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~ Mansión Riddle ~


Anne Gaunt M.
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Justo en aquél momento en que decidí a presentarme ante los presentes, a calmarme y tal vez evitar una matanza que no nos llevaría a ninguna parte, la llegada de unos cuantos camaradas, las botellas de alcohol y mi hijo con el ginebra en su sangre, explotaron como era costumbre...¡mala costumbre!. Sin duda alguna teníamos el mismo temperamento, pero aquellas arrancadas de criterio eran la copia exacta de su madre y sus negocios truchos, ¡gitanos!... Lo único que querían ver era sangre derramada por el suelo y oro puro en sus muñecas y cuellos.  Así y todo, alguna vez pude haber querido a su madre, no por nada casi formábamos la familia feliz de Ottery... ¿o habrá sido magia gitana?...

Justo en aquél momento en que Serpens elevaba su varita, la cúpula mágica que había invocado ralentizaba un poco el espacio tiempo, momento preciso para alcanzar la mano de quién tenía en frente y estrecharla en un apretón propio de los varones. El murmullo de un immolo ad protegendum fue tan claro como la daga de un puñal básico y sin mayor detalle que se materializaba entre la mano de Ilidian y la mía. Como era propio del ataque que vociferaba Triviani y el conjuro que yo mismo acababa de concluir, mi muñeca se quebró en un sonoro crujido que terminó por volver el tiempo a su rutinaria realidad. 

-¡Miii...erda! .... ¡woww! JÁ....Ahhggg ¡cómo duele esto!- exclamaba entre sacudidas que parecían acrecentar el dolor y algunas risas propias de un carácter desquiciado como el mío.  

Idear un curación mientras elevaba una mano muerta a la vista de todos no fue gran problema, es más, ya comenzaba a mover los dedos poco a poco en contraste con la tenue luz de la lámpara de araña en el techo. Llevé la muñeca hasta mi oído y sentí un pequeño sonido que me daba la sensación de que faltaba algo más de sanación, entonces y estando cerca de Ilidian, hice lo mismo cerca de su oído para que lo oyese. 

- ¿Quedó mal, no crees?...- consulté con el mago- ¿me harías un episkey?...

Quizás la interacción para el resto sería algo extraña, pero pocos comprenderían que si Shelle los había llevado hasta allá debía de ser por algo. Era mi lugarteniente ¿porqué no confiar en ella después de haber asesinado a su padre?... observé a Serpens y luego a Black Lestrange.

-No lo culpo, ni tampoco deberías hacerlo tú. Son fieles y nuestro lema lo dicta- le aclaré. Miré al resto de desconocidos y les hablé aún ahí, de pie junto con un erguido Ilidian- ¡Si quisiera matarlos ya lo habría hecho!...-apunté a Shiva con mi varita- ...ella ya lo hubiera hecho o cualquiera de nosotros en realidad. Si están aquí es porque nos serán útiles ¿ no es verdad?... ¿Quién no podría reconocer al ministro de Italia?...- me apegué hacia un costado para hablarle bajo secreto a voces- lo eres, ¿no?... de otra manera, qué tendrías para garantizar tu vida aquí. 

Seguro crucé miradas con Persefone y alguna otra bruja que me reconocía. De haberme visto el rostro, seguro se responderían con un: ¿Qué? ¡estoy intentando encontrar mi lado amable!.

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Poco a poco más personas se iban acercando, aunque los ánimos se iban tensando dentro del pecho del rubio. Aquel destello verde atravesando el salón lo hizo ponerse más tenso de lo que debería, como si le hubieran metido un cubo de hielo dentro de la camiseta. El rayo impactó en guardia cercano a la puerta,  de seguro aquello se sentía como una invasión para ellos, se cuestionó haber ido a la junta, tendría que haber indagado más antes de presentarse, pero era tarde para lamentaciones. 

No tardaron en llegar los comentarios como "huele mal", "traidores" y lemas similares a los que usaba el mismo en el pasado, Aun así no hizo caso omiso a aquellos bajos intentos de provocación, sentía un tanto de pena por aquella nueva generación de mortifagos, luego se preguntaban por qué sus filas menguaban. Aun así se sintió respaldado, no solo por Monica, sino también por Cubias, todos listos para defenderlo, ellos debían saber que tanto Illidan como los ausentes, harían lo mismo por cada uno de ellos. Se preguntó también si alguno de aquellos que portaban mascará, tendrían actitudes similares por él.

Otro personaje se hizo presente, a lo que no pudo responder de inmediato al mortifago que tenía en frente, el hombre portando una botella, inicio repartiendo saludos, para luego referirse a él directamente con un insulto sobre su apellido. - Que linda manera de hacer amigos... - Le diría, pero no serian solo insultos los que lanzaría hacia el Black Lestrange. Apuntó hacia él estaba seguro, pero el líder, el cual tenía frente a él, interceptaría el hechizo haciendo uso de habilidades que el rubio aún no entendía, para cuando quiso darse cuenta todos estaban listos para luchar. Cubias y Monica listos. - Tranquilos.... - Diría entendido que aquel frente a el no quería un enfrentamiento, aunque tampoco le reclamo al muchacho que había intentado atacarlo. 

- A ti no te invitaré a mi cumpleaños... - Diría mirando fijamente al que portaba la botella de Ron. Luego el rubio se fijaría en el líder el cual sujetaba su mano, y tras soltarla le pediría ayuda. 10 años sin curar a un mortifago habían pasado, aquel frente a él no se daba una idea del honor que tenía. - episkey - Pensaría  apuntando al brazo de aquel frente a él. ¡Un sonoro crack! Anunciaría que el brazo del mortifago estaba recuperado, por lo que Illidan guardo su varita, esperando que sus compañeros hicieran lo mismo. - Deberías ponerle una correa... - Diría arremangándose su brazo izquierdo, allí no había nada, pero tras unos segundos en un tono negro la marca tenebrosa aparecería, una vez Aaron la vio volvió a ocultarla. - Por gente como el (Matt), no cuentan conmigo en sus filas...Si bien respeté alguna vez los ideales de este grupo, los modos hoy no son los que aprecio y sigo...Si quieren que sea de utilidad, deberán ganárselo, y no lo conseguirán atacándome... - Explicarían en el tono necesario para que todos allí le escuchen.

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Matthew Black Triviani

Ahora atravesaba otro tipo de locura, como podría procesar todo lo que hizo, lo que hubo pasad, como se permitió tal grado de imprudencia, él mismo no dejaba de sorprenderse a veces y aunque seguía enfadado y posiblemente el dolor fuese renuente a marchar la mirada con otros ojos. Miró la mano de su padre con los ojos que alguna vez lo descubrieron en las penumbras de su castillo y casi mediante un movimiento involuntario choco su palma con la frente. 

Perdóname. ―Balbuceo a Caelum―Simplemente Patricia toma partido de mis impulsos, y el espacio se vuelve blanco. ―hizo una reverencia y giro. 

Y como una escena sacada de sus propios recuerdos hundió el rostro entre la palma de su mano, aferro su diestra a la varita y bajo la mano sudada rogando al Dios de turno que detuviese el tiempo. Esclavo de sus impulsos, se recompuso, y dejo aquella situación en manos de su padre y Shiva. Busco a Manon con la mirada, a un costado del gitano, la mujer miraba con intriga, dio media vuelta y se marchó por la escalera hacia las mazmorras, haciendo una seña a la mortífaga para que lo siguiera. 

La tomo del brazo en cuanto lo había alcanzado y desapareció con dirección al techo, frente a las ruinas que aún permanecían intactas.

***

Escalón a escalón los individuos subieron, adentrándose a los tejados por los largos pasillos de la mansión Riddle hasta llegar a una alta y gruesa puerta de roble negro que tenia una elegante insignia con la primera letra de la familia, aquella hacia un pequeño movimiento similar a una serpiente y en cuanto la empujaron, la madera se corrió, la oscuridad en el interior enseguida comenzó a disipar, varias velas en diversos sectores comenzaron a apagarse dejando una pequeña estela de humo.

Observa. ―Sostuvo con un tono serio, observando la mujer de cabello negro y ojos verdes, una más de las desconocidas que habían sido presuntamente invitadas. ―¿Tienes idea de quien puede ser? claramente, no es alguien que conozcamos, y observa allá―añadió mientras señalaba el otro extremo, donde la fiel copia de Caelum posaba, vacilante sobre que hacer―, no se ha acercado a ella, ¿por qué?―intentaba saber como actuaria Manon, que clase de decisión tomaría ante la intrusa. 

@ Darla Potter Black , @ Kamra Ashryver D.

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La fiel copia de Caleum atravesó pasillos y salones hasta salir de la mansión por un lugar del que nadie lo vio. Una negra túnica apegada al tronco, pero con pliegues que sueltos bajo el grueso cinto armonizaban su determinante andar, le distinguían de las grises ruinas de la mansión del sangre sucia más temido de todos los tiempos, el famoso Tom Riddle. La varita que portaba tampoco era un problema, pues era aquella de la propia víctima del líder mortífago la que lo defendería o lo volvería osado de darse la ocasión. 

Como siempre, el cielo nublado auguraba una que otra llovizna propio de los parajes del UK junto con brisas y una que otra ráfaga que blandía las copas de los árboles aledaños. El césped a media pierna, por manchones e intervalos de tierra mojada y una que otra lápida escondida al paso, decoraban el lúgubre entorno. Detenido y con un pie sobre un escombro cuan conquistador, Caelum esperó a que apareciese lo que se presentía en el ambiente.

***

¿Amigos? aquella palabra quedó bailando en mi mente. Ni siquiera el mago tenebroso más impuro de todos los tiempos había tenido un amigo y yo, muy por el contrario, tenía un vínculo más fuerte con los miembros de la casta tenebrosa... les había prometido, ¡libertad!, ¡hermandad!, ¡pureza! y vaya que lo habíamos logrado; aunque sin perjuicio de ello, no me temblaría la mano en matarlos a sabiendas de alguna traición. He ahí la hegemonía del gran Gellert Grindelwald y los principios que tras profesarlos, me habían llevado a la cabeza de la celosa serpiente que enroscaba la calavera.

 -¡Un cumpleaños!- exclamé con cierta ironía luego de darle una nueva vuelta a la muñeca- gracias, no olvidaré este gesto de, ¿humanidad?...- proseguí sin perder lineamiento alguno-... en fin, un cumpleaños dijo. Déjeme aclarar una cosa señor ministro, que si bien ha sido invitado por una de mis lugartenientes y atacado por otro de ellos, mero ying y yang como dicen los est****os muggles, es usted quien debe darnos una garantía a nosotros...- mi voz era pausada y en una armonía plena que tomé luego de enlazar mis manos por mi espalda y darle una vuelta a Ilidian como quien estudia un objeto- dice usted que antes respetaba los ideales de este grupo. Yo me pregunto, ¿qué esperaba? ...-esbocé una ligera sonrisa que no se apreció pero bien podría admirarse, para quien me conociese, en la mirada gris e insidiosa que me caracterizaba- ...¿una bolsa de grajeas quizás?, ¿alguna broma de los pelirojos esos?...- observé al resto, Mónica incluida- ¿Qué no lo oyeron? ¡bajen sus varitas!... y ustedes también- ofrecí a los miembros de mi bando con ambas manos indicando la baja de tensión- ¿saben? hoy podríamos comportarnos civilizadamente, que nadie perderá el alto prestigio que puedan ostentar, ¿no es así?- pregunté a algunos camaradas; apostaba porque lo comprendían a cabalidad.

Finalmente volví a Idilian, quien a su vez parecía ser el único capaz de sacar la voz. Los demás oían y cotilleaban entre murmullos que mataban el silencio que de vez en cuando recaía por al estancia. Fue el instante en que Serpens se acercó hasta nosotros y se disculpó conmigo por su crítico temperamento. Elevé la mano hasta su hombro y como un padre que no sabe realizar un acto de cariño, le atraje bruscamente al rodear su cuello y posé la metálica frente en su cabello.

-Ve Serpens, caza al intruso en los jardines... es tuyo- le susurré. Observé luego al ministro Italiano- no tengo criaturas como para ponerle una correa señor Black Lestrange. Los fieles miembros de mi bando han comprendido la libertad en el uso y conocimiento de la magia como también la manera de no perder la pureza que nos destaca...- le miraba a él y hablaba también para el resto, conectando con una que otra mirada que aún parecía estar perdido en el tiempo- ... España, Francia, Alemania...-fui contando con los dedos de mis manos. Apunté con mis índices a los pies- nuestra tierra. Japón, China...- y así fui nombrando otros paises, reinos, estados- nos deben fidelidad, ¡no a mí!, al movimiento, ¡a los principios de la marca tenebrosa!... Quizás usted, quizás esté aquí por intermedio de Shiva para darnos a nosotros la misma fidelidad, que de equivocarse no le haríamos nada ahora, no no...- negué poniendo una mano en su hombro en son de férrea empatía- ... cuando oyen la palabra mortífagos seguro imaginan tripas volando por los cielos. Somos más letales, ¡venenosos! ...como serpientes. ¡De hecho!  ustedes son libres de salir o quedarse aquí, a discutir lo que queremos para el mundo mágico y presentarles novedades que de seguro podrían serles a ustedes de utilidad, que yo ya conozco sus rostros. No tema al ataque señor ministro, tema a la gente desencadenada que ronda el mundo...Usted es un mago que creo, sabrá utilizar la varita. Ya me entiende. 

Dicho tal, liberé la presión del Necrohand sobre Shiva para que pudiese orientar la reunión que llevábamos en la Riddle. Unas cuantas confusiones y un par de hechizos mal dirigidos habían caldeado un poco el ambiente, no obstante, tampoco dejaría que tratasen a mi gente como animales o un grupo de mercenarios... ¡éramos clase! ¡magos y brujas valientes de defender los linajes y los conocimientos para quienes realmente lo merecían!... ¡augurábamos el derecho de poder sobre el mundo que nos vio nacer! 

-Vuelvo a preguntar ¿qué tienen ustedes para ofrecernos a nosotros?...- me acerqué hasta un estante esperando una respuesta sólida y descorché una botella de vino mientras elevaba algunas copas hacia los oyentes. Mi naturalidad era ser indiferente- ¿beben?...

Concluida la pregunta, indiqué a algunas de las mortifagas y mortifagos presentes, una seña que se sabrían por libro. El índice en mi sien. "No matar. Desmemorizar" ellos sabrían con quienes sí y con quienes no.

OFF: 

¡Pipol! he intentado mantener un juego de rol para esperar a que Shelle pase. Démosle tiempo que de seguro estará con quehaceres muggles, ¿sí?. Por mi parte aprovecho de comentarles que no podré rolear el finde, así que de responder lo haría con suerte Domingo en la noche (esta hora) o bien, Lunes y semana jeje. 

¡Juguemos! son libres de presentar giros de rol que vayan con el contexto y la armonía del juego. De eso trata esto. Nadie sabe quiénes son tras las máscaras como otros no sabemos si algunos son fenixianos. La idea es crear un juego en conjunto. 

Un abrazo a cada uno y si me necesitan, mi lechucería siempre está disponible. ¡Tengan un buen fin de semana! ^^

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El ambiente estaba cargado de adrenalina y Kamra no podía evitar sentir escalofríos, no por miedo, cobardía ni algo remotamente parecido a lo que el deplorable grupete rodeado de sus congéneres estaría sintiendo, sino porque sus instintos y su sed de venganza estaban tan a tope que a penas cabía dentro de su cuerpo. La mente de Manon volvía sin cesar al espantoso recuerdo de su morada completamente bandalizada por los oh-tan-correctos defensores de los sangre sucia y los traidores de la sangre, La Orden del Fénix. Eso bastaba para que siseara entre dientes, jurando a la diosa oscura Nyx por su sangre y voluntad que los buscaría y acabaría con cada uno de ellos.

Kamra no estaba interesada en que el golpe de gracia les llegara pronto. 

Sin embargo se mantuvo apartada, disfrutando de la escena, observando detenidamente cada movimiento hasta que sintió un par de ojos clavados en ella. Deslizó la mirada ambarina desde el Ministro de Italia y su pequeña comitiva, a la máscara de Serpens por segunda vez. Entonces maldijo, su cuerpo viéndose arrastrado de forma abrupta hasta casi colisionar contra el mortifago, si la peliblanca no hubiera sido lo suficientemente ágil para parar en seco antes de que ocurriera. 

- ¿Acaso no tienes lengua - siseo hacia al lugarteniente del cabecilla mortifago - o todo ese teatro fue puesto en escena por alguien más? La próxima vez si quieres mi atención, úsala - no le importaba que le superara en rango, Nyx sabía que no...pero a pesar de toda la rabia acumulada consiguió mantener un ajustado control sobre su temperamento. Cosas más importantes estaban sucediendo, y con eso en mente, siguió a Serpens sin dudar cuando este se lo indicó.

***

Se aparecieron frente a las ruinas y comenzaron su camino escaleras arriba, deteniéndose frente a una imponente puerta con la "R" de Riddle resaltando en color plata entre el rico color negro de la madera de roble. La regente Escocesa miró de soslayo a Serpens, atenta a sus palabras enseguida escaneando el lugar hasta dar con la mujer que era tan desdichada de tener a dos mortifagos respirándole en la nuca. 

Sus fosas nasales se movieron delicadamente mientras hacía que una pequeña brisa se levantara, trayendole información que sus otros sentidos no podían. Y eso fue todo lo que se necesitó para avivar la ira como lava ardiente dentro de Ashryver.

- No se su nombre, y nunca le había visto...pero jamás podría olvidar su repugnante aroma - la colonia de la bruja le repugnaba, pero atrajo su aroma una vez más solo para confirmar lo que su instinto ya sabía - Hace poco los bastardos fenixianos pensaron que era divertido irrumpir en mi morada...la escencia de esta inmunda se aferra a cada maldito palmo de la propiedad.

Era por eso que la estatua de Caelum no se acercaba...la magia oscura había detectado mucho antes que ellos al infiltrado. Manon soltó una baja risa ronroneante, de había topado por azar o por destino con una de los culpables que tan est****amente deshonraron su hogar, y no pensaba dejarla ir sin antes sacarle toda la información posible - Lo que ella es está claro ¿Pero porqué acabarla sin más? - negó con la cabeza dando sobre su máscara pequeños golpecitos  con su varita de ébano  - Nos será de más utilidad viva, quién dice y nos topamos con un eslabón débil de su ejército de payasos. 

Sin esperar aprobación del mago tenebroso a su lado, cerró la distancia entre la intrusa y ella, cortándole el paso mientras hacía un ademán con la la varita - Ah ah ah - la voz de Kamra salió distorsionada gracias a la máscara y su cabellera blanca no se podía apreciar gracias a la cubierta de su capa...si la mujer intentaba recaudar cualquier información de ella lo único que conseguiría aprender era que la superaba en altura y - si poseía al menos un gramo de instinto de autopreservación - que estaba a punto de desear no haber puesto un pie en su sagrado santuario - ¿Puede ser que seas invitada de Shiva, como aquellos reunidos unos pisos más abajo? Mujer, te has apartado mucho de tu grupo - miró a Serpens sonriendo bajo la máscara aunque este no pudiera verle, colocando una mano en la espalda de la mujer de cabellos negros - Con gustó el caballero y yo te escoltaremos de regreso. 

Si algo estaba claro, era que ninguno pondría un pie fuera de la mansión....al menos no con vida. 

@ Matthew B. Triviani  @ Darla Potter Black

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La sombra no permanecería demasiado tiempo lejos de ella, pero sí se había ubicado en frente de la réplica del hombre que la había invocado. ¿Sabía que era una réplica acaso? Su dueña ya se había enfrentado a una en el pasado, sus labios sabían lo mismo que la real ¿Cómo sabrían realmente los labios del hombre aquel? se habría preguntado con curiosidad la Demon Hunter si hubiera estado pensando en el pasado. La bruja podía sentir y ver lo que percibía su sombra, más no podía distinguir si era el verdadero Caelum que estaba allí. Por otra parte se percató de que quizás ya no estuviera sola, el grifo había emitido un chillido bajo, apenas audible avisándole la presencia de alguien más y el anillo detector de enemigos en su dedo le proyectó una cálida vibración a través de la mano.

La sombra se acercó aún más a la figura de de Caelum, pero manteniéndose a cubierto de todos los demás y en la oscuridad solo se reveló ante los ojos del mago. Por unos breves segundos vibró y cambió de forma, posando su mano sobre el hombro del mago y desapareciendo tras ello, un gesto que repetía el que había tenido él hacia ella, esperaba que le reconociera y recordara que aún le debía. Segundos después la sombra tomó posición nuevamente a los pies de la bruja, que seguía moviéndose sigilosa alrededor del lugar, dirigiéndose esta vez hacia donde la figura permanecía inmóvil pero sin dejar de prestar atención a las sombras que habían aparecido más allá de los restos de la mansión, sobre un derruido sector del tejado.

Estaba cansándose de ser una simple espectadora de aquello, ¿Caelum se dignaría a responderle si ella le preguntaba abiertamente sobre los hombres que buscaba? Había más en juego de lo que él pensaba. Ella estaba dispuesta a sacrificarse por su bando y por el bien mayor, los oscuros podrían parecer extraños a los ojos de los demás pero ella sabía bien por qué se había unido a es clan, por un momento estuvo a punto de invocar el arma de su clan pero sabía bien el daño que ésta podía hacer y se decidió a mantenerse neutral, esperando qué acontecería.

De pronto su paso se vio interrumpido, era lo que menos esperaba, o mejor dicho no lo deseaba, Caelum sabía que ella no le dañaría a él, pero no podía decir lo mismo de la mortífaga que pretendía cortarle el paso, levantó una ceja y se preguntó si la mujer sabía lo que hacía, sus ojos se encontraron a una misma altura, los de su rival eran ámbar.

—Shiva —susurró la morocha girando para quedar frente a la bruja y extendiendo su mano tocó  el brazo que la mortífaga Manon había apoyado en su espalda —Obedire —pronunció y una Marca de Sangre con la forma de una flor de lis con una chorreante lágrima de sangre apareció en el lugar que la había tocado  —ataca  a tu compañero —ordenó Darla y dió un paso atrás permitiendo que el grifo que descendía veloz hacia ellas pudiera tomarla por los hombros y elevarla en alto alejándola de la mortífaga y su compañero.

—No me gusta que me presionen… —agregó mientras la criatura la depositaba de nuevo en el suelo a diez metros de la mortífaga y varios más de su compañero que parecía mantenerse al margen, al menos lo estaría hasta que su compañera lo atacara.

—No creo que Shiva me recuerde pero quizás sus invitados es la comitiva que se me perdió y una escolta no está de más pero me gusta preservar mi espacio personal… ignea —pronunció la Potter Black invocando  una lluvia de polen de lirios de fuego que surgió de su varita, rociándola y dándole inmunidad a cualquier fuego que pudieran lanzarle —y tú no pareces saber sobre respetar eso pequeña. Vine a esta fiesta en paz y solo quiero llevarme lo que me pertenece —agregó con voz suave pero sin bajar la guardia mientras el grifo las sobrevolaba.

 

@ Kamra Ashryver D.  @ Matthew B. Triviani

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Parecía que aquella chica que se había presentado como Alyssa se encontraba bastante tranquila en aquel lugar, algo que, en cierto modo, le hacía sentir un poco mejor. Aunque no fue suficiente para evitar que se notasen sus nervios, sobre todo ante los hechos realizados por aquel mago que había entrado de forma brusca y había comenzado a realizar diversas acciones por el lugar, hasta llegar a dirigirse a él, entre otro de los nuevos.

- Ya veo, un grupo peculiar cuanto menos, espero poder salir vivo de este primer encuentro para llegar a ver lo que indicas - comentó con una falsa risa, intentando convertir en humorístico los nervios que acumulaba.

Acto seguido, había matado a alguien directamente, sin pensárselo dos veces. Aquel hombre, que ya de por sí imponía respeto, parecía además ciertamente peligroso. Aquel acto no hizo más que incrementar los nervios del joven, quien esperaba que este mago no volviese a dirigirse a él en toda la reunión. Aunque por desgracia no tuvo que esperar mucho para recibir otra pregunta por su parte. Pregunta, que fue interrumpida ante los eventos que se sucedieron.

Habían empezado a llegar más personas, y se comenzaron a escuchar multitud de conversaciones, gritos e incluso algún que otro hechizo salía volando de unos a otros. El ambiente se había caldeado bastante, y parecía que podían producirse algunas peleas en cualquier momento, lo que hizo que el joven mago retrocediese unos pasos, pues no quería meterse en bronca, al menos no de novato.

Después de ver cómo le rompían la muñeca al hombre que se había estado dirigiendo a los nuevos, y acto seguido se la curaban con un simple Episkey, y observar cómo aquel acto había quedado como una tontería entre ellos, la situación le había parecido aún más extraña. Lo peor de aquello es que no sabría qué esperar de nadie, quizás alguna persona le diera la mano, y acto seguido le tirase una maldición, para acto seguido invitarle a una bebida. ¿Era aquello normal?

A continuación, el hombre conocido como Caelum volvió a dirigirse a todos, hizo de nuevo la pregunta que tanto había querido evitar, aunque antes de ello pareció querer relajar las tensiones indicando que todos seguían aún vivos, y que eso ocurría porque no querían matarlos. Esperaba que siguiera con ese pensamiento después de su respuesta.

- Sinceramente... - comenzó con una respuesta que fue casi un murmullo, aunque logró aclararse un poco la garganta para elevar el tono de voz - yo estoy aquí porque apoyo los principios de la Marca Tenebrosa, ¿qué puedo aportar? Lo que requiera la entidad de mí - añadió convencido de que sería una buena respuesta. Aunque realmente no tenía del todo claro qué podría un mago como él aportar a una entidad repleta de grandes magos y brujas - además, soy investigador, se me da muy bien encontrar cosas, secretos...y personas, y creo que eso nunca está de más - concluyó intentando hacerse valer entre aquel grupo.

Tras cerrar la boca, dio un pequeño paso atrás, no quería seguir siendo el centro de atención de Caelum por mucho tiempo, prefería dejar que se centrase en otras personas.

@ Aaron Black Yaxley  @ Alyssa Black Triviani

 

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Aquel hombre el cual Ashley había supuesto que se trataba del líder de toda esa gente se detuvo casi enfrente de ella, solo se limito a silenciar su discurso sobre las preguntas que mismo había lanzado al aire. La bruja un poco molesta miro al mago esperando tener un contacto visual, pero este simplemente la ignoro y siguió su camino.

La ojiverde se limito a seguirlo con la mirada hasta que llego nuevamente con el rostro de su padre y sus amigos, volvió su mirada y camino lentamente sin perder de vista al brujo que la había silenciado. Este estaba gritando buscando a un intruso traidor.

- TU - Escucho - Illidan  - Giro la mirada en dirección donde escucho aquel grito y nombre, vio como como aquel joven que veía de espaldas estaba apuntando a su padre con una varita, en un parpadear de ojos vio como aquel mago hizo un pequeño moviendo con su varita, la bruja pudo escuchar romper los huesos de la mano de su padre.

De inmediato giro la mirada hacia la figura del hombre imponente, ella le era fiel a los ideales del mago (Aaron), pero al ver que le quebraban una mano a su padre, el lazo de sangre fue más fuerte que todo, una adrenalina recorrió todo su cuerpo, era un momento de impotencia para ella, debido que sabia que  su magia no era tan poderosa, así que debía llevar las cosas con calma, para evitar salir herida de aquel lugar. Camino silenciosamente de tras de aquel mago tenebroso sin quitarle la mirada, hasta llegar a un lado de su Padre.


-¿Estas bien? - Dijo la ojiverde quitándose la capucha de la cabeza - No pensé que llegarías a este lugar -Dijo casi quejándose, pero no sin antes quedarse a lado derecho de él

Los siguientes minutos fueron un poco incomodos, en aquel momento ella se encontraba entre la espada y la pared, no era cualquier cosa la que estaba en juego, era su vida o la de su Padre. Ella suspiro al ver que los ánimos se controlaban poco.

 

@ Illidan Black Lestrange  
 

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La situación de un momento a otro se puso tensa, cada acción que se sucedía era a la vez más incierta que la que le antecedía, por un instante Cubias pensó que todo iba a terminar en un descontrol total.

El punto más álgido lo protagonizó uno de los enmascarados, parecía un desquiciado fuera de control, pues no media ni sus palabras y mucho menos sus actos, llegó al punto de intentar a agredir a Illidian tomándolo por sorpresa. Cubias que ya tenía su mano puesta sobre la varita que pendía en su cintura  estuvo a punto de sacarla por completo y responder el ataque, pese a la imprudencia que eso pudo significar, sin embargo, sabía que debía ser más inteligente que eso y calcular sus movimientos. Por suerte, la figura que se alzaba como líder enmascarado cambió de forma repentina su accionar  y fue él mismo quien intercedió en la acción al tiempo que buscó apaciguar el momento.

Cubias se fijó en Illidan, sabía muy bien que aquello no pasaría desadvertido para él, pero el Malfoy confiaba en la compostura estratégica de su colega, ambos sabían que la cautela al actuar era un arte de pocos, aunque, el Black explotó en palabras.

-Calma- susurró para sus adentros Cubías, pues empezó a caer en cuenta que entre tanta palabrería los que realmente se sentían amenazados eran los enmascarados, de otra forma no se explicaba que un par de sujetos fueran capaces de poner al grupo nervioso.  Mientras dialogaba consigo mismo, la figura principal del lado oscuro cambió de rumbo su atención y lo tomó a él como aún nuevo objetivo al -¿Qué tendrías para garantizar tu vida aquí?- le preguntó casi al oído.

Al escuchar las palabras del mortifago, Cubias sonrió -Tendría mi varita en tu garganta si estuviéramos en igualdad de condiciones- aquella frase únicamente sonó en la cabeza del Malfoy, era evidente que no podía decir algo así en ese momento, aunque lo pensara, en cambió soltó su lado diplomático, pues al parecer era eso lo que le interesaba al líder mortifago pues no dejaba de preguntar qué tenía el ministro Italiano que ofrecer.

-Me parece que si yo invito a alguien a mi casa no espero que esa persona me lleve un regalo, sino al contrario, posiblemente lo reciba con algo de comer...- comentó Cubías, intentó que sus palabras sonaran políticamente correctas y aceptó la bebida que le ofrecían. -Con esto último creo que ya nos vamos entendiendo, y en efecto, me parece que tus pensamientos son acertados, desde mi posición y desde la tuya podemos lograr cosas interesantes... pero en este momento el invitado soy yo, esperaba recibir más información en lugar de darla- agregó el Malfoy, dejando ver su lado más diplomático. 

Su mirada se clavó en la persona que tenía enfrente, pero llevó el diálogo a un punto de entendimiento.

 

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off: Me he dado una pequeña perdida entre tanto, pero espero haber seguido correctamente el hilo. jajaja sino pues ahí corrijo. 

 

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Matthew Black Triviani

Durante un momento, lo único que pudo comprender fue la ausencia de dolor y su libertad hecha añicos al fin, la calma comenzó a gobernarlo y con ello, la vida prestada pareció abanadonarlo, dejando entrar a lo que verdaderamente le correspondía pero le había sido arrebatado injustamente. Entonces abrió los ojos y miró maravillado hacia el atardecer. La oscuridad se extendió sobre sus ojos con más solidez que antes hasta velárlos del todo, como una gruesa venda, firme y apretada; sabía lo que estaba sucediendo y sabia que seria mucho más fácil rendirse, dejar que sus impulsos lo aplastaran, tan abajo, hasta llevarlo a un lugar donde no hubiera dolor, ni remordimientos, simplemente placer por las acciones maniáticas. 

Miró de perfil a Manon, había preferido hacer caso omiso a los comentarios de la bruja, en otra situación le hubiera cortado la lengua por su impertinencia, pero tenia muchos planes para la Base, él había observado potencial, mucho más del que todos los neófitos pasantes por las filas tenebrosas habían demostrado, y eso lo valoraba, pese a no ser diestra en el manejo de las Artes, su manera para revolver situaciones iba por el camino correcto. 

¿Estas segura de lo que dices?

Un vaho se desprendía del suelo en ruinas, diferentes aromas revoloteaban por las débiles brisas que pasaban por la temeraria Riddle, aquellos rastros podían ser confundidos o traídos de un lejano lugar. Manon se lanzo del techado, Black dio dos pasos hacia el frente para observar si se había roto el cuello con la caída o seguía intacta. 

Procede con precaución, defiéndete, pero no ataques. Obtén información, y luego pensamos que haremos para la cena–le ordenó mientras una pequeña mueca de risa se figuro en la comisura de sus finos labios–, pero ten cuidado. –agrego advirtiendo. 

El Sol se ponía tras su silueta.

La oyó, fuerte y claro. No hizo un solo movimiento siquiera se digno a contestar, Manon había cometido un error, la mujer desconocida dejo una marca con forma de Flor en la espalda de la Mortífaga, quería arrancarle las manos, manos impuras que osaban a tocarle y entonces una mueca se dibujo en sus facciones; miró detenidamente al frente, sus ojos oscurecidos se hicieron más densos en cuanto diviso al guardia de piedra y sin previo aviso, alzó sus manos, Piertotum locomotor, las estatuas con forma de serpiente cobraron vida, obedeciendo la voluntad de su animador. 

Confundus

Apuntó hacia la bruja desconocida, la morocha de ojos verdes, para que en su confusión olvidase lo que le había ordenado a la subalterna de Black. 

Bajó del tejado en forma de una espesa bruma negra, para colocarse a diez metros de la corajuda, el Grifo rondaba por los aires y Manon había vuelvo a las alturas. Si cumplía sus ordenes por los efectos de aquella Marca de sangre, estaría en problemas, por lo que prefirió alejarse y hablar con ella; –¿Lo que te pertenece?–inquirió al tempo de que se materializaba–Es decir... Que... ¿Ellos son infiltrados?–ladeo su cabeza, sin quitar sus ojos de ella, su mirada detonaba demencia, pero a la vez cautela... Si la mujer se había referido como escolta de ellos, no era una bruja común y corriente. 

¿Quién eres realmente?

@ Darla Potter Black , @ Kamra Ashryver D.

 

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