Edicto sobre el Estatuto Internacional del Secreto en territorio inglés

[Luna Gryffindor Delacour]

Suspiré escuchando a Sean pero no llegue a decirle nada ni a él ni a Sagitas, tanto porque lo de Elvis aún era un pinchazo que tenía en mi corazón y uno muy grande, me había quedado huérfana casi y siendo la cabeza de familia,algo para lo que no sabía si estaba preparada o no, así que dejó que hablaran los otros y ella se quedó callada sopesando todo lo que decían.

 

- Sagitas, sólo puedo decirte que esto entorpece las relaciones con los muggles, ellos son amigos y no enemigos, nunca pensé que vos harías algo así, siempre te vi como la payasa alegre que se que eras y sos, además esto puede ponernos en contra otros países y que algunos se nos vengan encima,no sé si Alemania o Francia aceptaran esto así como así, por favor recapacita y piénsalo bien - le pedí intentando pensar bien que decirle y deseando que me hiciera caso, pero sin saber cómo hacerlo -

 

Le sonreí a Sean cuando me dio el pésame por mi papá y asentí a él intentando pensar como agradecerle, la realidad era que todo estaba patas para arriba y me temía que ya nada fuera como antes o casi nada, porque escuchar a Darla me hizo sonreír como tantas veces antes, sabía que pasara lo que pasara la bruja siempre estaría cuidándome las espaldas de las locuras que a veces hacia sin pensar.

 

- Gracias Sean por el pésame y en cuanto al edito enserio que crees que es lo mejor? Que pasó con esa persona que ayudaba a todos por igual y conocía tan bien? - Dije intentando hacerla entrar en razón y sin estar segura de cómo hacerlo del todo -

 

Quería pensar en el edito y no en papá, enfocarme en el trabajo podría servirme para no llorar o sentirme mal, así que suspiré aguantando el dolor que tenía y enfocándome en entender porque ella había hecho lo que hizo, pensando que quizás Sagitas ya no era la misma y que nos la habían cambiado para mal.

[Darla G Dumbledore]

Gran Bretaña
Ministerio de Magia


La puerta de Sagitas se abrió de golpe y Darla maldijo por no haber podido oír qué había ocurrido, al menos no del todo por la presencia del recién llegado. En ese momento un castaño que le llevaba casi una cabeza salió del despacho de la Potter Blue. Darla frunció el ceño, reconocía la figura del marido de su prima y recordó el juicio, las quejas de Kimberly y los rumores, más que rumores que había escuchado sobre él.

—¿Disculpa? —jadeó casi al escuchar las palabras de Sean y dudo, pero él ya se movía hacia ¿su oficina? Dudo pero su vista se posó en la mano y con delicadeza la apoyó en el marco de la puerta, dejando que una gota se deslizara por él desde el anillo de presencia que había esa mañana decidido colocarse sin saber por qué, benditas las intuiciones.

Se apresuró a seguir a los dos magos, observando con sorpresa el movimiento de la varita de Sean y el cartel que aparecía en la puerta. Frunció aún más el ceño convencida por completo que su tía estaba loca, ¿qué es lo que planeaba al poner a Sean al frente de…? ¿al frente de qué demonios lo había puesto?

Estuvo a punto de resoplar pero dada la situación ante el gesto de su pariente se encaminó con expresión inmutable hasta su lado. Ya cuando estuvieran a solas tendría que explicarle qué demonios era aquel teatro. Si es que lo era. Se mantuvo un paso por detrás del asiento del Linmer, con los brazos cruzados en su espalda.

El hombre había tomado asiento frente a Sean y en ese momento la pelirroja lo pudo estudiar, algo que había hecho antes pero que ahora al observarlo con más detenimiento caía en la cuenta. Ya había visto antes un par de ojos así, le recordaba al hombre que había cruzado en la reunión en Suiza, aunque claramente el hombre frente a ella era más joven. ¿Serían parientes? Como fuere su propuesta la obligó a levantar una ceja y observar al Linmer de reojo. Que pusieran en duda la seguridad del Ministerio de Magia, pero luego recordó por qué estaba allí. Aaron había dejado aquello algo de lado al devolvérselo a Sagitas y Elvis, mordió su labio por dentro en forma imperceptible.

La respuesta de Sean al menos le pareció adecuada, no pudo evitar que una sonrisa de satisfacción se dibujara en sus labios pero desapareció de inmediato. Se preguntó si era su costumbre de codearse con las trampas y los subterfugios lo que le había dado la astucia de proponer al hombre que se refiriera a sí mismo.

La respuesta erizó la piel de la Potter Black, a lo largo de su vida había conocido licántropos y algunos habían estado cercanos a su afecto pero eso no la hacía confiar en ellos. No por completo. Su cuñada, la mención de la ministra de Francia le había recordado el puesto que la hermana de Seba ostentaba. Bajó la cabeza y sus manos pasaron al frente, en un gesto un poco más alerta, no le gustaba la postura que el mago había adoptado sobre el escritorio del Linmer.

Las palabras de Sean la molestaron, pero no podía delante del hombre dar su opinión en forma sincera. De hecho se estaba conteniendo, había recordado verlo cerca de su cuñada, aunque obviamente el Linmer tenía más trato con el mago y su familia, lo cual en cierta forma era lógico, ella apenas estaba acercándose al clan Dumbledore cuando su prometo había fallecido. Sus ojos se posaron sobre el escritorio de Sean, buscando lo que fuere para poder luego romperle en la cabeza, más cuando la puso de testigo ¿de qué? ¿Estaba pidiéndole al mago que fuera un espía de los actos de su cuñada? Agradeció que la oclumancia y la metamorfomagia fueran dos de sus mejores habilidades porque con una expresión neutra asintió hacia Sean como si respaldara sus palabras y no deseara estamparlo contra una pared.

La pelirroja simplemente paseó su mirada desde Sean hacia el Señor Greyback y una sonrisa totalmente inocente se dibujó en sus labios.

—Siéntase libre de expresarse Señor Greyback, le aseguro que mis lazos con la Dumbledore sellan mis labios de lo que usted diga aquí, pero si se siente más cómodo —la bruja le enseñó el anillo de salvaguarda contra oídos indiscretos y lo activo con un suave movimiento —esto le asegura que nadie más aparte de nosotros oirá lo que tengamos que decir —cosa que hubiera agradecido el Linmer hiciera desde un primer momento.

 

@@Sean -Ojo Loco- Linmer
@@taison logan greyback

[taison logan greyback]

Obserbo a @@Darla Potter Black' quien ahora había tomado la palabra , y lo exsortaba a expresarse con más libertad.

 

Durante unos segundos miro el cielo y luego a sus interlocutores recordando en silencio la cantidad de datos que el conocía de la Dumbledore - la discreción es mi mayor garantía Sr Secretario... -

 

-Pero en este caso puedo hacer una excepción a cambio de que se me deje ser el guardaespaldas personal de la ministra Potter- remató mirando a @@Sean -Ojo Loco- Linmer

 

Volvió a cruzar sus dedos sobre sus piernas mientras jugaba con sus pulgares - se que a usted sr Secretario le interesa saber algo sobre una daga-.

Editado 4 de Febrero del 2021 por taison logan greyback

[Kamra Ashryver D.]

 

Kamra Ashryver Estuardo miraba a la nada en sus dependencias del Palacio Holyrood mientras sostenía la misiva que narraba el Edicto de la Ministro de Magia Sagitas cuando Scot, seguridad encargado del bienestar de Richard, entró tras golpear tres veces la puerta.

 

- Su Majestad, el Príncipe Richard la necesita abajo - el fornido hombre dudó en irse cuando no recibió respuesta inmediata, hasta que la peliblanca lo mirara de costado y con un ademán de mano fuera suficiente para saber que había recibido el mensaje.

 

La reina de Escocia suspiró con su mente ya corriendo en diferentes direcciones. Estaría claro para quienes la conocían bien que el edicto le agradaba - y vaya que lo hacía - pero en cuestión de seguridad nacional era una locura. Su pueblo aún tenía suficientes problemas con los Ingleses como para que algo como aquello ocurriera. La población Muggle de la que también era Reina, de quienes se suponía debía proteger, vendría encima suya cuando finalmente se enteraran de su origen.

 

Kamra suspiró, sacudiendo la cabeza mientras caminaba a la oficina de juntas donde seguro se encontraba el heredero de todo lo que hoy en día tenía.

 

- Richard - saludó al entrar, acariciando su mejilla brevemente antes de tomar asiento - Kamra escucho atentamente el discurso frenético del principe de cabellos dorados. Sería un fuerte líder algún día, pero le preocupaba en demasía el creciente fanatismo que presentaba. Y quizás es no era la palabra que lo describía, pero el muchacho debía aprender a pensar en frío, trabaje con calma y exponer sus pensamientos de manera formal.

 

- No será difícil conseguir lo que expones en Hogwarts, tenemos suficientes cartas a favor...pero no podemos simplemente pasar por sobre la autoridad mágica máxima. Quizás una visita a la querida Ministro no nos hiciera mal.

 

Nunca había hablado con la tal Sagitas porque sus deberes de alguna manera estaban más ligados con la realeza muggle, limitándose en enviar a sus funcionarios cada que buscaba entregar su humilde opinión.

 

La nación de Escocia durante la Conferencia se había proclamado como separada en su totalidad de Inglaterra, pero eso era lo último que los medios sabían: tras el anuncio, la familia real Inglesa junto al gobierno Inglés, Galés e Irlandés le habían prácticamente rogado quedarse como País constituyente de la Gran Bretaña...confiriendole el poder suficiente para dejar de preguntar a la corona y a aquellos que estaban por encima de ella aún al ser Reina, si podía hacer tal o cuál cosa.

 

- Tenemos que hablar de algo importante, sin embargo - la garganta de Kamra se apretó mientras miraba a Richard a los ojos - es sobre tu madre.

 

@

@@Anthony Ryvak Dracony

[Leslie Ashryver PB]

Richard Ashryver

Príncipe de Escocia, Palacio de Holyrood

 

 

-Autoridad máxima?- le preguntó desconcertado.

 

Richard se quedó parado frente al escritorio donde estaba sentada la reina, sus madres lo habían mandado a las mejores escuelas tanto mágicas como muggles desde niño, dónde le habían impartido toda la enseñanza sobre la política. La reina era la máxima autoridad en Escocia, aunque seguían unidos al Reino Unido aquéllo le superaba al Ashryver Delacour.

 

-Nos uniremos a ellos contra los muggles?- le preguntó el principe.

 

Era lo que más necesitan a saber en ese momento, aquéllo era algo que lo desvelaba de noche, quería saber si al fin saldrían de la oscuridad ellos también, sería complicado si pero con la magia y un hechizo que los controle era completamente fácil. Además estaba también el problema de aquélla relación en secreto que tenía con su hermana Jayden, había compartido muchas cosas con la rubia y entre ambos había florecido un sentimiento nuevo que los unía.

 

Sacudió la cabeza cuando su madre le dijo que debían hablar sobre su madre, después de que Alessandra había anunciado aquélla separación de había esfumado del mapa, nadie sabía donde estaba y con quién estaba, aquéllo había llevado incluso a Jayden a entrar en depresión cosa que lo tenía tan alterado como estaba.

 

-La encontraste?- le preguntó esperanzado de poder llevarle aquélla noticia a su novia y hermana.

 

 

@@Kamra Ashryver D.

[Malum Luxure]

Viena, Austria. Oficina de la canciller Austriaca.

 

Me encontraba en la oficina principal de la cancillería de Austria aun me estaba acostumbrando a mi nuevo cargo, si bien no era oficial por el momento, pero ya tenia las riendas en pleno poder por que no dejaría que nadie mas lo obtenga y menos ahora, estaba en marcha el plan de una unión de países y eso era algo completamente necesario, protegernos de eso que no nos dejaban vivir en paz.

 

-Mi Petite fleur...bienvenida a esta tu casa.- Le dije a mi castaña adorada cuando la vi entras al despacho con su encantadora elegancia.- Te llame con la mente...pues tenia muchas ganas de verte.- Me puse de pies rápidamente para ir a su encuentro con los brazos abiertos.- Supongo que estas al tanto de todo lo que esta sucediendo.- Le comente cuando casi sus paso la habían traído hacia mi.

 

Cuando ve el precioso ramo entre sus brazos me pareció la mas hermosa imagen digna de retratar, ella lo había traído para y puede reconocerlas automáticamente como la flor nacional del país, un encantador gesto de parte de mi hermanita querida, su brillo hacia desaparecer todo a su alrededor, los empleados sabían perfectamente que ella tenia la puerta abierta si objeción alguna, ellos siguieron trabajando con su total eficiencia sin prestarnos demasiada atención.

 

-Tu sabes que tienes mas experiencia que yo en esto de la política querida mía.- Tome el ramo con delicadeza para ponerlo yo misma en un florero que había traído raudamente un elfo.- Gracias por el regalo esta divino.- Miraba con cariño las flores mientras las acomodaba.- Sabes que tienen una leyenda?.- Una vez terminado el arreglo la tome de la mano.

 

Llevando a mi hermana al sofá para que estemos mas cómodas mientras otros elfos servían todo tipo de dulces clásicos del lugar entre ellos la deliciosa torta sacher y es strudel de amapola junto con te como para dar un marco ameno a la reunión.

 

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@@Ada Camille Dumbledore

[Martin N Roses]

Despacho del Director del Departamento de Deportes y Juegos Mágicos.

 

La mano de la bruja en sus cabellos y luego la caricia en su mejilla hicieron que Black se calmara de la sorpresa inicial que le supuso la carta recién leída. No podía engañar a nadie, la carta le abría un sinfín de posibilidades pero necesitaba tiempo para ponerse a trabajar. Incluso tenía en cuenta a Mica, quien además de jugar al quidditch y de todas las ocupaciones académicas que tenía, también tenía como especialidad la investigación.

 

—No pretendo echarte de la oficina —respondió en otro susurro, observando sus ojos con detenimiento—. Es más, estoy sopesando contratarte de forma privada para que me eches una mano con este asunto —intentó sonar serio pero un atisbo de sonrisa surcó su rostro.

 

El renovado convencimiento de Mica le resultó contagioso. La bruja creía viable la creación de una organización clandestina que tuviera al mejor deporte como centro.

 

—No tengo grandes conocimientos de la forma de vida de los muggles, pero recuerdo una vez una encarnizada discusión entre dos alemanes en una taberna, discutiendo si los deportes muggles debían ser regidos, o no, por el gobierno. Discusión que nuestra comunidad tiene saldada desde hace siglos. Entiendo que en nuestro caso hay otros matices a considerar, como el hecho mismo de que los propios muggles nos vean volar en escobas… Pero siempre hemos estado demasiado centralizados al respecto.

 

Cuando terminó de hablar se dio cuenta que en su mente había un millón de pensamientos distintos, uno detrás del otro, sobre deportes y potenciales contactos con los cuales debía comunicarse.

 

—Sí, tienes razón —admitió Black, centrándose en las pecas del rostro de la bruja. No paraba de observarlas, le gustaban mucho. Tomó su mano a modo de respuesta a aquel gesto, rodeándola de forma sutil—. Contaremos con mucho apoyo pero necesitamos encontrar a las personas indicadas. ¿Cuento contigo? —La última pregunta seguramente era innecesaria, contaba con ella, eso estaba claro, y también sabía que en el fondo, Mica lo ayudaría. Amaba el quidditch tanto como él.

 

 

@@Mica Gryffindor

[Mica Gryffindor]

Despacho del Director del Departamento de Deportes y Juegos Mágicos.

 

Lo observó con mucho interés ante la idea de ser contratada, la idea de trabajar para él le atraía bastante, aunque no sabría cómo comenzar, ya que sería en realidad su primer trabajo formal desde el regreso. Notó, sin embargo, aquella leve sonrisa que se asomó en su rostro y que le dieron la impresión de que por la cabeza del caballero circulaban ideas que no estaba poniendo en palabras.

-Extrañamente los muggles también prefieren al Estado como mediador, pero hoy creo que la Comunidad Mágica puede querer revelarse ante ese dominio. Y que el Ministerio debería buscar sus ingresos en otros sitios y no en el deporte. Por lo menos no en este -buscó en su mirada, tratando de adivinar si estaba de acuerdo con su forma de pensar las cosas. Tal vez solo estaba complicándolo todo.

Entrelazó sus dedos con los de él en un gesto cariñoso, imaginaba que estaba pensando en demasiadas cosas a la vez, y quería tranquilizarlo un poco. A fin de cuentas, aquello podría costarle su puesto de trabajo si salía mal. Asintió tranquilamente para confirmar que podría contar con ella, y era independientemente de su afición por el deporte, le importaba ese caballero de ojos grises y fríos, que solo se derretían al centrarse en los suyos.

-Escucha, podemos pensar bien las cosas antes de intentar lo que sea -alzó su mano restante a su mejilla y lo acarició muy suave con los dedos. Era extraño como la cercanía con el Black se sentía tan natural, como si siempre hubiera sido así. Sin embargo, el cosquilleo que nacía en su estómago le indicaba que era nuevo y distinto. Una mezcla agradable. -¿Está bien? No quiero que luego te arrepientas o corras riesgos innecesarios… estaré aquí elijas lo que elijas- sonrió intentando darle confianza.

 

@@Martin N Roses

[Sean -Ojo Loco- Linmer]

Mire a los ojos a @@taison logan greyback pensando en lo productivo que hubiese sido aprender Legeremancia y no ser tan vago. Si, tal vez fingir ser mas imponente..y poderoso de lo que era podria resultar. Claro no estaba solo y @@Darla Potter Black tambien hacia uso de la palabra animando a hablar al chico...siendo evidentemente mas precabida que yo, con eso de usar el anillo de salvaguarda. A decir verdad era una precausion que estaba de mas...pero mentalmente al menos me encogi de hombros pensando que eran manias auroras.

 

Cuando el licantropo hablo lo escuche con atencion, al menos yo no esperaba interrumpirlo. Alabe el hecho de que considerase la discrecion una virtud...pero....y es que casi siempre el uso de esa palabra "pero" invalidaba lo dicho anteriormente...al meno parecia que podria tener un precio. Incluso mostrando la posibilidad de querer negociar. Interesante...muy interesante.

 

-Ohh se refiere a la daga de los deseos??? -intentinvamente mi vena traficante imagino las posibilidades..pero rapidamente fue opacada por mi vena pervertida. Sin dudas ese poder vendria bien....que cantidad de bragas imposibles podria tener a mi alcance. Mire de reojo a Darla y sonrei malisiosamente. Sin mas me levante -Sin dudas usted si sabe como darse valor señor Taison -le extendi la mano.- Como primera mision suya traigame esa daga. Sin duda sera un buena activo en manos del Ministerio. Despues...bueno hablaremos de Ada...y sin duda le asignare misiones mas acorde a vuestra lealtad.

 

Sin mas fui hacia la puerta y la abri.

 

-Señor espero que no considere una descortesia, que lo haga marchar...pero vuestra mision sin duda apremia y tengo asuntos pendientes que hablar con la aurora aqui presente.

 

Lo se tal vez habia sido brusco..pero sin duda el tiempo vale oro..ya sea para lo de la daga..que si estaba mas que interesando....como para hablar con Darla de algunos asuntos acorde a su rama en el Ministerio. Asi que cuando Taison salio cerre la puerta.

 

-Bien al fin solos.

[Jeremy Triviani]

Jeremy le guiño el ojo a su madre cuando ella se burlo de sus palabras. Sus mohines y comentarios filosos eran su forma de demostrar amor o eso es lo que le convenía creer al vampiro para mantener una relación cordial con ella. No se sorprendió cuando lanzo el hechizo contra Nius y cambio el destino del Fulgura Nox hacia el castillo Black. Traspasaron el portal para encontrarse de frente con el patriarca de la familia y su padre biológico. Jeremy sonrió asiendo una pequeña inclinación de cabeza.

-Una alegría volver a vernos, padre -Saludó mientras su madre desparramar palabras contra el elfo que había ido a espiarla -Estoy de acuerdo, creo que un Chuck podría enseñarle buenos modales -Comentó haciendo oídos sordos al elfo que protestaba e intentaba explicar sus acciones.

Aaron no se anduvo con chiquitas y elimino la amenaza que suponía un elfo vigía haciéndolo desaparecer de la vista e invitándolos a tomar un pequeño paseo para evitar responder de buenas a primeras, la pregunta directa que Candela le había hecho. Pronto con su madre, unos pasos delante, el Black se dispuso a comentar el problema que tenían entre manos, expresando que Sagitas corría un grave peligro, lo cual a Jeremy solo le importaba porque era amiga de Anne, y quería creer, que en el fondo eran buenos conocidos.

-Estuve lejos una temporada y no voy a negar que me perdí el hilo de la política Inglesa luego de la guerra con el Inquisidor, padre. Pero estoy ansioso de volver a participar en ella, aunque mas no sea para apoyar y ayudar a que tu campaña sea un éxito -Dijo Jeremy asintiendo a la historia que le contaban - Si Sagitas se puso en la mira creo que debemos enviar un comité para que la proteja de cualquier tipo de ataque... mas no sea para tener vigilado sus pasos. ¿Crees que habría alguna manera de hacerlo sin que ella sospeche de nuestros planes? -Miró a Candela buscando ayuda - Eres Warlock ¿No podrías ponerme un puesto cerca de ella para que la proteja? No puedo negar que mis intereses económicos personales y familiares, se ven perjudicados con este edicto, al margen de que este de acuerdo con la política empleada. Intentare conseguir una excepción para poder seguir operando con mis negocios de muggles. De todas formas, ¿Cómo sabemos que la propia Sagitas opera por su propia cuenta y no esta creando una emboscada para que la Marca vaya a por ella y atraparnos a todos?

Jeremy sabia que el juego de la política tenia unos precios muy altos que pagar. Su familia secundaria, Munter, había pagado todos los precios por estar a cargo durante muchos años, del ambiente mas alto de la Marca, y mantener a raya la política del mundo mágico, que se había descontrolado el ultimo tiempo con guerras, ante la caída del Estatuto.

-¿Podemos hacer más? -Preguntó el vampiro luego de un pequeño silencio, evitando mirar a su madre, que sabría no estaría de acuerdo con él.

 

 

@@Candela Triviani @@Aaron Black Yaxley