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(¯\_¤~-Dumbledore's Night-~¤_/¯) (MM B: 100837)


Sally Sigel
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El rubio Illidan movía su varita rápidamente tras haber sido impactado por aquel Sectusempra. Sonreí al ver que no había podido hacer más que dejarse impactar. Mucha gente subestimaba a los mortífagos porque creían que éstos solamente destruían y escapaban. Pero eso conmigo no ocurría, había llegado a ésa comunidad con algunos objetivos y uno de ellos en ése instante, era empezar a sacar de mi camino a algunas personas.

La próxima vez, te enseñaré a pelear mejor. Si te atreves a ladrar, al menos ten el valor de defenderte, rubio —comenté, al ver que los efectos se le iban sumando. La sangre habría brotado de sus heridas y habían chorreado hacia su mentón. Y el gas, en ése momento, estaba envenenando sus venas, aunque éste se hubiera curado un poco. Caminé lentamente, observando como se daba por vencido. Se estaba dando por vencido—. ¿Te rindes? Que débil —murmuré, mientras éste se concentraba para si mismo, cerrando los ojos.

Caminé unos pasos tomando su varita. La guardé en mi bolsillo mientras le daba la orden a la moto-animalizada de retirarse del lugar. Ésta corrió hacia el exterior y dejó de surtir efecto, volviendo a ser una moto normal, caída en medio de aquella calle del Callejón Diagón. Ahora avancé unos pasos más hasta quedar cerca de su cara, menos de un metro. Aquellos ojos azules se veían por momento, cuando forzaba a abrirlos.

Oye, no no —mis dedos se enroscaron en sus cabellos que los tironeé hacia los costados, sacudiendo su cabeza para que se despertara—. No hemos terminado —saqué mi varita. Un par de cuerdas se enroscaron alrededor de si para apretar sus brazos a su torso. Al igual que sus piernas quedaron pegadas—. Ahora viene lo mejor —le susurré, miré hacia la entrada. Aproveché para pensar en una Curación, aquella magia que permitía curarte. Y un Episkey, había perdido mucha sangre. Lo necesitaba despierto. En cualquier momento iba a llegar algún indeseable, si dejaba pasar más tiempo—. Un pajarito me contó de una tal Mica. ¿La conoces? Tal vez tengamos una charla vos y yo

Y le lancé un encantamiento aturdidor, ya que lo había ayudado a mantenerse vivo. Su cuerpo cayó al suelo, desparramado. Me agaché, me aferré al cuello de su túnica y lo fui arrastrando por todo el negocio, directamente hacia la salida. Cuando llegué al umbral de la entrada, miré a ambos lados. No había nadie. Nadie del ministerio, nadie de la Orden del Fénix. Tenía pura y completa libertad en mis acciones y movimientos. Y eso era lo que me incentivaba a hacer ésas cosas.

Goldor los vigila” escribí con mi varita sobre unas líneas llameantes que brotaron desde la manera, mostrándose de manera radiante.

Y desaparecí con Illidan, lejos de allí. Podíamos decir que no era nada personal, apenas conocía al jovencito. También podía pensar (aunque no lo pensaba conscientemente) que me había dado un poco de envidia ¿y celos quizás? el verlo tan bien con Mica. Y tenía algunas cuestiones, que había estado hablando con algunas personas dentro de la Marca Tenebrosa. Había rumores que dentro de la Orden, había una líder nueva, alguien que estaba trasmitiendo esperanza y planeando algunas cosas.

Corrían rumores. Y lo habían logrado, quizás. Eso había ocurrido incluso con el Ministerio de Magia. Un nuevo Ministro y nuevos problemas…

@ Illidan Black Lestrange

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GOLDOR ♦ DEMONIUM MERIDIANUM

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Dejó escapar un suspiro.

Hacía un par de días que Cillian no tenía contacto alguno con aquellos que consideraba sus amigos. Desde la batalla contra el inquisidor le era casi imposible el tener ganas de levantarse siquiera de la cama. Sí, Ludwig lo acompaña casi todas las noches en ella, pero el futuro esposo del chico aún continuaba con su vida sobretodo porque tenía obligaciones que no podía ignorar tan fácilmente. El tiempo en que Ludwig no estaba, Cillian se dedicaba a a leer o a jugar con aquel pequeño aparato muggle que Illidan tanto había insistido en que usara.

¿De verdad era algo necesario? Bueno, por lo menos estaba aquellos juegos que le ayudaban a pasar el tiempo. Si bien había alargado aquella excusa de la batalla contra el inquisidor demasiado tiempo, su pareja no se lo reprochaba, pero él sabía bien que el momento de volver al mundo real estaba más cerca de lo esperado. Y así fue, ya que justo en el momento en que logró pasar aquel nivel que tanto se le había complicado el celular comenzó a vibrar, logrando que Cillian lo dejará caer al piso.

Una vez lo tuvo de nuevo entre sus manos, buscó la razón por la cual había vibrado y encontró aquel mensaje a medio terminar. ¿El Dumbe? Pensó, ¿a que se estaba refiriendo Illidan? Y peor aún,  ¿porqué el mensaje estaba incompleto? En aquel momento un escalofrío recorrió casi por completo el cuerpo del rubio teñido algo malo había pasado. ¿En qué problema se habría metido ahora ese tonto? ¡Y aún ni siquiera formalizaba su relación con Mica! No, aquello no lo permitiría.

Dumbe, Dumbe, Dumble, Dumbledore, ¿podía ser tan simple? Era obvio que Illidan no estaba en el Chateu y el otro único lugar que ostentaba el apellido de su familia era aquel extraño establecimiento en Leicester Square al que Cillian había acudido alguna que otra vez con su amigo a tomar un par de cervezas. Se paró de la cama lo más rápido que pudo y se vistió con unos ajustados pantalones negros al igual que una camiseta del mismo color. No tuvo que salir de su habitación para realizar la aparición que lo llevaría hasta el negocio. Y al estar ahí, justo un par de minutos después de lo que fuera que hubiera pasado, temió por la vida del otro rubio del grupo.

- ¿Qué demonios, Illidan? ¿Qué demonios?

Era obvio que en aquel lugar había habido una pelea y al encontrar el celular de Illidan debajo de una de las mesas era aún más obvio que el había estado involucrado así que tenía que ser rápido si quería ayudarlo. Nunca antes lo había hecho, ni siquiera lo había intentado, pero apuntó con su varita frente a él e intentó conjurar un Patronus. Y quizá, solo quizá, fue por la situación en la que se encontraba que Cillian pudo conjurar una perfecta figura de luz con forma de abeja a la que ordenó informara su ubicación exacta a las siguientes personas: @ Mica Gryffindor  y @ Ludwig Malfoy , ellos sabrían como ayudarlo a resolver todo aquello.

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La casa Potter había quedado en silencio. La mayoría se había retirado hacia sus respectivos hogares y los demás, los pocos que se estaban quedando allí, habían ya decidido ir a la cama. Salvo ella, que aún esperaba que el sueño llegase. 

Mica Gryffindor permanecía en el parque, bebiendo sin apuro una botella de cerveza que había encontrado en el refrigerador momentos antes. Disfrutaba el silencio que la noche brindaba. Si bien el clima veraniego se estaba marchando, dejando paso a un otoño algo más fresco, esa noche estaba perfecta para quedarse un rato más disfrutándola. 

No pensaba en nada en particular, o tal vez evaluaba los múltiples cambios en su vida reciente. Parecía ser otra la que hacía un par de meses se perdía entre botellas intentando apagar tanto dolor. Aún más intentando no ser vista entre la multitud de su propio bando, forzándose a pertenecer donde no tenía aún sitio. 

Llevó la botella a sus labios ¿Cuánto tiempo llevaba allí sentada? La botella estaba casi vacía y no recordaba haber tomado casi. Sonrió, de seguro ya sería hora de intentar ir a la cama. Dio una última mirada al cielo nocturno, se veía tan sereno, plagado de estrellas titilantes. 

Se incorporó perezosamente, dando paso a un bostezo antes de pasar las manos por sus jeans para quitar restos de hierba de ellos, cuando un luminoso insecto se acercó. Sorprendida, creyendo que se trataba de una luciérnaga, observó aquel Patronus que desconocía hasta el momento. La voz de Cillian la desconcertó, sonaba preocupado y le pedía que asistiera a un local por el cual llevaba años sin pasar. De hecho le sorprendió que continuase funcionando. 

Observó un segundo su atuendo. Llevaba un sweater verde claro y zapatillas blancas, además de sus jeans. El cabello lo había amarrado en una trenza improvisada que se desarmaba de a poco... no creía que hubiese tiempo de intentar arreglarse. Dejando la botella vacía en el piso, ya se encargaría, sacó su varita y desapareció de los terrenos, para llegar a la entrada de aquel sitio.

Una moto tirada fue lo primero que llamó su atención, se encontraba en una posición extraña para que la hubiesen dejado allí. Corrió hacia el interior, suponiendo que algo malo sucedía. Al ingresar, notó aquellas letras que flotaban, luminiscentes, ¿Goldor? 

-¿Cillian? ¿Qué ha pasado? -no pudo ver más detalles que al joven que la había llamado hasta allí, él parecía estar bien. 

@ Cillian  @ Ludwig Malfoy

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Todo había cambiado, una vez que derrotaron al inquisidor nada volvió a ser como antes, las reuniones entre amigos se habían terminado incluso Ludwig y Cillian aunque vivían en perfecto amor sentían un inmenso abismo que pronto los consumiría si no hacían algo al respecto, era como si toda la energía maligna acumulada por ese Horrorcrux se hubiera impregnado en los corazones de todos los que habían sido testigos de su poder oscuro. El rubio había notado que su prometido casi no deseaba salir de la habitación, la intimidad era maravillosa y les ayudaba a olvidar el pasado, pero fuera de eso no había mucho interés por salir como lo hacían antes. Por su lado el rubio buscaba salir y buscar encuentros cada vez más peligrosos arriesgando su vida pero adquiriendo más conocimientos.

Aquella tarde iba de regreso de la Torre del gran Drakan. Había sido un encuentro peligroso en el que salió bastante herido pero descubrió que ese dolor y esa experiencia cercana a la muerte que no podía permitir que Cillian y sus demás amigos se vieran afectados más tiempo, tenían que reunirse y hablar. Fue por eso que al ver a una pequeña abeja acercarse pudo identificar que era el patronus de su amado, la hubiera reconocido a kilómetros de distancia, sin embargo al escuchar su mensaje lejos de alegrarse, se preocupó - ¿por qué estás ahí? - preguntó en voz alta al cielo y dirigió su rumbo hacia aquel bar de mala reputación.

Nunca pudo entender como habían permitido que un apellido tan prestigiado fuera imagen de un lugar destinado a la perdición. Posiblemente al Ludwig del pasado le hubiera agradado pero no más. Pudo ver desde lejos las luces de neón del bar que indicaba que pronto llegaría la noche y se abriría. No estaba seguro que ib a encontrar ahí pero al llegar y ver la motocicleta tirada de Illidan, temió por lo peor.

Ingresó al local y vio los vestigios de una pelea y al fondo Mica y Cillian. No tenía idea de lo que había ocurrido pero estaba aliviado por ver a su prometido y a su amiga, sin embargo ellos se veían consternados y preocupados, además de que en aquella pareja faltaba alguien. Se acercó y le dio un abrazo a Cillian y otro más a Mica. Los miro y preguntó.

-¿Qué rayos pasó aquí? ¿Dónde se encuentra Illidan? - esperó a que le contestaran pero en la mirada de sus amigos se veía la misma confusión que tenía Ludwig por lo que intuía que ellos tampoco sabían dónde se encontraba el Black Lestrange - supongo que tendremos que investigar qué ocurrió aquí, algún rastro de magia debió haber quedado - sacó su varita y se dispuso a buscar.

 

@ Mica Gryffindor  @ Cillian

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El abrazo de Ludwig logró que se sintiera un poco más tranquilo, pero la preocupación seguía aún ahí, carcomiéndolo por dentro. ¿Qué habría pasado con Illidan? A su llegada, no se percató de varios otros detalles que habían quedado regados por el lugar después de lo que fuera hubiera pasado en aquel lugar. Pasó de sus manos entre su cabello en un acto reflejo de la preocupación que sentía en ese momento.

— ¿Quién demonios es Goldor? —Inquirió una vez que se alejó un poco de los recién llegados y obtuvo una mejor vista del negocio medio destruido—. Creo que he escuchado su nombre en algún lugar.

Así era, había convivido con él más de una vez en su anterior etapa como Mortífago, pero lo cierto es que nunca había sido bueno con los nombres ni con las caras... Ni las máscaras. Observó cada centímetro del lugar que le fue posible, necesitaban encontrar algún detalle que les ayudara a descubrir dónde es que tanto Illidan como aquel extraño estaban ahora. Volvió sobre sus pasos y al llegar junto a Ludwig y Mica se agachó para tomar el celular que estaba tirado a su lado.

— ¿Creen que esto pueda sernos de ayuda? Illidan no dejaba de insistir en utilizar cosas muggles.

De hecho muchos magos y brujas más lo hacían con mayor frecuencia desde la caída del velo, pero él no estaba del todo de acuerdo con aquello ya que no se sentía realmente cómodo con la tecnología muggle. Ni siquiera con la mágica, si tenía que aceptarlo, se había quedado bastante plantado en el pasado.

— ¿Ustedes pueden hacer algo para rastrearlos?

Era bastante torpe con la magia, la mayor parte del tiempo ni siquiera se preocupaba en usarla, pero sabía que ellos dos tenían más conocimiento sobre eso y quizá, solo quizá más poder ya que lo cierto es que Cillian no tenía conocimiento sobre su propio potencial.

 

@ Mica Gryffindor  @ Ludwig Malfoy

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La llegada al lugar de Ludwig no la tomó por sorpresa, ya bien sabía de la relación que mantenía con Cillian. Recibió el abrazo de su compañero, y aquella pregunta que la tiró de golpe a la realidad ¿Illidan? No se le había ocurrido que algo le hubiese pasado hasta entonces ¿se suponía que él estaba allí? Sintió un profundo dolor, ante la simple posibilidad de que hubiese sufrido algún daño. 

-¿Cillian qué has visto tú? ¿Estuviste cuando pasó? ¿Qué sabes? -su voz sonó algo histérica en ese momento, mientras Ludwig decía que había que buscar rastros.

Cillian parecía en su mundo, de había quedado con aquel nombre dejado por el atacante del lugar e intentaba saber de quién se trataba. Eso deberían investigar, pero primero necesitaba saber qué había pasado allí... Lo vio alejarse y avanzar por el lugar, para luego volver sobre sus pasos y agacharse a tomar un objeto. Pudo reconocer aquel teléfono móvil que utilizaba su pareja y extendió la mano para tomarlo. 

No sabía cómo desbloquearlo, nunca había prestado atención pero pudo ver la foto de ambos en su fondo de pantalla y sus ojos se llenaron de lágrimas. Era evidente que había habido un enfrentamiento allí, se notaba por el revuelo de cosas pero ¿por qué motivo? ¿Dónde estaban ahora?

-Por favor, díganme lo que sepan... Cillian ¿estabas con él? ¿cómo llegaste hasta aquí? ¿Preguntaron a algún testigo? -alternó su mirada entre sus compañeros, intentando saber si alguno sabía algo más. -Debemos encontrarlo -sonaba más resuelta, aunque el temor de perderlo empezaba a nublar todo lo demás en su vida. 

@ Cillian  @ Ludwig Malfoy

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La desesperación de Mica podía sentirse en el aire, ¿en qué momento la relación de aquellos dos había avanzado tanto? Lo último que él había notado entre aquellos dos era un molesto estira y afloja que parecía no ir realmente a ninguna parte. Y ahora estaban ahí, en aquella situación en la que posiblemente la vida de Illidan corría peligro y Mica estaba realmente preocupada por él.

- No... No lo sé... -No sabía exactamente que decir. Al llegar aquel lugar el negocio estaba ya completamente vacío así que no tenía mucha más información que ellos. 

O por lo menos eso era lo que él pensaba, ya que si Illidan había estado ahí bebiendo, obviamente alguien debería haber estado ahí para servirle. ¿Pero quién? Y mucho más importante, ¿dónde estaría en ese momento? Seguro había huido al ver como el enfrentamiento comenzaba o quizá poco después de que terminara, pero para ello debían encontrar a esa persona.

- Cuando llegué el lugar estaba vacío, Mica -dejó escapar un pequeño suspiro y después continuó-. Recibí un mensaje de illidan, un mensaje incompleto y es por eso que he venido hasta aquí... No lo sé, tuve un mal presentimiento al leer ese mensaje incompleto, estoy casi seguro de que él nunca haría nada parecido. Y me encontré con todo esto.

¿Dónde podría estar Illidan ahora? Si ellos no podían pensar en una forma de descubrir aquel acertijo, lo seguro es que necesitaran un poco más de ayuda.

- Creo que debemos llamar a más personas.

 

@ Mica Gryffindor  @ Ludwig Malfoy

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Desde su regreso a Ottery, el Black Lestrange se había convertido para el Malfoy como en un hermano, si bien no compartían la misma sangre, la hermandad, la amistad y las experiencias vividas habían convertido a Illidan en uno de sus mejores amigos, por lo que era de esperar que se sintiera preocupado al ver toda la devastación que estaba frente a sus ojos, pese a todo trataba de controlar su preocupación para no alterar más a Mica quien de por si se encontraba muy afligida. Lo podía notar en su voz melancólica quien exigía respuestas a Cillian, sin embargo era posible que no las tuviera.

-Mica – dijo tratando de mediar la situación – no creo que Cillian sepa mucho pero podríamos intentar desbloquear ese “tefelono” y así dar con alguna pista de nuestro amigo, a ver déjenme ver el aparatito – lo tomó y comenzó a inspeccionar con los dedos, era extraño pues no tenía ni un solo botón para oprimir, además de todo parecía que se trataba en realidad de un espejo. Cuando lo puso frente a su rostro la pantalla se encendió automáticamente y el rubio se espantó tanto que casi tiró el dispositivo.

Con la pantalla encendida pudo ver algo que decía “reconocimiento facial” y posteriormente otra frase que decía “acceso denegado” así que el rubio tenía las manos atadas. No sabía de que manera desbloquearlo y el tiempo se les agotaba. Miró a sus amigos y volvió a observar el celular que le pedía el rostro del Black Lestrange por lo que una idea le llegó a la mente.

-Claro está – los miró sonriendo – el “tefelono” pide una cara, la de Illidan, yo se que Mica es una metamorfomaga y que Cillian está aprendiendo dicha habilidad también, así que porqué no intentan transformarse en el y así desbloquear esta cosa, inténtenlo – les extendió el celular de nuevo y esperó que uno de los dos tomara la iniciativa, quería ver como Cillian había mejorado en su clases pero también estaba consciente que tenían poco tiempo y que Mica podría hacerlo más rápido.

@ Mica Gryffindor  @ Cillian

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Esperaba una respuesta mucho más concreta por parte de Cillian, pero era evidente que estaba tan confundido como ella. Los indicios de un enfrentamiento eran cada vez más evidentes, y que el local se había vaciado en forma inesperada también. 

-Muéstrame el mensaje...- pidió a su compañero, como si en las escasas e incompletas palabras de Illidan fuese a encontrar alguna respuesta a lo que estaba pasando allí. 

Ludwig trataba de tranquilizarla, tomó el teléfono en sus manos intentando comprender cómo se maneja. La Gryffindor lo miró algo extrañada, sabía cómo se utilizaban esos elementos si bien no había  nunca tenido uno y que solo su dueño lo podría desbloquear. Sin embargo, el Malfoy, encontró una alternativa, en vista de que el dispositivo contaba con "reconocimiento facial". 

-Dame -dijo, decidida a intentarlo, aunque realmente no encontraría nada allí, o eso suponía. Utilizó su habilidad de metamorfomagia para intentar imitar los rasgos de su pareja, logrando un parecido que la asustó en principio. La pantalla del celular se encendió enseguida, como si fuera magia. Lo dejó a sus compañeros para que intentasen encontrar algo. La Gryffindor, mientras tanto, decidió dar un recorrido veloz por las instalaciones, a la espera de que hubiese alguien dentro, pero todos parecían haber escapado de la escena. Pasó detrás de la barra, donde vasos a medio servir estaban por todos lados. El cantinero seguramente habría dejado el sitio junto con todos los demás. 

-Tenemos que encontrarlo, como sea... Llamen a quienes crean necesario. - dijo tras estar de regreso junto con los demás, Mica solo podía saber eso, que hiciesen lo que hiciesen tenían que moverse rápido, pues cada minuto podría poner en peligro a su pareja. No se permitía pensar en todo lo malo que podría estar sucediendo, debían enfocarse en sus propias acciones.

Encaminó sus pasos hacia la salida, necesitaba tomar algo de aire para aclararse. Fue entonces cuando divisó en el cielo la Marca Tenebrosa, no muy lejos de allí. -Oigan, rápido- gritó a Cillian y Ludwig, sin detenerse a esperarlos, y empezando a correr por el callejón, rumbo al sitio marcado. 

@ Cillian  @ Ludwig Malfoy

Editado por Mica Gryffindor

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Leicester Square estaba sorprendentemente vacía. Es cierto que era bastante tarde, pero lo que había hecho verdaderos estragos era el miedo a aquel virus que asolaba la comunidad muggle y, al parecer, ahora también la mágica. Y no era el único. De cualquier forma, ver así una de las calles de ocio nocturno más vibrantes de Londres, era sumamente descorazonador. Aunque menos mal que así había sido.

No sabía muy bien qué me había convencido de ir a visitar el negocio familiar de los Dumbledore. Hacía años que no pasaba por allí. Todo lo relacionado con mi familia sanguínea se me hacía un poco cuesta arriba, pero de vez en cuando trataba de hacer acto de presencia, incluso cuando me había perdido mil acontecimientos y eventos importantes de la familia. Al parecer, por lo que había visto y escuchado en estos últimos meses, la Dumbledore estaba un poco de capa caída. Quizá ese había sido el motor que me impulsaba a encontrarme allí, en aquella plaza, rumbo al Dumbledore's Night.

Qué sorpresa me llevé al llegar a las inmediaciones del local al ver que salía un grupo de magos y brujas despavoridos de la inexistente puerta, la cual vi después tirada en el suelo.

— Pero qué... —murmuré, mirando alrededor, y viendo a una bruja y un par de magos correr en otra dirección, perdiéndose en las calles. Me pareció reconocerles—. ¿Mica?

No me entretuve en perseguirles para comprobar su identidad. Me urgía saber qué había pasado y restaurar el estado del local. Pasé junto al aturdido grupo que salía del club, fijándome en la moto que había tirada junto al hueco de la entrada y me adentré en este, pisando los escombros y la puerta caída en mitad de la entrada. Al parecer no quedaba nadie dentro. Entre las entrecortadas palabras que mascullaban los magos y brujas de aquel grupo que comenzaba a dispersarse y desaparecerse pude escuchar una que me hizo suspirar: "mortífago".

Entré un poco más hacia el devastado interior. ¿Seguirían allí Luis, Carol o Lorraine? Eché un rápido vistazo alrededor y seguí caminando, analizando todos los destrozos ocasionados. Quizá fuera conveniente avisar a accidentes. ¿Quién se hacía cargo ahora del local? ¿Ada? Me sentí completamente inútil. Un Dumbledore en mitad del local de su familia destruido sin saber qué hacer. ¿Y si seguía a la mujer que se parecía a Mica y a los otros dos chicos? No, ya les había perdido la pista. Debía proteger toda la parte exterior de miradas curiosas, así que me puse a ello, acordonando la zona mágicamente.

Cuando hube terminado regresé al interior y me senté sobre uno de los taburetes que permanecían de pie junto a la parcialmente destrozada barra. Me llevé una mano a la boca mientras contemplaba el lugar, todavía iluminado por las cambiantes luces de colores de la pista. Con un movimiento de varita, las apagué e hice que se encendieran las luces de sala blancas. Llamé a Wilmo, que apareció al instante y se quedó horrorizado con lo que veía.

— Wilmo, avisa a Matt Blackner, en el Departamento de Accidentes y Catástrofes Mágicos y después ve inmediatamente a la Dumbledore o a donde quiera que esté Ada e infórmala.

Sin mediar palabra, el elfo volvió a desaparecer. Suspiré de nuevo, giré el asiento y con un toque de varita atraje un vaso y una de las licoreras cuya parte de abajo permanecía de pie y con líquido ambarino. Me serví lo que quedaba de aquel whisky de fuego en el vaso sin hielo. Esperaría a que alguien llegara, y luego iría a investigar qué había sucedido.

 

@ Ada Camille Dumbledore @ Matt Blackner

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✤ Viajero de la noche ✤

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