Chateau Dumbledore (MM B: 78647)

[Cillian Haughton]

No, no estaba solo.

Los invitados comenzaban a aparecer poco a poco en el chateu, entre ellos algunos conocidos del, hasta hacía un momento, extraño chico que había llamado la atención del Ryddleturn. La tensión que se había generado entre ellos en aquel momento se veía interrumpida, situación que no le agradaba del todo, necesitaba algo más que una simple presentación y de su cuenta corría que aquella noche las cosas subieran un poco más de tono.

— Supongo que no eres el único —fueron las únicas palabras que logro articular antes de que Ludwig prestara atención a otras personas en la fiesta.

Cillian aprovechó ese momento para echar un vistazo a su alrededor, si aquella noche no lograba culminar su cometido con Ludwig, tendría que conformarse con alguno de los meseros que a simple vista, al no dejar su uniforme casi nada a la imaginación, no eran para nada una mala opción. Por lo demás, a pocas personas conocía sin contar a Ada, su compañera en el quidditch y que quizá para ese momento ya podía considerar una amiga.

Y fue entonces cuando la vio, Luna. ¿Que hacía ella ahí? Un dejo de rabia recorrió su cuerpo, pero aquel no era el momento de iniciar otra pelea. Entre una cosa y otra había terminado por separarse de su acompañante imprevisto así que tenía que volver a su lado.

— Entonces... ¿Ellos son tus amigos? —sí, había escuchado que llamaba a uno de ellos "hermano" pero en aquel momento fue lo único que se le ocurrió para entrometerse en la plática.

¿Que debía hacer a continuación? ¿Debía quedarse simplemente parado a lado de Ludwig? No quería eso, quería besarlo y recorrer su cada centímetro de su cuerpo con sus manos. Se acercó un poco más y rodeo la cintura del rubio sin previo aviso, no sabía bien la reacción que aquello llevaría pero en el proceso aprovecho para deslizar su mano por el perfecto trasero del chico.

@ Ludwig Malfoy Triviani  @ Lord Cubias  @ Ada Camille Dumbledore  @ DonTau

[Thanatos L. Lestrange]

La fría brisa recorría el camino empedrado donde empezaba esa calle. Aún sus pies la recorrían por instinto, doblando en callejones y recodos para terminar saliendo al camino principal. Allí todavía podía verla. Una de sus torres parecía haberse caído, probablemente efecto de alguna redada. Llegó a la portezuela de madera, caída y aún sostenida por uno de sus goznes y se quedó quieto. Por un momento, sintió revivir el castillo, las fiestas, a sus hermanos.

Sus ojos plateados parecieron brillar un poco más de lo normal con el reflejo de la luna, mientras la tristeza y la nostalgia inundaban sus sentidos, parado frente a las ruinas de lo que supo ser su hogar... Incluso le pareció ver un movimiento en la torre en que vio a su fratello por última vez...

En un instante fue arrastrado a la realidad por unos sonidos de pisadas y vio algunas personas encaminándose a un castillo un poco más allá. Decidió seguirlos, de todas formas no tenía nada mejor que hacer. Sacó uno de sus cigarros mágicos y, sigiloso, comenzó a seguir a pasos cortos a quienes ya se adentraban en los terrenos del que reconoció como el Castillo de la familia Dumbledore. Adentro parecía haber bastante jolgorio y alegría, no entendía qué pasaba, pero imaginaba que solo había una forma de averiguarlo.

- Ya que... probablemente ya no quede nadie por aquí... - y sin más comenzó a atravesar a zancadas el patio. Su túnica azul marino, un poco raída por el viaje, seguía manteniendo la elegancia que lo caracterizaba. Sus cabellos, otrora alborotados pero controlados, ahora caían en una melena por debajo de sus hombros. También había dejado crecer una incipiente barba en la que se entremezclaban tonos de castaño, rojizo y algunas canas que amenazaban tomar el resto poco a poco.

Lo único que podría delatarlo era la cicatriz que cruzaba de su párpado hasta su mejilla izquierda, pero imaginaba que nadie se preocuparía por un alma más en esas tierras. Se acercó a una mesa, tomó una copa y se alejó a un rincón, observando a todos los presentes, tratando de no llamar la atención demasiado mientras estudiaba la situación, tratando de encontrar algún rostro conocido.

No tardó mucho en observar a tres magos decrépitos que parecían hacerse algunas bromas. Reconoció a los tres como si de fantasmas de una vida pasada se tratara, y sin más caminó en dirección a ellos.

- Cubias, Ludwig, par de suertudos, no envejecieron un solo día... - les tendió la mano mientras se enderezaba a mirar al tercero del grupo. - Hermano... - hacía más de siete años que había desaparecido sin dejar rastro, no esperaba que su hermano reaccionara así sin más, vio su cara estupefacta mientras reconocía sus facciones poco a poco y le tendió su mano también.

[Ashley Emily Black Lestrange M.]

A medida que la velada avanzaba empezaban a llegar magos, mucho de ellos los cuales la Black Lestrange juraría conocerlos de algún lado, ella se acomodo en una mesa muy cerca del ventanal que daba hacia el jardín y podía observar la luna llena digna de aquella noche.

 A lo lejos pudo ver al que por su comportamiento ella sabia que era el dueño de aquel castillo y mismo que lo había invitado aquella velada, también reconoció aquel sanador de san mungo que en varias ocasiones la apoyo. Se levanto de su mesa para ir a saludar algunos conocidos.

- Gracias por la invitación – Dijo la bruja al rubio  y acompañante que por lo que había escuchado sus nombres eran Don Tau y Idylla Macnair T.– Nunca había tenido la dicha de estar en este castillo -Dijo nerviosa

-Para decir verdad tenia muchos años sin venir a Ottery - Dijo cuando un apuesto rubio que estaba acercándose y llamo su atención – Malditos vejestorios. – dijo el rubio

La voz y rostro era muy familiar para la joven, en cuestión de segundo sus ojos se llenaron de lagrimas de felicidad, había pasado tanto tiempo de la última vez que vio y hablo con su padre.
 

-¿Padre? -

 

[Dana Gryffindor]

La habitación que la señorita Ada Camille me había ofrecido se caracterizaba por un lujo al cual no estaba acostumbrada, amplias paredes con enormes cuadros pintados de la mano de los artesanos de Montmartre, dignos cuadros para las habitaciones de la Ministra de Magia de Francia quien por azar del destino se había encargado de darme protección, estanterías repletas de libros de ficción, muchos de los cuales había ansiado leer y no tuve los recursos suficientes para adquirir  y lo mejor era una pequeña barra al fondo de la recámara donde había varias botellas de vino fino, unas cuantas de whisky escocés, y algunas de licor de fruta. Aún así, y con la inmensidad de aquella habitación, sentía que las paredes se me venían encima mientras pasaba el tiempo allí atrapada, pensando qué demonios hacer de mi vida. Había un gran agujero en mi memoria, recordaba la estación, el obscurial, recordaba haber vivido un tremendo terror y había algo que en mi memoria había desaparecido y era aquella laguna lo que me invadía de terror ¿Acaso había sido un hechizo desmemorizante? ¿Quién me haría algo así? 

Por alguna razón la señorita Dumbledore había decidido acogerme y tras la destrucción en la casa de los Moody por parte de los mortífagos, pensé que lo mejor sería quedarme allí. Escribí a Moneda, le dije que dejaría la casa de Gustavo, mi casa, y que me quedaría con la familia Dumbledore. Moneda no tardó en aparecer en mis aposentos para anunciar que estaría alerta. Era un elfo libre, podía marcharse, pero allí estaba siempre conmigo: su familia.

Mientras leía El cantar de la cigarra acompañada por un trago de licor de menta, acaricié la última página del libro cuando una música llegó de los pasillos para perturbar mi tranquilidad ¿Qué sucedía? 

La sola idea de que fuera otra fiesta me paralizó, esperaba que no lo fuera. Llevaba puesto una simple falda gris y una camisa blanca y holgada, con las mangas ajustadas en los puños pero un escote semi abierto, mi cabello suelto algo alborotado caía por mi espalda hasta llegar casi a la cintura. De ser una fiesta no estaba preparada y diablos, tampoco quería estarlo. Sin embargo decidí ir escalera abajo a ver de qué trataba el asunto y lo que encontré fue un montón de gente por completo desconocida. Los observé un instante desde el barandal y me acerqué con sigilo hasta darme cuenta de que estaba completamente descalza. Sin embargo eso no detuvo a un elfo doméstico que me acercó una copa de vino. Accedí, no podía negarme a beber. 

Me quedé sentada en la escalera con la copa entre mis manos, preguntándome si sería mejor subir y elegir algún otro libro para leer.

[Lord Cubias]

No tuvo que esperar mucho antes de ser interrumpido en su escaneo visual del lugar, apenas habían pasado unos minutos desde que Cubías se posara al lado del ventanal cuando una voz que musitaba su nombre le interrumpió sus pensamientos.

 -Cubías-

De mala gana el ojinegro giró su mirada para determinar el origen de la voz que lo llamaba por su nombre. - ¿por qué no me extraña? - pensó al ver la figura del rubio que lo había llamado, Ilidian Black era el que se posaba a su lado y quien sin mediar palabras tuvo el improperio de llamarlo vejestorio. Cubías tuvo una primera intención de devolverle el adjetivo, pero sus palabras fueron inmediatamente interrumpidas antes de salir de su boca -hermano- dijo una segunda voz.

Era difícil interpretar lo que estaba pasando en ese momento, en un mismo instante se encontraba al lado de su viejo colega de la Trifuerza, Ilidian, y también de su hermano Ludwig, les dedicó una sonrisa amistosa a los dos, no era propio de Cubías mostrar abiertamente sus sentimientos, pero en ese momento sintió que era necesario hacerles saber que se alegraba de verlos. -No tengo idea de qué es esto, pero espero que sea algo bueno, me da gusto verlos- respondió Cubías a sus dos acompañantes al tiempo que agregó -Me daría más gusto si sostuviera una cerveza en la mano y si en mi otra mano sostuviera…- el ojinegro prefirió no terminar la frase, pero por su sonrisa era evidente a lo que se refería, además al decir esa frase su mirada se había posado sobre una chica desconocida que rondaba por el lugar. @ Ada Camille Dumbledore

Ni bien terminaba de asimilar lo que estaba pasando cuando dos figuras más se incorporaron al momento. -¿Ellos son tus amigos?- interrumpió la primera voz dirigiéndose a Ludwig, y en ese mismo momento otro vejestorio se entrometió en la charla…

-Parece que esta es la noche de los muertos- respondió Cubías fijando la mirada en Thanatos y devolviéndole el saludo con la mano. En ese mismo momento y pese a la música electrónica del lugar, Cubías tenía una sola melodía en su cabeza “Thriller, thriller”…  

@ Illidan Black Lestrange

 @ Ludwig Malfoy Triviani

@ Cillian
@ Thanatos L. Lestrange

Editado 12 de Agosto del 2021 por Lord Cubias

[taison logan greyback]

.Hacia tiempo no visitaba la que durante algún tiempo había sido su hogar , pero aún así había decidido ir con su mejor traje de diseñador que tenía, la seda italiana era de su favorita y el sabía que era mejor siempre ir bien vestido a la mansión.  

Al parecer había una fiesta así que en silencio sonrió agradeciendo haber tenido la idea del traje, se movió hasta los jardines cuando el dulce aroma de una dama captó su atención, buscó a la dueña con la mirada. 

Pero cuando fue a dar un paso un elfos doméstico se puso frente a el preguntándole si gustaba de beber -un whisky de fuego por favor- dijo volviendo su mirada al elfos. 

@ Dana Gryffindor

[Dana Gryffindor]

La música electrónica empezaba a espantarme,  diablos como detestaba esa música, aunque no podía pedir un poco de swing en una fiesta o me rajarian a patadas aunque... quizás podría salir al jardín un rato.

Deje la copa vacía en la escalera e, ignorando que estaba descalza pues mis pies ya estaban acostumbrados a las baldosas frías de la mansión, evadí la multitud pasando por un animado grupo de jóvenes a quienes me quede observando mientras caminaba pensando en quién demonios serían cuando me choque accidentalmente con alguien. @ taison logan greyback

-¡Diablos, lo siento!- dije al tiempo que me separaba rápidamente del hombre con el cual había tropezado -iba distraída.

En ese instante un elfo le entregaba un vaso de whisky de fuego al caballero y le hacía señas para que me diera otro.

-Menos mal que te choque antes de que recibiera ese trago- dije haciendo una mueca y observé la puerta que daba a los jardines. Me limité a hacer una sutil reverencia y tras recibir mi trago me pregunté si era de mala educación despedirme sin más y salir de allí, me limité a esperar mi bebida.

[taison logan greyback]

Cuando logró encontrar a la chica cuyo aroma le llamaba la atención, esta al estar distraída casi lo chocó, solo se limitó a sonreír mientras miraba a la chica. 

Bebió un sorbo de su whisky, miro a la chica unos segundos para luego tomarle la mano para besarla -soy taison Greyback Srta? -  pregunto cortésmente mientras la miraba a los ojos dedicándole una sonrisa. 

@ Dana Gryffindor

Editado 12 de Agosto del 2021 por taison logan greyback

[Illidan Burke]

El estruendo mezclado por el éxtasis de aquel encuentro, haciendo sentir al joven Black, que los años no habían pasado, Lud se encontraba ya como pez en el agua, haciendo de las suyas, Cubias sonreía, debía de ser la segunda vez en 10 años que veía sus dientes. Y para cereza el postre llegaba el cuarto en cuestión, Thanatos. - Al que se duerme le cabe la maldad.... - Diría mirando al último.  Mientras la trifuerza más uno, recordaba, el rubio no puedo evitar notar ciertos factores, el primero era que Lud estaba acompañado, y claro ya tendría tiempo luego para ellos,  asintió saludando al rubio que lo acompañaba y observó a Cubias llevar su mirada hacia un extremo del salón, sus ojos estaba clavados en Ada, compañera de sus inicios en el ministerio, no puedo evitar planear aquello de inmediato. 

Fue en ese momento donde sus oídos fueron captando una voz familiar, aunque mucho más madura desde la última vez. - Ash... - Diría con la voz temblorosa, mientras se alejaba del grupo inicial unos momentos. No sabía bien como reaccionar, pero cuando quiso centrarse ya estaba sujetando ambas manos de su hija, la cual tenía los ojos llenos de lágrimas. - Ya no eres una niña... - Diría secando sus lágrimas, y pensando tal vez lo mal padre que era. - Ve a divertirte, digna hija de Illidan... - Diría con una sonrisa, mientras observaba como un grupo de amigos lejanos llamaba su atención. - Luego iremos por un helado, si es que no estás demasiado grandes para eso... - bromearía. 

Recobrando la compostura, volvería con Cubias y Thanatos, sin olvidar las intenciones de Cubias claro. - Vamos muchachos, Lud está demasiado ocupado por ahora, y demasiado bien acompañado... - Diría, rescatando al dúo restante de un incómodo momento.  - Ada!!! - Gritaría apartando a sus amigos de Lud y Cillian.  Una vez Ada lo observase le haría una seña para que se acercara, se encontraba acompañada de otra joven, la cual seguro captaría la mirada de varios a su paso. - Ada, ellos son Cubias.... - Presentaría señalando a el de largos cabellos. - Y Thanatos... - Agraria señalando a su hermano del alma. - Ada es una antigua compañera de mis inicios en el ministerio, aunque no tengo el placer de conocer a su amiga... - Diría esperando que le presentara a Luna. 

Se giró sobre sus hombros, calculado que todo estuviera bajo control a sus espaldas, cuando se topó con los ojos de la pelirroja, un escalofrío le subió por la espalda y se mantuvo allí, unos segundos, sin quitarle los ojos de encima, era ella, sin dudas y no sabía como iba a reaccionar. Era algo que lo tenía por demás preocupado. 

 

@ Ada Camille Dumbledore  @ Luna Gryffindor Delacour  @ Cillian  @ Ludwig Malfoy Triviani  @ Lord Cubias  @ Ashley Emily Black Lestrange M.  @ Thanatos L. Lestrange  @ Monica Malfoy Haughton

[Darla G Dumbledore]

La pelirroja había buscado por todo House of Books una carpeta con documentación del local para terminar de registrar las cuatro hectáreas de bosque, sumadas a los dos terrenos sobre los que se levantaban el jardín y los establos junto al local, tanta magia debía ser autorizada porque que existieran esas cosas en Londres era cada vez más complicado. Finalmente la bruja llegó a la conclusión que si no estaba en su hogar, debía haber quedado entre sus cosas en el Castillo Dumbledore.

Algo cansada tomó una chalina azul que echó sobre los hombros del sencillo vestido gris, sin mangas que llevaba, guardó su varita en el bolsillo oculto del vestido y se calzó unas sandalias bajas. La noche estaba tranquila y no le vendría mal una caminata por Ottery, con un crack desapareció de su local y apareció a unos cuantos metros de la mansión que la había albergado algún tiempo.

Mientras se acercaba notó la presencia de varias personas, música electrónica, flashes de luces y curiosamente todo le pareció tan surreal que se apretujó más en su chal. Quizás había venido en mal momento, lo más seguro es que la mañana tras la fiesta era lo más adecuado, aunque siempre cabía la posibilidad de escabullirse por la entrada trasera sin molestar a nadie.

A medida que se acercaba distinguía los destellos de luces y las figuras de parejas ¿o era un trío en charla?, definitivamente no tenía idea y no sabía si quería enterarse o no. Se detuvo dudando a mitad de camino en los jardines, ¿y si daba la vuelta hacia el bosque y regresaba por el fondo como había pensado antes o mejor en la mañana? Se alejó un poco del camino principal buscando mantenerse lejos de la vista de los por demás distraídos invitados.