♥ Familia Tonks ♥ (MM B: 78211)

[Ellie Moody]

—¡Aqueora! —espeta entonces, una vez que el efecto de la defensa de Darian se ha desvanecido. De inmediato le hae una señal a su compañero para que la siga, pues no tiene pensado quedarse en el salón toda la noche.

 

Una vez que está en los jardines, observa las esferas de oscuridad en el cielo que una mortífaga (Leah) ha invocado. De inmediato, recordando los consejos que ha estado escuchando durante todo su trayecto, alza la varita hacia ellos. Avis, susurra, y la bandada de aves que sale de su varita vuela siguiendo una única orden; impactar en una de las esferas de Fuego Negro. Tanto los pájaros como la esfera desaparecen ante el contacto, sin dejar más que un par de plumas flotando en el aire. De inmediato, repite la acción. Pronuncia un avis por lo bajo, invocando otra docena de aves y ordenándoles a toda voz que impacten contra la otra esfera de Fuego Negro que, al igual que la primera, fueron invocados por, la que Madeleine ignora que es, Leah Ivashkov.

 

—Muchas gracias... tú —le dice a Darian, sin saber si puede pronunciar o no su nombre—. Vamos a ayudar a los demás.

[Lisa Weasley Delacour]

Maldije internamente al ver como Leah usaba todo su arsenal en mi persona. Aquella bruja parecia querer matarme solo a mi. ¿Tanto miedo me tenia? - Ardius aqueora – Fue sufiente para que la defensa me rgalase un episkey de emergenciapara el corte de katana de Leah, amen de que con su poder me cubrio la anatomia del fuego maldito de Darla y del sectusempra de Hugo. Era inevitable pensar aque aquel circo de magos oscuros tenian un serio problema contra mi persona.

Mire a mi alrededor, orgullosa de veer como ms chicos no se asustaban ante tamaño ataque. Me fije en Romina, la cual estaba sufriendo por cual de una de esas esferas de elemento primigenio que se hacian llamar fuegos negros – Epsikey – Era de emeergencia, para el que Darla le habia enviado.. Ahora ella seria capaz de seguir luchando, pues sus poderes habian creacido en los ultimos meses y confiaba que los sabia usar. Darle una oportunidad a alguien que tu has entrenado es el orgullo detodo mentor.

- Incendia Din – Leah quedo encerrada en una esfera de fuego. Ellos jugaban con el elemento, yo tambien podia hacerlo. Me enfermaba que usasen algo asi contra mi, pues era algo prsonal. Mi varita habia creado algo tan impresionante como magico. Leah no se podria mover, ni avanzar si no queria quemarse.

[Leah Snegovik]

Miró hacia la puerta, puesto que su Fénix estaba cantando con el desespero a flor de piel y miró a una mujer, sola, que acababa de llegar. Envió a la criatura hasta ella, con la orden de clavar las garras en sus ojos.

Confundus.

Pensó, hacia la mujer, Mei, seguido de un segundo Confundus que le impediría llevar a cabo una segunda acción.

—Anular Ardius.

De esa forma, impediría que la mujer pudiera usar el equipable. Mei no podría agregar un tercer hechizo a los dos reglamentarios. Con las dos primeras acciones invalidadas y con el impedimento de hacer el Ardius, la mujer era menos peligrosa que de costumbre. Envió uno de sus Fuegos Negros hacia Darian, que estaba en su nivel dos, para quitarle las dos primeras acciones. Si no hacía algo al respecto, sería grave para él.

—Vale, las cosas se están poniendo intensas.

Admitirlo no la mataría. El Incendia Din la rodeó y torció el gesto, tendría que encargarse de eso.

[Tauro M.]

La marca ardió como nunca antes en el antebrazo de la Mortífaga, lo que significaba que había peligro. Cuando esos llamados inesperados llegaban de ese modo no había mucho en lo que pensar, simplemente el accionar tomaba lugar y eso fue precisamente lo que ocurrió con la Líder Mortífaga. Saber que el llamado provenía de su esposa la hacía sentir mucho más nerviosa y pasara lo que pasara quería estar allí a su lado.

La máscara plateada apareció en su rostro igual que la túnica y la capa negra que cubriría su cabello, de este modo ninguno de ellos sospecharía siquiera que se trataba de ella. Cerró los ojos esperando que el hechizo de aparición hiciera su efecto y fue así como desapareció del castillo Ivashkov para luego llegar a la conocida Hacienda Tonks, lugar donde habitaba un personaje declarado como miembro de la Orden del Fénix en aquella reunión sin sentido.

Taurogirl apareció con varita en mano hasta donde los límites anti-aparición se lo permitían, mientras planeaba alguna estrategia para que el enemigo no ganara.

[Valky]

Tal y como lo había esperado, los hechizos no se hicieron esperar lo que en relidad le llamo la atención era el aura familiar que sentía cuando se percató de la persona que la estaba atacando. No pudo evitar sentir que de algún lado la conocía. Intentando apartar aquel sentimiento y centrándose en lo que sucedía, la bruja levantó la varita justo después de que un Séneca impactara en ella por lo que sin dudadar dijo

—Cantar de Eléboro—Aquel hechizo hizo que tan la Karkarov como su esposo Bastian, sintieran el efecto del mismo, una suave melodía se posó en sus oídos indicándole que estaba protegida por el hechizo, además de que esté le empezó a curar la garganta.

Protegida como estaba por el hechizo, aquellas arenas que intentaron cegarla no surtieron efecto.

—Flechas de Fuego—pensó entonces y de la varita de la bruja salieron un conjunto de filamentos que iban dirigidos a Shalyit Malfoy Karkarov (Nathaly) con la intención de incendiarle la piel y causarle varias heridas sangrantes.

[Alyssa Black Triviani]

Lo había sentido hace rato ya, el llamado de Leah, pero lo cierto es que se encontraba algo ocupada en aquel preciso momento. Era leal a la Marca y todos sabían que precisamente ella no se perdería una matanza, pero había límites para todo en esta vida, y es que no interrumpiría sus actividades pre maritales para salir corriendo a un asalto.

 

- Dios santo… - suspiró Alyssa quitándose de encima del Macnair – Cinco minutos y nos vamos ¿vale?

 

Sonrió con picardía aun tratando de recuperar el aliento y besó a su prometido una última vez antes de salir de la cama, estaba completamente desnuda pero bastó con una floritura de su varita para ponerse la túnica negra y la máscara de plata en su rostro. Una vez Pik estuvo listo le tomó de la mano y juntos desaparecieron rumbo a donde estaban todos sus compañeros; aparecieron a las afueras de la residencia Tonks, en los jardines podía verse un hermoso espectáculo de luz y sonido.

 

- Andando – siseó la Black aferrándose a su varita con fuerza.

 

Sin aguardar a por una respuesta emprendió su rumbo ingresando a los terrenos de aquella propiedad, apuró el paso pues ansiaba llegar junto a sus compañeros cuanto antes.

[Pik Macnair]

El ardor recorrió el antebrazo del Macnair y este prácticamente no lo sintió, todos sus sentidos se encontraban fijos en la Triviani. Costó un par de minutos para que ambos se dieran cuenta el calor inusual que la marca estaba produciendo y la urgencia de la invocación. Alyssa como de costumbre saltó fuera de la cama como un gato y se vistió a una velocidad inhumana, por su parte se levantó con calma y disfrutó del ardor, sabía que Leah estaba sufriendo y aquel sentimiento lo reconfortaba.

Cogió su varita e hizo aparecer un bata negra alrededor de su cuerpo, luego una mascara de plata oscura ocultó su identidad y miró fijamente a su pareja. Tras la mascara ambos mostraban una sonrisa y sabían el compromiso en el que se estaban metiendo. Él confiaba su vida en ella, por lo que no tenía nada que temer. La cogió de la mano y tras tener en mente su destino desaparecieron.

Ambos mortífagos aparecieron en las afueras del hogar de la familia Tonks. El sol descienda hacia los limites de la vista y teñía todo lo que tocaba en un intenso color naranja. Pik asintió ante las palabras de su prometida yambos ingresaron hacia los jardines de la propiedad, el Ángel Caído estaba dispuesto a asesinar a quien tocara a sus compañeros.

[Mei Black Delacour]

Una vez ya había logrado enviar sus primeros ataques, volvió a mover su varita, comenzando a realizar los conjuros defensivos para mayor protección. Pero de inmediato se vio inmersa bajo un fuerte mareo que la desconcertó, producto de los confundus que Leah acababa de enviarle, pero ya demasiado tarde para hacer algo más, a fin de cuentas, sus ataques ya habían salido.

 

–Aqueora – susurró Mei para cuando los dos confundus cesaron, utilizando su última acción para crear una única defensa, haciendo que de su varita saliera una masa de agua que de inmediato la rodeó por completo, dejándola totalmente cubierta desde todos los flancos, volviéndose una defensa prácticamente impenetrable para quien deseara enviarle algún hechizo. Habría preferido hacer algunas otras, pero sabía que sería inútil, gracias a la Ángel Caído había quedado limitada en esa ocasión como para hacer más defensas.

[Pik Macnair]

Los hechizos cruzaban los jardines e iluminaban con sus brillos a los magos. Desde su posición, aun sin atacar y nada sobre él, podía observar todo con claridad junto a Alyssa. Estudió con rapidez la situación y al llegar a la conclusión de lo más apropiado que hacer sacó su arma e hizo un movimiento con esta.

—Célerus —dijo el Ángel Caído, sintiendo como sus pupilas se dilataban y todo sucedida más rápido a su alrededor. Asintió para si mismo e hizo otro movimiento con su arma.— Fuego Maldito Mortis.

Tres llamaradas surgieron de la punta de su arma y mientras se dirigían a sus oponente empezaron a saltar por el aire, tomando la forma de conejos. La primera llamarada saltó encima de Mei, la segunda le dio en el pecho a Madeline y el tercero saltó en la espalda de Lisa. Los tres magos de no curarse tendrían heridas sangrientas que podrían causar su muerte. Pensó Confundus e hizo que Mei cayera en un estado de confusión del cual no podría salir tan fácilmente, su mente divagaría lo suficiente para que él pudiera aprovecharse de aquellos segundos.

Alzó su mano libre e invocó la katana de plata oscura, del mismo color de su mascara. Fijó la vista en Mei y sonrió, aquella mujer sabia el poder de su poder. Proyectó un corte de katana en el pecho de Mei, haciendo que un baño de sangre empezara a surgir de la fenixiana y tiñera el suelo de rojo. De no curarse con rapidez moriría en el acto.

[Darla G Dumbledore]

Un suave dolor de cabeza invadía al rubio varón de la máscara plata y negro, si su rostro fuera visible bajo ella seguramente se notaría la expresión seria y concentrada. Pero solo sus ojos eran visibles y permanecían fríos e indescifrables, ventajas de utilizar las habilidades de metamorfomagia y oclumancia. Era extraño tener siempre escondido entre las ropas los anillos y colgantes de los libros y habilidades.

--Celerus Detritus --repitió renovando la capa gaseosa protectora sobre él(la), de nuevo la barrera liliácea la cubría protegiéndole de ataques, aunque debió aplicar un episkey para curar el strellatus que Mei había logrado enviarle antes de que se aplicara la defensa.

--Expectro protego --dijo una vez más para crear una pantera negra que comenzó a rondar a unos metros del cuerpo del mago, era extraño pensar que tenía esa figura en ese momento, una expresión feroz se veía en el rostro del animal. Veloz y mortal esperaba que fuera. El fuego negro seguía flotando cerca de él/la ahora más grande que cuando lo había creado