El nuevo Ministro de Magia

[Ludwig Malfoy]

Hito 5: Con el Basilisco

Ludwig había estado tan concentrado en tratar de vencer al dragón,. Protagonizando su primer ridículo como lugarteniente, estaba tan avergonzado por lo sucedido que no se dio cuenta de que Cillian había también vivido un infierno en aquellos últimos momentos pues había perdido por unos instantes la pequeña caja que le había dado a guardar. Al voltearlo ver, el Malfoy lo miró algo cansado y pálido, parecía que se le había ido el alma del cuerpo y regresado al encontrar el pequeño objeto.

-¿Te encuentras bien?, ¿te hirió el dragón? – preguntó el rubio tocando la cara de Cillian tratando de examinar si estaba herido pero no encontró nada – lamento mucho si te avergoncé, creí que podría controlar a aquella criatura pero tal parece que aún me falta conocer un poco más de los hechizos pero prometo protegerte con mi vida.

Sabía que no era el mejor momento para dar a conocer el contenido de la caja por lo que besó a su amado, le tomó la mano y caminaron junto con Ashley para enfrentarse a la siguiente prueba la cual los que estaban más adelante pudieron identificar como un basilisco, algunos de ellos incluso comenzaron a hablarle en parsel con tal de controlarla pero era difícil pues estaba siguiendo las ordenes de la inquisidora. Fue hasta que Hobbamock con su corpus patronus logró dejar a la bestia ciega, ahora estaban a salvo.

-Rápido, es seguro ver – dijo a los que estaban cerca – es nuestra oportunidad para derrotar al basilisco – tomó su varita y apuntó al basilisco que aún se quejaba de dolor para pensar en un Gubraith, una llamarada salió de su varita y se dirigió hacia el basilisco hiriéndolo de gravedad, el fuego había causado quemaduras graves en todo el cuerpo de la bestia impidiéndole que pudiera reptar. Sabía que no sería suficiente pero de alguna manera ayudaría a frenar el ataque de la criatura.

[Thanatos L. Lestrange]

Hito 5: Con el Basilisco

 Vio a Ludwig acercándose a ayudar a Alyssa y descubrió que la situación era aún más complicada de lo que había pensado antes. ¿Un dragón? ¿En pleno Ministerio? Y no contestos con eso... Sintió a la criatura reptar y sisear incluso antes de comprender qué era. Lo suficientemente rápido para asegurarse de no mirar en dirección a esta... Solo esperaba lo peor.

- Un encantamiento de conjuntivitis! - gritó el mago.- Quizás la mucosa reduzca el daño provocado por sus ojos. Alguno de ustedes debería saberlo.- dijo señalando al puñado de magos que se debatían y defendían lanzando rayos a diestra y siniestra. Sabía que no era necesario pronunciar el hechizo, así que cerró los ojos y los apretó con fuerza, intentando concentrarse con todas sus energías. Pensó en la criatura cubierta por la conjuntivitis y decidió que podía hacerlo. Alzó su varita y... Conjuntivitis.

- Maldita sea!.- notó que por mucho esfuerzo que hiciera, no tenía los conocimientos necesarios para poder lanzar el encantamiento, decidió dejarse una nota mental sobre aprender mejor los hechizos defensivos y ofensivos para el futuro... si aún le quedaba uno.

Se levantó y se puso en guardia al lado de Ludwig y Alyssa, aún con la varita en alto.

- Nada mejor que un buen shot de adrenalina.- sentenció.- Obscuro! - un retazo de tela negra voló de su varita en dirección al basilisco con el fin de vendarle el ojo sano, lo que quedaba del arma más mortífera de todas. Sintió como la venda se cerraba sobre su objetivo. El rey de las serpientes no tardaría en enfurecerse.

Dobló un poco las rodillas, preparándose para lo que fuese a venir y suspiró.

[Illidan Burke]

Hito 5: Con el Basilisco

No termino de entender aquella situación, pero el sujeto no pareció ser una amenaza,  ya indagaría luego, con Mica ya de pie, avanzaron los tres, en busca de aquellos rugidos, que parecieron cesar antes de su llegada, un tanto asombrado por el accionar de la avanzada prosiguió la marcha.

Notó al desconocido dedicarles una mirada, para cuando Illidan pudo entender, noto a la criatura delante de él, un basilisco, a pues sus amigos ya lo enfrentaban, esta vez contarían con la ayuda del rubio. - Sectusempra - Sentencio apuntando al cuello de la criatura que sus amigos se esforzaban por cegar.

El desconocido había adoptado la forma de un búho, se imaginó que iría directamente al ataque, pero no, solo sobrevolaba sobre la cabeza de la criatura. - Sectusempra - Nuevamente el Black Lestrange, apuntaba al cuello del basilisco. Ahora junto al grupo, escucharía las palabras de su hermano.

- Siempre el tono de broma - Soltaría, mirando de reojo a Mica, asegurándose que estuviera bien. 

[Goderic Slithering]

Hito 5: Basilisco

Avanza rápidamente a la salida luego de que Kaori y Hobbamock hubiesen detenido momentáneamente al dragón. De todas formas, sus tres criaturas de sombras se quedan alrededor de la pareja para protegerlas en caso de que perdieran el control sobre la bestia. Ahora, con más calma, logra distinguir mejor al grupo de personas. Había un grupo de rostros conocidos, otros completamente desconocidos. Pone atención a la ubicación relativa de sus conocidos para poner mayor enfoque en ellos y poder protegerlos si se diera la necesidad, claro, al segundo grupo también protegería pero sin darles prioridad ni gastaría su atención en ellos. Un guerrero como él, sabe que la concentración es importante contra un enemigo poderoso y había un límite sobre el cual poder dividir su  atención.

Observa la figura del inquisidor frente a ellos. Reconoce el rostro cuando la capucha deja de protegerlo: Laura. Había escuchado informes de que Laura era la Inquisidora, y la recordaba gracias a la infiltración -y captura- de Valkyria en Genetics Corporation. Sin embargo, hasta no verla con sus propios ojos no lo creería. Incluso sabía que la vista podía fallar, metamorfomagia, multijugos, etc... pero ahora que la veía presencialmente, no podía dejar de sentir que era la verdadera. Sin usar legeremancia, sabe que James estaba pensando en un «Les dije que no tocaran nada al viajar al pasado» aunque no había evidencia de que hubieran afectado en algo.

Incluso antes que apareciera el basilisco, Goderic no se detiene a conversar con la -ahora- bruja. Si bien estaba versado, y se consideraba bueno, en la diplomacia también sabe cuándo era una causa perdida. Además, no conocía tanto a Laura como para poder entender sus ambiciones, deseos o razones para tomar aquella decisión tan apresurada y drástica. Sabe que iniciar una conversación podría resultar incluso contraproducente si no había un mínimo lazo que los relacione, por lo que deja el trabajo a otro más preparado, si es que lo hubiese.  

Por otra parte, Madeleine se encarga de la negociación con el basilisco o eso intuye al escucharla sisear. A su vez, escucha el sonido de un fénix en un intenso ataque a la vista del basilisco. No sabe quién interrumpe la negociación de la bruja pero supone que la diplomacia interespecie había quedado en el pasado y era hora de que los puños hablaran. No abre los ojos incluso cuando alguien menciona que era seguro ver, no reconoce su voz por lo que no confiaría en un mero extraño. Por suerte, no había hecho caso o quedaría petrificado o muerto por la mirada del reptil.

Gracias al Phantom que había conjurado segundos atrás, es capaz de esquivar uno de los escombros del techo que cae cuando el basilisco ataca con su cola sin control en un intento de deshacerse del patronus corpóreo. Con los ojos cerrados, no se atreve a lanzar flechas a tontas y a locas, por lo que se mantiene esquivando y pensando hasta que intenta realizar lo obvio. Morphos, susurra apuntando al lugar donde el escombro había caído anteriormente el cual toma la forma de un gallo, una criatura poco convencional en misiones.

Ante la orden de Goderic, su nueva invocación comienza a cantar con un único objetivo: matar al basilisco. Sin embargo, tal como lo pensaba, no tiene ningún efecto. La sonrisa burlona de Laura aparece en su mente. Resultaba lógico que una mujer que pudo encontrar, aislar, anular y transferir el gen de la magia podría modificar genéticamente a una criatura como el basilisco para quitar la debilidad más obvia que poseía: el canto del gallo. El mago desconoce cómo lo había logrado, pero sabe que no es relevante. Su intento había fallado y había que encontrar otra forma para neutralizar a la criatura: dejarlo ciego no sería suficiente para acabar con su amenaza. Sobre todo porque Laura no se quedaría quieta viendo como matan a su criatura y, probablemente, se desharía de algunos hechizos como la venda sin magia sobre la criatura o, incluso, atacando al fénix. Él no creía que podrían luchar contra una mascota sin la intervención del dueño, más aún si este último ya estaba acorralado.

 

[Adrian Wild]

Hito 5 — Defensa del Basilisco

¿Acababa de llamar "Chikistrikis" al dragón?

— ¡Ah muy bien, le paralizo durante unos segundos para que los aprovechemos en ponerle un apodo a nuestro querido amiguito! —exclamé con sorna hacia el rubio.

¿Cómo podía haber sido tan súmamente est****o? Ludwig no me lo había parecido en ningún momento desde que le conocía, aunque no había coincidido mucho con él. Como era de esperar, el efecto de mi acción pasó y el dragón, enfurecido, rugió y lanzó una llamarada en dirección al mago. Fui a defenderle de aquello pero di unos pasos hacia atrás en cuanto vi que este generaba una esfera de agua que le protegió del fuego. Había reaccionado rápido, sí, pero eso no le hacía menos insensato. En realidad lo que me molestó fue que, por unos momentos, y después de haber guiado y tomado la iniciativa en numerosas ocasiones a lo largo del día —ya ni sabía cuánto tiempo había pasado desde que hubiéramos comenzado con la incursión, por la mañana—, se hubiera tomado aquello como un gracioso juego. Quizá no entendía que aquella era una reacción nerviosa normal ante una situación tan peligrosa como en la que nos encontrábamos.

Finalmente y, por suerte, el dragón fue neutralizado. Bueno, no fue suerte, fue por habilidad. He de reconocer que hasta aquel momento no confiaba del todo en que pudiéramos salir victoriosos de todo aquello, no confiaba en el poder reunido por todos nosotros, pero aquellos magos y brujas me demostraron que debía empezar a confiar.

Avanzamos sin más dilación, aunque me sorprendió ver a otro muchacho aventurarse a los pies del dragón ya controlado para rescatar un objeto perdido. Iba a gritar de nuevo por su temeridad, pero fue tal el apuro que vi en su rostro que me contuve, y tuve que apartar la mirada cuando vi que este se acercaba a Ludwig y el rubio le correspondía con un gesto afectuoso. Sentí vergüenza, una vergüenza demasiado interna y privada a la que mi pensamiento consciente apenas lograba llegar, pero esta se vió inmediatamente desplazada por la urgencia.

Y la urgencia nos llevó nada más y nada menos que frente a nuestro objetivo. Laura Nielsen se erguía como una presencia colosal, centrada en el fondo de aquella amplia sala de mármol negro, con su reluciente túnica blanca y aquel símbolo en la pechera. Poseía el temple de quien hace mucho tiempo que ha encontrado su verdad y su propósito, de alguien cuyas ideas y acciones han vuelto lo suficientemente engreído como para creerse indestructible, alguien que se halla en la cima y no ve que un paso en falso le puede acarrear una caída de la que jamás podrá recuperarse. Una caída mortal.

No era difícil saber su nombre. Ella misma se había asegurado de que se pronunciase a los cuatro vientos desde aquella mañana. Quizá lo difícil para algunos como yo, era conocer su historia. Pero, ¿quién conoce realmente la historia de una persona así?

Me mantuve todo lo sereno que pude, y traté de no hacer nada que pudiera ir en contra de mis compañeros. Seguí los pasos cautelosos, me sumé a las respiraciones y permanecí con todos los sentidos postrados en aquella figura, esperando algún movimiento, algún gesto, cualquier cosa que pudiera pillarnos por sorpresa. Pero no hizo nada. No lo hizo, porque no estaba sola.

La aparición de aquella enorme y reptante criatura rompió la serenidad y templanza del ambiente. La primera reacción de muchos fue mirar hacia otro lado o cerrar los ojos. Yo también lo hice. Ni siquiera me percaté de que una bruja siseó en parsel. Todas las acciones y reacciones siguientes sucedieron muy rápido. En lo que el grupo trataba de atacar al basilisco, yo me arrimé a una de las paredes y descubrí que el reflejo de aquel mármol negro era suficiente para observar la escena a través de él. Era tan peligroso como un espejo, pues si mediante aquel reflejo, por tenue que fuera, mis ojos contactaban directamente con los del animal, podía estar completamente perdido. O quizá no, pero no pretendía comprobarlo. Por suerte, nada más comenzar los ataques, la gran serpiente fue dañada en uno de sus órganos.

Avancé pegado a la pared, echando rápidas ojeadas al reflejo en esta. No miré en ningún momento lo que ocurría directamente, hasta que escuché el canto de un gallo por encima del resto de sonidos. No era un experto en criaturas, pero, ¿para qué demonios servía un gallo en aquella situación, aparte de como alimento para el basilisco? Esperaba que aquello no hubiera sido una inesnsatez más como intento de distracción por parte del Malfoy. El caso es que, en ese preciso momento en el que miré a la acción directamente, el basilisco se giró hacia donde me hallaba —ley de Murphy lo llaman—; al parecer el gallo no era el tentempié favorito de la criatura, o al igual que a mí, le había extrañado tanto la aparición de aquel animal de corral en escena que había decidido dejar de prestar atención a quien había sido capaz de tamaña estupidez. Pensé un rápido «Salvaguarda Mágica» y agaché la mirada, quedándome muy quieto en el sitio.

Ya podían hacer cualquier otra absurdez para distraerle en aquel momento.

[Thanatos L. Lestrange]

Hito 5: El basilisco

La bestia seguía retorciéndose a cada hechizo que recibía su cuerpo. Sabía que el vendaje no duraría mucho, pero medio tuerta y desprestigiada la bestia estaba al cantar para caer rendida. Cantar, irónica palabra había pensado mientras veía un gallo invocarse de la varita de un mago al que reconoció de antiguos tiempos, pero no lograba dar con el origen de sus memorias. Suponía que las dudas y recuerdos deberían esperar. No era el momento de la nostalgia. Era el momento de luchar.

- ¿Por qué no muere? - gritó el licántropo, anonadado, al ver a la bestia ahora aún más enfurecida que antes, buscando las vibraciones del canto del ave. - Morphos! - gritó y otro gallo apareció al otro lado de la sala, generando un eco y una discordancia tonal. Incluso al Snape le costaba concentrarse con claridad.- Morphos! - otro gallo más apareció en donde había habido uno de los asientos caídos del Wizengamot. Ahora las tres criaturas comenzaron a generar una onda tonal insoportable.

El mago se tapó los oídos mientras los ululatos subían en volumen y vibración. Notó que la serpiente comenzaba a desestabilizarse. Ya no se encontraba viajando en velocidad a la fuente del sonido porque, cegada y un poco herida, ahora se enfrentaba también a no poder tapar sus tímpanos, carente de extremidades. Notó que comenzaba a retorcerse sobre su propio cuerpo y lanzaba dentelladas al resto de la sala, esperando llevarse al menos a alguno de aquel grupo nefasto que admiraba su destrucción.

- Traigan la lombricompostera que tenemos abono.- rió el mago. Se acercó a la serpiente, inerte en el suelo, y buscó conectar con uno de sus dientes. Tomó fuertemente uno de los colmillos, lo partió asegurándose no tocar el veneno y se lo guardó en uno de sus bolsillos.

[Valky]

Hito 5 – Dragón y Basilisco (? 

Finalmente es otra mujer la que le respondió a Kaori dándole la especie de dragón a la que se enfrentaban y aunque en primera instancia había sugerido no molestar a la criatura hasta trazar un plan, como siempre sucedía sus compañeros deciden pasar a la acción, atacándolo o protegiéndose con diferentes hechizos (Melrose lanzando polen de lirios de fuego a Rory XDDD)  unos simplemente para debilitarlo, otros en cambio eran más letales como el caso de Goderic, quien finalmente había decidido unirse a la acción, protegiendo su identidad como era de esperarse.  

 

Los diferentes ataques si estaban consiguiendo debilitar a la criatura, pero al parecer la furia que tenía era más fuerte, llamaradas iban en todas direcciones intentando acabar con sus agresores, así que no le quedó más remedio que cubrirse ella misma con el polen de los lirios de fuego para evitar ser quemada. Apenas había realizado esa acción cuando Hobb le pidio intentar usar el amuleto en forma conjunta, a lo sin dudar acepta. 

 

Jamás habían intentado hacer algo parecido no tenía idea si funcionaría, pero en todo caso daba gracias a que el resto de la comitiva lo mantuviera ocupado mientras ellos se acercaban a la criatura pues sabían que si lograban tocarlo tenían más probabilidades de conseguirlo. Las escamas de la criatura eran duras y frías al tacto, haciendo uso del Amuleto Dragón y apartando la desesperación y tristeza que provenían de tan extraordinaria criatura, Hobb y Kaori se concentraron en una unica orden: Duerme... Duerme... Duerme. Al parecer el poder de los dos magos sumado al desgaste fisico que el dragón había sufrido a manos de los demás magos y brujas, fue suficiente para que este finalmente se sumiera en un profundo sueño, momento en el que todos incluida la pelinegra y su amigo, aprovecharon para escapar del laberinto.  

 

Kaori y Hobb, custodiados por un par de criaturas de sombras cortesía de Goderic, se unen al resto del grupo. Miró el rostro de Madeleine que paso de la confusión al enojo, desvió la mirada con curiosidad, entendiendo casi de inmediato lo que sucedía. A varios metros de distancia estaba de pie Laura, aquella mujer a la que había visto en los recuerdos de Valkyria y que hasta ese momento habían creído que tan solo era una víctima más del Inquisidor, que equivocados habían estado o quizá su incursión al pasado usando el giratiempo de Goderic si había afectado al presente ¿Y si en realidad ellos habían sido los causantes de todo ese desastre? ¿y si en realidad eran ellos los responsables de tanta muerte y destrucción?  se estremeció. 

 

La vibración del suelo bajo sus pies y las voces de algunos alertándola de un basilisco hicieron que de inmediato cerrara los ojos ante la inminente llegada. Escucho a lo lejos convocar a Hobb Corpus patronus para cegarlo, sin embargo, el desastre que estaba haciendo el basilisco en su afán de defenderse era enorme. Caían bloques de cemento y la cola se movía por todas partes, fue una suerte que uno de los Lobos de Goderic aun estuviera a su lado, pues la protegió cuando estuvo a punto de ser golpeada.  

 

Varios hechizos eran lanzados algunos con mayor suerte que otros, Kaori solo se atrevió a abrir los ojos cuando el basilisco pareció calmarse un poco, apostando a que el ataque de Hobb fue certero. El variopinto grupo de magos y brujas estaba un poco disperso, más el objetivo era el mismo, acabar con la criatura, una criatura que sin duda había sido creada en un laboratorio por la misma persona que había conseguido obtener magia mediante la manipulación genética ¿Qué se podía esperar entonces de su mascota?  

 

—No creo que la podamos matar... de momento lo mejor es contenerlo—Gritó para que la escucharan, mirando con asombro como los ojos del animal empezaban lentamente a sanar. 

 

Sin perder tiempo la pelinegra empezó a invocar incontables criaturas de sombras, eran serpientes de cuerpos fuertes y resistentes, de diferentes tamaños que poco a poco fueron deslizándose hasta el basilisco, enroscándose, aplastándolo, limitando la movilidad de este, si la pelinegra seguía así pronto lograría cubrirlo por completo, pero se detuvo, tenía que guardar la energía suficiente para su siguiente movimiento.  

 

—Maledīcō—Susurro apareciendo en su mano una Sia que lanzo con todas sus fuerzas hacía la cabeza del basilisco, esta vez no fallo apropósito, el objetivo de la bruja no era atravesar al rey de la serpiente con su arma y eso fue notorio cuando un campo hecho del más resistente hielo empezó a formarse alrededor del basilico. 

 

—Eso lo detendrá por un buen rato...— dijo con la frente sudorosa y el rostro pálido debido al esfuerzo que había realizado, era muy probable que a partir de ese momento ya no pudiera ayudar más, debido a lo débil que se encontraba. 

 

Se arrimó a una maltrecha columna con la excusa de descansar, pero en realidad estaba esperando a que un par de sus criaturas de sombras le entregaran algo que les había pedido, por nada del mundo podía dejar la oportunidad de obtener un poco del ADN modificado de la criatura y mucho menos un par de colmillos, seguro Ellie se pondrá feliz cuando se lo de.  

[Rory Despard]

Hito 5

Sin mayor oposición, lo que había causado cierta sorpresa en el pelirrojo predicador, los distintos grupos empezaron a encaminarse hacia el sótano. Sin lugar a dudas, aquella pista les estaba ayudando enormemente pero Rory no dejaba de pensar que no podía ser todo tan fácil, y que alguna clase de trampa les esperaba.

Sus temores se confirmaron cuando, pese a tomar vías distintas, se terminaba volviendo a un mismo punto, como si caminaran en círculos en un laberinto con principio, pero sin final. Escucha entonces la explicación de Madeleine, y deja en manos del ser que ha invocado la bruja con sus poderes oscuros, la tarea de ayudarles. 

Por supuesto, tener a un demonio tan cerca suyo le ha provocado un escalofrío en la espalda. La maldición que ha absorvido de la abominación lo ha debilitado más de lo esperado, de modo que siente el aura del ente sobrenatural tan avasalladora, que termina apoyándose en la pared de aquel pasadizo, y en un intento por avanzar, las piernas le tiemblan y entonces, necesita apoyarse un momento en el cuerpo de Eitʃ, que ha estado justo delante suyo, para continuar.

La mujer reacciona a aquel contacto, mas su vista está empezando a nublarse así que no está seguro si es sueño o realidad el toque de ella en su rostro murmurando palabras que no es capaz de oír,  porque todo está volviéndose una nebulosa de colores a su alrededor, hasta que de repente el último rastro de conciencia desaparece. 

"Es un vipertooth peruano" son las primeras palabras que escuchar al volver en sí. Delante suyo está Melrose lanzando polvo de lirios de fuego sobre él y todos los demás para protegerlos, y unos pasos más allá ve a Hannity, y es capaz de reconocer a muchos más magos a su alrededor. Está Valkyria y Hobbamock, y también Thanathos, Alyssa, Cillian y Ludwig, todos intentando derrotar a la terrible bestia que no deja de atacarlos con potentes llamaradas de fuego. Incluso otro hombre, a quien no reconoce la apariencia pero que debe ser de la orden del fénix, ataca a través de unos lobos hechos de sombra al dragón. 

- Yo necesito ayudarlos- torpemente se incorpora, está ya mucho más repuesto, y sospecha por ligeras manchas sobre su ropa que alguien ha tenido que darle alguna clase de poción para reanimarlo- esa criatura, no la maten...por favor.

Era probable que con todos los estragos causados muchos encontraran contradictorio el pedido, pero Rory está cada vez más convencido que nadie tiene que pagar todo ese daño más que el inquisidor. Ha reaccionado ya tarde para ayudar, aunque ha sido alentador  que esta vez haya sido el sueño y no la muerte, la manera para sortear ese obstáculo.

Mientras todos los demás avanzan, él vuelve a quedarse rezagado, pues en cuanto coloca un pie en la estancia, a través de la lectura de auras detecta una energía negativa enorme y humana, además de otra que corresponde a un animal. En varios de los presentes nota una mirada de reconocimiento ante la figura de la mujer que se les presenta. Rory solo recuerda haber leído el nombre en el informe de una antigua misión de la orden, pero no hay tiempo para pensar a fondo en ese detalle, porque la aparición de un basilisco lo obliga a cerrar los ojos automáticamente para protegerse y se repliega para que los demás enfrenten a la criatura, pues todavía está terminando de recuperarse.

Oye los hechizos sucediéndose, sectusempras, morphos y ataques con criaturas de sombras, la mayoría orientados a cegar a la criatura y debilitarla.Pero no es el basilisco lo que mas preocupa a Rory sino ese cúmulo de magia oscura concentrada en esa sola persona,  que es la culpable del daño provocado ese día y todos los meses anteriores, en esa demencial guerra entre muggles y magos.

El inquisidor...o mejor dicho, la inquisidora, se está jugando su carta final. 

[Ellie Moody]

HITO 5: Basilisco 

 

 

 

 

Madeleine pasa la mirada de Rubí al basilisco, con el ceño fruncido. Ella no sabe mucho de criaturas mágicas y, en general, tiene poca paciencia para la conversación; sin embargo, es consciente de que Laura Nielsen ha dejado muchas víctimas atrás que ellos han tratado como enemigos. Cuando Violeta apareció súbitamente en Ravenrock, en un arrebato de magia incontrolable, ¿no era ella la víctima? Y todos los Redentis y las Abominaciones, cuya sangre se cuela entre las grietas del suelo del Ministerio de Magia, ¿no son víctimas también? Incluso el dragón y el basilisco, muy posiblemente lo son también. Pero por otro lado, Madeleine sabe que no pueden perder el tiempo y sus intentos parecen ser en vano. Ella está segura de que puede hablar con serpientes y, por lo tanto, está segura de que el problema de comunicación que están teniendo no es su culpa. Es que ese basilisco tiene algo particular... algo corrupto.

Se sorprende al sí misma al descubrirse tan preocupada por la criatura, pero se obliga a no decir nada mientras observa los ataques replegarse. ¿Qué otra solución hay? Graves es un experto en criaturas mágicas e incluso él participa en el grupo que intenta neutralizar al basilisco. Rory, el sacerdote de Avalon, parece que tampoco puede hacer mucho. Y su pársel fue inútil. Simplemente, emite un suspiro y aguarda a que termine.

Finalmente, el basilisco cae, entre múltiples cantos de gallo, ataques contra sus ojos, criaturas sombrías y una gran masa de hielo que terminó cubriendo a la criatura. El suelo se estremece bajo sus pies y, por un instante, el silencio se apodera de la estancia. Madeleine vuelve el rostro hacia los compañeros de su grupo, que permanecen en silencio. Advierte que Rory parece... No está segura de qué es, pero hay una expresión extraña en su rostro. Hace un rato, lo había escuchado abogar por el basilisco, pero en el calor de la batalla su petición no había sido atendida. 

—Es extraño, que no nos haya atacado directamente todavía —murmura, en dirección a sus compañeros—. ¿Por qué tanta confianza? No tiene más defensas...

Pero hay algo extraño en el aire, aunque no podría reconocer qué es. Es como si todavía hubiera una gran barrera entre ellos y la Inquisidora. Como si tuviera un truco debajo de la manga, pero ¿con qué más iba a sorprenderlos? Madeleine tensa una flecha helada en su arco, pero la mirada de Laura hacia ellos, más que iracunda o frustrada, se siente burlona.

—Casi preferiría que nos estuviera atacando... ¿qué demonios espera? —se queja por lo bajo.

[Hannity Ollivander Evans]

Hito 5: Basilisco

 

Todo sucede de una manera que probablemente se esperaba, ¿Qué otra criatura hubiera sido más dañina qué un dragón? La respuesta estaba frente a ellos, el basilisco por supuesto que lo era, ella era una de las que andaban a ciegas al igual que otros compañeros, escuchaba el ruido de ataques, se tía como se desprendia algunas partes del lugar, no puede asegurar que fuera el techo o paredes, pues ella permanece con los ojos cerrados guiandose solo por el tacto y el oído.

 

Atraves de sus párpados, delante de ella el brillo de cosas que pasan frente de si, aunque no puede asegurarlo puede deducir que se trata de patronus qué protege a su creador de la mirada de la criatura.

En cuanto escucha que sus compañeros le han lanzado hechizos directo a los ojos y ¿había también un fénix? Por ahora ya no existía peligro de abrir los ojos y mirar todo lobque había pasado.

 

Un mago, al qué no reconoce lanzó un morphos y creo de los escombros un gallo qué empezó a cantar, lo más extraño fue que eso ni siquiera debilitó al basilisco,  lo cual comprobaba que las teorías de sus compañeros,  las qué había escuchado, eran ciertas,  la criatura había sido modificada genéticamente por la persona que lo controlaba.

 

Algo le decía que el Inquisidor no era él,  era ella, por fin estaban frente a la responsable de todo lo que habían pasado en esa travesía, el basilisco yacía débil, tirado en el piso sin moverse, estaba vivo, no había duda, pero quieto.

 

Escuchó a Madeleine preguntar si la Inquisidora no tenía más defensas. Era extraño verla sin hacer o decir nada, pero eso no era una buena señal.

 

-Tal vez está esperando que bajemos la guardia para atacar con algo más poderoso...