Ni hablar, ustedes no entienden nada, él no pudo... mejor me largo, son unos insensibles. - Ángela soltó el brazo de su pareja y literalmente corrió al interior, parecía conocer de antemano el lugar... o quizás fue su deseo de apartarse para llorar por unos minutos, era para ella un motivo de desentanto porque siempre había creído que el amor todo lo puede, todo lo vence... y al parecer, no siempre era así. Ángela llego al cuarto de aseo y ahí libremente dejo correr sus lagrimas, ya le tocaría retocar el maquillaje de sus ojos y rostro.

-- Les felicito, buena la han hecho. Tu Alex, debiste decir algo, ahora será mejor que tengas algo preparado, un obsequio que la alegre. "Mejor no echen sal en la herida".-- Amenazo el rubio, para él no existe problema siendo una estrella de cine que se dedica a ser "el sueño del público" pero tiene altas expectativas que piensa deben cumplir aquellos que cortejan a una chica... los sentimientos son frágiles y la delicadeza para tratarlos, es lo más importante.

Los tres amigos avanzan, Alejandro cabizbajo, Asrael avergonzado se sujeta la nuca con la mano izquierda, Abizaid ve que hay personas junto a la mesa de bebidas y se aproxima para tomar una de ellas. Sus amigos le siguen, el rubio está por tomar una de las bebidas cuando escucha a un caballero advertir: Tengan cuidado con lo que beban, he escuchado que han echado Amortentia a algunas de las bebidas.( @ David Augustus Lestrange  )- claro que no se lo dice a ellos, sino a una pareja que esta ahí, titubeante se queda pensando en aquella posibilidad, su brazo estirado, su mano a unos centímetros de la copa... Abizaid no esta deseoso de problemas, no al menos con alguna chica. Retira su brazo y entonces ve a una pareja al otro extremo de la enorme y extensa mesa de bebidas, el rubio alza la ceja, ahí se encuentra Anthony, con su cabellera verde es inconfundible. Él mago se encuentra con una preciosa rubia... ( @ Veronica Prince Rambaldi  ) Quizás sea momento de ir a saludar...

 

Anthony R. Dracony con Verónica Prince Rambaldi

 

-- Si, si, si Verónica... disculpa, mala costumbre arraigada en mi. -- Respondí a mi acompañante. Era que yo no olvidaba su profesión como periodista y el que mencionara sus credenciales... mejor ir con tiento, a veces se llevan a cabo "imprudencias por una cortesía abrumante". Ya antes me paso con Esmeralda Slytherin, también con otras tres brujas que fueron para mi amigas, pero que ellas pensaron que mi interés era otro, las cosas confunden en más de una vez, pero  hoy solo busco sea un día divertido.  

La fuente es un bello elemento y tomo un poco de su agua fresca y cristalina... me siento satisfecho por hacerla parte de la decoración. Verónica menciona que le encantan los helados, sobre todo los que sorprenden el paladar... -- Si, seguramente, yo he tenido la oportunidad de probar varios sabores. Una amiga del trabajo, abrió una heladería, fuimos a la inauguración y cada vez que era posible, la visitamos para disfrutar de uno de los cincuenta sabores disponibles. Pero... creo que tiene seis años que ya no hemos ido... cosa del conflicto en Diagón, las explosiones y atentados...  -- Tomo delicadamente su mano y me encamino a los postres para alejar aquella conversación -- Hay que probarlos, el color no lo es todo, hay helados azules que no es sencillos de adivinar que sabor ofrecen. -- Entrego a la rubia, una copa de helado azul con decorado de chispas en varios colores, entonces su pregunta me hace pensar por un momento.

-- Pues verá querida Verónica, creo que poseer cuatro locales, me han hecho incursionar en la organización de eventos, los tradicionales como también los de ocasiones especiales, pero he de reconocer, que siempre me ayudan a llevarlos a cabo.  -- Le menciono a la joven, recordando sobre aquellos proyectos del pasado, donde me emocionaba sorprender al público.

Editado 3 de Marzo del 2023 por Anthony R. Dracony M.

[Adrian Wild]

Teatro Apollo Victoria
West End, Londres

 

Los verdes tonos variados que albergaba desde hacía años el interior del teatro londinense se mezclaron aquel día con otros tantos morados. La que, tras años en cartel, seguía siendo la casa del musical Wicked en el londres muggle, se había convertido en el lugar donde magos y brujas celebraríamos una gran mascarada. Una gran mascarada que debía durar veinticuatro horas a lo sumo, ni una más, ni una menos, pues no había sido nada fácil conseguir que la función de un día tan marcado como era el 14 de febrero se viese suspendida el día de antes por "múltiples bajas inesperadas", como habían comunicado los medios muggles.

Había sido una semana agotadora. Desde que Anthony se hubiese presentado en el Ars & Vita para solicitarme organizar un pequeño número para el evento no había parado. Primero, la labor de encontrar una compañía disponible lo suficientemente grande como para poder llevar a cabo un espectáculo en un evento de tanta asistencia y, paralelamente, el trabajo de gestión ministerial por parte del Comité Cultural Mágico Internacional, en el que recayó la responsabilidad de conseguir el teatro muggle para celebrar la mascarada. Había costado encontrar la forma de que se quedase libre el concurrido Apollo Victoria, pero tras una operación muy profesional, aunque más que cuestionable moral y éticamente, había logrado que el Ministerio de Cultura muggle nos concediese el espacio durante todo aquel día.

En cuanto a la consecución de una compañía con muchos integrantes para el número musical que tenía en mente realizar... Aquello sí que fue un trabajo digno de admiración profesional. Me puse en contacto con una pequeña compañía que conocía de Cardiff, que tras las últimas reformas ministeriales del mandato de Rory Despard habían llevado a cabo un laboratorio teatral en el que juntaron a magos, brujas y hombres y mujeres muggles tras el cual habían estrenado su primera obra hacía ya tres meses. Eran los suficientes como para encargarse de los papeles principales y conocía de su maestría en el trabajo vocal como para defenderlos. Por último, y en trabajo conjunto con la compañía, nos pusimos en contacto con todos y cada uno de los asistentes a la mascarada para proponerles participar en el número musical que íbamos a preparar, de forma que todos aquellos que quisieran demostrar sus dotes de canto e interpretación sólo tendrían que asistir a los ensayos programados durante la semana. Sólo debían aceptar una condición: mantener en completo secreto su participación al resto de invitados que no fueran a participar.

Todo el plan estaba ya ejecutado, ensayado y listo para brillar o estrellarse contra el suelo.

— Wilmo, por favor, avisa a Charles y la compañía que en cuanto hayan llegado todos los asistentes empezamos.

El elfo, diligente, desapareció en un chasquido de dedos y a los pocos segundos volvió a reaparecer a mi vera. Contemplamos cómo los invitados iban ingresando poco a poco en aquella suerte de bosque encantado en el que se había convertido el interior del teatro, claramente agrandado mágicamente. La zona del escenario se había mantenido para que los actores y actrices protagónicos tuvieran libertad de movimiento entre espacios, mientras que el resto de intérpretes, llevarían a cabo su participación desde todos los lugares donde se encontrasen al momento de empezar. Dos de los actores comenzarían la escena y el resto se les uniría llenando todo aquel fantástico espacio con el número preparado, que acabaría con la aparición del fantasma.

Tomé una de las copas de vino blanco ofrecidas por las bandejas que iban y venían entre la gente, portadas por elfos y elfinas.

— Deberías haber interpretado tú al fantasma —comentó entonces mi elfo, controlando desde su posición a los elfos encargados de que la gente que iba a participar estuviera preparada y de que toda la infraestructura se mantuviese en perfecto estado.

— Yo ya he hecho mucho trabajo durante toda la semana —eché un vistazo, satisfecho, a todos a nuestro alrededor; conseguir los estupendos trajes para el número había sido otro logro de la semana—, y creo que con creces. Hoy me toca disfrutar sin tanta presión.

Observé atentamente a algunos de los asistentes que entraban. Aún con máscaras, se me hacían familiares. A otros les reconocí sin problema, pues lo haría aunque tuvieran toda la cara tapada. Sonreí, pues todavía me había guardado una sorpresa más para mí: yo tampoco había asistido a los ensayos, así que no sabía si alguien conocido iba a participar.

No tardó en completarse el aforo del lugar y en que todos estuvieran ya inmersos en largas y frívolas conversaciones, con toda clase de bebidas en sus copas y elegantísimos trajes y disfraces. Me coloqué mi máscara y tras un guiño a mi elfo Wilmo, me adentré en la muchedumbre. Sutilmente, tomé una cucharilla de una de las mesas y comencé a caminar por todo el lugar dándole suaves toques a mi copa con el metal de la cucharilla, generando cierta expectación por aquellos que se percataban y que reducían el volumen de sus conversaciones hasta casi apagarlas. Pronto lo único que quedó fue un incesante murmullo. Y sobre él, comenzó el espectáculo.

Entre las ramas de los árboles que se habían generado en el interior del teatro levitaban instrumentos musicales manipulados desde lugares ocultos por magos y brujas músicos. Los dos hombres que abrían el número aparecieron en el escenario y, poco a poco, el número fue llenando de voces todo aquel fantasioso espacio lleno de verdes, morados y diversa vegetación y luces.

La mascarada no había hecho más que empezar.

[Eterno Black Triviani]

Llevaba ambas máscaras sobrepuestas consigo mismo y notaba como la gente ingresaba al recinto sin mucho aspaviento, sin más ni menos dejó su posición en el que se encontraba vigilando tal como lo había mencionado se iba en dirección de la mesa donde su amada se encontraba, no queria perderse de ningún detalle aunque le llamaba la atención de unas bebidas medios rojos de tonalidad bastante claras que burbujeaba en su frasco de las mismas desprendían un aroma singular, cogiendo tres al azar y mientras caminaba dónde ella para no dejarla sola, apresuró el pasó soltando con delicadeza sobre la mesa los recipientes, le da un breve beso en la mejilla a su esposa esperando llamarle su atención quien le notaba lo bastante distraído a todo ello, quizás sea el cansancio o las niñas que supuso querían comer un tanto más.

 

- Hola cariño, ¿Todo bien? Te noto algo más pálida de lo normal bebe- . Comentó de manera sutil para no despertar el interés de otro quien no sea ella, le tomo de la cintura para pegarle hacia su cuerpo y con ello ser su ancla en el suelo mientras le resguardaba por un porsiacaso.  -¿ Deseas algo de beber cariño? - se anticipó a preguntar si es que tenía sed o si necesitaba alguna cosa. Le sonrió al cruzar su mirada con la suya, le pareció que ella buscaba algo, volteando a observar en aquella dirección no encontrando nada fuera de si.  Por lo pronto tomo una botella destapandole sin dificultad para empezar de beber pausadamente mientras saboreaba el contenido en sus tres primeros tragos.

@ Malum Luxure

Editado 6 de Marzo del 2023 por Eterno Black Triviani

[Malum Luxure]

Me había llevado un poco de tiempo cambiarme pero el resultado había sido mejor del esperado, el vestido me sentaba muy cómodo y lucia realmente hermoso, los zapatos eran bajos para que no me molestaran al caminar. Salí de los camerinos justo cuando los actores se apresuraban a escena y el show comenzaba, los colores, y los cantos eran tan bellos que no pude evitar sonreír ampliamente, el teatro tenía esa magia tan exquisita que sin duda sabía enseñar.

Caminé con calma notando la llegada de los invitados y saludando mientras buscaba con la mirada a mi amado esposo, cuando di con su persona me acerqué con calma sin dejar de sonreír, llegué a una mesa pero no podía decidir que se me antojaba más, las niñas seguro no se ponían de acuerdo y harían que mamá decida por ellas.

Un dulce beso en la mejilla me sacó de mis pensamientos y me encontré con él más hermoso hombre a mis ojos, comentó algo con preocupación y yo solo volví a sonreír cálidamente, me abrazó con seguridad y me apoyé suavemente en su pecho como descansando un momento, inhale su fragancia y eso me relajó, no sabía que lo necesitaba hasta que simplemente lo hice, muchas veces no me doy cuenta lo mucho que me hace falta su paz.

Cuando pregunto si quería beber algo pensé por un momento que se me antojaba repoblar buscarlo en la mesa no me pareció verlo, volví a mirarlo mientras él bebía de su botella tranquilo, tuve una idea traviesa ya que no me importaba si nos veían o no.

-Tengo un pequeño antojo mi amor solo que no lo vi en la mesa.- Le contesté suave al oído. -Pero ya encontré algo mejor con que reemplazarlo.- Le aseguré con total sinceridad y calma.

Parecía que mi palidez se debía quizá a la falta de azúcar o algo así pero no me sentía mal, al contrario estaba de lo más cómoda y disfrutando de todo, entonces tomé su rostro con ambas manos y miré sus impresionantes ojos detrás de la máscara y me fui acercando hasta poder besarlo, sus labios tenían tenían el sabor de aquel trago que había bebido minutos antes, pero no me importó sin que le agrego un plus, era fiesta de San Valentín así que las muestras de amor entre parejas estaban más que bien vistas o si no, no me importaba en lo más mínimo, yo soy feliz en ese momento junto a mi Eterno.

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@ Eterno Black Triviani

[Eterno Black Triviani]

Escuchaba el murmullo de la gente quienes hacían de su vida lo que deseaban y mucho más en esta reunión que era óptima para revivir viejos momentos olvidados y quizás encontrados en la fiesta de San Valentín la cuál iba dando con normalidad. No cabe duda que aunque había parejas no todos lo eran, queriendo rescatar aquello mientras les notaba beber y charlar alegremente en esta oportunidad dejándose llevar por la situación que se nos ameritaba.

 

Después de mi duda ante mi amada y bella esposa quien lucia divina con la indumentaria que llevaba consigo puesta, espere a su comentario y con ello esperando que sus labios se juntasen con los míos manteniéndoles un tanto relajados mientras lo gesticulaba amablemente ante su señora dama quien juguetaba acariciando su rostro y medio despeinado a su acompañante, el quien sentado la recibió en brazos llevándole a su regazo y responder aquel beso juguetando con su lengua buscando la de ella y con ellos vertirle amablemente una parte del líquido bebido el cual pasó por su garganta sin causarle incomodad alguna, felizmente esto no tenía alcohol más parecía licor de fantasía pero estaba muy rico, y mucho más con el sabor que la boca de ella que le hacía buena compañía en el asunto.

Estuvieron un buen rato acariciándose y despegándose para poder respirar y darse piquito cortos con una sonrisa mutua, ella quedó sentada sobre sus piernas mientras sutilmente, sin malicia les acaricia las mismas la que las sentía muy suaves como tersas; me llevo a sonreír - Extrañaba esto cariño - quedando prendido de sus ojos quien le observando a los suyos se quedaba perdido en este ambiente tan bonito que se había dado.

El trabajo de los dos había sido arduo aunque estaban en contacto continuamente momentos así de unión les faltaba pero ello debía aprovechar al máximo. @ Malum Luxure

[Luna Gryffindor Delacour]

Hacía tanto tiempo que no salía de la mansión Dumbledore que estaba segura que las cartas se había agolpado en la entrada preguntando por mí, pero me había tomado un tiempo de receso para pensar como volver y porque no ordenar todo en aurores ahora que Darla no estaría tanto allí como antes, suspiré con pesadumbre y me dije que debería de caminar para la mascarada del día de hoy, no perdía nada con intentar volver al mundo real, al fin y al cabo, seguía formando parte de la comunidad mágica por más que no me vieran tanto por ningún lado.

 

Llevaba mi vestido rojo y mi máscara dorada con un león en ella, me pregunté porque me habían invitado a mi, cuando vi que era mi madrina Malum quién había arreglado todo, así que asentí diciéndome que no le fallaría para nada,  me hice un rodete en mi cabellera pelirroja en mi Fénix dorado, regalo de mi querido papá, Elvis por mi graduación y me encamine con mis tacones rojos hacia la salida, esperando llegar a tiempo está vez y no tan tarde como siempre me.pasaba por lo general.

 

La noche me recibió como una vieja amiga y tarde bastante en desaparecerme hacia el lugar elegido, primero porque hacía mucho que no venía tanta gente alrededor corriendo por llegar a tiempo a algún lado y segundo porque quería disfrutar del paisaje, hacia tanto que no salía a ningún lado, que el volver fue algo increíble para mi, sobretodo porque iría a ver a mi madrina y esperaba que se acordaran de mí tanto como yo lo hacía con ellos.

 

Me pregunté si mi mejor amiga Ada, estaria por algún lado, mientras desaparecía con un fogonazo de luz violeta hacia el lugar elegido, me asombre de ver a todos con máscaras como la mía y busque con la mirada a mi madrina Malum así también como a Ada, preguntándome si las vería aquel día o no en tan lindo evento.

 

- Hola a todos, Lunita Gryffindor Evil Delacour para servirles, por cierto que hermoso lugar, todo está muy bonito y lamento haber llegado tan tarde, de que me perdí? - Dije mientras me acercaba al recinto y veía a mi alrededor intentando ver a alguien conocido por allí -

 

Sonreí alegremente mientras me acercaba donde estaban mi madrina Malum y mi padrino Eterno, así como también buscaba con la mirada a mi mejor.amiga  Ada y a mí querida mejor amiga Darla por si las veía por algún lado,esperando que se nos unieran pronto y preguntándome si es que podríamos pasar una bella velada en familia y porque no charlar de lo que me perdí, por mi continua gana de quedarme en casa por un tiempo, me pareció lindo volver a reunirnos todos y me dije que pasaríamos una bella velada en compañía de todos mis amigos.

 

@ Malum Luxure   @ Ada Camille Dumbledore   @ Eterno Black Triviani   @ todos @ Darla G Dumbledore   @ Mica Gryffindor

Editado 7 de Marzo del 2023 por Luna Gryffindor Delacour

[Noeline Malfoy McFarlan]

 

Noeline Malfoy McFarlan

La joven pelirroja se había aparecido justo frente a las gradas del teatro victoriano. Recogiendo los bajos de su vestido avanzó hacia la entrada mientras intentaba recordar si en alguna ocasión con anterioridad había estado en ese lugar. Solo tenía un par de años que había regresado a Europa y antes de eso su vida en Inglaterra se había desarrollado en la Mansión y en Hogwarts así que fuera de la fachada por la que había cruzado alguna vez no descubrió nada más en su memoria.

Recorría con la mirada el edificio, primero se dirigiéndola hacia el techo, donde unos hermosos frescos adornan la cúpula del teatro y del cual bajaban elementos orgánicos posiblemente colocados para el evento de aquella noche. Mirando a su alrededor, observaba detenidamente la decoración del teatro. Resultaba impresionante cómo los elemento del "bosque encantado" se mezclaban con la elegancia y el glamour de la arquitectura antigua propia del teatro, pero las emociones que le había precedido a su arribo se dejaban entrever en su rostro.

Cruzando el vestíbulo se introdujo al lugar de donde provenía la mezcla de sonidos: la música suave de fondo, los sonidos de los invitados hablando y riendo, y el tintineo de copas, los pasos algunos más suaves, otros fuertes y otros apresurados de los distintos invitados. En el interior era más evidente la decoración, sintiéndose inmediatamente transportada a otro mundo, al bosque. 

En ese ambiente festivo finalmente cayó en la cuenta de que al estar todo el mundo llevando una máscara, sería más complicado encontrar a alguna persona conocida. Por lo que se propuso recorrer el lugar, deteniéndose cuando estuvo a punto de tropezar con alguien ( @ Luna Gryffindor Delacour ) . 

—Una Gryffindor— soltó sin pensarlo si quiera al mirar a la joven que casi había golpeado al girarse y fijarse en el detalle que cubría su rostro. —¿Luna? eres tu.— Comentó en voz alta al ver que se dirigía hacia un grupo de personas. Al parecer no había sido tan complicado encontrar a alguien conocido en aquel lugar.