Minerales elementales

[Rory Despard]

Harriet Travers- Finalista Interia

Bel conoce bastante bien de criaturas mágicas para saber lo escurridizos, traviesos y hasta destructivos que los escarbatos pueden ser. Sin embargo, la criatura que Hattie tiene a sus pies, mientras ella descansa sobre un sillón tras beberse la poción reabastecedora de sangre, difiere por completo del comportamiento usual de esos seres. Desde su salida de la habitación hasta la sala donde se han trasladado, el pequeño ser todavía sin nombre la ha acompañada en silencio, y es bastante extraño, como lejos de sentirse tierno, cosas como el deshacerse en materia oscura, para reaparecer del otro de una pared o similares, lo hacen más siniestro.

Por contraste, cuando Harriet abre los ojos tras un descanso de casi una hora, su sonrisa sincera vuelve a asomarse al ver al raro ser trepar sobre el sillón, como si tuviera frente a ella la criatura más hermosa del mundo. El gesto sin embargo se torna adusto en cuanto distingue a Bel lo que significa que probablemente, entre la pérdida de sangre y el tiempo transcurrido, ya se han agotado los efectos del filtro de la amistad.

— ¿Cree que demorarán mucho en regresar? Cleo, Gurren y Quintel quiero decir...

Bel se encoge de hombros, de cierta manera, el producto final que han conseguido no era lo que había imaginado que podría derivar del mineral, y si bien no puede calificar de frustrante la experiencia, quizá ha sido el empleo de esa magia oscura y de sangre frente a sus ojos la que le genera un cierto rechazo a la creación de Travers, más allá del dolor físico que ella misma está experimentando por la reacción de su cuerpo squib ante la magia, lo que la tiene allí, comiendo una gigantesca barra de chocolate para sentirse mejor.

— Quedamos en volvernos a encontrarnos aquí ¿cierto? Sea paciente entonces.

Hattie la observa unos momentos  y luego vuelve a girar la cabeza al techo, reacomodando apenas el cuerpo sobre el sillón. Siente que ese día ha sido una vorágine de sucesos, uno tras otro, desde el sueño que la empujó a ir en búsqueda de Gurëndriel, hasta el descubrimiento de los poderes de su esfera y el destino que ha terminado dándole, tan íntimamente conectado a su legado. Como terrateniente, desde siempre la fuente de su riqueza ha estado en la tierra, tanto por los extensos campos de cultivo, y el bosquecillo, como por las minas con minerales de valor muggle  y algunos también mágicos.

Una preocupación de su padre había sido la posibilidad de que las minas se agotasen, tras casi 300 años de uso, y no habían dado, por mucho que buscasen con una forma de poder multiplicar el escaso mineral que aun permanecía. Muchos obreros habían terminado abandonando la propiedad, lo que significaba también perder mano de obra en granjas y establos pues partían con sus familias enteras, pero Harriet está segura, que en cuanto se corra como pólvora la noticia de que las minas vuelven a rebozar mineral, la gente retornará también, y de esa forma su patrimonio quedará asegurado para sus herederos.

Es necesario sin embargo que hagan una prueba allí mismo. La idea de salir al exterior le desagrada por completo, pero no hay otra forma de comprobar los poderes de su familiar acompañante, que no sea encontrando en los mismísimos terrenos de la heredad alguna fuente de minerales. Perezosamente, se levanta entonces del mullido mueble, y hace una señal a Bel para que la siga.

— Si te cruzas con Yanna, ni se te ocurra decirle que iremos por una mina, que luego no habrá quien frene su codicia. 

Hattie asiente, aunque ya en el porche, se coloca su capa de invisibilidad encima, pues realmente lo último que desea es ser notada por La maleante. No han mediado palabras entre la rubia y el escarbato, pero recordando el hechizo en verso, Bel supone que ya la conexión telepática ha hecho que el escarbato se ponga en acción, con el hocico en el suelo, olfateando vigorosamente aquí y allá en todas direcciones, antes de decidir ponerse en marcha hacia el ala sur de los terrenos de la heredad.

Evans duda unos instantes, pues esa zona, de abundantes arbustos y zonas fangosas, no parece el mejor ambiente de ubicación de una veta de mineral. ¿Y sería que podría haber una para empezar? Le resulta difícil de creer que ningún Ollivander haya podido percatarse de semejante tesoro en su propiedad, aun cuando, más allá de maderas para varitas, realmente fueron pocos (el padre de Garry entre ellos) los que vieron potencial en otros campos más allá del que había dado fama a la familia. 

Estando en el extremo opuesto del estanque, la criatura se detiene y empieza a rascar con una habilidad prodigiosa un túnel. Harriet, un poco más confiada por no haberse cruzado con Smith, desliza la capa de sus hombros y vuelve a aparecer para observar con detenimiento los actos del animal, que termina perdiéndose en el subsuelo, para tras un tiempo prolongado que ha llevado a ambas a imaginar los peores escenarios, reaparecer con una roca brillante en su diminuta pata, la que termina depositando en el suelo, para luego conseguir sacar de su bolsillo similar a una marsupia, más y más de esas piedras idénticas a la primera, al punto de formar un montoncito de su misma altura.

— ¡Realmente lo consiguió!- exclama satisfecha Harriet, convencida de que lo primero que haga al volver será pintar a su curiosa mascota. 

— Y no tienes idea de lo feliz que hará este descubrimiento a Hessenordwood- replica Bel, conteniendo una risa de tan solo imaginar la expresión en el usualmente controlado rostro del administrador de la Heredad.

[Hessenordwood Crouch]

Hessenordwood Crouch - Finalista - Interia
-Entregó el mineral a Gurëndriel-

Establecer una conexión con el mineral extraterrestre a través de la magia de la alquimia y/o la videncia pareció en primer lugar una idea tan absurda como intentar pedirle a un muggle conjurar un encantamiento, aunque fuera el más simple, con una varita. No obstante, se había convencido en la idea de que, tal como la adivinación logra influir también en algunos aspectos dentro del arte de fabricar varitas, podría explorarse también de esta forma. Pensó entonces que la ciencia de la alquimia y la magia de los elementos colocados a su alrededor, era lo que más se relacionaba a la naturaleza de su mineral y, por lo tanto, podría conseguir formar dentro de ese círculo un portal como un espacio donde pudiese expresar su poder como si estuvieran nuevamente en Interia.

En gran medida conoce de los poderes de la alquimia, por otro lado, la videncia y la adivinación es un terreno casi completamente inexplorado para él, no tiene más conocimiento que el de un par de revistas de intervenciones de este tipo con gente no mágica, por suerte, aunque Hessen no es del tipo de hechiceros que poseen el llamado ojo interior (según sus propias palabras) Gurën le sabe lo aficionado que es a esta magia y un admirador (según en secreto) de los brujos y hechiceras videntes capaces de profetizar cualquier hecho así fuera el más ridículo. 

—Relaja el pensamiento muchacho-, susurra su voz al oído. —Estás pensando como una máquina, como algo plano y físico, debes abrir tu mente al cambio y fluir con la energía de tu entorno-, sugirió. —¿Estás listo ahora? Voy a ingresar el mineral al círculo-, el silencio que recibe como respuesta es su señal, Gurëndiel debe estar tan absorto en mantener aquella energía de la conexión fluyendo dentro del rayado que seguramente no puede escucharlo.

Hess hubiera esperado cualquier cambio, cualquier alerta en las protecciones que ha levantado alrededor de la pequeña choza en Hampshire una vez que finalmente el elemento de origen extraterrestre ingresa al círculo de energía, pero nada sucede más allá de que el árbol comienza a mudar de ramajes así como a mostrar diferentes tipos de brotes tan rápido como pierde sus hojas nuevamente. La bola de cristal tampoco manifiesta cambio de ningún tipo, inerte en la habitación casi oscura y silenciosa no muestra absolutamente nada.

Los minutos pasan como horas en la habitación y no hay ningún cambio o proyección aparente, las velas en el altar comienzan a escasear y la frente del joven hechicero ha comenzado a perlar de sudor por el sobreesfuerzo que le está costando contener la magia del mineral fluyendo alrededor del pentagrama. En cuanto al mineral continúa avanzando en el tiempo, secándose y floreciendo nuevamente como si cambiase de estación tras cada minuto que pasa y los elementos pintados sobre las runas se ven cargados con la energía del mismo.

—Es inutil-, el demonio no puede tampoco permanecer más ahí, no con esa forma y no tan lejos de sí mismo. El experimento debe terminar. —Gurëndriel, es suficiente por hoy-, pero cuando intenta acercarse, aun cuando su cuerpo no es del todo físico, se percata de que el campo de energía que ha crecido alrededor del círculo alquímico envolviendo al brujo y la magia del mineral dentro de una cúpula, no le permite entrar.

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—Tienes razón, esto no está funcionando. Bien, voy a salir-, Gurën está exhausto en este momento, aun si se encuentra sentado sobre el suelo, solo controlando el flujo de toda esa magia, se siente tan cansado como no lo ha estado en mucho tiempo. 

Practica unas cuantas respiraciones para comenzar a cerrar la corriente de energía que mantiene a través de su cuerpo como un elemento más de aquel altar que ha armado para intentar establecer un vínculo con la magia del elemento, pero por mas que lo intenta, aun cuando siente que sus extremidades postizas pudieran llegar a desprenderse de su cuerpo por el esfuerzo de contener en él esta magia nuevamente, solo no puede romper el enlace.

Recuerda entonces el momento en el que perdía el control de sí mismo, hizo lo que fuera necesario para encontrar el origen de la magia de aquel planeta, rompió todo a su paso para hacerse con los minerales casi al costo que fuera, esto se sentía casi similar a esa vez. 

Cuando logra apaciguar sus sentidos y puede abrir los ojos de nuevo se da cuenta de que ya no está más en la estrecha habitación de su casa. El campo que tiene por visión es abierto, está todo envuelto en llamas y catástrofes, los mares se han secado aunque los cielos no dejan de llover con acidez, la tierra es infértil y los bosques se han quemado, puede ver como todo se ha marchitado, como todo ha muerto, a pesar de que no se ha movido de su lugar, pero lo sabe como una única verdad.

—Esto es…-, una punzada de culpa lo atraviesa cuando piensa en Interia, en lo fértil y abundante que era en cuanto a flora y fauna y las posibles consecuencias de haber extraído del lugar la magia que origina tal naturaleza. —¿Cómo es que ha terminado así?-, su voz tembló.

—No dejes que tus sentimientos nublen tu buen juicio, muchacho-, la voz que le llama le resultaba terriblemente familiar, pero Gurëndriel no pudo encontrar el origen de la misma, tampoco pudo imaginar rápidamente un rostro. —Tienes un deber ahora-, Gurëndriel asintió como si entendiera de lo que hablaba, y quizá así era. —Eso es. Debes fortalecerte niño, el camino que te espera por delante no es más fácil y pondrá a prueba cada una de las facciones que te componen como ser humano. Al igual que esta tierra, las personas intentaran destruirte y otras sembraran en ti lo necesario para robustecer tu alma, mente y cuerpo. Aprende a discernir y lo entenderás.

A su alrededor la polución hace que sea más difícil cada vez mantenerse consciente en ese lugar, pero de entre las volutas de humo huracanado la figura finalmente del hombre viejo se presenta ante él. Gurëndriel le reconoce del cuarto familiar decorado con las fotografías de todos los habitantes de la familia, sin embargo, le resulta casi imposible que se trate de la misma persona.

—Esto pertenece a la familia desde hace muchos años. Es tiempo de que vuelva a manos de su dueño-, de entre sus andrajosas ropas, el hombre sacó un trozo viejo de pergamino enrollado, atado apenas con un cordón, el uso y el tiempo en él era evidente, pero aun permanecia en buen estado.

—Pero esto, lleva mi nombre, ¿cómo puede ser tan viejo?-,corrigió el brujo una vez que despliega el pergamino y lee la receta de fabricación llena de fórmulas e ingredientes y firmada al final con su nombre completo. Gurëndriel Ollivander. 

—El tiempo no tiene dirección en estos lugares tan remotos, pero tu ya deberías saber esto-, el estruendo de los cielos hizo retumbar el suelo y la visión comenzó a desvanecerse ante sus ojos. Gurëndriel tiene aún demasiadas dudas al respecto, pero siente que su cuerpo no podrá soportar más toda esta energía. —Sabrás que hacer, ya lo has hecho antes. Ahora continúa tu camino, muchacho, recuerda que los árboles mueren de pie.

[Rory Despard]

Rory Despard & Benjamin Whisper 

— ¿Wild, todo en orden?-  aunque aparentemente, nada les impide avanzar,  demasiados sonidos de plantas y animales alertan los sentidos de Despard, poniéndolo en sobreaviso de que no es conveniente acercarse.

La observación de la onda de energía que también Kimberly ha notado, hace que decida entonces  no hacer otro movimiento al menos hasta que Mael y Mica hagan lo propio de invitarlos a dar un paso adelante. 

Se inclina, con la rodilla puesta a tierra, dispuesto a dedicar una oración en ese corto tiempo, cuando desde el espejo comunicador que suele usar para mantener contacto con Whisper, la voz del mago lo llama con insistencia, interrumpiendo sus plegarias. Rebuscando en su bolsillo entre algunos amuletos y anillos uzza que llevó consigo para poder protegerse de la mejor manera, Rory da por fin con el objeto y lo saca solo para ver a Ben con cara de pocos amigos en una sala que no reconoce. 

- Despard, me encuentro en la residencia de los Malfoy, junto a Cillian. Él ahora...digamos que fue atacado y aunque solventé la curación de sus heridas y suministré poción, nunca falta un alarmista- sus ojos dieron una mirada elocuente al joven peliverde que podía verse vagamente en una esquina del aparato- que cree que el tipo está al borde de la muerte y entonces están allí gastando poderes en él. En fin, que saldrá hasta rejuvenecido de todo este proceso. Dime ¿Confirmaron a algún otro sospechoso?

Rory siente que Whisper casi que le ha leído la mente y se extiende en una larga explicación  sobre las intuiciones e información circunstancial que lo han llevado hasta la Gryffrindor, complementada a los reportes de aurores, y de la compañía que lleva para esa misión. Pero es cuando confirma para Ben que han encontrado rastros de derramamiento de sangre, que el asesor se sobresalta del otro lado.

  - Tienes que saber Rory, que conseguí localizar  una esfera de mineral raro de Vulkos, en propiedad de un mago oscuro cercano a Ludwig Malfoy. El enfrentamiento precisamente se dió en la residencia de Haughton, pero no sería extraño que antes cobrara la sangre de los Gryffrindor. El tipo huyó pero es de mucho cuidado. Sugiero que si te es posible pidas refuerzos al instante y trates de localizar su ubicación - recordando el incidente en la recámara de Cillian, Ben concluyó- Ludwig falló en contenerlo una vez y no me sorprendería que lo hiciera nuevamente. Y que esta vez le acarrae fatales consecuencias. 

La comunicación se corta abruptamente. En vano Rory sacude el aparato y lo gira. El espejo no deja de mostrarle únicamente su reflejo.  Y mientras tanto, la onda expansiva de comunicación entre minerales no deja de crecer. 

[Hessenordwood Crouch]

Hessenordwood Crouch - Finalista - Interia
-Entregó el mineral a Gurëndriel-

—Necesito encontrar el cuarto de fabricación de varitas-, fue lo primero que pidió una vez que ha vuelto a encontrarse con Quintel y Cleo en la heredad de la familia Ollivander. Pero ninguno pareció entender lo que requería. Gurëndriel además intentó explicarles parte de lo que había sucedido durante esa sesión de magia en su cuarto en Hampshire, pero por las miradas que se intercambian se imagina que han comenzado a creer que ha pasado demasiado tiempo influenciado por la magia del mineral aparentemente inofensivo. 

—¿Has estado consumiendo más de esas hojas del árbol místico?

—No, bueno, si, un poco tal vez, no lo sé-, incluso para él que lo ha vivido en carne, metal y hueso, sigue sin comprender del todo que ha sido esto que ha divisado a través de esa visión, ¿acaso era un vistazo hacia el futuro? no, parecía más bien algo que provenía de su pasado, pero ¿qué tenía que ver esto con el mineral?

El pergamino que había recibido de manos de aquel antepasado lo explicaba todo, había notas, fechas, datos y más datos sobre las características del mineral, como si en otra vida en otros tiempos hubiera ya experimentado con él. La fórmula inicial detallaba el cómo elaborar una varita que supiera explotar las capacidades de su portador en la herbolaria, mejoraba las habilidades para las transformaciones y los encantamientos de sanación, no obstante, mientras Gurëndiel anotaba rápidamente en un trozo de papel antes de olvidar todos los utensilios e ingredientes que se le mostraron en esa visión, aún aturdido por romper tan bruscamente el círculo alquímico, modificó gran parte del diseño original y dió como resultado un objeto diferente, aunque no tan ajeno. 

Nervioso por lo que había hecho, revisó una vez más las notas y los bocetos de su cuadernillo, y respetuosamente ingresó de nuevo al edificio familiar, en busca de aquel viejo taller de fabricación.

La casa, como otras veces, respondió a las necesidades del mago, inmediatamente todas las puertas al interior quedaron selladas, incluso las que daban al exterior, y solo y al final del pasillo principal se dibujó el viejo y estrecho camino que lleva al taller. Mientras lo atraviesa, con las manos ocupadas cargando sus notas y el árbol en el que se ha convertido el mineral, Gurën se cuestiona la visión que lo llevó a todo esto. Hess se lo había advertido antes de dejarlo nuevamente solo, aquello pudo no necesariamente haber sido una predicción o algo por el estilo, sino más bien algo influenciado por sus propios deseos, ¿era tan grande su anhelo por realmente sentir que pertenecía a esta familia cómo para interponerse ante esta magia? o realmente el mineral encontraba, al igual que él, algo en este sitio, entre esta gente, para florecer en paz.

Trabajó ahí dentro por horas. Empleó primeramente hechizos climatológicos a través de la meteorología para mejorar las condiciones del pequeño árbol, de esa manera encontraría en cual de todas sus formas era la más adecuada para soportar el cambio. La mayor parte del trabajo fue manual, empleando técnicas avanzadas de herbologia e incluso de pociones para extraer del mineral cada parte sin perder absolutamente nada de las propiedades mágicas del elemento y utilizando conocimiento de maldiciones y alguno que otro truco sucio aprendido de las artes oscuras se aseguró de compactar toda esa magia dentro de cada pieza.  

Siendo hábil para labrar sobre madera, en poco tiempo el objeto mágico fue tomando su nueva forma final.

—Es un artículo equipable. Una empuñadura prolifera-, explicó una vez que ha terminado con su trabajó y les muestra la pieza terminada. —Multiplica el tiempo y los efectos de un hechizo-, Gurëndiel ensambló el objeto en la empuñadura de su varita que se amoldó ante el calor de su mano. —O eso espero-, tartamudeó.

—Bien, habrá que ponerlo a prueba-, Quintel desenfundó también su varita. —Anda, tu también, esto no será un reto si se lo dejamos tan fácil-, apuró para que Cleo se uniera al duelo. —Será un dos contra uno.

[Juliens]

Concluído el plazo de la actividad, anunciamos que no se tomarán en cuenta los roles posteriores a este post

[Anthony R. Dracony M.]

Anthony Ryvak Dracony

El peliverde tiene su palma derecha sobre el rubio Haughton, el brillo que resplandece en su Amuleto y su palma es intenso, quizás por eso el Funcionario Ministerial Whisper se da la vuelta mientras Ryvak continua imponiendo su mano sobre el mago que pronto se unirá a la familia casándose con Ludwig... aunque los ataques de la organización del Grinch y el asunto de Stonehenge, han complicado seguir con aquellos planes.

Dracony no solo actúo por preocupación hacia el mago, también por inspiración repentina, tuvo que disfrazar su búsqueda de los acontecimientos que puede ver usando el poder del mineral del Éter, mucho más rápido que realizar el más audaz interrogatorio y fue bastante esclarecedor lo que pudo ver en los recuerdos de Cillian.

Anthony se levanta lentamente, también confirmó que Cillian fue asistido con peripecia después de sufrir aquel extraño ataque, así que no sabe porque el joven no ha pronunciado ningún comentario o quizás Cillian lo haga de un momento a otro.

-- Yo no soy sanador como mi amigo, pero creo que Cillian se encuentra bien, he visto muchos ataques sin sentido desde que cayó el Estatuto Internacional del Secreto, lo que me hace sentir alarma de incidentes de ataques a los ciudadanos normales como a los que tienen un empleo en el Ministerio Mágico. En el presente, los tiempos en que vivimos son bastantes difíciles, sea en Gran Bretaña u otro lugar del mundo. Es difícil para mi, permanecer impávido.--  Se excuso ante Whisper, aunque algo le hizo girarse, una onda que era a la vez desconocida y familiar que se aproximo a los terrenos propiedad de los Malfoy... Anthony solo puede suponer que es debido al mineral del Éter que puede sentir una conexión con aquella onda energética que llega a la mansión, pero requerirá esperar estar a solas para  investigar sobre esa energía que se propaga como aquella intensidad injustificada...  

[Ludwig Malfoy]

Mordred Deschain  - finalista – Vulkos - perdiendo el marcapaso de la inmortalidad a manos de Ludwig Malfoy.

Finalmente había conseguido activar aquella piedra, crear un objeto mágico de la nada y salir victorioso, tenía en sus manos un corazón que palpitaba y que de alguna manera le hacía sentir más vivo y lleno de energía. Sin embargo ese no era el efecto que estaba buscando en aquella roca. El Malfoy le había dicho anteriormente que con aquella roca podía intercambiar cuerpos más no recuperar su energía vital por lo que empezó a dudar, su cara estaba tan desconcertada que ignoraba que a sus espaldas la bruja que había atacado se estaba recuperando.

- ¿Sorprendido? – dijo entonces Ludwig bajándose del nundu en el que había llegado, se había colocado a la cabecera de su ex-colega, Darla para asegurarse de que estuviera con vida -  ¿creías que no me daría cuenta de tu engaño?, en aquella ocasión en el laboratorio de fabricación mientras utilizaba mi conocimiento de energía psíquica, también utilice mi conocimiento de las sombras, con el invoqué al demonio Seere quien me ayudó a descubrir tu engaño, así que en lugar de decirte el verdadero uso de la roca, te dije algo que tu querías escuchar, de esa manera te encargarías de activar la roca sin saber que nunca te podría ayudar a lograr tu venganza.

Mordred estaba perplejo, había sido engañado, sus planes de usar la roca para recuperar el cuerpo del Malfoy habían fallado por completo y en su lugar había obtenido un objeto que aunque le ayudaría a ser inmortal, no sería suficiente para lograr sus maquiavélicos planes. Aquellas noticias le habían caído como un balde de agua helada que ni siquiera se percató de que aquella mujer se había levantado y apuntado con su varita había realizado un hechizo que le quitó toda la magia al Deschain.

Volteó entonces para observar como “La Darla” lanzaba de su brazalete una llamarada la cual se dirigió rápidamente hacia el pelinegro – detritus – dijo con su varita pero no ocurrió nada, simplemente había perdido su magia. La esfera chocó con su cuerpo quemándolo por completo. El niño comenzó a correr por todos lados intentando apagar el fuego, rodó por el suelo entonces hasta que la última llama se apagó. Su cuerpo estaba en carne viva, sus párpados quemados, el cabello totalmente había desaparecido, era como ver a un despojo.

-Deberías estar muerto – dijo el rubio – pero no morirás mientras tengas ese collar, sin embargo el dolor es otra cosa, el dolor es algo que no podrás prevenir, podría matarte, debería matarte pero eso solo me convertiría en un asesino como tu, en su lugar te llevaré a Azkaban, donde nunca podrás salir.

El rubio arrancó entonces el collar del cuerpo de Mordred y se lo colocó en su cuello, ahora el portaría aquella roca, mientras que el niño se pudriría en la cárcel. Lo amarró de pies a cabeza para posteriormente revisó a la chica que yacía en el suelo. Sus signos vitales habían llegado a parámetros normales por lo que sospechó que estaba fuera de peligro -lamento lo que te hizo, me encargaré de que nunca le vuelva hacer daño a nadie – acto seguido le dio un beso en la frente para posteriormente invocar un fulgura nox y desaparecer con el cuerpo de Mordred Deschain aún en estado crítico.

 

@ Tessa Brower

[Sagitas E. Potter Blue]

Con Matt:

¿Mi hijo estaba dormido? Es cierto que, como padre, tenía cara de insomnio y parecía más dormido que la niña que sujetaba sobre su pecho y que parecía una dulzura con aquellos ojos semicerrados. Con la otra mano, intentaba preparar un vaso de leche para la chiquitina con unos gestos tan torpes que me hicieron sonreír. Le libré del peso de Elentari y tomé a mi nieta de sus brazos, para que pudiera hacerle un desayuno decente. Su risa era maravillosa y enroscó un dedos en uno de mis rizos. La dejé despeinarme mientras le hablaba con mimos. En aquellos momentos tan tristes para la familia, la pequeña era una rayo de sol, lo único que brillaba en aquel momento en la Familia Potter Black, cada vez más oscura tras los últimos acontecimientos.

Dejé de moverla para que tomara el biberón de leche; bueno, la taza que ella podía sujetar con las dos manos. Yo no me fiaba aún de esos trastos tan modernos, pero no dije ni pío mientras la veía succionar su alimento. Sólo levanté la cabeza cuando Matt dijo que Jack y yo deberíamos quedarnos con la niña porque él salía fuera. Por supuesto, sabía que se refería a ese secreto (no para mí) de los minerales y el poder mágico que contenía cada uno de ellos.

-- Cariño... -- A saber si me refería a mi nieta o a mi hijo, aunque levanté la vista hacia mi hijo y sostuve la mirada todo lo que pude para que no se diera cuenta que mentía. -- Hoy me va fatal, tengo entrevista con el Fisco. Parece que quieren saber la distribución económica del Tesoro mientras estuve como Presidenta de esta maldita nación.

Volví la vista enseguida a la nieta y agradecí que él no pudiera leerme o se habría dado cuenta del rubor que corría por mi mente como una nube rojiza, por la vergüenza de manipularle de tal manera.

-- Pero estoy segura que entre Babila, Jack y los elfos no pasará nada -- me apresuré a añadir. Tenía que convertirme en Ericen e ir con él a esa investigación nueva.  -- Entonces... ¿Recibiste su solicitud? ¿Y dónde has quedado con ella?

Cuanto más supiera, mejor, porque no sabía si tenía que ir al Ministerio o ir directamente a Stonehedge. 

-- Bueno, espero que la trates bien, @ Matt Blackner . Recuerda que ella no es de aquí, es de fuera, tal vez Londres le venga un poco grande. Si la ves perdida, la ayudas, ¿vale? A propósito, puede que venga a vivir un tiempo a la Potter Black. Quiere vivir en un hotelucho muggle mientras esté aquí, pero ya le he dicho que para qué va a gastar dinero en ello teniendo una mansión tan grande. ¿Te importa?

Seguí sin mirarle, jugueteando con la niña. ¿Se daría cuenta de algo, se molestaría de que hubiera tomado esa decisión sin contar con él como patriarca?

[Matt Blackner]

El contacto de una mano con mi brazo desvió mi atención de la botella de leche que intentaba abrir. Cuando miré, Sagitas trataba de tomar a Elentari en brazos para que yo pudiera prepararle el desayuno. En seguida, la niña se abrazó a su abuela, enredando los deditos en los rizos violeta. Para ella eran muy llamativos, porque eran del mismo color que su pelo. En aquellos tiempos, tan tristes en la Potter Black, eran llevaderos únicamente por ella. Su risa, feliz, me hizo mirarlas a las dos y sonreir, revolviéndole el pelo y arrancándole una risita.

 

La niña desayunaba sentada en el regazo de Sagitas, mientras yo la vigilaba, sin quitarle ojo de encima, bebiendo una taza de café humeante. Esperaba que Sagitas aceptara. Después de lo qeu había pasado, solía quedarse de buen grado con Elentari, seguramente, aquella la distraía un poco por la falta de Ithilion. Pero el tono con el que comenzó su frase, me hizo desviar la mirada de mi hija hacia ella. Le sostuve la mirada, alzando ligeramente la ceja, sin entender qué pasaba. Oir que no podría quedarse con ella me hizo sentir mal, pero qeu quisieran investigarla...

- Si lo necesitas, puedo...puedo decir que no cuenten conmigo en el ministerio - ofrecí. No me gustaba la idea de dejarla sola frente a esos malditos investigadores.

 

Pero ella parecía desistir mi ofrecimiento para acompañarla cuando añadió que Jack, Babila y los elfos podrían cuidar de la niña.

- Si..claro, supongo que Jack y Babila podrán cuidarla. - contesté, desviando la mirada, quitándole una mancha de la mejilla que de nuevo, le sacó una risita. - Si, me llegó y la acepté. Soy el único miembro de Accidentes. Le dije que nos reuniríamos en Stonehedge. Es lo más rápido. - comenté. Ni siquiera tenía claro qeu estaba pasando ni por qué el ministerio parecía tan nervioso con aquel lugar.

 

- Claro, mamá, seré bueno con ella. - contesté con un suspiro. No me gustaban los desconocidos, aunque fueran familia...Levanté la mirada hacia Sagitas, casi rogando que no me obligara a invitar a nadie a vivir en la PB. Si era su prima, por qué no lo había hecho ella? 

 

No llegué a decirle nada. Jack apareció por la puerta, besando a Sagitas y cogiendo en brazos a Elentari, que le miró con una tierna sonrisita

- Güero! - exclamó, aferrándose a su camisa.

- Hoy pasaremos juntos el día esta señorita, el tito Babila, y yo.

Con un suspiro, me levanté de la mesa. Revolví el pelo a la pequeña, y miré a Sagitas.

- Está bien. La invitaré a quedarse en casa. Tened cuidado, espero volver para la hora de la cena. - me despedí, antes de salir de casa. 

[Darla G Dumbledore]

Darla Potter Black y Kimberly Black – Finalista - Vulkos - Darla Potter Black con el mineral cedido por Kimberly Black

La pelirroja apenas podía mantener los ojos entreabiertos, más bien, intentar abrirlos, escuchaba las palabras que Ludwig y el joven que la había atacado decían. Pero no lograba ser consciente del todo, quizás en los colmillos de la bestia en que se había convertido había veneno, o quizás se trataba de un licántropo, la sangre lycan era venenosa para ella. No lo sabía con seguridad.

Sintió los labios de Ludwig en su frente y las palabras delicadas, bueno, estaba sola “El Lud” se había ido con su presa. Solo le quedaba intentar algo, entre abrió los ojos y mientras por su mente pasaba un pensamiento inesperado, no sabía si sería lo suficientemente feliz para lo que buscaba. Movió su varita mientras susurraba.

—Expecto Patronum —la forma plateada no fue inmediata, en un principio fue solo una chispa, una inocente forma que creció hasta salir corriendo tras el nuevo susurro —Kim…

...

La rubia observaba mientras el Despard hablaba con el hombre que se les había acercado, no, no le importaba lo que ocurría con los Gryffindor ni cómo los Malfoy no sabían cuidar de su familia. A ella le importaba su compañera, eso se acercó para informar al Ministro cuando de pronto la figura de un patronus se acercó a ella, no emitió sonido alguno, pero no lo necesitaba, no podía creer la forma de aquel patronus, pero sí lo reconoció de inmediato. De años de haberlo visto, y antes en el pasado incluso oído.

—Despard… Ya no te puedo esperar —gritó mientras llevaba su escoba tras la figura del patronus que la guiaba.

La rubia aceleró su escoba e hizo varios loops entre los árboles para no perder la figura plateaba que la guiaba hasta el lugar en que la Potter Black se encontraba. Cuando llegó hasta ella permaneció unos segundos más antes de desvanecerse sobre el cuerpo de la pelirroja.

—Darla —Kim aterrizó y corrió hacia la bruja, girándola, la herida en el cuello ya casi no existía pero era evidente la pérdida de sangre. La vampiresa levantó su manga para luego desgarrar su muñeca, para luego dejar caer algunas gotas de su sangre en los labios de su compañera, esperando que reaccionara. Los colmillos habían asomado a los labios de Darla, y para cuando abrió los ojos Kim pudo ver la disparidad en ellos, el rojo característico de la Potter Black y el verde de la Akane. Era obvio que la una sin la fuerza de la otra no hubieran logrado sobrevivir al ataque, o quizás fuera gracias a otra cosa, Kim observaba el brazalete dragón en la mano de la bruja.

—Buscan los minerales —murmuró Kim y la pelirroja asintió mientras la ayudaba a ponerse en pie, aún demasiado débil.

—Hay que mantenerlos a salvo —fue lo respuesta de Darla y Kimberly supo cuál sería el mejor lugar para que estuvieran ocultas hasta que lograran rearmarse.

—Fulgura Nox —pronunció Kim y tras atraer con un accio su escoba atravesaron el portal hacia el lugar de los Frost, el único lugar que se le ocurría a salvo de las ambiciosos por los minerales. La rubia llevaba apoyada sobre su hombro a la pelirroja y un suave destello apenas fue visible cuando el portal se cerró tras que las dos lo atravesaran desapareciendo de Ottery.

 

 

Editado 2 de Mayo del 2022 por Tessa Brower
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