La Marca Tenebrosa ~ Mansión Riddle ~

[Eterno Black Triviani]

La luna allá en lo alto, aquellas blancas y rojas se mostraban, en la que el tiempo no pasa ni se deja ser imperceptible, el Base se desplazaba de un lado para el otro caminando  de manera ágil, saltando de roca en roca haciendo que alguna que otra lograra deslizarse bajo sus pies y este en equilibrio ayudado de sus brazos dando el pequeño último salto en piso firme, dejando atrás los escombros con un poco de polvo fino suspendido que se despejaba con la bruma a su espalda.  
No espero mucho en que sus sentidos apreciaban un sutil aroma y tantos sonidos, lo cual despertó su atención para poder acercarse esperando que su cautela sea la justa y con ella descubrir que cosas están sucediendo en aquella dirección.

Mientras más se acercaba sus sentidos detectaban olores de alguna manera conocidos y otros más fuertes amo tanto. Se detuvo por un instante quedando en cuclillas ocultando sus ropas de caza y solo mirando con las 3/4 partes de su máscara observando en aquella dirección, notando una última persona de cuerpo femenino desaparecer en algo que podría ser un traslador o eso pudo deducir. 
Sigo acercándose examinando aquel objeto a corta distancia para tocarlo y siendo llevado a otro paraje de manera abrupta.

Uno de ellos llevaba consigo un ave de rapiña y otro de pelos rojos que se encontraban algo cubiertos,  estos se encontraban charlando de algo que aún no podía determinar, paso entre las copas de las árboles usando su camuflaje natural quedando entre la copa de un de ellos entre sus hojas. 
Poco después una joven que al parecer les conocía se acercaba alegremente tras de ellos y alguien más que estaba un poco más lejos a quien parecía esconderse entre los arbustos haciendo lo suyo.

 

Sintió que debería hacerse visible saltando cerca de ellos y así lo hizo.
- Que la madre Tierra este con ustedes... Hermanos... Hermanas. -

Realizando un saludo corporal a cada uno y más inclinado a las féminas@

 

@ Ada Camille Dumbledore

@ Darla Potter Black

@ Anthony Ryvak Dracony

@ Radamantys

 
 

[Darla G Dumbledore]

La pelirroja podía sentir ese remolino de sentimientos y sensaciones e iba a decir algo más o quizás hacer, no se sabría porque en ese momento una voz relativamente familiar interrumpió y la vampiresa volvió a esconder sus sentimientos en el caparazón que había construido para no volver a tener quebrado su corazón.

Los ojos de la bruja se clavaron en el hombre que se quejaba de las criaturas que le habían ido a buscar y solo se relajó su expresión al escuchar la risa que surgió de los labios de Anthony. Grelliam seguía siendo para ella una mezcla de misterio y de niño grande y caprichoso, desde que le había conocido, en aquella loca charla cuando ella había decidido ir en busca de su destino a la Riddle. Más se había marcado esa sensación de desconcierto que le producía mientras investigaban el pergamino de los tres magos fantasmas. Como fuere, poco podía hacer ahora más que compartir con él, Anthony y Ada aquel evento acompañado de una buena bebida.

Pero si Grelliam la había sorprendido la llegada de dos hombres más la dejaron un poco descolocada. Podía sentir la esencia del primero, antigua, remota, a su mente vino una celda en Nurmengard y no pudo evitar que su diestra se dirigiera a donde guardaba su varita, para luego rápidamente disimular su movimiento acomodándose la ropa. La otra figura… los labios de Darla se abrieron, le había parecido sentir una brisa y una presencia pero al verle aparecer así de repente… sí, había sido extraño, aunque no tanto como su lenguaje.

—Extraño saludo —respondió al mismo con una delicada inclinación de cabeza y un medio gesto de genuflexión incompleta —creo que ni los sacerdotes ni las sacerdotisas me han saludado tan fraternalmente como tú —comentó clavando su mirada castaña en la máscara del desconocido, más bien en sus ojos, iba a decir “soy hija única” pero recordó a los medio hermanos que su padre solía adoptar o aparecían de madres distinta a la suya allá en los tiempos mozos del desaparecido mago.

—Que la sangre de los justos bendigan tu alma —respondió Darla en ese momento al hombre dedicándole un gesto de sus labios que podría interpretarse como una sonrisa, si no fuera tan parecido el de la propia Gioconda o Mona Lisa.

[Eterno Black Triviani]

El grupo al que había llegado de casualidad dentro de los límites de la Riddle tenían sus razones al encontrarse presente a esta misma hora y en ese mismo lugar, quizás fuere el destino que halla juntado, en un destino  afortunado o quizás no tanto, aún así el de máscara de Jaguares después del saludo se desplazó con gallardía  a su cercano destino, quedando entre las dos personas que había mirando primero, su sonrisa fue oculta ante las palabras de la joven al escucharle hablar seguidamente devolverle el saludo al realizar un movimiento que le pareció medio forzado en la posición en que ella se encontraba. 

-Asi sea... Que sus calidez de sus palabras y sentido de las mismas cumplan su cometido en el momento oportuno.- 

Buscando en ida y vuelta las miradas de los presentes  al mirar sus rostros en semicírculo.

-Espero no llegar en momento inoportuno... ¿están una misión o en su guardia?.-
Agregó seguidamente a la frase anterior, suponiendo no iba a tener respuesta alguna, al sentirse observado por la joven de ojos castaños quien le había seguido en su desplazamiento con una sonrisa que le entendió de fingida. 
Acomodó sus ropas mientras se quedaba callado el grupo, volviendo su vista a quien le había hablado primordialmente  encontrando su mirada con la suya, sus ojos azul grisáceos se abrieron poco más ante ella, escaneando la totalidad de lo agradable que tenía al frente sin contar con la sonrisa anterior.

-Disculpe pero no sé si fuere oportuno presentarme, pero encantado de hacerlo...¿ A quién tengo el agrado de escuchar tan melodiosa voz?   .-

Espero la respuesta pidiendo con su mano la de la bruja para dejarle un breve beso en su mejilla y luego la otra. Se retiró  de la cercanía dejando sus manos en su cintura y a su propia espalda. 
Después de su respuesta miró al joven de al lado.
-Nos volvemos a ver, que bueno los ojos que observan camarada. El tiempo ha sido cortés contigo mismo. No nos vemos ya varios años diría yo. Me alegra ... Ah perdón la máscara, soy Kártajan estudiamos unos cuantos cursos antes de mi desaparición jaja ... Ya se me hizo costumbre ello .-

Palmeando su espalda del colega cortésmente mientras observaba el animal que llevaba consigo e interpretaba sus movimientos.

@ Ada Camille Dumbledore

@ Darla Potter Black

@ Anthony Ryvak Dracony

@ Radamantys

[Darla G Dumbledore]

Lo observaba con curiosidad, entre su máscara felina y su estilo tan sacerdotal, se preguntaba quién podía ser. De hecho si no fuera que por lo felino era un poco más atrevido hubiera pensado en el Despard, pero eso… eso sí que la hubiera dejado sorprendida a más no poder.

—Más que una misión o guardia, es un momento de relajación y de viejos y queridos amigos —dijo Darla señalando hacia Anthony, con un gesto cálido y sincero, ampliándose la sonrisa en sus labios y el brillo en sus ojos al ver al joven que consideraba casi de la familia, para luego girar hacia el desconocido y agregar —no eres para nada inoportuno y si gustas acompañarnos.

La mirada penetrante y curiosa del mago la recorrió haciendo que ella subiera levemente su ceja izquierda y la sonrisa en sus labios se ampliara, debiendo contenerse de preguntar si le gustaba lo que veía o la estaba juzgando para hacerla cambiar, pero se mantuvo en silencio esperando su juicio final.

—No sé si te refieres a mí, jamás he pensado si mi voz es melodiosa, pero me puedes llamar Kila, aunque ese es el nombre que llevo cuando uso mi máscara… me gusta… —había extendido su mano hacia él y el beso al estilo de los franceses la sorprendió pero le correspondió.

—Sus besos enmascarados son picosos señor Kártajan —dijo Darla divertida viendo como las palmadas en el hombro del mago a su lado.

Le parecía una situación interesante, sobre todo porque le permitía conocer gente nueva, pero sobre todo tratar con antiguos afectos, pero era cuestión de que cada uno se relajara y disfrutara de la jornada, después de todo, una botella de cerveza o alguna otra bebida más fuerte era algo que ayudaba a que los ánimos se relajaran, siempre y cuando no se pasaran para el otro extremo y se caldearan, cosa que la vampiresa dudaba. 

[Eterno Black Triviani]

Escuchó que era un momento de relax del que había comentado la que se hacía llamar Kila, y viéndolo más claramente ninguno de los presentes estaba al tanto de lo que pudiera pasar en las cercanías. Dudó un poco si bajar la guardia pero a nadie le importaba pues prácticamente parecían muy confiados y si ha Anthony estaba bien debería confiar algo más en los demás. No podría pensar que estuvieren en alguna clase de trance o en alguna maldición de control mental, esto le resultaba fuera de lo normal. Quizá está nueva nos pudiera jugar alguna clase de artimaña y se hacía pasar por alguno de los nuestros. Pero decidió tomar parte del asunto a su manera.

- Muy bien y gracias por aceptar mi presencia con ustedes, espero integrarme de la mejor manera posible y así participar en lo que hacían antes de mi visita. -  
Instintivamente guardó las garras que en sus manos se encontraban desde que había llegado a este lugar y modificando imperceptible su cuerpo en su coraza natural bajo sus vestiduras. Acompañó a la joven sin quitarle el ojo encima y siguió al lado de ella.

- ¿Picoso?,pues nadie me había afirmado sobre ello, gracias por mencionarlo, trataré la próxima vez ser más precavido en este asunto...-   le dió algo de gracia que le mencionara aún así continuó la charla la cuál le resultaba intrigante.  - Pero déjeme preguntarle ya que me llena de curiosidad saber, ¿cómo así ustedes se conocen y cómo se involucraron en este asunto del que todos somos participantes, valga mi interés saber si fuera posible? -. Terminando de formular la interrogante y buscando alguna clase de charla para no quedar sin tema de conversación, ya que aún no se conocían y sería bueno saber un poco más de la joven que tenía al lado.

-Agregando a mi pregunta y sin quitar la diversión al asunto, ¿Cómo es que suele divertirse usted Kila , justo en estos momentos de espera y relax? -
Le miró a sus ojos almendrados que tenía al frente y tratar de descifrar sus pensamientos e intenciones.

 

[Darla G Dumbledore]

Mientras negaba con un gesto de la cabeza, considerando que no resultaba necesario agradecer que aceptaran su presencia, le hizo gracia que a él le sorprendiera su comentario, después de todo, no todos los días te besan con una máscara de animal sobre el rostro. Notó el gesto de guardar las garras en sus manos y recordó lo que le había pasado a ella con Grelliam. Había notado que había adquirido algunas de las cualidades de la visión y olfato de la criatura en su primer acercamiento a la magia de los Walrpugis pero no que sus garras por poco lastimaban la piel del mago, aunque éste había sostenido su mano a pesar de todo, lo cual le resultó sorprendente dado su huraño carácter.

Pero no era momento de ponerse a pensar en el pasado, o mejor dicho en las prácticas de sus conocimientos mágicos mientras investigaban pergaminos antiguos y menos cuando debía responder al mago junto a ella.

—No se preocupe… —se detuvo y lo miró con curiosidad —bueno, creo que todos tenemos algo en común… la marca… y en cuanto a cómo les conozco… —se acercó al mago, cerró su mente con oclumancia o más bien modificó levemente sus memorias para que no fueran para nada claras y girando fue señalándolos uno a uno, en función del tiempo que llevaban de conocerse en realidad —el caballero de allá es un viejo conocido al que en el pasado ayudé a deshacerse de un par de esposas —vaya forma de decir que le había tramitado dos divorcios cuando laboraba en el SAW —ese guapo peliverde es casi el amor de mi vida —no, no tenía intenciones de la nada de contarle el afecto familiar y casi filial que la unía con Anthony, a quien adoraba con todo su ser —aquella joven es mi cuñada, hija de mi sobrina favorita —esa era la explicación más real y confusa que podía dar sobre su relación con la única mujer que había en el lugar y finalmente señaló hacia Greillam —bueno, mi relación con él mmm… es extraña… —no sabía cómo explicar el hecho de que se habían encontrado primero una noche camino a la Riddle y habían tenido la charla más extraña del universo y luego, en la biblioteca de la torre, dilucidando los misterios de un pergamino, ahora bastaba terminar de explicar lo más simple —a mí me trajo una botella de cerveza… era un traslador —se encogió de hombros ante la más simple de las realidades.

—¿Cómo me divierto Señor Kártajan? Pues habitualmente leyendo, escuchando música pero en estos momentos de compañía, supongo que charlando, como lo estamos haciendo usted y yo ahora, aunque creo que más bien me está sometiendo a un interrogatorio —sonrió y se puso frente a él, mordiendo un segundo su labio para luego preguntarle a su vez —¿por qué desconfía de mí y necesita saber tanto de mi persona? Creo que podría pensar lo mismo de usted y preguntarle también de dónde ha aparecido así de la nada y sin saber lo que ocurría en este lugar de la Marca —inclinó la cabeza —¿me seguirá interrogando o responderá usted también a alguna de mis preguntas? —evitó apoyar la mano en el hombro del mago y la llevó a su propia cintura, consciente del claro gesto de desafío a su persona.

[Kahlan Blackthorn]

 

Había deambulado por un par de años entre Alemania y Estados Unidos. Sintiendo este último como un sitio ideal para pasar desapercibida y que nadie conociera el verdadero rostro de Kahlan Macnair. Esa niña de ojos verdeazulado que desde hacia tiempo, no sentía la menor simpatía por su hermano gemelo, Kyle Macnair. Culpándolo del mundo de penurias y sin sabores que tuvo que tolerar desde que eran pequeños, dejando sepultados bajo toneladas de odio puro los juegos y secretos que compartieron tan celosamente.

Ahora estaba ahí para cobrarse cada una de las deudas pendientes, vengarse del sujeto que poseía las mismas facciones que ella. Era un mantra que no dejaba de resonar en su cabeza, arrancarle todo lo que amaba lenta y dolorosamente, dejándolo reducido a un puñado de carne y sangre que purgaría entre ambos mundos sin derecho al descanso eterno. La espada del invierno descansaba cubierta por su capa de viaje, el hurtar la misma le resultó francamente sencillo— Debes mejorar la seguridad, hermanito—siseó como si fuera una cobra real. Acariciando con las yemas de sus dedos la empuñadura de tan poderosa arma— Apenas estoy calentando motores—relamió sus labios volviendo a sentir el aliento del general Alemán.

Vaya manera que tenía el destino de jugar con ella, removiendo las memorias que poco a poco se apagaron como lo hacen las velas que se consumen. El matarlo no le causó el menor pesar o remordimiento, sino todo lo opuesto al compararlo con el Holandés que llevaba en sus venas la misma sangre que ella. Ese liquido vital que les mantendría unidos por el resto de sus eternidades— El ser un vampiro, ya no me incomoda en lo más mínimo, Porque me da tiempo de sobra para poner en marcha todos mis planes, poco a poco iré drenando toda la energía que posees y al final, kabum—admirando las ruinas de una mansión maltratada por el tiempo. Prefirió quedarse en campo abierto, no estaba del todo segura de que fuera bien recibida por los compañeros de bando del Vidente.

[Eterno Black Triviani]

Después de mucho que no se sentía fuera de lugar, el tiempo que pasaban en grupo le resultaba agradable y no era de esperarse menos por tan buenas compañías que este momento tenía. Mientras tanto escuchaba a la joven quien se  información que procesar y en cada pausa que ella hacia decía si moviendo la cabeza de manera aformativa y sonriendo cuando ella le miraba. Aquella sinceridad y gestos tan sutiles le pensando brevemente mientras observaba sus labios. 

Sabía bien que en tiempo de descanso había que guardan aún compostura, después de todo les encontró a ellos en este paraje un poco alejado.  Aclaro un poco la voz y continuó;

- Bueno deja contestarle lo primero que se me viene al la mente que después se me va, si hablamos de desconfianza a su persona creo eso no tenerla, pues es la primera vez que charlamos así tan tendido y largo, aún no le conozco pero eso no me conlleva a dudar de su palabra, las acciones de uno lo dicen todo y aún no veo que haga nada extraño como fuera de lo común; segundo con respecto a la siguiente situación que me confiesa pues que tanto quiero saber de usted o que tanto usted me permita conocerle dependerá de usted misma, cuánto pudiera abrirse o cuan bien o mal podría caerle en el transcurso, eso tendrá que verlo según nos vamos conociendo, por eso mi interés en usted, y no creo deba tomarlo mal puesto que no he dicho o hecho pregunta fuera de los normal. - 

Hace la pausa brevemente y continúa y toma de su espalda una cantimplora la cuál abre y bebé unos tragos largos realizando un gesto el cuál no se vio  simplemente sus labios que tocaba el poco de la botella.

- Si quiere hacerme preguntas, pues encantado de responderle sin la menor incomodidad, pues ganar su confianza como logró notar es cosa de tiempo. Descuida que aquí tenemos de sobra, y como mi ronda ya terminó quería darme el relajo y felizmente caí aquí de pura casualidad.-

Miró  entre cerrando los ojos bajo un sonrisa pícara, y se sentó sobre una piedra que estaba a pocos metros de dónde ambos se encontraban
 Tendió su morral a un lado abriendo la parte superior  de su vestimenta metiendo la mano dentro como buscando algo en su interior, y retirando la mano cerrada para luego llevársela a la boca y comenzar a masticar pausadamente, mientras tendía de tal forma una manta que había sacado del morral  a un lado de ella.
Llevo su mirada a verla y espero.

 

@ Darla Potter Black

[Arya Macnair]

—¿Dónde estoy?   

Froté mis ojos con violencia cuando la luz del bombillo me dio de lleno en el rostro. Tenía la garganta seca y el estómago me hacía tanto ruido que podría comerme una vaca. Sabía que si permitía que mi forma animaga saliera a flore perdería un poco el sentido común y atacaría a las personas que susurraban mi nombre en esa habitación. Reconocí, ciertamente, la cabellera exótica de Sagitas a mi izquierda, la oía hablarme pero parecía lejana, demasiado lejana; era como si tuviera un casco burbuja en la cabeza. 

No intenté ponerme de pie, ya recostaba el cerebro me daba vueltas. Luego oí a Mael, no estaba cerca, así que sospechaba por el cálido aroma a humedad de la habitación que no estaba en la mansión Macnair y que él estaría entre apoyado en el umbral o sentado en el recodo de la ventana. Sonreí sosteniendo mis costillas, el tacto me hizo reconocer una apretadas vendas limpias que daban vueltas y vueltas al torso. Dolor y más dolor. Más mis sentidos estaban relajados, adormecidos, y aunque sospechaba que se trataría de alguna poción que Potter Blue me hubo administrado, me llevó también a pensar que estaba en un lugar seguro. 

La Mansión Riddle...

—¿Cómo sigue todo por aquí?

Pregunté, sola me respondí dónde estaba. No esperaba que me recibiesen con flores, después de todo había desaparecido casi 3 meses sin dejar tan siquiera una nota. Incluso había abandonado a mi familia debido a la obsesión por dar con el paradero de Aaron. Lentamente me incorporé aun con los ojos cerrados. Tragué saliva con dificultad, tenía un desierto en la boca. 

@ Mael Blackfyre  @ Sagitas E. Potter Blue

 

 

[Syrius McGonagall]

Marvel Aodhan

 

La noche se presentaba fresca pero despejada. Un viento del norte hacía recordar continuamente que el otoño se encontraba próximo y que el verano se encontraba en sus postrimerías, Marvel se cubrió el rostro con la capucha de la larga y pesada capa oscura que llevaba.

 

La sentía susurra mientras se arrastraba por sobre los fragmentos de lo que alguna vez fue un camino empedrado, tenía que ser cuidadoso porque el destrozo era tal que cualquier descuido podría hacerle torcerse un tobillo o peor. Al menos podía agradecer a la luna llena, que bañaba todo con luz de plata e iluminaba aquel tumultuoso y traicionero avanzar.

 

Tenía su varita, en uno de los profundos bolsillos de la capa pero por alguna razón utilizarla para arrojar un poco de luz le parecía una mala idea, no en aquel lugar. Había una atmósfera casi imperceptible que el joven mago interpretaba como una advertencia de que nada bueno sucedería se atrevía a perturbar la oscuridad de la noche. 

 

Sorteó un par de desniveles engañosos y levantó la vista hacia las ruinas de la antigua mansión que crecía con cada paso que daba. De la misma no quedaba prácticamente nada, solo algunas paredes se mantenían firmes en la oscuridad, lo único que no parecía tener ningún daño era el umbral de entrada.

 

Las dos serpientes de mármol se enroscaban en torno a la puerta de madera negra como si quisieran resguardarla, una vez delante de ellas los ojos violetas del mago admiraron los detalles esculpidos en las mismas. El patrón de las escamas era muy realista y el juego de luces y sombras de la noche y la luna hacían parecer como si las estatuas se movieran.

 

Le recordaron a un par de bocas de algodón tan comunes en el río y por alguna extraña razón comenzó a sentirse más cómodo, como si estuviera en casa a pesar de estar a miles de kilómetros de distancia. Cruzó el umbral y sintió la serpiente tatuada en su antebrazo derecho arder y retorcerse al tiempo que el par gemelo de mármol se movió finalmente señalando la trampilla oculta que era la verdadera entrada. 

 

Descendió hasta llegar al pasillo de piedra donde decenas de puertas partían, solo una le importaba, la que conducía a la sala de reuniones de la Marca Tenebrosa y a la misma se dirigió ansioso por dar comienzo a una nueva etapa de su vida.