El nuevo Ministro de Magia

[Mael Blackfyre]

Se sentía una energía extraña alrededor. Tal vez era porque no conocía al Departamento de Misterios, no donde ya había empezado a caminar. O tal vez porque las visiones que había tenido sobre aquel sucedo, se iban a corroborar. No había visto todo el procedimiento, sino el resultado de todo aquello y eso era lo que más me estresaba. Mi varita estaba aferrada entre mis dedos, mientras caminaba por ése largo pasillo. Allí no había casi ningún cuerpo tirado. Pero se escuchaba de lejos un bullicio. Un golpe sordo me hizo girar la cabeza. Las puertas del ascensor se cerraron y éste se retiró nuevamente al Atrio.

Respiré y empecé a caminar con un paso más apresurado. La puerta primera que tuve me recibió como una gran amiga. Aunque ése era una imagen errónea, porque no conocía los misterios reales dentro del piso donde me encontraba. Si desde antes hubiera sabido todo lo que abarcaba el Departamento de Misterios, jamás me hubiera lanzado a la boca de león. La puerta se cerró y me encontré en la sala circular, con muchas puertas, las cuáles, tenían antorchas azuladas entre si. Empezaron a girar.

¿Por qué estaba haciendo eso? Era un ignorante aún sobre aquella comunidad mágica y todo lo que estaba relacionado. Le di un puñetazo a aquella pared que empezaba a girar y no pasó nada. Tampoco cuando blandí la varita y salió un rayo, el cuál explotó en miles de chispas que rebotaron en todas direcciones. Así como empezó a girar, empezó a disminuir. Tenía que aprender a controlar un poco mis emociones. Más cuando no lograba nada como la acción de recién.

La pared giratoria paró y no dudé un segundo en salir corriendo por una de las primeras puertas que me encontré. La abrí y cerré de un portazo, mientras comenzaba a correr. Como si me persiguiera la mismísima Muerte. Pero me choqué contra la espalda de una bruja, lamentablemente empujándola hacia adelante. Que en ése preciso momento, no pude ver que había un grupo por delante de ella, al parecer buscando alguna salida.

Caí de espaldas, con mis codos como punto de apoyo. E insulté al aire. Miré que tenía enfrente a Mica Gryffindor.

[Hannity Ollivander Evans]

Hito 5

 

Después de que vislumbró a la señorita Dumbledore y a sus acompañantes y que lograrán encontrar la pista de donde se encontraba el Inquisidor había que regresar por donde habían llegado, el departamento de misterios, un escalofrío recorrió su cuerpo, a pesar de que aquel lugar era muy querido para ella por el tiempo que había trabajado alli, lo sucedido anteriormente en el lugar le causaba una mala impresión a lo que ella sentía, por que recuerdos no tenía del lugar, solo la se sensación de que había sido su mejor trabajo.

 

De nuevo todas las personas que había visto antes estaban juntas, con un mismo objetivo, Derrocar a Inquisidor o inquisidora, pero todo lo que había hecho con las abominaciones había sido terrible, ella nunca hubiera pensado que viviría para ver algo así, pero las cosas que podían pasar en el mundo mágico cada vez le sorprendía más. Como lo que había hecho Madeleine, ese ser qué proyectó, nunca había visto nada igual, esperaba que encontrara un mejor camino hacia el sótano.

 

Todo aquello parecía un laberinto sin una salida confiable, cuando habían llegado a ese lugar, en qué momento. Ella no se había dado cuenta, o quizá si, pero seguía confundida, se guiaba por el grupo con el que había salido y librado las abominaciones, personas en las que confiaba plenamente y era tal que por esa razón no se separaba de ellos.

 

-¿Iremos detrás de la “lucesita brillante” o ella regresará  a avisar?
 

 

Tras seguir  aquello que había invocado Madeleine todos salieron del laberinto, por fortuna, sin ninguna maldición,  abominación o cualquier otra cosa que saliera al camino y tratara de hacerles daño, pero aquello no era el único problema que debian sortear, pues se escuchaba un rugido ensordecedor que hacía vibrar el suelo donde pisaban,  el calor del fuego qué lanzaba la criatura se intensificaba a medida que avanzaban.

 

-¡Es un dragón!- no alcanzó a decir más, retrocedió para cubrirse en una esquina el fuego que éste lanzaba al ver a tantos magos y brujas en aquel lugar,  su territorio. 

[Cillian Haughton]

Hito 5

Podía sentir el cansancio sobre sus hombros, el descanso previo al siguiente tramo de aquella misión lo había dejado agotado así que Cillian no se había percatado de todo lo que vino a continuación. Se había perdido el descubrimiento de las pistas el avance por el laberinto de bucle infinito prácticamente lo completo siendo arrastrado por Ludwig que no había soltado su mano en ningún momento o por lo menos así es como él lo había sentido.

- ¿Podemos detenernos un segundo? - inquirió Cillian a Ludwig, varios magos y brujas más se habían unido a ellos en aquel último tramo y podía notar varias caras conocidas a su alrededor -. ¿Crees que estemos en peligro? Las abominaciones han sido prácticamente algo sencillo y el superar a los redentis aunque nos costó un poco, no fue algo que pusiera nuestra vida en peligro.

Pero aquel laberinto infinito, ¿qué los estaría esperando al final? Todos parecían estar bastante inmiscuidos en sus pensamientos y cada uno parecía ir por su propio lado en aquel lugar. Cillian se aseguro de tomar la mano de Ashley para que no se quedará detrás, sabía bien que si algo le pasaba a ella, no se lo perdonaría ya que le había tomado un cariño increíble a aquella chica.

Y fue entonces cuando lo notó - ¿Lo han escuchado?

Cillian podía observar una luz al final del laberinto, pero lo que también pudo observar frente a él es como un enorme dragón custodiaba la misma. ¿Cómo iban a superar todo aquello? Tomó la mano de Ludwig con fuerza, no era la primera vez que Cillian se enfrentaba a un dragón, pero este no parecía ser uno sencillo de vencer.

[Ellie Moody]

HITO 5 

 

 

 

 

Apoya una mano contra una de las paredes negras, cuando escucha el primer rugido. Es tan profundo que cala en sus huesos y parece hacer estremecer el suelo a sus pies. Aquel calor sofocante para haber salido de la nada, y no tarda en invadirlo todo. Se siente como una bestia le respirara su aliento ardiente en la cara, como si estuviera a punto de entrar a sus fauces... La comitiva se detiene al escuchar la advertencia en Hannity, que es la primera de su grupo en notificar verbalmente la situación, aunque probablemente la idea ya se había formado en la mente de todos para entonces.

—Yo... yo no recuerdo que hubieran dragones acá abajo... —masculla Madeleine, cada vez más enojada por encontrar nuevas trampas en el Departamento de Misterios. Aquello no podía ser obra de los Inefables, ni siquiera de la Ministra de Magia. —Pero, ¿cómo el Inquisidor va a poder hacer estas cosas? —susurra, con un hilo de voz ronco. La trama se torcía. Cada vez, entendía meno en qué situación se había metido— Él tiene un ejército mágico, pero él no es... Él no puede... —sin embargo, de nada sirve intentar entenderlo a esas alturas. Ya no hay marcha atrás y no hay otra opción más que hacer lo imposible: hacerle frente al dragón.

Lamenta todavía no tener control del libro de Hermes Trimegisto, pues haciendo uso de un Amuleto Dragón quizás podría hacerse cargo de la situación. Sin embargo, recuerda que no están ellos solos. ¿Quizás allí haga alguna bruja o algún mago que pueda usar aquel artefacto para controlar al dragón, mientras los demás se escabullen? Aquella idea le parece mucho más razonable que intentar atacar a un dragón y provocar un desastre allá abajo, por lo que les hace un gesto a sus compañeros para que le presten atención, aunque habla en voz más alta de la necesaria, con la esperanza de que alguien más la oiga.

—¿No creen que la salida debe estar dónde está el dragón? Seguramente alguien acá tiene un Amuleto Dragón y distrae al dinosaurio ese —les explica, mientras extrae del bolsillo de sus pantalones un frasco con florecillas de un color muy vivo y candente, como la lava misma. ¿Cuál era la mejor manera de usar el polen de los lirios de fuego en aquella situación? ¿Rociándolos encima o inhalándolos? «Si se inhalan, el efecto dura menos tiempo, pero protege los órganos internos», recuerda las instrucciones del Guerrero Uzza—. No podemos perder tiempo luchando contra un dragón, sólo tenemos que escapar de él y salir de acá. Luego, podemos encerrarlo temporalmente y seguir a lo nuestro.

[Valky]

Hito 5

 

La pelinegra ríe con ganas cuando Hobb le ofrece un lugar dentro de los paladines, tiene que admitir que en algún momento si se sintió atraída por la magia de ese clan, pero eso él no lo sabría nunca. Abrió la boca para responderle, pero en ese momento James toma la palabra, notó cierto tono a reproche en sus palabras, la hizo sentirse culpable pues desde hace mucho tiempo que no iba a alguna misión, a su parecer tenía buenos motivos para haber dejado de poner en peligro su vida un día si y al otro también, pero seguramente el vampiro pensaría que es una excusa.

 

Decide ignorarlo y prestarle atención Mackenzie quien aporta más información además de que también se puso manos a la obra para acabar con esas abominaciones que tenia la sensación y nunca terminarían de llegar. Se alegra mucho cuando al fin consiguen abrirse camino, descubriendo que hay gran cantidad e magos y brujas, que al igual que su grupo, están haciéndoles frente, reconoce a varios de sus compañeros, era hora de hacer un frente unido.

 

—Esa es Madeleine y Rory ¿verdad? — dice señalando en la distancia a la bruja y el mago pelirojo, más cuando intentan acercarse cree ver al Inquisidor, por una fracción de segundo pensó que era una trampa, pero ya era demasiado tarde tanto ella como su grupo caen en una especie de laberinto.

 

No tiene ni idea de como diablos iban a salir de ese lugar, cada vez que creían haber encontrado la salida se daban cuenta de que tan solo era la entrada a otro camino. Quizá James si tenía razón, tenía que salir a mas misiones si no quería sentirse nuevamente tan perdida y tan fuera de elemento como lo estaba en ese momento. Detuvo su andar y respiró profundamente y solo entonces percibió la presencia de un demonio, ¿cómo lo sabía? Fácil, no por nada era parte de la Orden Oscura, y aquel ente sin duda fue invocado por un miembro de su clan. Observa a Hobb, quien no pierde tiempo e invoca a un par de clones para que les ayuden a buscar la salida.

 

—¿alguien sabe qué clase de dragón es ese?  —pregunta uniéndose al grupo de fenixianos que al igual que ella creen que la salida del lugar esta custodiada por el dragón —Madeleine, tiempo sin vernos…—Saluda a la bruja y hace una reverencia hacia Hanny y Rory a forma de saludo —Hobb y yo tenemos el amuleto que están mencionando, podemos intentar  distraerlo mientras salen, pero vi más magos y brujas enfrentando a las Abominaciones, quizá es prudente esperar a ver si alguien más se nos une, de momento podemos intentar no hacerle “cosquillas” — dijo pues a su mente llegó el dicho de que jamás hay que hacerle cosquillas a un dragón dormido.

[Juliens]

Hito 5
Dragón

Caminar cobra sentido de nuevo en cuanto el ejercito aparentemente interminable del inquisidor es derrotado por todos quienes acudieron a evitar la pantomima del golpe de estado. Inicialmente  Hobbamock no tiene idea de lo que sucede, solo sabe que debe luchar, que debe usar todo lo aprendido en sus años de vida para mantener a salvo al vampiro enviado por Goderic. Es, inicialmente, proteger al MACUSA su única misión. Sin embargo conforme es capaz de cruzar palabra con magos y brujas entiende lo que realmente está pasando.

Cuando parece que todo va a terminar, cuanto magos y brujas están cerca de destruir Al Inquisidor (que aunque es Laura, Hobb es consiente y prefiere usar los pronombres correctos para las personas aunque al final estas terminen muertas) sus artimañas y trampas se hacen presentes. Observa, desde atrás de la marcha, como lo que parece ser Laura es en realidad un espejo mágico que proyecta su imagen. Bastante ingenioso, después de todo algo parecido le fue muy útil a Dumbledore. El espejo desaparece.

El siguiente obstáculo es el laberinto ¿Cómo encontrar el camino cuando quedó tan atrás? Una ventaja es que está cerca de Kaori, su gran amiga y excelente bruja. Tiene cerca a otras brujas y magos también excelentes. Aún así decide ayudar en la búsqueda invocando a dos clones de energía pura, su magia paladín. El Thunder Clone hace que dos copias de energía pura pero de apariencia idéntica a él aparezcan. Posteriormente hace uso de Divine Intelect para aumentar su concentración y percepción. Así, aunque sigue a Kaori, sus clones y él sabe exactamente hacia dónde deben ir.

Y al final del laberinto está el dragón. Hobb tiene en el cuello un colgante de oro con forma de dragón, la magia uzza que misteriosamente vibra en armonía con la magia paladín. Observa a Madeleine seria como solo ella es y sonríe. Hace unos días tuvo que escuchar la historia de su cuñado de como quizá estaba enamorado de alguien mayor a él. Ese día casi se atraganta porque cuando Benjamin dijo el nombre de la bruja, él tenía una grajea sabor a menta.

—BK te manda saludos.

Cuando lo dije se aleja un poco, es prudente hacerlo.Y no tiene mejor idea que, luego de cubrirse con el polen del lirio de fuego. Acercarse al dragón e intentar controlarlo. Falla, por su puesto. ¿cómo se le ocurrió que él solo podría domar a una bestia así? Claro que no es suficiente, se necesita más poder. Evitar una muerte gracias a sus clones de energía. Ellos son devorados por el dragón, no le queda más que retroceder a un lugar seguro.

[Adrian Wild]

Hito 5 — Defensa del Dragón

 

Había escuchado todas las pesquisas sobre la ubicación del Inquisidor, sentado con la espalda apoyada en la pared de la sala. Estaba agotado, aunque sabía que podía continuar con aquello; sólo necesitaba serenar las ansias de lanzarme sobre cualquier ser vivo y darme un buen chute de sangre. No, no lo necesitaba, pero la adrenalina, la tensión y todo aquel pulso interno provocado por la batalla habían despertado el instinto que tanto procuraba controlar y que, las pocas veces que me sometía, acababa en un silencioso arrepentimiento.

Asentí en silencio cuando algunos de los presentes tomaron la vanguardia y emprendieron el camino hacia donde las diferentes informaciones recogidas de las Abominaciones parecían conducir: los Tribunales de Wizengamot. Por suerte, estábamos cerca. O eso creíamos.

Me levanté y dejé mi capa en el suelo. Estaba bastante destrozada. Había sido rasgada, mojada y manchada en todo aquel camino hasta allí. Estaba seguro que, si salía de aquello, podría comprarme una completamente nueva. Guardé a Dror por unos instantes en el bolsillo lateral del pantalón negro ajustado y me sacudí el polvo de la camiseta, igualmente negra y sin mangas. Ajusté los cordones de mis botas de caño alto y aparté de mi rostro algunos pelos pegados en él por el sudor y el polvo. Respiré hondo y corroboré mentalmente que aquello que le había escuchado a una de las Abominaciones en la entrada del Ministerio concordaba con el destino que el resto de magos y brujas habían señalado.

La batalla debía continuar.

Nos perdimos en un laberinto de escaleras del que ni siquiera supe cómo logramos escapar. Creí ver algún patronus y alguna que otra criatura invocada, pero estaba completamente perdido en mi mente y concentrado en no perder el control, así que simplemente me limité a seguir al batallón con la varita de nuevo en la mano. Era consciente de que al menor altercado debía actuar.

Y así fue cómo, al encontrarnos de frente con aquel monumental dragón, regresé de nuevo la atención a todo lo exterior, tratando de mantener aquella sensación de autocontrol que había logrado. El dragón pareció no darse cuenta al principio de nuestra presencia y, cuando lo hizo, nos tanteó con lentos movimientos que no supe si reconocer como una minuciosa planificación de sus movimientos o un ligero aturdimiento de encontrarse en un espacio tan reducido y probablemente muy desconocido. Estaba claro que aquella criatura no pertenecía a aquella recóndita sala del Ministerio y que había sido forzado a resguardar el camino.

Un par de chicas hablaron sobre un amuleto que les permitiría controlar al dragón, y otro hombre pareció intentar tal hazaña. Por el escalofrío que sacudió al dragón, pude suponer que había fallado. Saqué el frasquito con el Polen de Lirios de Fuego y volqué su liviano contenido en la palma de mi mano. Agarré a Dror con los dientes mientras frotaba las dos palmas de mi mano, creando una fina capa pastosa con aquel polen y comencé a extenderla por todo mi cuerpo, impregnando también la ropa que llevaba, incluso las botas. Hice todo aquello un poco por detrás del grupo y sin perder de vista en ningún momento al dragón.

Entonces, debido a aquel intento fallido por parte del mago que se había aventurado a exponer todo su potencial poder en pos del beneficio común, la criatura comenzó a moverse más rápido y sentí cómo sus músculos se tensaban, disponiéndose a atacar, quién sabe si con un zarpazo o achicharrándonos a todos. En el último momento, recuperé a Dror con mi diestra, avancé hasta colocarme al frente del grupo y, apuntando al gran animal, lancé todas las Semillas de Hielo al frente, creando una fina capa de escarcha por todo su cuerpo.

— Controladle, ¡controladle, YA! —grité a aquellos que decían de ostentar tal poder.

Aquella fina capa de hielo no retendría al dragón más que unos pocos segundos; un minuto con mucha, muchísima suerte.

 

1/3

[Ludwig Malfoy]

Hito 5 - Ludwig tratando de ser la nueva Daenerys Targaryen.

Habían logrado salir de aquel bucle infinito de las escaleras del departamento de misterios, aún no tenía idea de cómo había ocurrido pero era de esperarse que con magos tan hábiles dentro de aquel grupo pudieran vencer todas las defensas del inquisidor rápidamente. En verdad eran muchos que el rubio siquiera no podía distinguir a algunos de los presentes. Ellie iba encabezando la procesión y al ver al dragón se encontraba claramente sorprendida comenzando a idear algún plan para derrotarlo por lo que sugirió utilizar el polen de lirio rojo. Valkyiria fue la siguiente quien recomendó esperar a más magos pero Hobbamock decidió no esperar y tratar de controlar a aquella criatura pero no lo logró desafortunadamente no tanto poder para poder manipularlo.

-Deberíamos pedirle ayuda a nuestro compañero egipcio, he escuchado que con un solo estornudo podría derrotar al dragón - comentó el Malfoy a los presentes. Sin embargo Adrian tan guapo y valiente se acercó para atacarlo con el polen de lirios de fuego, su rostro parecía el de un papucho tallado por los mismos dioses, una vez que logró usar aquellos polvitos mágicos prosiguió con unas semillas de hielo para dejar al animal más muerto que el corazón de Lord Cubias. El Dragón estaba inmóvil y Ludwig vio posibilidad de estrenar sus nuevos hechizos.

No hacía mucho que había obtenido poderes de lugarteniente por lo que era un buen momento para utilizarlos y tratar de salvar el día. Aún no se había acostumbrado al cambio pero no podía perder la oportunidad de probar sus habilidades contra una criatura como tal. Avanzó un poco y se acercó hacia aquella criatura la cual se veía desafiante pero a la vez hermosa, sus escamas resplandecían con el hielo.

-Tranquilo Chikistrikis - dijo mientras se acercaba lentamente a la criatura levantando las manos intentando apaciguarla - no te vamos a lastimar solo déjanos pasar “porfitas” - fue entonces que ocurrió lo que evidentemente pasaría, el efecto de las semillas de hielo pasó y el animal rugió fuertemente, miró al rubio y lanzó una intensa llamarada hacia aquel apuesto y sexy mago. ¿En qué estaba pensando? Definitivamente el Malfoy parecía haber perdido la razón y eso le pudo costar hasta la vida.

-Olovorgoooo, aqueora- dijo Ludwig rápidamente logrando crear una esfera de agua que lo protegió durante todo el tiempo que aquel dragón realizó su ataque, al exterior se podía observar el vapor causado por el contacto entre el fuego del dragón y el agua de aquel hechizo, era evidente que ese animal no tenía ganas de detenerse por lo que tuvo que decir – oppugno, bájale de tamaños Chikistrikis, si no quieres no.

El dragón se detuvo y el rubio no pudo hacer más que regresar corriendo hacia donde estaban los demás magos. Lo había logrado paralizar por unos momentos pero seguramente no sería suficiente. Se sentía tonto por aquella escena que había protagonizado, en verdad estaba confiado en sus nuevas habilidades pero no contaba que aquella fiera sería lo suficientemente fuerte para soportar la seducción del Malfoy. Deberían esperar y ver si alguien más era lo suficientemente fuerte como para domar al dragón.

[Mica Gryffindor]

Hito 5

Avanzaba en silencio, escuchaba las voces que iban delante pronunciar conclusiones que no sabían qué grado de verdad tendrían, aunque seguramente era verdad que había algo más que las defensas propias del Departamento de Misterios. Su pareja iba detrás, ocupando aquel puesto que prefería ella, pero se sentía segura con él cuidando desde ese sitio al grupo y, al mismo tiempo, estaba atenta ante cualquier altercado que el rubio pudiese advertir. 

Observó el patronus invocado por Thanatos, era la primera vez que veía a uno de los nuevos ingresos lanzarlo. Aquel lobo siberiano se formó y corrió delante, intentando ayudarlos a buscar la salida o protegiéndolos. 

Fue entonces cuando la Gryffindor recibió aquel impacto a sus espaldas la hizo caer. El grupo parecía concentrado en avanzar así que seguramente tan solo el Black Lestrange y aquel extraño que la impactaba se habrían percatado. Cayó de frente, logrando frenar el golpe con sus antebrazos, aunque sintiendo enseguida las rodillas y codos adoloridos. Giró sobre sí para intentar ver qué la había golpeado, levantando la varita contra un posible ataque. 

Intentó ver con claridad, incrédula ante la imagen de aquel mago que estaba frente a ella. Refregándose los verdes ojos para asegurarse de que no alucinaba. 

-No… no… no…- buscó la mirada de su pareja y tendió el brazo hacia él, intentando aferrarse a alguien que sabía real en la escena -No puede ser, no es verdad… - empezaba a ponerse histérica, sin comprender cómo era posible que su mellizo se encontrase frente a ella. 

@ Mael Blackfyre  @ Illidan Black Lestrange
 

[Illidan Burke]

Hito 5

La marcha avanzaba, él detrás de Mica, unos metros a la derecha, no solo cubriendo su retaguardia, sino también pendiendo de lo que pasaba delante de ellos, intentando no perderse detalles, aun claro, no podía estar pendiente de todo. Su varita estaba adelantada, de tanto en tanto miraba por sobre su hombro, pues él era el último de la fila.

No supo como, tal vez distraído en su objetivo delante de ellos, no vio llegar, por su retaguardia al sujeto, que con prisa los golpearía de lado, para chocar con su novia. Tanto el extraño como ella impactaría, quedando ambos en el suelo. Illidan temió lo peor, pero no el costo mucho entender que había sido un accidente. 

Por acto reflejo apunto al extraño, el cual claramente no formaba parte del grupo, por lo menos hasta el momento. Fue la expresión de su novia, lo que le genero una sensación similar al terror. Sus ojos expresivos, y sus palabras, lo llevaron a pensar que algo estaba mal. -Arriba... - Diría adelantando su mano ayudándola a incorporarse. Sin dejar de apuntar al desconocido.

- ¿Qué pasa, parece que estuvieras viendo un fantasma? - Diría, más atento a las reacciones del desconocido. Ya con ella de pie, hablaría hacia el recién llegado, que claramente parecía estar huyendo de algo, era normal en aquellas circunstancias. - ¿Quién eres? - Preguntaba, sin dejar de apuntar, atento a cualquier reacción del sujeto. 

@ Mica Gryffindor  @ Mael Blackfyre