Libro de la Fortaleza

[Mael Blackfyre]

— ¿A jugar un rato? ¡Eso quieren! Tengo algo pendiente contra alguien —le dije mientras la voz de Mei Black Delacour, me llamaba desde aquel lado. Se encontraba más cerca del lago, pero la escuchaba perfectamente. Era cierto, aquellos que ella llamaba "los otros" eran todas las personas que inconscientemente o no, habían quedado separados de varios de nosotros. Pude ver a Zack, Heliké, la desagradable Agatha. ¡Y Mónica! Aquella bruja la despreciaba tanto que no entendía como aún compartíamos momentos así. Pero debía enfocarme en los que estaban a unos diez metros de mi—. ¡EY, TÚ! Ragnarok...

 

Llamé la atención de mi compañero. Avancé unos dos o tres pasos más para acortar un poco la distancia, mientras sacaba mi varita y la aferraba entre mis dedos. Negué con la cabeza mientras apretaba mis labios. No estaba seguro si éste entendería por las buenas que debíamos volver, pero por su culpa, nos había pasado todo lo malo dentro de la selva donde habíamos llevado la clase. Cerca mía había algunas personas pero me preocupaban más las que estaban al frente. Esperaba que no tuviera que arremeter contra ellos.

 

— ¡Por tu culpa casi nos matan, inútil! ¡Desmaius! —levanté mi varita y apunté a Hades Ragnarok. Muchos de sus compañeros se habían defendido de antemano. Estaba seguro que las defensas se convertirían en cualquier momento en su propia trampa pero ahora mi atención estaba completamente con mi compañero de clase. Un rayo rojizo salió despedido como una flecha contra el pecho del joven mago. En caso de impactarlo lo dejaría inconsciente por unos segundos. Aprovechando el momento, volví a usar la varita contra Hades—. Silencius...

 

Su voz automáticamente se quedaría muda. Estaba seguro que mi compañero de la Universidad se defendería sin problema. Observé el panorama. Había muchas personas. Algunos habían estado esperando que algo mejor sucediera. ¿Acaso no sabían a que estaban allí? ¿Debía alertarlos? ¿Debía incentivarlos? Lo que había pasado en la selva, no era tan complicado pero si alguno hubiera muerto allí, se habría armado un gran alboroto. Incluso por la extranjera Asuhr, que tendría a los guerreros Uzza rodeándome, si permitía que algo le sucediera.

 

— ¡Vamos, ahora! Deben probar sus conocimientos, sus hechizos, sus poderes. ¡Demuestrenlos contra ellos! —les comenté a algunos. Tal vez eso era lo que necesitaban, que de ambos lados, empezara la acción. A los lejos, a muchos metros, se encontraba Badru. El Guerrero Uzza que nos había llevado hasta allí para demostrar todo lo que habíamos aprendido.

[Monica Malfoy Haughton]

Los rayos habían comenzado a danzar de un lado a otro cuando menos lo había esperado, tal y como si una chispa hubiera saltado y lo hubiera encendido todo a su paso. Parecía que allí todo el mundo estaba a la defensiva, esperando que algo ocurriera para tener la excusa perfecta para defenderse ¿Defenderse? Mónica estaba segura de que allí todo el mundo estaba deseando poder atacar a alguien, con mejores o peores motivos.

 

- Todos el mundo necesita relajarse de vez en cuando – murmuró sonriendo divertida. No podía negar que la posibilidad de jugar contra sus propios compañeros le resultaba atractiva, sin embargo tenía otros objetivos más interesantes. En ese momento sus ojos se fijaron en Adryanie, con la que había compartido la clase que ella misma había dado. Frunció el ceño e hizo girar su varita entre sus dedos de forma juguetona.

 

- ¡Sectusempra! – exclamó en plano grito; estaba segura de que alrededor cualquier la podría haber escuchado. Aunque daba igual si no la habían escuchado, porque el rayo que ya se dirigía hacia el pecho de Adryanie era demasiado brillante y llamativo como para ignorarlo.

 

No esperó a ver la reacción de la mujer. Giró sobre su propio eje aún con la varita levantada y se enfocó en la figura de una criatura creada por una de las presentes. Se trataba de una pantera que caminaba en circulo alrededor de Gatiux y que parecía tener como finalidad proteger a la mujer. Sin embargo a partir de ese momento ya no sería así.

 

- ¡Oppugno! - al instante el felino caería bajo el control de Mónica y lo demostraría cuando de un momento a otro su objetivo cambió por completo: atacar a Adryanie. Y así fue, rápidamente se dirigió hacia chica con la finalidad de lanzarse contra ella. Su cuello sería el objetivo más desprotegido y, por supuesto, el más mortal.

[Pik Macnair]

Alzó una ceja y soltó una risita ante las palabras de Zack, nunca lo había visto tan provocador. A pesar del calor y la humedad, el tacto del Ivashkov eran aun frío. Se veía diferente y un poco más humano con las mejillas coloradas y con el sol dandole color, tuvo que ser un mago bastante guapo cuando era un simple humano. Su aire de vampiro, simplemente, lo hacia ver mucho más exotico.

 

—Estaré esperando con ansias que termine este juego —cuando se volteó Zack aprovechó que darle una palmada en su parte baja, empezó a caminar hacia un lado y fijó su vista en sus contrincantes. Tenía un buen tacto lo que tocó.

 

Era el momento de atacar. Tenía ya su arma en la mano, la sujetaba firme y a la altura de su pecho. Iba a atacar en aquel instante, pero a unos cuantos pasos notó como una araña se deslizaba hacia él. La aplastó con la bota que tenía y se libró de aquello, ¿no se habían cansado de ese mismo truco siempre? soltó un suspiro y negó con la cabeza, indignado.

 

—Oppugno —El efecto fue instantáneo, sintió como su magia voló en la dirección deseada. La pantera que había creado Gatiux quedó bajo su control, la magia del Macnair envolvió a la fiera y desde la distancia, cruzó mirada con el mortífagos y entendió que el hechizo había cumplido su meta. No podía atacar a la banshee, le tenía demasiado respeto y admiración para hacerlo, pero uno de sus compañeros tenía que ganárselo. Ordenó inmediatamente a la pantera que saltara encima de Bastian y desgarrara su cuello, creando profundas heridas con sus garras y el juego de cuchillos que llevaba por diente.

 

—Morphos —exclamó seguidamente, en dirección de Bastian. El pantalón que llevaba puesto mutó al instante, se enrolló en una de sus piernas y tomó la forma de una serpiente venenosa, esta sin vacilar clavó el par del colmillos en el muslo del Malfoy y lo infectó con su letal veneno. El animal se deslizo de su pierna al instante y fue hacia la persona que tenía más cerca de él, Lisa, a la cual también le clavó su mordedura en la pierna y le traspasó su veneno. Pronto morirían de no curarse con rapidez.

[Gatiux]

Inspiró. Expiró. Y volvió a repetir la acción. Sus emociones, antes una marea embravecida se convertían en un lago en calma. Sabía lo que se avecinaba, aunque hacía muchos años que no vivía una batalla, la tensión previa a la misma era imposible de olvidar. Más personas fueron acercándose a la reunión, pero ya no eran amigos, familiares o compañeros de bando, ahora tendrían que luchar unos contra otros como si nada de lo anterior importase. Tal vez las altas temperaturas habían comenzado a freir el cerebro de Gatiux Malfoy, a la que en cualquier otra situación no se le hubiese ocurrido atacar a otro mortífago a menos que fuese para llevárselo a la cama, en esas ocasiones el incarcerus podía ser muy efectivo. Tal vez la Magia Uzza había influido en todos ellos al traspasar el portal. Tal vez por eso, no se le hizo extraño cuando Zack se puso frente a ella, y tras responderle su breve inclinación de cabeza con otra igual, el mortífago movió la varita y atacó.

 

-¡Protego!

 

Pese al paso del tiempo, recordaba los hechizos, o al menos la mayoría de ellos. Respondió al hechizo lanzado por Zack de forma instintiva, sin pensar nada en ello, y el rayo rojizo que viajaba hasta ella chocó contra una pared invisible que lo neutralizó y lo absorvió. Se felicitó mentalmente a si misma, orgullosa porque todavía, después de muchos años sin enfrentarse a algo similar, recordaba como se hacía. Aunque aquel instante se esfumó deprisa, ya que el Ángel Caído no le iba a dar tiempo a que pensara demasiado.

 

El Ángel Caído decidió convertir la camiseta deportiva de la Malfoy en una de aquellas asquerosas criaturas que se habían puesto tan de moda años atrás, primero fue la rana flecha y después la avispa marina. Podía haber escogido cualquier otra cosa que usar para transformar, pero al parecer el Ivashkov quería ver mucha más piel de la que la banshee llevaba al descubierto. Si él se lo hubiese pedido de la forma adecuada, ella se habría quitado por sí misma la prenda sin tener que envenenar a nadie en el camino. Le dirigió una fugaz sonrisa lasciva al ver sus turgentes senos al aire, orgullosa de ellos, no había ni una pizca de rubor en las mejillas de la mortífaga.

 

El asqueroso bicho le picó para luego morir, después de fastidiar a la banshee con su molesto veneno. Sabía que si dejaba actuar durante mucho tiempo el veneno acabaría siendo el festín de los buitres carroñeros, por lo que rápidamente apuntó con su varita a una de sus deportivas. Necesitaba eliminar la ponzoña de su organismo.

 

-Morphos

 

El zapato se transformó en un bezoar que ingirió de inmediato. El efecto de bienestar no tardó en aparecer. Con el pie que no estaba descalzo se aseguró que la criatura que le había picado estaba más que muerta, y le dio un puntapié para alejarla un poco de ella. Le daban mucho asco los bichos en general, aquellos que no tenían ojos y no reconocían a los humanos, y los que hacían un ruído quitinoso al ser aplastados.

[Leah Snegovik]

-Protego

 

Un escudo invisible apareció frente a ella, una barrera mágica de poder que retendría el ataque de Lisa. El rayo de la mujer fue absorvido con éxito y se pudo olvidar de la preocupación del Sectusempra. No obstante, no había visto una araña (?) Que se había aproximado hasta ella. El màs cercano era Pik y éste, más rápido que ella, había tenido la prudencia de pisarla.

 

-No me molesto si me ayudas un poco.

 

Pensó en su siguiente acción, mientras sentía una pequeña comezón en el sitio de ls picada y decidió que lo mejor sería hacer una defensa. Aunque no una inmediata, no perdería acciones en vano o en cosas que pudieran usar en su contra. Suspiró y apuntó a una roca junto a su pie.

 

-Morphos -la viuda negra apareciò al instante y se perdió bajo las órdenes de la rubia, esperando a que le asignara un objetivo.

 

Entonces, miró a Pik con algo de insistencia, ya le picaba todo el cuerpo.

[Pik Macnair]

—¿Ya pidiendo ayuda, Atkins? Hay que estar más pendiente, no te voy a durar para siempre.

Negó con la cabeza, como si no pudiera creerlo y apuntó al suelo.

—Morphos

Una roca del tamaño adecuado cambió de inmediato, transformándose en un Bezoar. Lo tomó entre sus dedos y salió al trote hacia la rubia, que lo miraba con cara de amigos escasos. Como respuesta, le abrió la boca con los dedos y le metió el bezoar a la boca sin mucha delicadeza. Su amistad no podía ser cuestionada, se trataban como un par de niños a veces pero el Bezoar había liberado su cuerpo del envenenamiento producido por la viuda negra de Lisa.

—Sé agradecida, pequeña, tendrás que regresarme el favor luego con cargos especiales —Pik sonrió cómplice y apuntó a una piedra más grande que la anterior cuando regresó a su posición—. Morphos

Una viuda negra tomó el lugar de la piedra, esperando sus indicaciones para ser utilizada en un futuro cercano. Esta es escondió en un pasto seco y nadie pudo verla, solo él sabía donde se encontraba la criatura.

[Valky]

Contra todo pronóstico había sobrevivido a la serie de extrañas circunstancias que habían sucedido desde el precisó momento en que se había puesto un pie sobre el ya inexistente navío. Ahora lo único que quería era encontrar el camino para regresar a casa y se lo pensaría muy bien antes de inscribirse en un nuevo curso. No había dado ni dos pasos cuando salido de la nada un guerrero Uzza apareció y con él un portal.

 

 

 

La castaña lo miró con desconfianza dudando en seguir o no seguir a sus compañeras de clase y profesores, sopeso rápidamente sus opciones. Quedarse y buscar por si solo como regresar a casa, algo difícil pues no tenía ni la remota idea de donde estaba y lo único que veía a su alrededor eran enormes dunas de arena, eso sin contar con que no podía desaparecerse y aun no estaba segura de sí su magia funcionaba en aquel lugar.

 

 

 

La otra opción era mantenerse con el grupo y seguir al Uzza a quien sabe dónde y con personas en las que no confiaba. Fue en ese momento en que se percató que no había visto a su suegra desde el incidente en el barco, un estremecimiento la recorrió e intentó recordar la última vez que la vio > se dijo aunque no estaba nada convencida, algo le decía que las cosas no eran así de sencillas.

 

 

 

Teniendo claras sus opciones optó por la segunda, no sobreviviría sola en medio del desierto, así que sin más cruzo el portal. > pensó la castaña apenas distinguió el lugar, una gran sabana con un sol insoportable y muchos animales por los alrededores. La ojimiel hizo sombra con sus manos para intentar reconocer el lugar, sin embargo cuando sus ojos se acostumbraron a la luz lo que vio era un enfrentamiento entre un numeroso grupo de magos y brujas.

 

 

 

 

Tardó un poco en reaccionar, aquello era la cereza del pastel y con lo oxidada que andaba en duelos seguramente terminaría muerta. Había sobrevivido tanto para morir al final. Agotada como estaba sacó su varita y se acercó hacia donde estaba Mónica, después de todo había sido su profesora en aquella clase.

 

[Zack Ivashkov]

—Silencius— Murmuró justo luego de que Gatiux transformara su zapato en un bezoar que ingirió procurando deshacerse del veneno de la avispa marina, que envidiablemente había recorrido sus senos y parte de su abdomen antes de caer al suelo. Zack podría disfrutar de la vista mientras la fémina se mantenía en silencio por el nuevo hechizo, no era nada fuerte, pero con algo se tenía que entretener.

Anteriormente también había logrado desvanecer el rayo rojizo con un escudo protector, apartando con facilidad los ataques del Ángel Caído. Este último tenía que pensar en alguna estrategia que fuera de más utilidad, comenzaba a sentir que no tenía mucho material para acabar con su obetivo tan rápido como lo hacía en asaltos reales.

—Incárcerus— Todavía apuntando a Gatiux, conjuró una nueva herramienta que le ayudaría a inmovilizarla y luego… hacerle algo más. Tres cuerdas salieron en dirección de dicha bruja procurando fijarse con presión en la boca, de manera que no pudiera pronunciar palabra alguna. Una segunda juntaría sus tobillos repentinamente esperando que con ello cayera al suelo. Mientras que la tercera soga gruesa ataría sus muñecas a los costados del cuerpo evitando que pudiera apuntar con su arma mágica.

De momento eso sería suficiente. Quizás algún compañero se animara a ayudarle con la bruja para terminar con ella lo más rápido posible. Estando tan limitados en cuanto a poder, debían recurrir al trabajo en equipo para ir derrumbando duelistas del equipo contrario.

[Hades Ragnarok]

Observo como mas personas seguían llegando al sitio y cuando noto a su amiga allí en el otro lado supo que sería una batalla sin piedad y sin cuartel, tal como si Cerberus se estuviera enfrentando contra Leafa. Para nadie era secreto que tanto Hades como Mei eran amigos, pero que siempre había existido una rivalidad amistosa cuando dieron clases en la antigua academia por lo que quizás había llegado el momento de saldar cuentas y ver cuál de los profesores era mejor. Llevaba su túnica negra, aquella que solía usar cuando daba clases e iba descalzo, se había acostumbrado a ello desde siempre, cuando tenía que ir a algún lugar o terreno para pelear solía ir así.

 

Busco los ojos de la Delacour, sabía que podía llamar su atención y dibujo una sonrisa al captar su mirada. Mostro los filosos y ponzoñosos colmillos vampíricos una vez que le hizo una ligera reverencia. Dio unos cuantos pasos más colocándose a 4 metros de cualquier cosa que pudiera ser morpheada o transformada que pudiera hacerle daño en un radio de 360 grados, además de cualquier animal que estuviera cerca de ellos.

 

Le guiño un ojo a Anne para darle confianza, sospechaba que la chica estaría nerviosa por todo aquello, pero si había salido al cainita y con lo cabezotas que era a veces ella para llevarle la contraria a él, lo haría bien, sino, el podría dejar por un momento su lucha contra su amiga para ayudarle.

 

Maldijo cuando Elvis llamo su atención. Ya habían pasado demasiado tiempo juntos y aquello debía acabar, pero si él pensaba que le prestaría algún tipo de interés estaba equivocado, su objetivo era otro. Aunque sospechaba que tendría que hacer alguna cosa parta evitar que a Ashur le pasara algo debía confiar en la guerrera y permitir que ella misma se probara, en cualquier caso Elvis debía dar su vida por ella.

 

-Protego –dijo. Inmediatamente aquel escudo mágico absorbió el encantamiento (desmaius), que Elvis había lanzado. Lo miro fijamente y dibujo una sonrisa. -deja de molestar Gryffindor y ocúpate de cuidar a Ashur, si le pasa alguna cosa tu mismo tendrás que responderle a los grandes maestros.

 

El cainita iba a soltarle algunas otras palabras pero sintió como no podía pronunciar nada más. No perdió tiempo, ni un segundo mas procurando que nadie se le adelantara en la lucha contra Mei, habría mas presas o carne fresca, él quería pelear con su amiga por lo que rápidamente movió la varita. -<<¡Seccionatus!>> -pensó moviendo la varita. De la punta de la varita salieron 12 medias lunas que al impactar en Mei le producirían severos cortes y que comenzara a desangrarse.

 

-Espero que mi hermosa Luna si en algún momento se llega a enterar de esto me perdone –dijo el vampiro- aunque su madre seguro también buscara herirme o simplemente se defenderá de mis ataques

 

Rio ante aquello, seguramente ambos a la final tendrían que ocultar la verdad de lo que había sucedido allí o esperar a que su ahijada fuera lo suficientemente grande para entender, aunque hubiera sido una buena historia para cuando Mei estuviera vieja y el siguiera joven por ser un vampiro.

[Lisa Weasley Delacour]

Aquello era increíble. Me sentía orgullosa de ser participe de aquel fenómeno que los Uzzas habían creado. Podia parecer loca al sentir aquello, pero la adrenalina que mi cuerpo sentía al ver a tantos magos y brujas luchar por sus objetivos, era intensa y reparadora. Me reiteraba, con fuerza, los principios que orgullosamente portaba en mi corazón. Los movimientos de los asiduos a los duelos eran rápidos y con carácter mortífero. De lo que no eran coscientes era de que mi velocidad superaba y por mucho la media considerada normal.

Al tiempo que yo decía – Silencius – E impedía el movimiento de Leah; el morphos que quería hacer para crear una viuda negra. Mis avecillas, las cuales estaban a mis ordenes y revoloteando a mi alrededor, incidieron sobre los ojos de la serpiente que reptando se acercaba a mi figura, molestandola y haciendole cambiar de rumbo. El reptil estaba como a ocho metros de mi posición, por lo que todo ocurrió como yo deseaba. Leah se quedo muda, incapaz de pronunciar el conjuro mutador y el animal con ponzoña no llego ni a tocarme. Seguía ilesa y con la capacidad para atacar a quien desease.

- Embrujo Punzante – Pense con ferocidad en dirección a la Ivaskov Atkins. Leah seria victima de una maldición. Su rostro se desconfiguraría hasta el punto de anularle la puntería e incluso la percepción. Era parecido a una reacción alérgica grave. Yo, desde mi posición, a diez metros de mis enemigos, a seis de todo objeto mutable, en ropa interior gracias a aquel que había convertido mi túnica en una avispa marina, a siete metros incluso de mis camaradas, expectante esperaba que algunos comenzaran a atacar. Tenia queºevaluar, a fin de cuentas.