Château Dumbledore (MM B: 78647)

[Darla G Dumbledore]

La pelirroja se había bañado en el Chateau y luego de cambiarse se había desaparecido de su cuarto rumbo a House of Books. Lo había pensado mucho tiempo, Su hogar, el que habían compartido durante algo más de siete años, era un hermoso lugar y sus jardines secretos, así como los establos y el bosque que habían anexado con magia eran el sueño hecho realidad. Pero ella había elegido que estuviera cerca de su madre, aunque eso le doliera. Y hasta había elegido transformarse en lo que él había sido: matriarca de la Dumbledore.

La Potter Black, se observó al espejo de la habitación que habían compartido en House of Books. Su rostro parecía aún más pálido con aquella solera negra de escote cerrado y gruesos breteles que se cruzaban bajo su busto, resaltándolo levemente y luego destacando su cintura. Tomó una chalina de broderie bordado y se la echó sobre los hombros. Tenía el cabello recogido con una hebilla sobre la nuca y unas sandalias bajas completaban su atuendo.

Se dirigió con paso firme hacia la cómoda de donde tomó la varita y haciendo un suave giro desapareció con un crack. La luna teñía de una muy leve y cálida luz la noche. Era cuarto creciente y apenas llegaba a verse una brillante media luna muy delgada, las estrellas competían con dar luz a aquella parte del bosque lindante al Chateau Dumbledore.  

La placa bajo el ceibo lucía como el primer día, sus elfos se ocupaban de que aquella madera, tallada por la magia de su corazón permaneciera como el primer día. La fecha en la placa marcaba el día en que su alma había abrazado como a una vieja amiga a la muerte. Quería creer que había sido realmente tan pacífica su partida como ella soñaba cada noche. Sin siquiera intentarlo dejó que las lágrimas surgieran de sus ojos. Ese día Seba Granger cumpliría cuarenta y dos años. Si se hubieran casado quizás ella sería mortal o él sería un vampiro que solo recordaría su natalicio y habría dejado de cumplir años. Pero ni uno ni otro había pasado.

Se arrodilló delante del árbol y movió con soltura a Edelweiss susurrando un floreus una corona de flores de tonos verdes, rojos y azules cubrieron el lugar mientras ella cerraba los ojos y elevaba una plegaria silenciosa, un diálogo que más de una vez tenía en su mente con su gatito.

—Te extraño mi amor… tenías razón al decir que nadie me amaría jamás como tú… y jamás podría amar a alguien de la manera en que te amé a ti, es algo que duele no lo supieras ver al final… prometo volver en dos meses y dejarte mi corazón aquí… por siempre y para siempre mi gatito bello —parpadeó mientras más lágrimas corrían por su mejilla, en un par de meses se cumplirían dos años de su partida y sabía que aunque lo intentaba no había día en que no elevara una plegaria por los dos hombres que habían logrado tocar su corazón, pero era algo que no podía volverse a permitir, debía volver a ser la Potter Black que había sido al llegar a Ottery, al menos de nombre, ya que no de sangre. Y conocía a las brujas que podrían ayudarle a hacer la magia que necesitaba para poder cortar para siempre los lazos de su debilidad.

Movió una vez más la varita y llenó de flores blancas alrededor de la corona de flores de colores, era un milagro que no estuviera haciendo nevar, su espíritu se sentía más que turbado en esa noche. 

 

 

[Ada Camille Dumbledore]

 

La sombra apareció por la calle que llegaba justo en frente a donde se localizaba el Chateau, era una figura esbelta y delgada, solo se divisaba una figura de aspecto humano pero nada se veía debajo de aquella capucha oscura, la s luces de la calle sólo dejaron ver el brillo del color púrpura que tenía la capa. Avanzo hasta el edificio y sin entrar a él fue directamente hacia los jardines de la propiedad de la familia Dumbledore que colindaban con un gran bosque. Paso por el lado del lago hacia el sitio en donde en el bosque se veía un árbol muy singular, más allá de donde estaba un refugio de criaturas mágicas. Camino despacio y sin prisa, parecía que ni su pecho se movía al deambular por allí, cualquiera que la hubiera visto podría haber asegurado que era un espectro que circulaba por el lugar. 

Al llegar al frondoso árbol de ceibo que llevaba la placa conmemorativa observó la figura de una mujer, no podia ser nadie más que Darla, sabía de antemano que ella estaría allí de nuevo, no la molestaría, conocía su dolor. Silencionamente se quedó allí un momento de pie y luego se hizo de rodillas en un gesto de adoración, no pareció presentar mayor movimiento, ni emoción, no se escuchaba ninguna palabra, ni siquiera el musitar de una oración o alguna respiración. 

El viento soplo fuerte haciendo que la capucha cayera y se logro ver el rostro pálido de una mujer con ojos y cabellos púrpuras que permanecía con los ojos cerrados y en  silencio en el lugar, se trataba de un miembro de la familia por eso había podido entrar fácilmente por el lugar sin que los hechizos mágicos de protección se lo impidiera. No hacía ninguna acción, sólo estaba allí como una estatua de mármol en una posición de oración. 

@ Darla Potter Black

Editado 2 de Agosto del 2022 por Ada Camille Dumbledore

[Darla G Dumbledore]

La pelirroja se puso de pie, había sentido la silenciosa llegada de su sobrina y suegra, sus ojos se posaron en la bella mujer arrodillada a sus espaldas y se acercó a ella, abrazándola con fuerza poniéndose a su misma altura, de rodillas. Sollozando una vez más.

--No lo pude salvar, ni lo pude regresar, no encontré la magia en este mundo ni en los que visité que me permitieran cambiar mi alma por la de él, he fracasado Ariane, lo siento tanto --susurró entre sollozos abrazando más fuerte a la mujer, con más culpas de las que era capaz de reconocer. 

En ese momento muchas cosas pesaban sobre su alma, desde mancillar su recuerdo y hasta su cama, pero había valido la pena, aunque también sabía el dolor que ello conllevaba, algo había salido bien y algo mal, pero el nigromante se lo había advertido, todo tenía su precio. No solo en recuerdos, ella lo sabía bien, también en cordura, y quizás en algo más. Había dado su sangre a cambio de un milagro y había utilizado todos sus conocimientos de magia oscura y de maldiciones para lograrlo. Pero no había sido lo que esperaba. Esos pocos meses que habían pasado desde que se había marchado no habían servido de mucho, pero habían ocultado todo lo que había logrado. 

--¿Cómo podré compensarte? --preguntó a @ Ada Camille Dumbledore  mirándola a los ojos, habiéndose sentado sobre sus talones, aún de rodillas frente a la mujer que le había dado tanto y que había perdido tanto como ella. 

[Kahlan Blackthorn]

 

—Es imposible—

Musitó apareciendo dentro de su habitación en el Château, recorriendo con la mirada la pulcritud que le rodeaba. Agradeciendo que su elfo personal mantuviera intacta su promesa, arrancando de sus labios una sonrisa que lastimosamente no alcanzó sus orbes azules. Se dejaba caer en la silla cerrando los ojos con fuerza, resistiéndose a esa sensación de asfixia que amenazaba con atraparlo y no soltarlo— Quizás no era lo que yo pensaba o creía. La mente suele jugarnos malas pasadas, solo espero que ellos estén bien—se mordía el interior de su mejilla derecha. 

Moviendo la cabeza de un lado a otro, apartando las ideas que le mostraban un panorama desolador— Es como estar en casa—recordaba a su hija Ada. La joven que le tendiera la mano muy a pesar de las circunstancias, agradecido de tener un nexo tan fuerte e irrompible con Selene— Mi querido André. Te echo de menos, pequeño—sonreía sintiendo las manos del nene acariciar su barbilla. Le había tomado especial manía a esa parte de su rostro, ganándose la simpatía de su padre por ser tan atrevido. Era la viva imagen del Ángel Caído, aunque no podía negar que tenía el encanto y la ternura de la Dumbledore.

Trayendo a su mente el momento en que se cruzará con ella por primera vez, quedando prendado de su belleza— Hace tanto tiempo que no nos vemos, extraño nuestras charlas y la forma en que me entiendes—murmuraba a la nada. Apareciendo su sirviente con su acostumbrada copa de bourbon— Tengo tanto que contarte, espero que pronto respondas a mi llamado—acariciaba la copa con sus labios, relamiendo las gotas que quedaran en el cristal. 

— Ve a buscar a Selene, no importa donde este. Dile que Kyle, necesita urgentemente hablar con ella—soltaba sin mirarle siquiera. Desparramando el liquido ambarino en su boca, saciando la sed que dejará la ausencia de la madre de su hijo. Estaba en un punto critico de su existencia, volviendo al pasado de golpe, el sitio donde viviera una tortura interminable se abría paso delante de sus ojos— No esta vez—lanzando la copa vacía hacia las llamas que avivaban la chimenea. El crepitar de la madera encendía poco a poco, la vena asesina que desataba lo peor de su personalidad.

@ Ada Camille Dumbledore

Editado 13 de Agosto del 2022 por Kahlan Blackthorn

[Ernest Dumbledore Prior]

El mago habia estado por bastante tiempo descansando en su cuarto, en su ultimo viaje al mundo muggle habia recolectado bastante material muggle que era de Enoc o que habia logrado comprar en un puesto de revistas. Varios eran cosas sin chiste, como periodicos que hablaban de la politica muggle y de como las cosas en Mexico cada vez se veian peor. 

Con lo que el mago estaba obsesionado era con los superheroes, en todo caso, mejor dicho con los villanos de los superheroes. En ese momento el joven se encontraba leyendo algo del asilo de Arkham, en donde un villano llamado Edward Nigma hacia sufrir a Batman con uno de sus ultimos planes en donde habia secuestrado a Gatubela uno de los pocos intereses amorosos de Batman y tenia que resolver una serie de acertijos para dar con ella. 

Y Ernest se encontraba igual intentando adivinar en que parte estaba Gatubela junto con Batman, queriendo descifrar estos acertijos y tomando nota, algunos planes eran buenos para intentar. Y ese dia lo iba a hacer. 

Salio de su cuarto hacia la cocina mientras pensaba en el acertijo que habia dicho enigma. 

"De vacas y gallinas estoy rodeado, todo de verde esta coloreado"- dijo mientras el joven sacaba la leche del refri. Al tener la leche en la mano el joven salto de alegria. 

-En la granja, gatubela esta en la granja!!!- dijo mientras soltaba la leche y esta se derramaba en el piso. - Ay, lo siento. - dijo mientras buscaba un trapo y luego nego con la cabeza. - No necesito trapo, soy mago- dijo y se busco la varita, dandose cuenta no solo que no habia bajado con la varita, si no que no se habia puesto pantalones. 

Se fue corriendo de la cocina a su cuarto esperando que nadie hubiera visto su distraccion a maximo esplendor yendo hacia un extremo. 

Despues de ponerse los pantalones, le dio una ojeada al comic de batman que estaba en su cama y lo termino de leer mirando que en efecto batman se dirigia a la granja que en algun momento habia sido de Superman. 

-Lo sabia- dijo emocionado ya con pantalon y varita en mano, llego a la cocina y se sirvio un vaso de leche mientras pensaba y tomaba la leche, seria interesante un juego asi tipo Edward Nigma. Sin embargo necesitaria ayuda. 

Con el vaso de leche en mano subio al piso de arriba y para no fallar en nada toco todas las puertas de los dormitorios, una a una mas o menos fuerte. 

-Chicos, despierten, es temprano y se me acaba de ocurrir una gran idea. Preparare el desayuno para cuando esten listos. Darla, a ti te necesito antes del desayuno...- dijo el mago- Asi que espabilense, quitense las lagañas y ponganse algo comodo, lo necesitaran. - dijo el mago mientras bajaba de una en una las escaleras.

OFF:@ Ada Camille Dumbledore  @ Darla Potter Black  y no se quien mas es de la familia, por favor a quien le toque despues de mi mencionelos a los activos. Este juego viene con premio doble. 

Editado 31 de Agosto del 2022 por Ernest Dumbledore Prior
Se me olvido mencionar jajaaj

[Darla G Dumbledore]

Había transcurrido casi un mes, la pelirroja buscaba el refugio de la Dumbledore para que nadie pudiera acercarse a ella tras sus decisiones tan locas como era de esperarse de alguien que buscaba un favor de un poderoso. Porque sí, la pelirroja sabía que el hombre tenía un cierto poder que le interesaba y por ello le había enviado aquella pequeña esquela recordándole que ni los suyos ni él mismo habían logrado su libertad sino que habían sido sus acciones las que se la habían dado.

Por eso estaba allí una vez más con sueños tormentosos recostada en la cama, que parecía un revoltijo de sábanas de seda. Sus ojos castaños se abrieron de golpe, ya que una voz se escuchó desde el pasillo. Metió la cabeza bajo la almohada volviéndose boca abajo. Por los mil demonios, ¿por qué gritaba? ¿y por qué a ella? La última vez que había querido verla primero que a todos había dejado desnudo a su compañero de cama, esta vez era capaz de dejarla desnuda a ella. No, no se atrevería, pensó mientras se debatía entre levantarse o seguir intentando dormir, pero sospechaba que Ernest no se daría por vencido tan fácilmente.

A regañadientes salió de la cama y se dirigió al baño, si quería verla antes del desayuno, ok, pero ella se higienizaría primero. Tras unos cuantos minutos dedicados a sí misma en el cuarto de baño salió del mismo, envuelta en su bata, lo que le recordó que nadie le había pagado su bata roja. Buscó entre sus ropas y tuvo en cuenta lo que Ernest había dicho de ropa cómoda, por eso eligió unos jeans y una remera de mangas cortas celeste con el escudo de los Tutshill Tornados al frente  y el número 17 en la parte de atrás. Las zapatillas eran unas botinetas de tela, del mismo tono que la remera, de hecho con un pequeño escudo de los TT en el lado externo de cada zapatilla.

Los rizos le caían aún algo despeinados mientras salía de la habitación por eso se los fue “anudando” en un rodete sobre la nuca mientras iba en busca de Ernest. ¿Se acordaría el mago que iban a celebrar el aniversario de Albus? Seguramente que no, cada vez que su cabecita loca traía una nueva idea al mundo todo se detenía y daba vuelta como en un tiovivo. Darla suspiró, se sentía tan agobiada, esperaba que al menos Goldor pudiera darle la solución a lo que buscaba.

[Datura]

LA LLEGADA DE 反射

 Tan solo había sido necesarios una serie de complicados hechizos para dar por finalizado la ampliación sobre los terrenos Dumbledore, donde quizás un nuevo miembro de la familia encontraría un hogar...se trataba de un hipogrifo quien para el mago Datura sería un nuevo y esencial compañero en su actual trayecto.

 El hipogrifo llego volando al instante de finalizar, parecía que este formaba conjeturas exactas de manera natural, dando varias vueltas al terreno (sobrevolándoles) antes de aterrizar de una manera espectacular a mi lado... El viento creado debido a este recorrió el lugar formando una especie de remolino, pasando por mi lugar teniendo como efecto el movimiento del mi larga cabellera.

La reverencia de la imponente bestia mostraba se encontraba dispuesta a seguirme, estirando mi mano la varita se desvaneció aproximándose esta a la cabeza del hipogrifo -Bienvenido dije en un susurro, el animal mágico se poso sobre sus dos patas ejecutando una pose muy imponente estirando sus alas en una muestra de su fuerza, el chillido fue audible a varios kilómetros a la redonda haciendo que los animales alrededor salieran de sus escondites cambiandolo de lugar.

 

-反射 !!! (Hansha!!!), resonó mi voz en el lugar al momento que la bestia guardaba silencio mientras se reincorporaba en una pose sobre cuatro patas, inclinándose aún más permitiéndome montarle con facilidad, no dejaba de sorprenderme la convertibilidad que habíamos logrado el hipogrifo y yo, inclusive la estatura de ambos coincidían a la perfección para facilitar un vuelo juntos...

 No pude evitar dibujar una sonrisa ya sobre la bestia, era como si ambos funcionáramos mejor en conjunto, una katana se hizo visible en mi mano al momento que 反射 comenzaba a levantar vuelo, tras un parpadeo habíamos logrado alcanzar una altura impresionante, solamente tuve que pensar las instrucciones para que el animal las siguiera.

 Comenzamos a sobrevolar los terrenos del castillo practicando diversas tácticas, dando un espectáculo en un vuelo increíble, el tiempo en esos momentos parecía no pasar pues a cada momento presentaba y surgía una nueva oportunidad de practicar las diversas habilidades que pasaban por mi mente.

Al cabo de 9 vueltas por el lugar (cada vuelta de un modo distinto y una cada vez más rápida que la anterior) regresemos al punto de partida, a una altura aproximada a los 6 metros el amuleto de alas fue activado y gracias a mi habilidad con la magia hice que estas transmutaran haciéndolas parte de mi cuerpo.

 

Así los dos caímos de picada simultáneamente llegando al mismo tiempo al suelo en un aterrizaje  elegante...

 

Editado 6 de Octubre del 2022 por Datura

[Darla G Dumbledore]

Había pasado la noche en la Dumbledore, tenía planes de hablar con su cuñada pero sabía que la Ministra Francesa era más inquieta de lo que uno podía esperar. Se levantó despacio, casi sin ganas y preparó el baño, los elfos sabían que prefería hacerlo ella misma. Tras un relajante y prolongado baño en el que dejó volar su imaginación la pelirroja finalmente salió envuelta en una bata de toalla, lamentaba aún la desaparición de su bata roja, aunque dudaba algún elfo la hubiera tocado, seguro la tenía en su otro hogar o en algunas de las habitaciones en los lugares seguros de la Orden si no la olvidó en la Riddle, en cuyo caso échala al olvido se dijo.

Unos jeans, una zapatillas sin cordones y una remera mangas largas, todo en tonos de azul y turquesa fueron las prendas elegidas para cubrir su cuerpo y la tanga. Se asomó a la ventana que daba a los jardines y se sorprendió de los cambios que se producían a diario en el castillo. En ese momento el graznido de un hipogrifo se escuchó a lo lejos y a la Potter Black le entró nostalgia de su pasado por unos breves instantes. Un suspiro bastó para borrar esas ideas de su cabeza y se giró, iría a la cocina a prepararse algo para desayunar, necesitaba ocuparse en algo.

La pelirroja salió de sus habitaciones, el silencio en el interior del castillo era algo diferente pero no desagradable, al menos no para ella, aunque sí le sorprendía un poco, atravesó desde el ala noreste el segundo piso y comenzó a bajar las escaleras, cómo matriarca podría haberse aparecido directo en donde deseaba pero optó por hacerlo de esa manera, pensando que a su prometido le gustaba utilizar más medios muggles que la magia. Suspiro pensando que ese mes iba a ser muy largo. Le resultaba divertido imaginar lo que podría llegar a hacer y sorprendente en cierto modo que fuera gracias a lo que más había odiado toda su vida: Halloween. Pero no creía encontrar un momento en que las puertas al más allá estuvieran más liberadas, salvo que ella misma entregara más de sí, para mantener esas puertas abiertas. La experiencia iniciada unos días atrás había sido más fructífera y agradable de lo que jamás esperara y, después de todo, era algo de familia ¿no? Había preparado ya ese argumento ante las posibles quejas de terceros, más bien de Kimberly, a los demás no tenía intenciones de revelarles nada, bueno, quizás a Ada, aunque la que mejor la podía entender era su sobrina Selene.

 

[Ada Camille Dumbledore]

 

Mis habitaciones de la torre norte se habían vuelto mi refugio, me sentía muy triste y sola, me arrepentía de mis acciones aunque sabia que lo que había hecho lo había realizado por venganza, por dolor de su abandonó… pero me sentía culpable. Era terrible sentir esa sensación de culpa y saber que nada se podía hacer. Estaba en mi cama con las cobijas hasta el cuello y no me quería mover,  no tenia intención ni ganas de socializar con el mundo. Solo quería estar acostada en mi cama sin tener que pensar en nada más,  al menos ya no lloraba, hubieron días en los que había llorado mucho y también otros en los que me sentía hasta enferma, pero ya había superado esa etapa… eso o no me quedaban más lágrimas que llorar. A pesar de estar en cama no dormía, solo estaba ahí sin querer salir al mundo. Y es que aparte de perder a alguien importante para mí, los comentarios sobre lo que había sucedido con el Gryffindor se habían extendido hasta América, obviamente se había enterado y si antes no habia sabido de él,  mucho menos lo haría ahora. Me parecía injusto que en medio de toda esta historia solo había salido lastimada yo, me había enamorado sin proponerlo, le había entregado todo de mí y todo se perdió en el vacío después del viaje. Sasha mi loba huargo, puso su hocico sobre mí y le acaricie,  era la única que podía acercase a mi últimamente.

 

No debía seguir así, así que me obligue a levantarme de la cama y me di una ducha y baje en ropa deportiva al primer piso de Chateau, debía comer algo o volvería a enfermarme.

[taison logan greyback]

No sabía que fuerza lo había llevado a aquel lugar del mundo, por extraño que le pareciera algo en aquel paisaje le resultaba conocido aunque no sabía por que, lo único que podía recordar era haber despertado en aquel frío valle a las afueras de Siberia junto al mismo enorme lobo huargo Albino que ahora viajaba junto a él, a pesar de que el había intentado deshacerse del mismo sin ningún éxito, la gente los miraba con extrañeza a lo cual respondió con una gélida mirada, al no querer sentirse observado   , saco del bolsillo de su enorme gabardina negra un sombrero de ala negro y una pañoleta gris a juego con el resto de su vestimenta. 

Cuando quiso darse cuenta se hallaba en la entrada de un hermoso chateu, miro de reojo al lobo junto a él y este parecía estar calmado lo cual lo extraño aún más -quedate aqui- le ordenó mientras trasponia el umbral de entrada, al ingresar al edificio vio a una pequeña elfa que al ver sus ojos salió corriendo en busca de su ama, el lycan no alcanzó a dar dos pasos cuando una enorme loba huargo albina salía a su encuentro con extraña actitud juguetona, pero por temor a ser descubierto con un simple movimiento de su varita durmió al animal. 

Se inclinó ante ella, la miro por unos segundos admirando su belleza, en un movimiento natural acarició el suave pelaje del animal. 

@ Ada Camille Dumbledore