El Día de la Ira

[Hayame Snape Potter Black]

Guardería del Hipogrifo

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La verdad que la bruja no entendía nada de lo que había comentado su sobrina y esperaba que alguien tuviese la amabilidad de explicarle un poco de lo que había querido decir; a su cabeza seguían viniéndole las ideas acerca de la quema de brujas en el pasado y definitivamente no le estaba cayendo en gracia el imaginarse a cualquier persona que fuese por ahí buscando magos y brujas para colocarles encima de una hoguera, hechizo mágico de enfriamiento de llamas o no

 

Y luego habiendo todos esos bebés refugiándose en aquella guardería...

 

Cargó a uno de estos que se notaba inquieto y comenzó a mecerlo, recordándole a su propio pequeño bebé que tenía pocos meses y que aguardaba en su hogar, en esos momentos al cuidado de su marido; no quería ni pensar en lo que pasaría si alguno de los padres terminaba en problemas y entonces, el bebé se quedaba solo en esa tierra

 

-Por favor Xell... en verdad, me gustaría que nos explicaras la situación -le pidió a la bruja y buscó su mirada con sus ojos rojos

[Sagitas E. Potter Blue]

*Sonido de intercomunicadores muggles*

"Lo lamento, Señor. Han escapado."

*Insultos impúdicos que es mejor no reproducir*

"¿Cómo pueden ser tan zopencos?

Con la destrucción de Tenenbaum Futuristics y el robo de los sujetos de estudio de Polonía, no tenemos contenido biológico para seguir estudiando.

"¡¡Esto es una [insulto tampoco reproducido]"

"Aún tenemos una oportunidad, Señor. La moto ha desaparecido."

"¿Qué moto?"

"La moto de uno de los individuos que acompañaban al sujeto afectado por nuestro gen bloqueador.

Se la han llevado. Le pusimos un localizador. Sabemos exactamente dónde está ahora.

Sólo necesitamos su permiso para organizar el asalto al edificio"

"Sargento, esta vea no falle. ¡Necesitamos a ese sujeto ya!

"Permiso concedido."

La Ama Sagitas dijo que fuera a la guardería y allá que se fue el semigigantón, feliz de ayudar. Era una persona con mucho amor y bondad interna, todo le parecía bien y colaborar con la gente era algo que le encantaba. Por eso, que le mandaran ir allá a curarse y a dar una mano en lo que pudiera, no le pareció nada mal. Hizo el camino muy rápido y casi sin encontrarse con nadie.

 

Las calles del pueblo estaban sitiados por gente como aquellos señores de oscuro que había visto en la iglesia. Les había parecido simpáticos pero prefería no pararse a preguntarles por la copia de la foto pues no tenía tiempo, aún le dolía aquel rasguño del hombro y tenía una misión en la guardería, así que prefirió no encontrárselos y dar algún rodeo que otro hasta encontrar Diagon y buscar el negocio.

 

-- Olaaaaa! -- gritó nada más entrar.

 

Encontró a la seorita Xell y a la seorita Allame en la zona de cambio de pañales y se puso la mano en la nariz.

 

-- Uele múxo a kk. Ande quié ke le ponga toas las cunas? Llo puedo empujá muxas a la ves, -- contentó a la primera pregunta de la dueña. La segunda fue un poco más difícil del contestar: -- La Señà Sagita má dixo ke no le diga ná, pero no má dixo que no se lo diga a su ermana. Está malita, a perdío la magia. Ande a dixo que llevo las cunas? ¿Pál komedó? Pue allá ke los llevo...

 

Babila era así, soltaba bombas sin darse cuenta. Se fue con varias cunas (muchas en realidad, entre rondando y equilibrios) sin tirar ninguna y sin que los bebés sufrieran algún daño en el traslado y volvió a por más. Se encontró con que Xell estaba sorprendida y la vampira con cara de pocos amigos.

 

-- Ká pasao? No é roto ná...

 

La seorita Allame zarandeaba a la seorita rubita pá que le contara kosas del Inkisidó i del día de la ira. Después le preguntó por la magia de su hermana y Babila le sonrió.

 

-- Pué que lá perdío, se la debío caé en argún sitio i no l'enkuentra. No tié magia. ¿Me llevo má cunas pállá?

 

Las amas paresían preocupás pero a él le parecía más preocupante otra cosa.

 

-- A, sí, que l'ama Sagitas me a dixo ke me curen el braxo. Mán dao kon alto i má salío sangre. Eran uno ombres agradables pero mán dao sin queré. Están en toas partes, kuando é venío, tenían rodeado tóo Ottery, komo si estuvieran buscando argo. ¿Tié una pomá pá l'erida de bala?

[Ada Camille Dumbledore]

Oficina de la Ministra, Ministerio de Magia Francés. París, Francia

 

 

La oficina estaba tranquila, sentada frente al escritorio revisaba algunas investigaciones sobre el antígen mágico, tenia información recogida por varios investigadores y era momento de emoezar a actuar. Ya teníamos un equipo para que fuese a buscar y eliminar toda la información y la evidencia fisica, electrónica o en la memoria de algún científico muggle.

 

Deje a un lado los documentos con la mano y me recoste en la silla lanzando un suspiro, teniamos que hacer esto lo anyes posible, ya habia pasado un mes luego del desastroso acontecimiento del ataque a Hogwarts y a otros lugares mágicos. Me lleve la mano a los ojos recordando que debíamos darnos prisa, unos golpecillos en la puerta me hicieron salir de mis pensamientos. Luna la secretaría entraba mi oficina con un misiva urgente.

 

-Madame la Ministre ha llegado un carta urgente para usted, es de la MACUSA

 

Poniendome de pie la tome de inmediato y la leí, un sonrisa atravezo mi rostro y mire a Luna sonriente.

 

-Has una reservacion para el mejor hotel Honolulu en Hawaii, debo ir a la playa

 

La mujer se dirigio a la salida de la oficina, pero levante el rostro de repente una idea se me habia cruzado por la mente y seria bueno.

 

Espera Luna, reserva tres habitaciones, una para Lady y otra nombre de Danny Lestrange, no seria prudente ir sola con la situación actual y mas sin escolta, gracias.

 

Trump Internacional hotel Waikiki

 

La vista de la playa era de ensueño, definitivamente era un lugar precioso que quedaba muy lejano como escondido para el mundo, un paraíso lleno de vida.

 

Para ser mas casual llegue al hotel a un estudio deluxe con vista hacia el mar, con una gran Cama King frente a un maravilloso balcón para sentarse a desayunar o cenar viendo el precioso océano Pacífico. Dejando las maletas fui a cambiarme la cita seria en l playa un pequeño bar en la playa donde el Agente de la Macusa Matt Ironwood la contactaría.

 

Debia vestir como si estuviese de vacaciones, un enterizo amarillo, sandalias y gafas oscuras. Camine sola hasta el var en la playa donde esperaría el agente americano, no sabia cual informacion que tenía, me aseguraria de no ser escuchados por eso llevaba un anillo muy especial en mi mano.

 

@@Syrius McGonagall @@Sean -Ojo Loco- Linmer @@Lady Luxure Grindelwald @@Danny Lestrange @@Zoella Triviani @

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Sofia, Habitación de Ada en el hotel

 

 

Taison estaba gravemente herido, busque desesperadamente en mi maleta la esencia de dictamo, esperaba que pudiera sanarlo aquí o tendría que pedirle ayuda a alguien más.

 

Comence por poner la esencia wn todas las heridas que ya no sangraban, pero aun se veian expuestas, notaba que la fractura de las costillas era no muy profunda, pero tomaría tiempo para sanar. El solo hablaba sobre lo que habia encontrado en el laboratorio, no queria ser ms importante que mantenerlo vivo, finalmente habia sacado a los niños y estaban a salvo.

 

-Vi salir a los niños y están a salvo, por ahora solo piensa en descanzar que estas muy herido. Ya seguiremos con esto.

 

Sasha estaba inquieta paseando por delante de la cama donde estaba su lider, con mi mano acaricie las cejas de @ invitándolo a dormir, como hacia en las noches con Asher. Luego lo deje y fui a abrazar a la loba.

 

-Tranquila mi pequeña, estara bien es fuerte

 

No sabia si se lo decia a ella o me lo repetía a mi misma para convencerme.

Editado 26 de Julio del 2020 por Ada Camille Dumbledore

[Lisette Ryddleturn]

GUARDERÍA

 

La bruja rubia había terminado de preparar las papillas y las había mandado a donde eran requeridas para alimentar a los bebés que ya habían terminado de ser cambiados de pañales

 

Pero lo que estaba diciendo aquel enorme hombre realmente la estaba sorprendiendo mucho y se volvió a llevar las manos a la boca, como si no pudiera con toda la información que les estaban llevando

 

-Me están diciendo la verdad, que Sagitas ha perdido su magia? pero es imposible que se pierda la magia de una bruja de esa manera, se supone que la magia no se roba!

 

Exclamó la rubia demasiado impresionada y antes de pensarlo ya se había caído sentada en el suelo como si las piernas se le hubieran debilitado tan solo por la impresión

 

Estaba segura de que aquella situación iba a ser el detonante de algo y ella solamente podía sentirse inútil porque lo único que podía hacer en esos momentos, era cuidar bebés a pesar de que estaba muerta de preocupación

 

Y también quería saber, qué demonios era el día de la ira?

[Mael Blackfyre]

Mansión Gryffindor.

 

Mi prima Sagitas aparecía una y otra vez en mi mente. Tal vez el hecho de haber pasado juntos varios sucesos, y el último no, me hacía preguntarme dónde estaba y cómo estaba. Xell antes de irse de la mansión, me comentó que iría a verla y que se encargaría de los bebés de su Guardería. Por lo que prácticamente estaba haciendo el mismo trabajo que nosotros. “Claro, yo te aviso” fue lo que le dije.

 

¿Desde cuándo la Orden del Fénix se había convertido en 5 gatos locos siempre juntos y en dos o tres desperdigados por el resto del planeta? Tenía que dejar de hacerme la cabeza por un momento y trabajar con las personas que estábamos dispuestos a hacerlo. Ya habíamos salvado a aquellos bebés y lo que seguía ahora en adelante tal vez, podía llegar hasta considerarse una venganza.

 

Pero era una venganza que traería paz al mundo. Por el bien de todos. ¿Aquello les hacía acordar a algo? El discurso de aquel mago tenebroso había repercutido en la sociedad mágica y estaba seguro de dos cosas: No tenía razón en revelarnos como comunidad mágica. Los hechos nos habían demostrado que los muggles podían dar batalla. Pero lo que no estaba equivocado, éramos entes superiores y tal vez lo que me estaba formulando mi cabeza no iría muy unido a la Orden del Fénix.

 

— Lo sé, prima. Lo sé —le dije dirigiéndole una sonrisa—. ¿Cómo sabemos que ya no estamos viviendo en el infierno?

 

Ambos estábamos sentados en aquel estudio, separados por un escritorio y sentados cada uno en una silla. A pesar de la presencia de todos los bebés la mansión estaba tranquila. De a poco se irían llevándose a aquellos niños, así que no había problema. Apoyé ambos codos sobre el escritorio cuando mi prima me preguntó sobre qué hacer. Tal vez eso no estaba en duda, pero si sobre los medios a los que teníamos que recurrir.

 

— No tengo la menor idea. Solamente sabemos que es peligroso, que haría cualquiera cosa contra nosotros y que en éste momento se encuentra en Alaska —le dije, cerrando los ojos por unos segundos y me llevé una mano al pecho. Desde la llegada a la mansión no me había dejado de arder. Pero no me iba a quedar a descansar, ya me había curado las heridas más profundas. Solo era cansancio. Pero tenía que perder más tiempo nos llevara a perder el control (poco) de la situación.

 

— Lo único que se me ocurre es avisar a toda la comunidad dónde está el Inquisidor. Sea quien sea, van a llegar a él. No vamos a tener que convocar ni pedir ayuda. ¿No crees que la comunidad tomará represalias por lo que hizo? —la miré. Tal vez aquello no sonara al Elvis que todos conocían pero no había otra salida. Si en el transcurso el Inquisidor moría o no, ya no sería mi decisión pero como mínimo quería exponerlo a modo de juicio delante de todos.

 

— ¿Cómo podemos hacer para llamar su atención? Corremos ventaja que estaremos allá en un pestañeo

 

Aproveché esos segundos de charla con mi prima, para escribirle a Sagitas. Tenía que sacarme la preocupación de mi mente: “Prima, estoy en la Gryffindor. No he sabido nada de ti. Te espero aquí si lo deseas. Elvis” Moví mi varita y le pergamino desapareció rumbo hacia la Potter Blue.

 

 

@@Mackenzie Malfoy @ @ @ @@Xell Vladimir Potter Black @@Sagitas Potter Blue

[taison logan greyback]

Sofía, habitación de ada

 

La rubia lo hizo volver a la cama, mientras le aplicaba dictamo en sus heridas, las cuales habían empezado a cerrarse, todo su cuerpo le dolía muchísimo, cuando escucho a la Dumbledore decir que los niños estaban a salvo suspiro aliviado.

 

-Ve a la habitación 208 en el hotel Sofía- el cansancio se apoderaba de el - busca mi maletin... Misha esta... Ahi- sus ojos se habían cerrado, y los ronquidos habían reemplazado a sus palabras.

 

El frío helado de las montañas gobernaba el horizonte a lo lejos cubierta por una leve neblina se alza Nurmengard, el lobo recordaba en sus sueños aquel lugar, ya que lo había visto hacia tanto.

 

@@Ada Camille Dumbledore

[Syrius McGonagall]

Matt Ironwood.

 

 

Playa de Kahanamoku, Waikiki.

 

La noticia de la pronta llegada de un destacamento francés lo tomó por completa sorpresa pero aún mayor fue la noticia cuando se enteró que en aquel grupo se encontraba nada más ni nada menos que la mismísima Primer Ministro de Francia. Y él tenía que ir a su encuentro.

 

Estacionó su Camaro negro en uno de los pocos espacio libres que había en el estacionamiento de la popular playa de Kahanamoku, el sol ya iluminaba con fuerza en esa mañana sobre un cielo completamente despejado y la playa era un hervidero de gente. Cerró la puerta, puso la alarma, se colocó los lentes del sol y salió hacia un encuentro que lo tenía nervioso desde que se enteró del mismo.

 

Quizás no tenía la ropa adecuada para ir a la playa, pero se encontraba en servicio y uno nunca se podía descuidar, debía estar siempre listo. Llevaba una camiseta polo gris de manga corta, pantalones cargo y botas de trabajo negro, su insignia dorada que lo identificaba como agente del FBI se encontraba resguardaba en el bolsillo de su pantalón, no quería atraer miradas indiscretas en una reunión de bajo perfil.

 

Cruzó frente a la estatua del Gran Kahuna y cortó el río de turistas y locales que abarrotaban la playa en ese caluroso día rumbo al pequeño bar en la playa donde se realizaría el encuentro. La brisa marina agitaba con pereza la estilizadas palmeras refrescando agradablemente el ambiente mientras el mago buscaba con la mirada a la Primer Ministra francesa, había visto una foto de la líder y le pareció sorprendentemente joven pero uno no podía nunca asegurar nada con una simple foto. Pero al final la encontró, en una pequeña mesa algo apartada del resto y acompañada por otras personas y realmente era como la foto mostraba.

 

Tendría más o menos su edad, quizás un poco mas quizas un poco menos, pero era joven, lo cual era sorprendente para un líder político de una nación, debía de ser todo un récord.

 

-Mahalo, estoy con ellos - se apresuró a decir con educación a la camarera que se apresuró a atenderlo a la par que señalaba a la mesa donde la Primer Ministro de Francia y sus acompañantes disfrutaban. La camarera se alejó a atender a otros clientes que llegaban y el castaño fue hasta la mesa donde lo aguardaban los franceses.

 

Se detuvo frente al grupo y rápidamente extendió su mano para estrecharla de la Primer Ministro -Señora Primer Ministro, un placer, Matt Ironwood, agente del FBI de la Oficina Regional de Honolulu - dijo mientras inclinaba levemente la cabeza.

 

-Bienvenida a Hawaii - concluyó - Bienvenidos a Hawaii - se corrigió mientras extendía la mano para estrecharla la de sus acompañantes - Espero que hayan tenido un buen viaje, el Gobernador Gallieri dice que cualquier cosa que necesiten solo pidanlo y que esta noche sería un honor que lo acompañaran a una cena en su casa - recordó el mensaje del gobernador que llegó aquella mañana a su cubículo.

 

 

@@Ada Camille Dumbledore @@Sean -Ojo Loco- Linmer @@Lady Luxure Grindelwald @@Danny Lestrange @@Zoella Triviani @

[Xell Vladimir Potter Black]

 

Estaba escandalizada. Cuando dejé a Sagitas en el Circo, herida, no pensé que pudiera pasar eso. ¡Perder la magia! ¡¡Qué horrible para alguien que era tan buena y competente usando la magia!! Yo no dije nada porque se me fue la voz. La tía Hayame reaccionó mejor, o tal vez peor, porque preguntó sobre el Día de la Ira, sobre el Inquisidor y sobre la magia de la tía.

 

La tía tomó a un bebé que lloraba y le calmó, algo que me sentía imposibilitada en este momento, tenía ganas de llorar. No sabía que la tía estaba tan mal o no la hubiera dejado a solas.

 

- Sí, tía, te explicaré todo, pero primero llevemos a los niños al comedor. Seguro que lloran de hambre - contesté a la tía Haya, intentando que no notara que yo también lloraba, y no por hambre precisamente.

 

Babila parecía no darse cuenta del alcance de sus palabras y comentó que la magia perdida estaría en algún sitio. Aquella ingenuidad me hizo sonreír. Le indiqué el lugar donde estaba el comedor y él entraba y salía llevándose muchas cunas hacia su destino. Después dijo lo de su brazo y corrí hacia él. Soy muy alta pero, aún así, tuve que ponerme de puntillas para ver el agujero de su vestido de bruja por donde había sangre seca.

 

- ¡¡Estás herido, Babila!! Ven, siéntate aquí. ¡No, en esa no! Es un taburete de los niños pequeños, se romperá enseguida. Ven, siéntate en este sillón de la sala de espera.

 

No estaba lejos, en realidad, justo al lado de la puerta del cambiador. Desgarré la manga porque todos sabíamos que Babila gustaba de ir descalzo y sin ropa interior y no podíamos desnudarlo allá, delante de los elfos, de los bebés y de una señorita. No podía ir con sus zonas impúdicas al aire.

 

- Te compraré otro, Babila, ahora estate quieto. ¿Por qué tienes una bala en el brazo?

 

Le saqué la bala, menos mal que estaba dentro. Babila no se quejó, era como si no le molestara, tenía una piel dura como la de un gigante. Después le apliqué un Episkey y la herida sanó, dejando una pequeña cicatriz. No era tan buena sanadora, seguro que la tía Sagitas le hubiera dejado una piel lisa sin señales.

 

- Ya estás curado, Babi. ¿Nos sigues ayudando o vas a cuidar a la tía Sagitas?

 

Parece que la tía le dijo que se quedara a ayudarnos cuando supo que yo había traído los bebes a la guardería. Ella sabía que era una Misión de la Orden y que necesitaría ayuda. Babila también nos explicó lo sucedido en la iglesia con el Padre Andrew, quien estaba ahora en el Circo. También dijo que los soldados aquellos que le habían herido,estaban haciendo una batida en Ottery. ¿Qué harían allá? ¿Qué estarían buscando?

 

Lisette también estaba muy preocupada por la magia de la tía Sagitas así que les reuní en el comedor mientras dejaba a los elfos que les dieran de comer. Tomé un bebé y un biberón y lo puse en mi brazos, me senté cómoda y cuando tomó el primer sorbo y siguió, feliz, fue cuando hablé:

 

- Bueno, creo que os tengo varias cosas que explicar, tías. Y Babi.

 

Les invité a sentarse y que aprovecharan para alimentar a uno de los bebitos mientras me escuchaban. Menos a Babila, a él no le dejé tomar ningún bebé, por si acaso.

 

- El Día de la Ira es el nombre que puso el Inquisidor al día que se levantaron contra los magos. ¿Es qué no visteis que atacaron Hogwarts, el Macusa o San Mungo. Ese hombre es un prepotente narcisista que ha presentado guerra contra la comunidad mágica. Anunció una medicina contra la magia y creemos que estuvo experimentando con los bebés robados. La Or... Bueno, supongo que sabréis que la tía Sagitas y yo pertenecemos a un bando que lucha contra el mal, llamado la Orden del Fénix, pero esto es secreto. Babi, has de cerrar el pico, eso no se lo puedes contar a nadie.

 

Babila me miró extraño, tal vez en vez de decirle eso, debiera decirle que no abriera la boca...

 

- La Orden fue a buscar a los bebés. Nos presentamos en el punto de reunión y aparecieron esos soldados, quienes dispararon contra nosotros y dieron a la tía Sagitas con un dardo. ¡¡Ooooh! Seguro que ese dardo tenía esa medicina contra la magia y por eso ahora la ha perdido.

 

Me tapé la boca, Ahora lo entendía todo.

 

- La llevé al Circo, pero como no sabía el alcance de lo sucedido, acudí al llamado de mis compañeros de bando a Polonia y recuperamos a todos los bebés robados. Como eran tantos, le dije al primo Elvis que me llevaba unos cuantos a la guardería y accedió. Cada uno nos llevamos un grupo de bebés y ahora esperamos que aparezcan sus padres para devolvérselos. No sabía eso del ataque a la Iglesia y si Babi dice que le atacaron a él... ¡Oh, puede que nos estén buscando a los que estábamos allá con la tía Sagitas! Babila, Sean, Sagis y yo... A propósito, Babila, recuperé tu moto. Está en la Potter Black, aparcadita sin un solo rasguño.

[Hayame Snape Potter Black]

Guardería del Hipogrifo

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La bruja la escuchaba con atención y asentía, moviéndose al mismo tiempo que lo hacía su sobrina para curar a aquel hombre a sabiendas de que debía de hacer lo posible para que no tuviese dificultades; ella no se había fijado en lo que tenía el pobre de Babila ya que había concentrado toda su atención en los bebés pero una vez que estos estaban cambiados habían pasado al cuidado de Lisette por lo que estaba más libre para seguir andando a Xell.

 

Los ojos de la bruja brillaron en un leve tono rojizo de comprensión y asintió despacio a sus palabras

 

-Por supuesto... entiendo... -dijo en un tono bajo y suave para luego, encogerse brevemente de hombros -entonces también recordarás... que cuando madre estuvo viva... por unos momentos, yo también les apoye a ustedes...

 

Dijo en un tono muy bajo, imaginando su nombre rayado para no dejar constancia de su existencia, amando y abrazando tanto a su madre como a su hermano que en aquellos momentos estaban en aquel grupo... para que luego, todo se diluyese en el agua del tiempo, dejándole sin embargo una pequeña punzada de nostalgia

 

No se arrepentía por supuesto, pero...

 

-En todo caso, no tengo nada que en estos momentos me haga hacerles daño a ustedes así que... -giró la varita y luego, volteó hacia la salida -dices que esa persona pueda venir a buscarte? -inquirió y sin pensarlo se encaminó hacia la puerta de ingreso de la guardería -perfecto por mi. Ustedes son muy cerrados a decapitar muggles incluso si se les va la vida en ello. Afortunadamente, yo no soy igual

 

Dijo sin voltear pero frunciendo el ceño

 

-De todas maneras, me sentía aburrida así que si alguien viene aquí en plan de ataque, me divertiré un rato y si son muggles, tanto mejor para mí... extraño que me disparen con esas ridículas varitas de metal...

[Sagitas E. Potter Blue]

 

Babila siguió empujando todos los bebés en sus cunas hasta el comedor, ajeno a las preocupaciones que tenían las tres mujeres de la Guardería. Iba entrando y saliendo de la zona de cambio de pañales, sin darle mucha importancia a lo que hablaban. Opinando, eso sí, a Babila, como a Sagitas, le encanta hablar por los codos.

 

-- No lán robao la magia, mujé -- contestó a Lissette. -- Seguro ke se lá caío en la plasa esa ande me dejé la amoto. Kuando se calló porke le pikó el moskito.

 

Le sorprendió el chillido de la señorita Sell cuando dijo que estaba herido en el brazo.

 

-- Pero si no máse daño ni ná.

 

Era cierto, la piel de Babila era gruesa y apenas había notado el balazo. La seorita Sell era muy amable y se puso a curarle el brazo. Babila empezó a reírse y a contornearse.

 

-- Mase cosquilla, seorita Séll, jejeje... -- Babila, cuando se ríe, es muy escandaloso.

 

Cuando acabó, le puso una tirita muy bonita y Babila se sintió feliz. Después se fueron hacia el comedor y las mujeres se pusieron a dar de comer a los bebitos. Babila no lo hizo. Lo intentó dos veces pero chafó los biberones en todas las ocasiones, así que se sentó y escuchó lo que hablaban.

 

-- Kés l'orden del fenix? Una reserva, como er cirko en el questá la Señà Sagita, pero sólo desos pájaros que tién lágrimas poderosoas pá las eridas? -- Después se percató de lo que había añadido y frunció el ceño, un gesto raro en Babila, que siempre es muy bonachón y siempre sonríe. -- Dardo? ¿No lá picao un mosquito? Pué llo tengo uno de los dardo esos poke casi le dio a la rueda de la amoto y no quería que la pinxara. Lo tengo porakí. Por siersto, grasia pór devolverme la amoto, seorita Séll, é usté mú güena.

 

Y Babila empezó a sacar botellines de pociones, manzanas sospechosamente maduras, corchos y colas de lagartija para hacer collares, unas llaves antiquísimas que a saber qué abrían y, al fin, un dardo de plumas rojas bastante manoseado de llevar tiempo en aquel bolsillo. Se pinchó con él y se chupó el dedo.

 

-- Aivá, sí qués afilao. Pero a mí no má pasado nada.

 

Bueno, algo normal. Babila no era mago. Era un skib.

 

-- Poké quié matá muggles, seorita Allame. El padre Andriu é mú simpático, estoi seguro que él é güeno i no lária daño a un moscardón.

Editado 27 de Julio del 2020 por Sagitas Potter Blue