Clinica Santos Mangos (MM B: 87868)

[Adrian Wild]

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La reacción de Heliké fue más que esperada, porque verdaderamente, se hizo esperar. Tardó unos minutos en cambiar su cara de asombro por otra divertida, adornada con sonoras carcajadas (aunque no tan fuertes e inmensas como las de Amya, que eran insuperables).

 

Entonces, planteó algo en lo que, con el ajetreo, no me había parado a pensar. ¿Cómo me había ocurrido aquello? Estaba en desmemorizadores, echándole la bronca a Krumito. Sean roncaba y fui a despertarle para que dejara de roncar...

 

- Fue al tocar a Sean -sentencié.

 

Sonó fatal. Me di cuenta enseguida, así que rectifiqué mi respuesta añadiéndole datos que no permitieran dejar volar mucho a la imaginación:

 

- Osea, estaba roncando, a Krumito le molestaba, y le toqué el brazo para que dejara de roncar -me expliqué-. Y entonces, ocurrió. Me dió un chispazo y cuando me miré en el espejo... Espera. ¿No será una maldición protectora, verdad?

 

Tanteé por unos instantes aquella opción y pareciéndome la más factible...

 

- ¡La madre que le..., maldito Sean y maldita su maldición!

 

Mis conocimientos en Artes Oscuras y Pociones quizá me ayudarían, pero primero debería estar seguro del tipo de maldición que era.

 

- Vale, si es una maldición protectora no es grave, en principio Sean me la puede quitar. Aunque quizá tengamos que preparar un brebaje para prevenir.

 

Miré a Heliké sin saber exactamente si intentar aquello o no. Quería saber si contaba con su ayuda.

[Perenela Arya Grindewald Potter Blue]

¿En Misión Ministerial?

 

-¡¡Oh por todos los Demonios del Averno!! Esto-Es-Vergonzoso... ¡¡ALGUIEN PUEDE SACARME DE AQUI!!! - La nariz aún me picaba pero intentaba concentrarme en alguna otra cosa, como por ejemplo en ponerme de pie y/o tal vez quitarme esta cosa que me aprisionaba los brazos.

 

Me rodé por el suelo para llegar a la esquina de la habitación y tratar de utilizar la pared para hacer palanca con mi cuerpo y ponerme en una posición erguida, pero me golpee la cabeza y ahora aparte de la piquiña de la nariz tal vez tendría un chichón adicional.

 

A pesar de que la habitación estaba acolchada aún se sentía las paredes a través del relleno del tejido, fruncí el ceño... ¿Porque mi madre al ser mi acudiente para emergencias vio conveniente meterme en el ala de psiquiatría? ¿Que abre hecho?

 

Trate de recordar que había pasado pero lo único que se me venía a la mente era que yo iba manejando el autobús con la tía Haya para llevar a los muggles menos graves a la clínica para desmemorizarlos y cuando iba en carretera como una exhalación me quede con la mente en blanco, eso es lo último que recordaba.

 

Traté de imaginar que era lo que sucedía, ¿porque nadie venía a verme? ¿Me tendrían en aislamiento total? ¿No se habían enterado que había despertado? Alce la cabeza y use la inclinación de esta para tratar de impulsarme hacia arriba en la pared.

 

Ancle los pies en el suelo e hice palanca hacia arriba tratando de levantarme del suelo acolchado, o al menos quedar en una digna posición de sentada, cuando logre sentarme se me había acabado la energía para intentar ponerme de pie, por lo que me quede allí, miré a mi alrededor a ver si la habitación tendría alguna cámara oculta donde me monitoreaban pero al parecer no logre encontrarla.

 

Cerré los ojos un momento y trate de pensar en otra cosa que no fuera mi nariz y su necesidad de rascarla. Recordé a mi padre e intente dar marcha atrás de los días... ¿ya había pasado su aniversario? Sea como fuere tenía que salir de aquí para llevarle flores y hablar con él, recordé la nana que mi papá me cantaba y empecé a tararearla mientras esperaba a que alguien viniera a por mí...

Editado 13 de Agosto del 2014 por Perenela Arya Grindewald Potter Blue

[Matt Blackner]

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Me acomodé en la camilla intentando quejarme, pero ya no me quedaba otra. Heliké retiraba las gasas y vendas empapadas, preguntando que me había pasado. Miré hacia el techo, era un tanto ridículo, sobre todo para mi, que debía haber estado un poco más atento.

 

Por otro lado, algo de aquello me ponía nervioso, y no solo estar en el hospital, qeu ya de por si era algo que no me gustaba. La prima también intentaba pasar la situación lo mejor qeu podía a causa de la sangre.

 

Aplicó varios episkeys y usó el dictamo para cerrar las heridas. AL final, incluso con aquella situación, acabé sonriendo. No quería tomarme aquellas pociones, pero tendría que ceder, ya qeu había oido la voz de Sagitas por alli y creía habr visto a Amya y Sherlyn....además, Heliké intentaría hacérmelas tragar a la fuerza si me negaba.

 

Me dejó solo en el box para ir a ver qu epasaba fuera. Aun debíamos terminar con los muggles. Tragué la spociones casi sin respirar. Eran asquerosas, pero tenía cierta costumbre a ellas...y aquel era el mejor modo de tomarlas. Me puse la camisa de los enfermeros y salí.

 

Había un nutrido grupo de accidentosos fuera. Sagitas, Amya y Sherlyn, a quien me acerqué, además de Heliké, que estaba hablando con Adrian....

- Porque tienes una nariz tan...extravagante tío? - pregunté, conteniendo la risa. - Aun tenemos que terminar con un grupo de muggles, y me da que tu nariz los asustará aun más.

[Sagitas E. Potter Blue]

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La recepcionista me miró con un gesto de pena. ¿Pena por mí? ¿Por qué, si era la directora?

 

-- Pues se ha perdido mucho, doña -- dijo en un tono que no sé si era guasa o era enfado. -- Muggles correteando por los pasillos, ha costado mucho encauzarlos en las plantas. Su hijo Matt está herido y está siendo atendido por su sobrina Heliké y sí, su hermano Wild es un indecente que enseña .... eso... a las mujeres. Y no olvidemos a su hija, ingresada en psiquiatria.

 

Vale, enarqué una ceja.

 

-- ¿Es que no puedes darme peores noticias?

 

-- Claro que puedo, pero no voy a mencionarlas aún para que no me despida -- dijo la recepcionista, dando varios golpes con las carpetas. -- Aunque le daré una pista. Una de sus hermanas persigue a otra de sus hermanas, quien busca un cuadro.

 

Me pasé la mano por la frente mientras pensaba en lo sucedido.

 

-- Veamos... Los muggles son lo importante, espero que Desmemorizadores esté haciendo su trabajo. Dejemos de lado a mis dos hermanas y lo que sea que pase con el cuadro. Eso ya me lo explicarán más tarde. Quiero saber el estado de mi hijo y espero que esté siendo bien atendido. Y ahora... ¿Cuál de mis hijas está ingresada en psiquiatría y por qué? A mi entender, cualquiera de las tres está lo suficientemente loca como para estar dentro. Pero me extraña que alguien la haya metido en una celda sin contar con mi aprobación. ¿Quién es: Perenela, Jessie o Mitzi?

 

-- Pues no le puedo decir el motivo que esté dentro. Sólo tengo una nota de que ocupa una de las celdas protegidas, su hija Perenela. Tendrá que ir personalmente a comprobar lo sucedido.

 

--- Brrrr... Manténgame informada sobre el tema de los muggles y de mi hijo. Quiero saber como va todo y si hay problemas, me busca en Psiquiatría.

 

Tomé las escaleras para poder cansarme y calmar la impaciencia que sentía mientras iba a Psiquiatria a buscar información sobre mi hija.

[Perenela Arya Grindewald Potter Blue]

¿En misión Ministerial?

"Pequeña flor en blanco y rojo, descansando ahora tu pequeña cabeza;

Crece y prospera, se fuerte y voraz, para que un día puedas reinar...

Pequeña flor de durazno rojo, atrapas chicos con tu bonita cabeza;

Coquetea y juega, se tímida e inteligente, para que algún día rompas su corazón...

Pequeña flor de durazno y gris, creció fuerte y encontró su camino:

Dos cosas más todavía hasta que por fin podrás en Infratierra gobernar..."

 

Seguí cantando en un murmullo bajo y constante la nana que mi padre me cantaba para dormir, era hermosa y aunque al principio no le prestaba atención a la letra me daba cuenta cada vez más lo que el quería grabarme en mi subconsciente.

 

Sonreí e intente mover mi nariz otra vez... algo me estaba causando la alergia de mi nariz y me causaba esa piquiña, estornude un par de veces y empecé a gritar hacia las paredes:

 

-¡HOOOLA! ¡SAQUENME DE AQUI!

[Sagitas E. Potter Blue]

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No me hizo falta mucho para darme cuenta de quien era la hija que estaba encerrada. Ciertamente, Perenela era la única en contestar con esos gritos tan desaforados. Varias enfermeras pasaban de aquellas voces y seguían con sus tareas.

 

-- ¿En qué celda acolchada está esa gritona y por qué?

 

Las enfermeras levantaron la mirada con un mal gesto que cambiaron en cuanto vieron que era yo.

 

-- La paciente llegó indocumentada y con violencia que fue necesaria sedarla e introducirla con una camisa de fuerza porque atentaba contra todos y contra ella misma.

 

Enarqué una ceja.

 

-- ¿Quién la trajo?

 

-- Parece ser que vino con el grupo de muggles. Pero no se preocupe, el equipo de desmemorización le hará olvidar todo y la llevarán a su casa en Londres, y no recordará que ha estado en el mundo mágico.

 

Fruncí el ceño.

 

-- A esta paciente ni se les ocurra hacerle nada sin mi autorización. ¡Demonios! Esta es mágica, no una muggle.

 

Me acerqué a la celda y abrí una ventanita redonda por la que podía hablar con la paciente.

 

-- ¡¡Demonios empanados, Perenela!! ¿En qué lío te has metido ahora?

[Perenela Arya Grindewald Potter Blue]

Seguí cantando constantemente la nana que mi padre cantaba. Me fascinaba y era pegadiza, movía mi cuerpo de adelante hacia atrás y de un lado a otro como si quisiera bailar, sonreí al recordar un poco como bailaba con mi padre cuando era pequeña mientras entonábamos juntos la nana, yo era muy pequeña... La voz de mi madre me saco de mi ensoñación y no pude evitar sonreír ampliamente como una maniática.

 

-¿Yo? ¿Lío? Pero mi querida Reina Roja si solo vivo para servirla a usted y a su corte, sabes bien que yo soy un conejo leal, no vaya a cortarme la cabeza... - sonreí aun mas ampliamente al ver medianamente la expresión de mi madre, no pude contenerme y me eche a reír...

 

-Por todos los Dioses mamá, no te quedes allí viéndome como si hubiera perdido la cabeza, ya era hora que vinieras... no puedo creer que hayas autorizado que me hayan metido aquí en una celda acolchada y menos que me hayan sedado. Sabes que odio el blanco

 

Le fruncí el ceño y volví a intentar ponerme en pie a pesar de mi camisa de fuerza, logré medianamente alzarme y caí de rabo sobre el piso acolchado..

 

-Debes sacarme de aquí, tengo trabajo que hacer con los muggles y dudo que Sean, Helike y mi tio Adrian puedan con todo... y sus recuerdos se estan haciendo permanentes.

Editado 16 de Agosto del 2014 por Perenela Arya Grindewald Potter Blue

[Sherlyn Stark]

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No pasaron ni dos minutos para que dejara de estar molesta con Amya, ya que al fin de cuentas consideraba que no era mala su intención y prefería dejarlo pasar. Observaba el pasillo en donde se podían ver a las enfermeras ir y venir en distintas velocidades. Se preguntaba si su jefe la dejaría ir a ver a los muggles que estaban en la planta baja, suponía que sí, ya que no habría por qué oponerse.

Sintió los pasos detrás, así que se giró para preguntarle. — Matt… —comentó, pero este estaba a unos metros queriendo saber qué le había pasado a la nariz de su respectivo tío—. ¡Matt! —volvió a nombrar caminando hacia él para poder hablar mejor. Esperaba que le diera permiso para ver a los muggles que habían llegado, ya que de lo contrario tendría que esperar unos minutos más y no podía, no sabía en qué podía ayudar allí.

— Quiero ir a supervisar a los muggles que están en la planta baja, a ver si llegaron bien —dijo, y miró al final del pasillo donde próximamente se dirigiría si su jefe le permitía. Sería un alivio saber que habían sido atendidos de una manera correspondiente al menos ella estaría muy feliz al tener ese conocimiento sobre el tema. Tal vez por la intranquilidad que comenzaba a sentir le había parecido que el tiempo transcurría con velocidad—. ¿Puedo?

— ¿Qué te sucedió? —preguntó ya que ese detalle se le había pasado por completo. Por alguna razón él y Heliké tendría que estar en la clínica en esos momentos y era algo que no había pensado antes. Tenía la hipotesís de que quizás sólo fue a hacerse un chequeo y no pasaba nada grave de lo contrario no quería saberlo.

[Matt Blackner]

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ME giré al sentir que alguien me llamaba. Sonreí a Sherlyn, la joven con la que trabajaba había acudido también, aunque seguramente habría llegado con el tío Adrian. Me aproximé hasta ella.

 

Quería bajar a ver como estaban los muggles. Asentí, no veía nada malo en acudir a verlos, de hecho era una buena idea. Me volví hacia el grupo formado por mis tíos y la prima.

- Chicos! nos vamos a ver a los muggles, no tardéis en venir, tenemos qeu desmemorizarles y mandarlos a casa.

 

Emprendimos juntos el camino hasta la sala de espera donde los muggles rellenaban los informes para avisar a sus familias. Sherlyn preguntó sobre lo que me había pasado, seguramente evidente por la camiseta verde, la misma que usaban los enfermeros de la clínica...aunqe tal vez también me hubiera visto en el box con Heliké.

 

- Ya estoy bien. Es que tuve algún qeu otro problema en la Rambaldi. Recuerdas los objetos del sótano? intentaron...defenderse por asi decirlo. La daga me obligó a apuñalarme un par de veces. - comenté con un tono normal.

 

Tenía el instinto de proteger a los que me rodeaban, y además, Sherlyn era una chica muy dulce (de la que no dudaba tenía también su mal carácter, seguro qeu si) y tendía a intentar protegerla de todo.

[Sherlyn Stark]

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Volvió a mirar y a prestarle atención a las palabras de su jefe, al parecer para él también era una buena idea ir a ver cómo estaban siendo atendidos los muggles. Desconocía por completo si llegaron todos, y se arrepentía de no haberlos contados, pero tal vez Sean, Perenela y Hayame tenían esa cuenta, por lo que no debía preocuparse. Dio media vuelta para encaminarse hacia la planta baja. Deseaba que esas personas aún estuviesen en ese lugar o al menos las enfermeras, ya que podía interrogarlas.

Siempre había pensado que los objetos oscuros eran más peligrosos de lo que se imaginaba, y supo que estaba en lo cierto al escuchar el relato de su jefe. Menos mal que no había estado presente, ya que escenas como aquella no eran de su agrado. No le haría nada bien ser testigo de semejante momento, por suerte había salido a los jardines en esos instantes, pero por una parte hubiera podido hacer lo necesario para detener al objeto maligno. No entendía por qué Matt lo tomaba con mucha tranquilidad, sabiendo que era un tema muy serio.

—Debió haber sido terrible, Matt —comentó sorprendida y preocupada por lo que escuchaba. Seguían descendiendo hasta la planta baja—, ¿pero no pudieron hacer nada para detenerla? —añadió con una pregunta. Imaginaba que la respuesta era afirmativa, ya que de lo contrario no lo hubieran encontrado en ese lugar sino que le dieran asistencia de urgencia. — Es muy lindo de parte de Heliké que te haya sanado —mencionó, suponiendo que la nueva jefa de desmemorizadores lo había hecho.

— ¿Qué hicieron con la daga? —decidió finalizar sus preguntas con ésta última.