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Edicto sobre el Estatuto Internacional del Secreto en territorio inglés


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Gran Bretaña
saltando entre el Ministerio de Magia

y House of Books ida y vuelta



¿Que se calmara y tomara asiento? Las veces que había cruzado al mago por cumplir con su deber jamás habían terminado bien. Eso no ayudaba a que se calmara para nada. No sentía fuera a ser mejor que las oportunidades anteriores en que habían coincidido pero dada la diplomacia que él mostraba en ese momento estaba dispuesta a darle el beneficio de la duda.

—¿Dolida y enojada? ¿No hay indicios? --si, parecía un loro repitiendo las palabras de Sean y más que sentarse había apoyado ambas palmas reclinándose por sobre el escritorio como si estuviera a punto de saltar al cuello del Linmer.

—¿Acaso insinúas que mi tía sería capaz de usarte de chivo expiatorio? —aunque debía reconocer que no era mala idea.

Se enderezó y dió unos pasos al costado cuando él decidió tomar asiento sin ninguna preocupación aparente, como si se tratara de una amena jornada para tomar el té. Ella estaba al límite de su paciencia pero giró hacia el otro lado de la mesa, hacia el lugar que había ocupado Taison. Con un dejo de resignación tomó asiento frente a él, dándose cuenta que aún sostenía a Edelweiss en su mano, tentada estuvo para lanzar un incendio contra la nota que acaba de escribir y pasó volando por sobre su cabeza. Préstame atención a mí maldito, pensó en decirle pero se contuvo justo cuando él mencionaba que la necesitaba, obligándola a levantar una ceja.

Los ojos de Darla se desplazaron unos centímetros por sobre la cabeza del Linmer, como si allí pudiese ver en un lienzo lo que había ocurrido en los últimos meses. ¿O habían sido apenas semanas? Quizás incluso días.

—Lunita a quedado a cargo luego de la muerte de su padre —murmuró aún con una expresión ida, mientras accedía a los recuerdos de Scarlet al llegar al Ministerio —Elvis estaba reconstruyendo la Seguridad, había publicado una circular, buscaba gente.

Ante sus ojos, cuya mirada estaba claramente en el vacío, se representaba la escena de la Akane leyendo la nota enviada por el Gryffindor, su presentarse en el Departamento de Seguridad, Elvis pensando que era Darla y Luca mostrándose con una imagen que no era la suya para terminar en un enfrentamiento, una promesa de ayuda, que nunca llegó. Darla bajó la mirada, como si al hacerlo pudiera volver a leer toda la documentación que Elvis había reunido contra Aaron para demostrar que era el Inquisidor, se asombró, él jamás había pensado en el Black como… sus ojos se elevaron de repente para centrarse en el Linmer, había perdido la mitad de lo que había dicho.

—¿Quieres chequear a todos? Eso es casi dictatorial, una revisión de varitas al ingreso, un mejor resguardo, una revisión de hechizos y trampas que pudieran haber plantado. Vamos Sean, sabes muy bien que lo que ha hecho Sagitas no le traerá aliados ni entre sus amigos —suspiró echándose hacia atrás en la silla cruzando los brazos y viendo al hombre del cual ahora dependería la seguridad ministerial o lo que fuere.

—Supongo que tú tienes experiencia por tu rama de trabajo, pero te advierto que si vuelves a intentar algo que crea mínimamente corrupto no me va a importar que la misma… —estuvo a punto de usar una frase muggle trillada, “la misma reina de Inglaterra”, pero recordó que la había visto morir calcinada gracias a Caelum, puso los ojos en blanco —Sagitas hasta me lo va a agradecer de seguro —gruñó molesta.

—No sé si Annick quiera, el honor a Elvis lo merece, pero la persona idónea para tratar esos temas sigue siendo su hija, que está con tu suegra en este momento —clavó sus ojos en la mirada grisácea del mago, no podía leer su mente y él había sido un dolor de muelas desde que lo había cruzado en Rumania, en la Macnair y sabría Morgana en qué otro lugar cuyo recuerdo había preferido “borrar”.

—Sí quiero profundizar en algo —se inclinó hacia adelante sin apartar la mirada de los ojos de él —Luna está a cargo, no yo y yo cuidaré de ella y evitaré que se acerque al líder mortífago a como de lugar, mi prioridad es su seguridad —amó la oclumancia más que nunca en su vida mientras una sonrisa se dibujaba en sus labios al enderezarse —perdí a Elvis frente a sus ojos, no voy a permitir que ella también se pierda, ni que nadie le haga daño o la menosprecie.


Días después…


La circular cayó sobre su mesa del desayuno en House of Books y por poco la deja ciega al leerla, aún no salía de su hogar y el café de la mañana fue acompañado por un par de insultos, hacia el Linmer por la circular y a Nathan por haber sido descuidado. ¿O ese era el plan del Weasley? Debía reconocer que jamás lo había terminado de conocer, no era el inocente niño que conociera hacía mil años en la Orden pero sí el cuasi eficiente duende que había trabajado a su lado durante un par de años. Mordió su labio al recordar Gringotts y se puso de pie de un salto tomando el bolso y la varita a su lado, no necesitaba recordar a sus elfos que se iba a su nuevo “trabajo”.

Llegar al Ministerio no le tomó nada, ya había elegido un lugar donde aparecerse hacía tiempo, no quería una red flú conectándola, y hasta que lograra recobrar los datos de las habitaciones secretas no quería arriesgarse. Sean debía haber enloquecido porque en cuanto puso un pie en el atrio la revisión fue mayor a la habitual, aunque se contuvieron con ella al notar quién era o qué era mejor dicho porque su sonrisa con colmillos al ceder por unos segundos su varita decía todo.

No le importaba si el Linmer la dejaba esperaba o no en su despacho, por ella podía estar tumbado sobre la mitad de las mujeres de Londres sobre su escritorio pero la iba a oír. Sin anunciarse utilizó la magia para abrir la puerta del despacho, él sabría de seguridad pero ella tenía más poder en su magia que el mago en su dedo meñique, exagerada idea en realidad pero exaltada por la furia, como siempre. Estampó la circular contra la mesa y señalándola con el índice miró con furia no contenida al mago.

—¿Qué demonios te pasa? ¿Por qué has puesto un precio sobre Nathan vivo o “muerto” —resaltó el muerto con un gesto exasperado —no puedes hacer semejante… —no encontraba una palabra decente y necesitaba calmarse, por lo cual se quedó en silencio dando lugar a que el mago explicara ¿un squib muerto?


off: amarillo Sean? quieres dejarnos ciegos a los que usamos ip board? <_< @@Sean -Ojo Loco- Linmer

 

Editado por Darla Potter Black
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Sean con @@Darla Potter Black antes de los de @@Nate Weasley

 

Tome paciencia, porque de seguro la perorata seria grande y.....no me equivoque. Claro tomando en cuenta que ya me había lanzado un pisapapeles y que aun tenia la varita en la mano mejor no interrumpirla. En lo de ser chivo expiatorio, estaba casi seguro que Sagitas preferiría ponerme en esa singular situación, así tenia excusa para Perenela si otro me mataba o si acababa en Azkaban, limpiándose las manos olímpicamente. Claro después llego al tema de Luna y si..entendí lo que decía...de hecho lo usaría a mi favor. Así que ahí si acotaría algo. Junto a los de la tirania.....bla..bla..bla...

 

-No, Luna siempre fue la jefa del departamento auror, Elvis era el de Seguridad Mágica y mano derecha de la Ministra. -me tome un momento para meditar las siguientes palabras- Tengo en buena estima a Luna, así que considero que si alguien ha de estar cerca de Sagitas para su protección ha de ser ella. Sin dudas seguirá en su cargo, con ese nuevo rol. Así también considero has de apoyar a tu tía como Jefa de Seguridad mágica. -sin mas moví la varita y girándola saque unas copas y una botella y me serví invitando a Darla para brindar- Suerte con tu nuevo cargo. Eso si, es para ahora....dilatar el asunto es peligroso....digamos que tienes muchas personas importantes para ti bajo tu supervision.

 

Y heme ahí..ya repartiendo cargos...aunque eso si..en lo de mano derecha de la Ministra...pues ese si era mio. Lo cierto es que Darla se había delatado...si su prioridad era Luna..asociar a Luna a la custodia de Sagitas(algo ya de por si peligroso..pues todos deberian de querer la cabeza de la payasa pelivioleta)...por transitividad Darla ayudaría a Sagitas y al Ministerio como si la vida le fuera en ello.

 

-En cuanto a los controles..que dictadura ni que dictadura. Quiero control en los accesos nada mas. Y un sistema de vigilancia en los corredores. -también en las oficinas pero eso iría a por mi. Que ahi si que Darla protestaria de mas- El del atrio ya estaba.....pero no quiero a todo el mundo corriendo a la oficina de la Ministro cada vez que vayan a quejarse de alguna medida. A ese piso los indispensables. Quiero autorización de acceso en cada piso. Y en caso de hacerse una excepción que sea avaladade manera oficial.

 

Con esto concluia el asunto....al menos ese.

 

-En cuanto a lo de funeral oficial de Elvis...eso ya esta decidido. Si la familia quiere ir...alli tendra su puesto de honor. La invitacion sera tramitada. Lo importante es que nada suceda. -mire mi reloj. -Por ahora eso es todo. Vaya a ejercer su jefatura...por mi parte mis puertas estan abiertas para cualquier cosa que necesite....-y sin mas reafirme el asunto -cualquier cosa.

 

Con esto daba por finalizada la reunion.

 

Sean con @@Darla Potter Black despues de lo de @@Nate Weasley.

 

Como siempre la puerta del despacho estaba abierta. No me gustaba cerrarla....aunque había ideado nuevas y sutiles formas de saber la identidad del que se acercaba. Al menos ahí la vigilancia funcionaba. Por lo que cuando vi a Darla acercarse me dio tiempo a acomodarme. Ya sabia yo que este trabajo no seria fácil. Sin mas esboce una sonrisa encantadora. Eso si, había que felicitarla porque ya había llegado mi encargo y era hora de que la nueva jefa comenzara a repartir los panfletos para su publicación en lugares públicos.

 

-Cálmate Darla....y no me pasa nada. -respire profundo.- De hecho te estoy ayudando..yo tomaría por ofensa personal que algún mago pase el sistema de seguridad que implementaste en el Ministerio. Conozco poco al señor @@Nate Weasley pero si alguien viola la ley debe pagar. Nadie esta por encima de la ley.....ademas hay un muerto de por medio..así que los 5000 galeones están bien.

 

Y con esa argumentación deje patente que zanjaba el asunto.

 

-Por cierto....tengo un trabajo para ti...ten -le cedí unos póster muy bonitos y acordes a la situación.- encárgate que se distribuyan por todo el suelo ingles y mas allá.

 

Y claro ahora las buenas noticias.

 

-Por cierto...lee esto..de seguro te alegrara el día. -sin mas le cedí un pergamino con el decreto que acababa de realizar.

 

DECRETO MINISTERIAL #XXXX-001

 

Por medio de este mágico decreto, queda disuelto el Wizengamont debido a su falta de operatividad en las condiciones de guerras vigentes. Quedando centralizado el mando de leyes y disposiciones bélicas en manos de la Ministra Sagitas Potter Blue. Ademas es un movimiento que ayuda a las finanzas Ministeriales y que redundara en un incremente de 5% de los empleados de la institución.

 

Firma: Sean Linmer. Secretario Privado de la Ministra de Magia Sagitas Potter Blue.

 

Evidentemente espere a que lo leyeras. Eso eran buenas noticias....sacar a un montón de viejos chochos que cobraban de mas de esa institución que desde hacia mucho no hacia nada. Y sin dudas un aumento de salario lo agradecen todos. Pero creo que lo que alegraria a Darla seria lo siguiente.

 

-Por cierto..sabes que @@Aaron Black Yaxley es miembro del Wizengamont no??? con su consiguiente inmunidad parlamentaria. O sea que si ya no existe Wizengamon....entonces...

 

Son mas le cedí a Darla la otra circular.

 

CIRCULAR OFICIAL

 

Por este medio se pasa a las autoridades una orden de busqueda y captura extendida a la comunidad mágica internacional contra @@Aaron Black Yaxley por atentar contra las instituciones mágicas británicas. En hecho ocurrido en la reunión de la Confederación Internacional de Magos realizada en Suiza, donde intento llevar a cabo un golpe de estado, contra la constitucionalmente electa Ministra Sagitas Potter Blue.

 

Se deja constancia en esta circular que se comienzan investigaciones sobre el ex-ministro, debido a su nefasta gestión anterior y otras afiliaciones que van en contra el orden mágico actual.

 

 

Se deja claro que el Ministerio no dejara impune ni amparara crimenes cometidos por nadie, independientemente de su alcurnia, rango o cualquier excusa que se esgrima en su defensa.

 

Se ofrece una recompensa de 5000 Galeones a aquel ciudadano ejemplar que lleve ante la justicia al traidor. Vivo....o muerto (si ofrece resistencia al arresto.)

 

Firmado: Sean Linmer. Secretario Privado de la Ministra Sagitas Potter Blue."

 

-Bien...creo que con esto ya puedes visitarlo a su mansion..y quien sabe si venga gustoso a declarar...-dije en broma...mientras me acomode en el asiento. -Por cierto..Aaron tambien tendra su poster...pero demorara en llegar.

Editado por Sean -Ojo Loco- Linmer

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Todavía no lograba hacerse una idea de cómo precisamente era que había logrado escapar de las instalaciones del Ministerio aquella noche. Ciertamente había contado con el hecho de que al menos uno o dos funcionarios de seguridad se abrirían paso hacia donde estaba él y lo capturarían, o que la habitación donde el Escuadrón estaba instalada contaba con medidas de seguridad que le impedirían escapar luego de semejante destrucción. De hecho, hasta ese momento, jamás había supuesto que tenía la posibilidad de salir libre aquella noche, y sin embargo eventualmente se dio cuenta de que escapar era plausible y que, de hacerlo, podría finalmente unirse a la resistencia.

 

- Phantom - murmuró, haciendo uso de sus habilidades de la Orden Oscura. Aquel encantamiento lo dotó de una ligereza y rapidez ajena a su especie, pero gracias a la cual pudo llegar al Atrio Ministerial en tan sólo unos minutos. Para su sorpresa este aún se encontraba desierto, todo parecía tan fácil que de hecho pensó si Sagitas no quería intencionalmente que él escapase. No tenía tiempo para aquellos absurdos pensamientos, y en cambio avanzó hasta la primer chimenea abierta que encontró y abandonó los terrenos Ministeriales rumbo a algún lugar seguro.

 

*-*

 

Ya habían pasado varios días desde sus desventuras en el MInisterio de Magia y, de alguna forma, aún permanecía en libertad. Ciertamente sus acciones no habían pasado desapercibidas, y contrario a lo que hubiera pensado inicialmente los medios de comunicación (claramente manejados por la administración de la Ministra) habían expuesto sus acciones, calificándolas como "... hechos aberrantes que tienen por clara intención subestimar las intenciones de la Ministra de Magia y que no hacen más que poner palos en la rueda a lo que ha sido un trabajo interdisciplinario sin descanso y que estaba a punto de dar sus frutos." Nathan sonrió al leer aquellas líneas en El Profeta, ciertamente una descripción de sí mismo que lejos de generarle vergüenza lo infundía de orgullo por sí mismo.

 

Pronto podría unirse a La Resistencia, pero por ahora era menester que mantuviese un perfil bajo por un tiempo, al menos hasta que su orden de captura venciese o lograse idear un plan lo suficientemente bueno como para huir hacia Estados Unidos, donde esperaba que Goderic Slithering, actual presidente del MACUSA, le diese asilo político.

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LONDRES, INGLATERRA - CASA GREYBACK-

 

al recibir en su casa el anuncio de busca y captura emitido Sean comprendio que posiblemente la situación sería peor de lo esperado, así que tomando pluma y papel escribió.

 

Viena Austria, Oficina de la canciller "Mi estimada Ana : envió este mensaje a ti esperando que entiendas que no se cuando volveré a verte mi querida amiga , la situación aquí me recuerda a la Revolución francesa muggle, los carteles de se busca empezaron a volar por doquier, solicitó que lo mas prontamente me envíes a maria Antonieta... Siempre tuyo taison".

 

Con la punta de su varita hizo desaparecer el papel esperando que este llegue a destino, había robado de una tienda muggle unas ropas que le ayudarían a pasar desapercibido, mientras volvía al Ministerio buscando como infiltrarse para buscar más información.

 

@@Ada Camille Dumbledore

Editado por taison logan greyback

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Gran Bretaña
saltando entre tiempos en el Ministerio de Magia

 

con Sean antes del ataque de Nathan

 

Que Sean le diera la razón en algo no era nada bueno, lo sabía, lo podía sentir en la piel, odiaba que el mago pudiera mantener tanta calma que no lograba sentir variaciones en los latidos de su corazón. Demasiado acostumbrado a mentir supuso la Potter Black. Y la trucha cayó en el cebo. ¿Cómo demonios no se lo vio venir?

 

—¿Qué estás diciendo Linmer? —preguntó enderezándose mientras él aparecía unas copas y una botella —maldito —susurró cuando él le deseo suerte con su nuevo cargo y agregó de las personas importantes para ella, la había hecho caer en la trampa. Estuvo a punto de vaciar la copa en la cabeza del Linmer pero él siguió hablando de la seguridad ¿de dónde carajos le salía tanto interés por la política y el cuidado del Ministerio? ¿Acaso temía su mujer lo dejara si algo le sucedía a su suegra?

 

Lo de Elvis la exasperó, pero entre eso, el puesto, la seguridad, era mejor calmar las aguas. Se puso de pie, molesta entendiendo que la echaba del despacho pero eso no evitó que moviera con delicadeza la varita y aunque detestaba desperdiciar una buena bebida el nuevo repulso que pasó por su mente derramó el contenido de la botella en la entrepierna del mago.

 

—Ups… que torpeza... ya me voy… jefe —gruñó entre dientes, renunciar al puesto que le acababan de encajar no era una opción óptima, de hecho le permitía vigilar a su tía, a Luna y al propio Sean más de cerca, pensó mientras cerraba la puerta tras ella junto con toda esta situación previa al ataque de Nate.

 

Con Sean después del ataque de Nathan

 

Como detestaba que le dijera que se calmara, se dejó caer en la silla frente a él, porque si no intentaba calmarse un nuevo pisapapeles volaría, o el mismo, y esta vez no erraría la cabeza del mago. Hacía siglos que nadie le hacía perder la paciencia como el Linmer.

 

—¿Ofensa personal? Fue tu idea el sistema, quién iba a pensar que la misma noche que se te ocurre empezar a implementarlo alguien haría una haz… —se detuvo al darse cuenta que iba a decir hazaña, negó con la cabeza —así que ahora piensas que nadie está por encima de la ley, que bien —farfulló entre dientes.

 

—Un muerto ¿Sean? ¿De dónde lo sacaste? No está en la nómina que me hiciste revisar para controlar quién entra y sale del maldito ministerio —gruñó ¿gruñó? Sí, el hombre le iba a sacar canas verdes —y no es el monto, es que das pie a que lo maten, jo.der.

 

Que no soy tu secretaria est.úpido le salió gritarle pero se contuvo mientras tomaba la pila de afiches desde los cuales un Nate más serio de lo que lo recordaba la observaba con gesto de ¿nada? En realidad se le había ocurrido una idea más grosera pero no por culpa de Nate. Dejó los Nate sobre la mesa, con el primero dado vuelta para no tener que ver su rostro observándola, le resultaba incómodo y tomó el documento que le había tendido.

 

Por poco se ahoga al leer el decreto ministerial.

 

—¿Ahora escribes los decretos Sean? —Estaba a punto de hiperventilar —el Wizengamot tiene más años que tú y yo juntos, entiendo el ahorro y la falta de acción, pero disolverlo, por Merlín —dejó el pergamino sobre el escritorio, sí, no tenía argumentos, sonaba ¿lógico? Odiaba reconocer que no sabía qué decir.

 

Se tensó al oír la pregunta sobre Aaron y negó con la cabeza para tomar entre sus manos la circular que Sean le pasaba. Su rostro se mantuvo impasible mientras sus ojos recorrían el texto. No había estado en Suiza cuando había dicho algo contra Sagitas, de hecho, ni ella estaba cuando Darla llegó, recordó el hechizo con que había cortado al Black, la pequeña cicatriz que aún no se desvanecía en su brazo se lo recordaba cada día pero todo aquello había sido por el enfrentamiento entre él y Elvis. Lo de las afiliaciones le picó, pero nada podía decir, Elvis lo había acusado hasta de ser el Inquisidor.

 

—Que manía tienes de ofrecer galeones por gente muerta —levantó la vista mientras apoyaba la circular sobre el decreto —sabes bien que Aaron no aceptará ser arrestado tan fácilmente —negó con la cabeza —hablaré con él, hemos trabajado juntos, hace años, pero asumo que algo podría escucharme a pesar de lo mucho que haya cambiado.

 

—Entiendo —sacudió la cabeza y observó con una falsa sonrisa a Sean —y pretendes que vaya a la Black con la circular ¿o debo esperar su póster? —¿le había salido una ironía? Lo dudaba, si a Nate lo había defendido por compañero de bando a Aaron... aún no tenía idea el por qué defendía una y otra vez al Black, debía reconocerlo y a su mente vino una de las ironías de Zahil, ella estaba equivocada, pero estaba segura que ante los demás sí se veía así y en realidad, poco le importaba.

 

Sean -Ojo Loco- Linmer]

Aaron Black Yaxley

 

Editado por Darla Potter Black
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"Tac, tac, tac, tác"

 

Los dedos de la bruja provocaban una sinfonía contra la madera de roble de su escritorio, a su lado una pila de periódicos prolijamente ordenados y una taza de café ya frío.

 

"Tac, tac, tac, tác"

 

No podía detener el accionar de sus dedos ante el acto involuntario por moverse de forma rítmica sobre la mesa. El laúd de la mujer se encontraba en su estuche contra la pared pensando en porqué sus dedos tocaban la mesa en lugar de acariciar sus cuerdas. Suponiendo que un laúd pudiera pensar, aunque estaba por completo segura de que aquél artefacto que llevaba centenar de años en su posesión la entendía más que nadie en aquel mundo de los mil demonios.

 

"Tac, tac, tac, tác"

Su padre había muerto. Y la culpa caía en sus hombros.

 

"Tac, tac, tac, tác"

 

El edicto había sido promulgado y el caos se había instaurado en el mundo.

 

"Tac, tac, tac, tác"

 

¿Qué debía hacer?

 

Dos panfletos estaban en su mesa, su equipo de diseño los había fabricado. El rostro de Nathan y el de Aaron la observaban. Uno había incendiado parte del ministerio y el otro... bueno, el asesino de aurores.

 

-¡Wicky!- la elfina tardó apenas un segundo en aparecer -quiero ver estos rostros en la próxima portada del Magisk, díle al equipo de edición que se encargue. Yo tengo unos asuntos pendientes con la nueva Ministra.

 

Se puso de pié, ocasionalmente llevaba un vestido negro bajo la túnica oscura y unos finos stilettos negros, tomó su bolso de piel de moke y desapareció.

 

***

 

Los adoquines en la calle no eran problema para los tacones que arremetían con rapidez por el largo y oscuro pasillo del callejón Knocturn donde se apreciaba la ropa que colgaba de uno a otro edificio donde vivían los sectores más vulnerables de la sociedad mágica. Allí, donde los niños buenos no se atrevían a caminar, a plenas luz del día, la Gryffindor se acercaba a una pequeña puerta de acero que pasaba desapercibida entre los techos de chapa de las casas y las tiendas callejeras donde te vendían comida, utensilios y pociones de dudoso aspecto.

 

Cuatro golpes bastaron para que la pequeña rendija de la puerta se abriera y unos ojos verdes la contemplaran.

 

-Aquí tiene su paquete- dijo el duende con una voz aguda y cantarina -¿Trajo el dinero?

 

Efectivamente, la pelirroja metió la mano en su bolso, retiró una pequeña bolsa de arpillera, la acercó a la rendija y la hizo sonar un par de veces.

 

El duende dio un golpe seco al cerrar la rendija y abrió la puerta de par en par con el paquete temerosamente suelto en una caja de madera.

 

-¿Sabe utilizarlo?- preguntó el duende.

 

-Claro que sí- murmuró la bruja.

Editado por Shelle Katerina Gryffindor

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FgCYNNN.png Intenté y creo que lo conseguí, que mi cara no reflejara ninguna emoción, ni positiva ni negativa, ante las palabras de mi hermano @@Adrian Wild. Sin embargo, sus palabras calaron hondo en mí. Por un breve instante, mi mente recordó. Y ese recuerdo me produjo daño. Instintivamente, ya de forma automática, un escudo legeremántico protegió cualquier intento de vislumbrar aquel cuerpo desnudo y torturado de mi hermano, la figura de aquel nigromante, la información del libro con las memorias de los muertos, la profecía sobre Ithilion, el asesinato del nigromante por mis manos y la mirada de asco que creí ver en los ojos de mi hijo @@Matt Blackner cuando vio lo que había hecho y lo que haría en el futuro. Todas aquellas imágenes fuera de contexto no se entenderían pero cada uno llevaba un engranaje que me había llevado, inexorablemente, a un cambio interno, ese cambio por el que ahora mi hermano me interrogaba.

 

Mi mano acarició el cajón en el que había enterrado la carta de Mackenzie Malfoy y una leve sonrisa volvió a mi rostro, el que intuía algo pálido tras aquel breve lapsus de aturdimiento.

 

-- Sabes lo que soy capaz de hacer por la familia. -- Es lo único que me atreví a decir, con tanta gente delante. Estaba segura que, en otra circunstancia y en un lugar mucho más seguro que aquel despacho ministerial, habría llegado a confesarme ante mi hermano. Adrian y yo siempre nos habíamos entendido, desde siempre; aunque no coincidiéramos en nuestra forma de reaccionar, éramos muy parecidos. Pero no me atreví y dejé la frase con un fin que debiera haber sido un inicio de explicación.

 

Me mordí levemente el labio inferior pero mantuve mis ojos firmes en la mirada compartida.

 

-- Sabes que Madre acabó también en el mismo lado que yo al final... -- Esa mención a Antara pareció darme fuerzas en mi decisión de mantenerme en aquel cambio hasta el final.-- Elvis fue un héroe. Mi primo tendrá un funeral digno de una nación que le debe mucho. Aunque no lo entiendas, lo que pienso ahora y lo que hago ahora está muy influido por su muerte.

 

Ahora sí bajé la mirada, por un momento temí que consiguiera ver dentro de mí y aquella incomprensión con la que me miraba se convirtiera, en rabia, o peor aún, en el desprecio que había visto en mi hijo mayor cuando acabé con la vida de aquel ser oscuro, violando toda regla que había (más o menos) respetado sobre el respeto de la vida ajena. No soportaría verlo de nuevo, así que hacía días que procuraba no cruzarme con nadie en la Potter Black y procuraba estar en lugares muy alejados de mi hogar. Aún así, sabría que, en algún momento, tendría que enfrentarme a ello.

 

Guardé silencio y, extrañamente, se extendió de forma tan tajante que fue posible escuchar los pasos que se acercaban de alguien, un andar femenino que respiraba fuerza en su avance y retrocedía con el mismo carácter. Pasos más inquietos y charlas tras la puerta. Volví a apretar el cajón donde guardaba aquel pergamino de la anterior viceministra Malfoy como si fuera un tesoro. Tenía que leerla y temía que leerla, pero no en aquel torbellino de idas y venidas por el ministerio.

 

Sean y Luna me distrajeron un momento, pero pronto la muchacha cuestionó mi decisión.

 

-- Luna, en verdad te digo que yo creía, como tú, que se podía confiar en los muggles. Pero ya has visto lo sucedido con El Inquisidor. Sí, me podrás decir que es un hecho extremo. ¿Pero y la ONU? ¿Las medidas internacionales sobre prohibir el uso de la magia? ¿Y los asesinatos cometidos...? Tenemos magia y sabemos usarla, no sé porqué nos tenemos que dejar amilanar por ... -- me mordía la lengua porque a punto estuve de soltar un adjetivo despreciativo y no era el lugar. -- Los muggles son unos traidores.

 

Me crucé de brazos con fuerza, para demostrar la firmeza de mi afirmación, aunque también para no sentirme tan vulnerable, intentando defender aquel Edicto. Aquello empezaba a estar lleno de gente. Sean había abierto la puerta y pude distinguir a Darla, hablando con él, y una voz masculina que pedía ser mi guardaespaldas. Medio sonreí cuando mi yerno se autonominó Super Secretario de la Ministra en un rótulo que casi era más grande que la puerta que ocupaba. Cerré los ojos; a pesar de todo aquel ruido, me sentí sola y no iba permitir que nadie ocupara el lugar de mi primo Elvis. Él había prometido protegerme y ahora yacía muerto en la Mansión Gryffindor.

 

Sean cerró su puerta y dejé de ver a mi amiga y al otro hombre. Levanté la mano para apagar todas las preguntas de Luna sobre el mundo muggle. Negué con la cabeza.

 

-- ¿Amigos? No puedes confiar en un muggle. ¿Para qué necesitas de sus computadoras? ¿Para que te controlen y te conviertas en un enemigo de tu comunidad? No pienso desdecirme de ninguna palabra del Edicto, @@Luna Gryffindor Delacour, necesito que se cumplan todas y cada una de las reglas haya escritas. Y eso me recuerda otra cosa: voy a formar una Brigada Inquisitorial que controle a todos los que no respeten el Edicto. Necesito que todos los magos cuyos orígenes sean muggles, estén inscritos en...

 

Una alarma me interrumpió. Había fuego en algún lugar del edificio. No temía que se propagara, pero... ¿Habría sido casual o el enemigo estaba dentro?

 

Tendría que limpiar la ciudad de opositores a mis medidas. Empezando por el Ministerio. Mi mirada se hizo más dura y fría, elevé un poco más la barbilla, casi como si creciera ante Luna:

 

-- Aún tengo varias disposiciones más que verán la luz dentro de un par de días, que te sorprenderán. Te conviene estar a mi lado, Luna, porque...

 

Bajé un poco la cabeza, ahora apenada.

 

-- ... Amaba a tu padre, era la persona más fiel y leal que nunca conocí y me defendió hasta el final. Por él, defenderé tu persona y tus pertenencias, pero no te conviene airarme. No es conveniente llevarme la contraria estos días.

 

 

 

 

[Jo, cuántas cosas, intenté reunir todo pero lo que va con el título "unos días después..." en otro posteo, que éste me quedó tocho.]

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Off: rol express... piedad (?)

 

Los rayos del sol naciente aparecían en el horizonte mientras el rechinar de mis tacones contra la acera se perdía con el tumulto de gente que avanzaba uno a uno rumbo al ministerio.

 

Observó seis largas colas en los accesos ¿Acaso estaban haciendo controles? A la payasa se le había subido un poco a la cabeza eso de ser ministra, pese a su actual resentimiento hacia Aarón siempre supo que la continuidad del Black hubiera sido la mejor opción para este desastre que a fin de cuentas el mismo causó.

 

Shelle se sentó en el Hall de entrada del ministerio a tomar una taza de café mientras observaba cuidadosamente cómo miembros de seguridad mágica escaneaban con sus varitas a cada uno de los empleados como también a civiles que debían realizar algún trámite en oficinas ministeriales.

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Sean con @@Darla Potter Black

 

Sonrei ante la idea de lo que denomine ofensa personal. Admitia que tenia que ver con el sistema pero sin dudas no era reponsable de este. Que yo sepa la que tenia el cartel en la puerta de la oficina de "Jefa de Seguridad Magica" era Darla no yo. Yo simplemente era un Secretario fan de hacer decretos y circulares. Como atinadamente apunto. Claro otras cuestiones no atinadas si solto en su diatriba. Como siempre espere a que desarrollara todas sus dudas para despues hacer uso de sus palabras y hacer valer el muy ajustado regran popular que el pez muere por la boca.

 

-Venga..no se escuse con que fue mi idea el sistema de seguridad. Esa noche ya debio estar listo....y esa parte no me tocaba. -me incline en mi asiento y me di un automasaje en la sien- espero que no se vuelva a repetir....o rodaran cabezas...las nuestras para ser especificos.

 

Mi mirada inquisitiva al terminar solo remarcaba lo bien que me la pasaba gastando una broma. Sin mas me gire y saque otra botella y dos copas. Bebiendo sin dudas movia mejor mis neuronas y a mis invitados se les iba mas la lengua. Claro evidentemente tenia que salir el asunto del muerto....y pues tendria pues que soltar prenda.

 

-El muerto no lo saque de ningun lado. Y no...no me lo invente. -dije cruzando los dedos. -O sea..la nomina que te di....no es totalmente la nomina del Ministerio. Hubo algunas que examine personalmente.

 

Si Darla se mosqueaba con eso como una muestra de desconfianza a su persona....pues la respuesta seria..si y no. Aqui se trataban cosas bien serias y la verdad es que por desgracia las afiliaciones de algunos a veces le podian mas que sus responsabilidades Ministeriales. Asi que no me molestaria se lo tomara tan a pecho....tener una red propia de informantes era una sabia politica.

 

En cuanto al muerto en si....pues tal vez habia exagerado la informacion. Lo cierto es que si...estaba de turno....si.....habia muerto...si... su cuerpo se habia calcinado en el incendio....no...no habia muerto por el incendio...mas bien por el susto de ver las llamas y salir corriendo para huir y asi tropezar y caer escaleras abajo...quebrandose el cuello. Claro esa parte habia sido convenientemente minimizada. En fin....eran detalles poco importantes.

 

Lo que si era importante era lo de Aaron....y todo lo demas. A su pregunta de lo de escribir decretos...pues era evidente que podia sino no lo hubiera hecho. Ya Sagi me habia dado el sello Ministerial y con eso casi era omnipotente... al menos en cuanto a los pergaminos se referia. Claro no es que me agradace la mofa con los lindos poster que tanto habia costado realizar.

 

-Sobre lo de @@Aaron Black Yaxley....no importa como lo hagas..conversa...debate...lleva un escuadron de aurores....pero de nuevo...la ley es la ley...y la quebró....si accede a presentar su version de los hechos en un juicio justo -si como no....a no ser que ofreciera algo a cambio no se escaparia de rositas- pues nadie se lo negara. De negarse y darse por forajido....pues los galoenes siempre son buen aliciente para que algun idi*** vaya tras el u ofrezca informacion sobre su paradero.

 

Me recline y mire al techo.

 

-Por cierto, recuerda que eres del MInisterio. Y serlo va mas alla de las lealtades o alguna amistad. Esos magos se equivocaron en sus modos de hacer - hice una pausa drmatica, aqui si tuviera un cigarro lanzaria una bocanada de humo- Acaso no merecemos una comunidad donde al menos haya justicia???

 

Y puse cara de inocente....de no haber roto nunca un plato...cuando era todo lo contrario.

 

-Por cierto conoces a alguien decente para la gestion de Gringotts??? -y cuando decia decente pensaba a alguien afin a la Ministra. En un primer impulso habia pensado Lucrezia di Medici sin importar que fuera profuga de la justicia. Sin duda si algo sabian los Medici era hacer dinero...y esa habilidad sin dudas era necesaria en Gringotts y mas despues de ciertos susurros que me habia llegado no hacia mucho.

 

Yo al menos esperaba que Darla tuviese un criterio acertado sobre eso...porque de tener que decidir yo...ya tenia varias propuestas...cada una peor que la anterior...pero si muy lucrativa a mi persona.

 

@@Darla Potter Black

 

 

 

 

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Castillo Black. Día del Edicto

 

De pie junto a mi hijo, manos entrelazadas por la lumbar y mentón altivo, oí a la gitana. Ella jamás cambiaría su manera de ser, salvo en el momento que pudimos concebir a nuestros tres hijos, ¡era temperamental e indomable!; siempre me pregunté si eso era lo que había captado mi atención en ella; sonreí, ladeé el rostro hacia Jeremy e hice una mueca aludiendo a la paciencia que éste podría tenerle tras ser el más cercano de sus hermanos. Al menos estaba de acuerdo con atentar contra la Confederación Internacional y el intento que supondría la captura y secuestro de Mackenzie Malfoy por parte del legado volderista.

 

Yo siempre mantenía una visión macro de las dos caras políticas que enseñaba a la comunidad. Por un lado y tras la marca tenebrosa, mantenía los principios del mago tenebroso más grande de todos los tiempos, pero por otro y en defecto a la sangre sucia de Tom Riddle, sostenía de forma innata a los Grindelwalistas. Éstos últimos, magos con gran clase y elocuencia, suponían el primer círculo de supremacistas que no tenían la calavera con la serpiente enroscada, tatuada en su piel. Una proyección del círculo sagrado de los veintiocho.

 

-Jeremy, espero que aprendas más de la política de tu padre que la de tu madre...- sostuve sin quitarle ojo a la Zíngara- No creas que apoyo a Potter Blue por el simple hecho de que su decreto nos sea útil, a la casta tenebrosa por supuesto. Los contactos políticos que tengo dentro del ministerio me han comentado que se planea una orden de detención en mi contra, pero no solamente respecto de mí, sino también de otros que bien podrían ser miembros políticos de los fenixianos, o de ustedes dos por los tráficos comerciales. El nombre de Weasley, el chico que intentó manchar mi nombre hace unos meses por cuestiones que como bien sabemos, jamás cometí, también suena por los pasillos...- Les hice una seña y sin esperarlos seguí caminando, invitándolos hasta un juego de terraza donde podríamos tomar asiento-... Las cosas están muy desordenadas últimamente: El edicto, la amenaza del MACUSA, revueltas sociales que de seguro tensarán las relaciones entre países. Debemos estar preparados- agregué mientras tomaba asiento y cruzaba una pierna por sobre la otra en una pose varonil- algo me dice que podrían querer abolir al Wizengamot, lo que sería una tontería. Ostentamos de poder autónomo e independiente, no por nada decreté un puesto vitalicio antes de mi salida como Ministro...-jamás daba puntada sin hilo-...de hecho, esto fue conversado con Macnair, ¡debíamos apoyar los decretos de la nueva Ministra!, convencerla de que los actos de los muggles han sido hostiles sin ser nosotros los que iniciamos toda esta campaña cuando desconocí el Estatuto del Secreto; en esos entonces tuve el apoyo de Japón y espero mantenerlo hoy en día...

 

>>¡Por eso debemos ocasionar un derrumbe político en las instalaciones de la Confederación!. Ya hemos inmiscuido algunos principios que, siendo honestos, creía perdidos. Varios ancianos del culto mortífago desaparecieron y hoy no había más que envalentonados a beber una botella completa del mejor whisky escocés... ¡esos eran sus logros!... Se olvidaron de los suyos, de su sangre, de los principios supremacistas que nos mantienen sobre esa gentuza que cree poder contra nosotros con un par de pepas metálicas- dicté aludiendo a la artillería muggle- sin obviar que los sangres sucias y traidores, buscaron asilo bajo las alas del fénix... ¡mientras nuestro legado se mantenía dormido!...- solté con temperamento nato sobre la mesa que nos reunía- los antiguos exponentes estarían avergonzados de saber en lo que nos hemos convertido. Si Harry Potter estuviese vivo, nos habría cazado uno por uno con gran facilidad...

 

-Es por ello que he comunicado al Partido del Conservadurismo Mágico, que apoye los dictámenes de la Ministra. Nuestra voz es fuerte y tiene peso en las direcciones sociopolíticas de la sociedad inglesa. En Alemania, Francia y Rusia se han adoptado medidas similares. Hasta los egipcios han bebido de nuestra agua, sin obviar a los Reinos aledaños. ¡No necesitamos más que eso! y ahora, con las declaraciones Ministeriales a nuestro favor, podemos estar seguros de que los conservadores no temerán en apoyar las señales de un Morsmordre.

 

Con ello, esperaba comprendiesen mi postura, una que por muy enmarcada que fuese estaba a merced de una comunidad entera que tan solo buscaba el derecho de libertad, el mismo que nos antepondría como cúspide de una frase que se había perdido en el tiempo: La Magia es Poder.

 

-Buscaré una tregua con Weasley; el Wizengamot será su única salida- concluí con lo que sería, seguramente, otra falta de criterio para Candela-... bien dice el adagio, los enemigos más cerca que tus amigos. No por nada estás sentada aquí, dentro del castillo Black, verdad cariño...- una curvatura de ironía se dibujaba en mi semblante y de seguro, su mirada no sería del todo complaciente- ¡Es una broma! ¿Qué, nadie acepta bromas hoy en día?- bufé.

 

***

 

Días de la Circular.

Decreto ministerial de Sean

 

En cada edificio público y de connotación mágica, las figuras de Nate y Aaron se enseñaban a la comunidad. De seguro y con los días habrían otros que atravesarían la misma suerte; la estampa del secretario ministerial se ubicaba a una de las esquinas inferiores. Sean Linmer. Black Yaxley ya estaría en conocimiento, al igual que Weasley. Algunas lechuzas que no alcanzaron a ser interceptadas, se intercambiaron correos en la semana, volando de copa en copa, pasando el mensaje por varias de ellas cosa que no pudiesen ser interrumpidas. Una escritura que solo sería visible a los ojos de su receptor; y así fue.

 

Nathan Atticus Weasley:

 

Por la presente, seré claro y preciso. Sean Linmer no tiene la facultad de abolir al Wizengamot, como tampoco lo tiene la actual Ministra de Magia. Cabe mencionar que los pasos fronterizos de carácter ilegal, están bajo conocimiento de nuestros miembros y varios, tras el actual edicto, con influencia de la supremacía mágica de Reino Unido.

 

Usted deme las ubicaciones de algunos de sus camaradas que yo le ofrezco la nulidad del decreto ministerial en su contra. No le pido una lista completa señor Weasely, sino solo de aquellos que bien podrían interferir en la conservaduría de la magia. No se arriesgue, su nombre y el mío están por todas partes, con la diferencia de que usted dirigía el fondo monetario internacional y yo, junto a otros de mi círculo, las normativas que dirigen el país.

 

Una tregua. Acepto una contra oferta para sellar esta confianza temporal. Proponga usted el lugar.

 

 

Atentamente.

Aaron Augustine Black Yaxley.

Subrogante del Wizengamot.

 

 

La carta le llegaría en pocos días si no era dentro del mismo. Seguí escriturando, paseando por alguna habitación escondida del castillo Black mientras hablaba al vuelapluma que tomaba nota.

 

Madame Potter Blue:

 

Póngale freno a sus perros. No dudaré en dejar caer el peso de todo un círculo de supremacistas en Sean Linmer si vuelve a denostar el nombre del Ex Ministro de Magia británico. El Wizengamot es un poder autónomo del estado mágico inglés.

 

A su criterio y en memoria del honorable auror caído.

 

Caelum.

 

 

Eso sería lo justo y necesario. Sin más y con los mensajes a sus respectivos receptores, un mago sirviente de la noble casa defensora del Toujours Pur, llamó a la puerta.

 

-¡Adelante!...

 

-Señor, tengo lo que solicitó...-se presentó el tipo alto y de peinado anticuado como langüetazo de vaca, dando paso a tres muggles que habían sido capturados la noche anterior. Estaban desaliñados y con un temor latente en su mirada. Algunos mantenían los grilletes marcados en muñecas y tobillos.

 

¿Los habría capturado Matthew?, ¿Candela tal vez?... Jeremy los hubiese disecado... apostaba por el primero, aunque siempre mantenía la duda de si era Orianthi, mi pequeña, si me los enviaba de regalo.

 

-Mmm...- observé a cada uno de los presentes. Estaban atónitos, débiles y apagados. Observé al hombre que les había traído- ¿Comieron algo?...

 

-No... señor

 

-¿Les dieron de beber?...

 

-Tampoco...señor

 

-Por lo visto tampoco preguntaré si se han bañado...

 

-Ehh... señ...

 

-¡Fuera de aquí!... ¡vete antes que te utilice a ti!- solté a viva voz, observando como los presentes. Dos tipos de edad y un joven, se estremecían de pronto-... est****o squib...- comenté cuando este cerró la puerta tras su salida. Aparecí tres sillas y con un latigazo de mi varita forcé a los muggles a sentarse en ellas-... no teman, si quisiera haberlos matado ya lo habría hecho...-murmuré con cierta queja tras estirarme sobre un estante para alcanzar una cajita forrada con piel de dragón. La tomé y la llevé hasta el escritorio donde yacía la pluma sobre el tintero-... ¿edades?

 

-...

 

- treinta y dos...

 

-veintisiete...

 

-Y tú, ¿eh muchacho?- pregunté volteándome con tres frasquitos de un líquido fluorescente y anaranjado. Le chispeé los dedos dos veces para que elevase la vista.

 

-...veinti...veinticuatro...

 

- Veinticuatro- repetí y le lancé la primera poción a él, quien la agarró al vuelo. Su mano le tembló- Oh no no, tranquilo muchacho. Eso te dará vigor y más energía que las bebidas que acostumbran a beber. Esa cafeína puede ser más dura que yo, te lo aseguro- le dije con ligereza y lancé las otras dos a los demás- no han comido, no han bebido, ni si quiera están limpios... si beben eso les enseñará de qué estamos hecho nosotros... beban, beban...- les invité.

 

La poción era una combinación de otras que entre ellas, mantenía notas del felix felicis y varias que le devolverían cierta energía y confianza. ¡Los necesitaba fuertes y atentos!.

 

-Siento que podría escapar de aquí...

 

-Me atrevería... a golpearlo... ¡ahora!- se ensañó el de mediana edad, saltando como un felino fiero sobre mí. Más solo idee un círculo astral que me permitiría detener el tiempo a mi alrededor, observando como se suspendía en el aire, moviendo los ojos de lado a lado sin poder hacer nada. Los demás aún tragaban el líquido, ¿y yo?, yo me movía con plena fluidez.

 

-Verás, sucio muggle...- solté entre dientes y con la nariz arrugada mientras sostenía fuertemente su mentón- si bien, lo que acabo de obsequiarte es un líquido que asegure en parte, tu suerte, no te pondrá sobre la media de un mago común y corriente. Deberías ser más agradecido de quienes ostentan el poder que tu conoces en lo que llaman...Dios...- desenvainé mi varita y puse la punta en la boca de su estómago- fuego maldito...- decreté entre dientes.

 

Un escorpión de tamaño original comenzó a subir por su pecho, ¡estaba hecho del maleficio! y le quemaba sus prendas mientras iba recorriendo todo su torso. Fue entonces cuando quité los efectos del círculo astral. El muggle que quería escapar y el joven observan con gran sorpresa lo ocurrido.

 

- ...O quizás ya no quiera escapar...- le comentó uno al otro mientras el tipo afectado se retorcía en el suelo.

 

Abrí un fulgura nox para que desapareciera de mi vista, generando un anillo que enseñaba un tempestivo océano del otro lado. Le empujé hacia el con una proyección mágica de mis manos. Se cerró el portal y sacudí mis palmas entre ellas y luego en los pliegues de mi túnica.

 

-¿Y bien? ... quién más quiere atacar...- sonreí.

 

 

***

Día de la Reunión con Nate, llegada al ministerio de magia a enfrentar cargos y reunión para atentar contra la Confederación

 

Imbuir fragmentos de mi alma en aquellos muggles no me fue difícil. ¡Es más!, con la poción que les había dado, también habían propiedades de una multijugos, una que les otorgaría mi apariencia. La maldición imperdonable de control, si bien me era útil, no sería necesaria tras los conocimientos de madame Boswell, maestra del puerto en la Fortaleza Oscura. El más viejo de los muggles y el joven asustadizo, adquirieron mi apariencia, mi determinación y mis costumbres aquella noche. Uno iría al Ministerio para entregarse y enfrentar un juicio mágico que de seguro podría salir a mi favor con la influencia y poder que ostentaba en el Wizengamot. El otro, se reuniría junto a Weasley según lo acordado. Darles un poco de mi magia a través de mi alma, era mucho más aceptable que el descubrimiento muggle del gen que nos hacía distintos. Podrían clonarnos, ¡pero jamás obtendrían nuestra dinastía!...

 

Ese mismo día, reuniría a las brujas y magos tenebrosos para organizar el atentado a la confederación. Pero eso lo haría yo, en persona y bajo el seudónimo de Caelum, al mismo tiempo que la reunión con Nate y la llegada al Ministerio.

 

Subí la manga de mi antebrazo izquierdo con la punta de mi varita y presioné sobre la marca tenebrosa para llamar a todos quienes quisieran participar. El ardor sería insoportable. La reunión se llevaría a cabo en la azotea de la torre negra, lugar de reunión de la noble casta tenebrosa, bajo una lluvia incesante y un ambiente marino hostil.

 

http://pa1.narvii.com/6892/38f87b75c13f091b5d660e0edc06e3ac618d7412r1-478-200_00.gif

@@Sean -Ojo Loco- Linmer @@Sagitas Potter Blue @@Nate Weasley

@@Candela Triviani @

@@Darla Potter Black @@Shelle Katerina Gryffindor

 

OFF: Sorry el tocho! intenté hilar varias cosas :cry: Que tengan buen Jueves pipol!! Ya no roleo hasta el 2022 ahya xDDD.

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