Castillo de la Familia Burke (MM B: 116229)

[Illidan Burke]

Se mantuvo allí, recorriendo rostros con la mirada, pudo visualizar a los agentes Santiago y Peralta a varios metros, sentados uno junto al otro, se veían felices juntos, y charlaban por lo bajo, de seguro burlándose de algún que otro invitado, era muy propio de Peralta hacer esas cosas. Aún no Mica no se presentaba, tal vez daban algo de tiempo a que los invitados fueran ocupando sus asientos poco a poco.

Thanatos se mantenía cerca del altar, portando los anillos, Cubias de igual manera. Lud se dispuso a organizar todo, dedicando además unas palabras al público, lo que obligo a la mayoría a buscar un sitio donde sentarse. Había perdido de vista a Mael, imagino, que de seguro había ido a saludar a Mica, Illidan era el único que no tenía derecho a verla, por el simple hecho de ser el novio. Rebusco en el bolsillo interno de su saco, y tomo uno de sus cigarrillos, para luego encenderlo. 

A simple vista parecía un hombre en el pasillo de un hospital, esperando que naciera su hijo, pero en vez de caminar de un lado a otro, el rubio, se balanceaba en su sitio, con la vista clavada al final del espacio que había entre los grupos de sillas. Aquel sendero que recorrería su prometida para llegar hasta él. Una voz, que no escuchaba hacía mucho tiempo, lo inundo de nostalgia. No pudo evitar estremecerse al ver a Litah rodeándolo, para quedar frente a él.

La chica de los tacones mostró una iluminada sonrisa, mientras lo saludaba, haciendo uso de la habilidad de los Black Lestrange, para sonar tan graciosos o sarcásticos como les plazca. Dejo que la bruja acomodara el nudo de su corbata. El sabía bien que no dudaría mucho tiempo arreglado, sin darse cuenta tarde o temprano el mismo estiraría el nudo. 

- ¿Quién lo diría no? - Sonrió rodeando a la bruja con los brazos, y así darle un fuerte abrazo, aunque breve. - Los bares y antros van a echarme de menos... - Agregaría un tanto divertido, ahora observando más detenidamente a su hermana, la cual seguía luciendo tacones como la recordaba. - No has cambiado nada, parece que los años no impactaron en ti... - Agregaría. 

@ Litah Black Lestrange

[Litah Black Lestrange]

Oír la voz de su hermano mayor era más de lo que había esperado cuando iba a camino a la boda, aunque sonara como la siempre presumida y presuntuosa bruja que era, sus deseos de felicidad si eran sinceros, ya había corrido demasiada agua debajo del puente y tampoco era el momento de ponerse tan melancólicos, sobre todo si eso iba a terminar en pleito como antaño. Terminó de acomodar el nudo de la corbata y hecho un vistazo a los lados del novio, sus acompañantes eran algo que definitivamente llamaba la atención, chasqueó la lengua antes de verse envuelta en el un abrazo corto y fraterno, uno que correspondió como debía. 

— ¿Qué puedo decirte? El colágeno es un gran aliado para las chicas como yo —bromeó palmeando sus hombros y alzándose un poco para plantear un beso en la mejilla—, no te lo mereces, pero te deseo un largo un fructífero matrimonio Illidan, te desearía los hijos más lindos del mundo pero esos... —susurró sobre su oído—, ya te los di yo.

Se río, una broma entre ellos era el broche ideal para una ocasión como aquella, después de todo, había seguido el camino de los de su familia casándose con alguien que llevaba un apellido de linaje puro. Esas cosas, aunque un tanto obsoletas, importaban en lo que a los Black Lestrange se referían. Se separó del mago sonriéndole sinceramente.

— Prometo que me portaré bien, una vez que encuentre a Ashley —murmuró de pronto y girando a ver si la encontraba—, deja los nervios, la novia es la que debería estar temblando, no sé que clase de amortentia le diste, pero te daré la mitad de mi herencia paterna si te aguanta unos, ¿tres años? Son muchos galeones, Illidan, piénsatelo y compórtese. 

Luego de aquello se separó, dejando que la estela del sonido de sus tacones acompañara unos segundos más a Illidan. Buscó un asiento pegado al pasillo pero a medio camino del altar, luego continuó con el movimiento de su cuello en busca de su hija, ella tenía que aparecer en determinado momento, ¿no?

@ Illidan Black Lestrange  @ Ashley Emily Black Lestrange M.

Off: Gracias! @ Mica Gryffindor

Editado 8 de Diciembre del 2021 por Litah Black Lestrange

[Mica Gryffindor]

Había tomado a Mael por sorpresa, sin dudas. Notó sus dudas y cavilaciones, preguntándose en aquel instante qué sería lo que pasaba por su mente. ¿Se habría precipitado en pedirle? Tal vez él no notaba la cercanía que ella sentía, nunca se lo había preguntado, no hablaban de eso. Los segundos parecieron eternos, pero por fin él dijo que la acompañaría, despejando todas las dudas. La Gryffindor esta vez no se contuvo y dio al joven un abrazo, agradecida y emocionada. Por fin podía centrarse en su boda, teniendo ya todo resuelto. Soltó al muchacho, esperando no haberlo espantado demasiado con el gesto.

-Bueno, entonces es momento de comenzar- de pronto la ansiedad y nerviosismo que estaba conteniendo se revolvieron en su estómago, sabía lo que estaba más que segura de dar ese paso, sin embargo, le era imposible no sentir todo eso.

Se dirigió a las puertas del vestidor y salió hacia donde se encontraba el resto. Hizo aparecer una nueva botella de champagne y sirvió las copas de cada uno, con una gran sonrisa en su rostro.

-Bueno, me toca brindar a mí, y es por cada uno de ustedes. Gracias por acompañarme en este día tan especial. Todos son muy especiales para mí y han estado en momentos de mi vida en que allí los necesitaba, gracias por estar en este…- chocó la copa con cada uno y la vació, antes de dejarla en la mesa de luz.

Tomó de su cama el girasol apartado para Mael y lo colocó, al igual que había hecho con Cillian y Adrián, en la solapa de su traje, antes de tomar su propio ramo y dirigirse hacia las puertas. Estaba lista para dar aquel gran paso, ya no veía la hora de llegar frente a su futuro esposo.

Con mucho cuidado, bajó las escaleras hacia el vestíbulo, donde los elfos se habían asegurado de que no hubiese nadie ya, y cruzó la cocina, desde donde se salía al Jardín. Los invitados estaban ya sentados en sus respectivos lugares. El sol había bajado, dando un tono entre violáceo y anaranjado al cielo. Detrás del altar, las lamparitas dispuestas en aquel gran árbol tintineaban y alumbraban lo justo para que los invitados no se perdiesen nada de la ceremonia. No podía ver a su prometido desde allí, así que tendría que hacer su entrada si era lo que quería.

Su elfo, Mushu, hizo un movimiento de varita y, vaya uno a saber de dónde, empezó a sonar una dulce melodía que indicó a todos que la ceremonia estaba a punto de comenzar. Asintió con la cabeza hacia el grupo, dando lugar a que ingresen en primer lugar sus Damas y Damo de Honor. Primero Cillian, Luna, Ashley y Sopa, recorrieron el lugar hasta llegar a la derecha del altar. En último lugar, tomada del brazo de Mael, se propuso a hacer lo mismo.

Recorrió ambos lados del camino, sonriendo a los invitados que allí se encontraban, hasta poder ver a Illidan al otro lado. Fue entonces cuando su sonrisa se hizo aún más amplia, ya no pudiendo despegar la mirada de su amado. Su corazón latía con más prisa de la que recordaba. ¿Estaba nerviosa? Por supuesto, pero, ante todo, estaba feliz.  

@ Illidan Black Lestrange  @ Ashley Emily Black Lestrange M.  @ Sophie Elizabeth Granger  @ Cillian Haughton  @ Mael Blackfyre  @ Luna Gryffindor Delacour

@ Ludwig Malfoy Haughton   @Todos(?

[David Augustus Lestrange]

¡Una boda! Una boda siempre era motivo de alegría. Era una celebración única que unía a dos personas para toda la vida. No había acudido a muchas, pero le gustaban. En algún momento le gustaría ser el protagonista de una, pero aquella posibilidad parecía lejana en estos momentos. Estaba soltero. Por otro lado, tampoco tenía prisa. Prefería que todo transcurriera lento, dar ese paso era demasiado importante como para hacerlo por un acto impulsivo. No, si se casaba iba a hacerlo convencido de que estaba tomando la decisión correcta. Tampoco pasaba nada si nunca lo hacía, podía ser feliz igualmente. Pero ahora, no era el momento de preocuparse por eso.

—De nada —respondió a su hermana a pesar de que no debería agradecerle que la acompañara. Para el mago francés era todo un honor compartir un evento tan especial con ella. Al fin y al cabo, una hermana sí que era una mujer con la que estabas unido para toda la vida. No había nada que pudiera romper ese vínculo. No conocía a los protagonistas de la boda, apenas de vista, pero sabía que se lo pasaría bien porque iba con alguien a la que apreciaba y con la que nunca se aburría. Se dio cuenta de que la idea de ir en carruaje al lugar era maravillosa, la idea de viajar así era una de las mejores que Camille había tenido. 

A los pocos segundos de llegar, el caballero se quedó solo. Arqueó una ceja viendo alejarse a su hermana mientras veía el vestido que llevaba. El vestido de la Ministra Francesa iba a juego con el traje que el francés había elegido. Iba ataviado con un traje verde que sinceramente sólo había escogido para poder ir conjuntado con su hermana. Había otros colores que le gustaban más que aquel, pero cuando se había visto en el espejo de su habitación pensó que le quedaría bien. Siempre se decía que de las bodas salían nuevas parejas, tenía que estar guapo por si acaso. Aunque, por supuesto, no abandonaría a su hermana para ir a conocer chicas. Eso sería un detalle muy feo por su parte.

—¿Le has llevado la tiara porque piensas que necesitan la ayuda de la magia para tener un matrimonio perfecto? —preguntó a Camille cuando la vio acercarse de nuevo hacía él. Sólo la acusaba de desconfiar en el futuro del matrimonio que estaba a punto de formarse en venganza de haberle dejado solo, sabía que sus intenciones no habían sido para nada esas. —¿Cuándo vamos a acudir a tu boda? —cuestionó. Había algo que era innegable, la mujer que había acompañado era hermosa y, si no tenía pareja, seguramente fuese porque no le diese la gana. Pero tampoco era nadie para meterse en la vida amorosa de la política.

Antes de que pudiera decir nada más escuchó como una melodía, que no era capaz de distinguir de dónde provenía exactamente, comenzaba a sonar. Aquello solamente podía significar una cosa: la ceremonia estaba a punto de empezar. Con su mirada buscó el lugar por dónde pudiera aparecer la prometida, quería ver su vestido. Esa prenda de ropa siempre era de la que más se hablaba en la boda. Se aseguró de estar algo apartado del camino que recorrería, no quería estar en el medio y acabar robando protagonismo. Con la melodía, las lamparitas y el atardecer aquello estaba para sacar una foto.

—Debiste recordarme que trajera mi cámara de fotos. —susurró viendo pasar a la novia delante, sin quitarle los ojos de encima, siguiendo sus pasos con sus ojos azules.

[Ashley Emily Black Lestrange M.]

El tiempo pasaba volando y era el caso para el gran evento de la boda de Mica, en un par de abrir de ojos en la habitación ya se encontraban todas las personas que acompañarían a la novia en su camino al altar, Mica dio la señal que ella estaba completamente lista y era el momento de bajar a la recepción la boda estaba por iniciar. Mientras Ashley bajaba las escaleras en conjunto con las damas de honor miro que Venus se encontraba peleando con Asturión al cual no dejaba que se acercara a ella. - Ahora no - Susurro mientras realizaba un pequeño moviendo de manos, tratando que ambos elfos dejaran de pelear, Venus era elfina de Ashley y estuvo con ella desde muy pequeña, y Asturión era el elfo de la mansión Black Lestrange un elfo un poco gruñón y Ashely a sentia que este no la quería.

Aunque la ojiverde quedo intrigada por saber el motivo que llevo al elfo ir hasta el castillo a buscarla, tenia que esperar hasta terminar la ceremonia que podría escapar y ver de que se trataba, esperaba que Venus fuera lo suficiente cautelosa y lo detuviera y este no hiciera algún escándalo en la boda de su padre, en su mente pensó que tal vez se trataba de algún presente de la familia para Illidan y Mica los futuros esposos, muchos pensamientos la invadían mientras caminaba por aquel pasillo junto con las damas. Miro que los invitados ya estaba todos en sus lugares, la mayoría se veía feliz de aquel momento.

En su caminar al altar junto con las damas y damo siguiéndoles el camino Mel y Mica, la novia que estaba apunto de dar un SI en el altar, a un costado miro que se encontraba Ada que le entrego una tiara a la novia antes de iniciar la ceremonia ella estaba acompañada de su hermano James que tenia el gusto de conocerlo en la gala italiana. Sus ojos de Ashley se giraron al altar donde miro que estaba Ludwig su Padre adoptivo que oficiaría la ceremonia, a un lado muy cerca estaba Thanatos su tío, esta dio un pequeño suspiro y giro a ver a su padre que se encontraba con una mujer.

Estaba de espaldas pero recordaba aquellos cabellos, sus ojos se giraron a buscar a Venus y Asturión tal vez el tenia información que ella ignoraba, sospecha quién era aquella mujer pero no estaba del todo segura, se giro a ver a Mica que venia atrás junto con Mel, su padre estaba radiante y teniendo una pequeña platica con la pelinegra.

La joven se quedo a una lado de su padre y la música inicio, era evidente la ceremonia estaba por iniciar, Ashley al ver más de cerca a la bruja con la que platicaba su padre confirmo de quien se trataba, después de tanto años desaparecida su Madre volvía, volvía en aquel momento que su Padre se casaba, por lo poco que podía observar ella estaba apoyando en aquel momento más feliz, al final de cuentas eran hermanos, independiente de la relación que tuvieron ellos, el amor que se tenían ahora era de hermanos.

Ashley quería correr abrazar a su madre, pero estaba en pleno recorrido al altar, tendría que esperar a llegar a su lado para abrazarla, eran tantos años, tantos cosas que contarse, preguntas y muchas cosas invadían la cabeza de la ojiverde en aquel momento, solo desde donde estaba  le sonrió.

 

@ Illidan Black Lestrange @ Mica Gryffindor @ Litah Black Lestrange @ Sophie Elizabeth Granger  @ Cillian Haughton  @ Mael Blackfyre  @ Luna Gryffindor Delacour

@ Ludwig Malfoy Haughton   

[Mael Blackfyre]

Aquel abrazo hizo que todo su cuerpo se petrificara. Era algo extraña la relación que había formado con Mica, porque parecían serlo todo pero a la vez nada. Parecían conocerse cada detalle pero apenas conocían información del otro. Había una enemistad titánica de ideales pero sin que cada uno lo sepa, claro estaba. No entendía como me había debilitado en cuanto a las barreras ficticias que había materializado en cuanto a mi entorno, había llegado con una idea y ahora estaba parado en otra.

Tampoco entendía muchas cosas que estaban pasando en mi, porque parecía que era otro Mael el que llevaba aferrado en su brazo a la muchacha Mica Gryffindor. Ambos habíamos bajado las escaleras (y yo con un girasol en mi traje) y caminábamos lentamente. Todas las miradas estaban posadas sobre la novia. Pero un pequeño rincón en mi cabeza, una pequeña parte en mi mente, quería ver arder en fuego a toda esa gente. Personas que sabía que podían hacer temblar su piso, hacer caer su fachada. Incluso al joven Illidan. Ése mago que había sobrevivido al ajuste de cuentas en el Callejón Knockturn.

— Cualquier cosa que necesites, que te ocurra, ya sabes dónde encontrarme, Mica —apreté con mi mano, la suya, que se aferraba al borde de mi brazo, sin mirarla pero susurrándole aquello para que ella solamente lo escuchara. Habíamos sido precedidos por aquellas personas de honor, las mismas que se habian reunido en la habitación con Mica. Y claramente que el esposo, Illidan ya la esperaba allí. Esperaba que mis palabras las tomara en serio Mica. Me dispuse a entregarla, como ella me había pedido. Luego me quedaría en algún rincón, observando la ceremonia. Si de algo estaba seguro era que tenía que cuidar lo que era mío, mío en una manera abstracta de llamarlo. Sin que lo quisiera, Mica me había acercado a una familia, me había hecho parte.

Esperaba que no sucediera lo de las otras familias. Las maldiciones a veces se arrastraban, a través de cualquier cosa. Y eso no había dejado atrás a los Lockestone.

@ Mica Gryffindor

[Darla G Dumbledore]

Tranquilamente caminó por los jardines, le gustaba por demás la decoración que habían realizado en ellos, le parecía increíble que el mago y la bruja fueran a rehacer allí su vida, pero ¿por qué no? Hacían buena pareja, para su sorpresa, no se veían mal juntos, parecían tal para cual.  Mientras pensaba en ello sus pasos le habían llevado hasta una de las filas de sillas de la izquierda, hasta quedar a la mitad del pasillo, dudo unos segundos y decidió sentarse allí, lo más adelante pero lateral posible, esperando pasar relativamente desapercibida.

Notó la presencia de Maida y Adrián, vaya par, aquello le recordó la clase de herbología que habían compartido, el lazo del diablo y por un momento sintió un escalofrío, desviando su mirada del par. Si en aquel momento había estado a punto de proteger al mago que había aparecido en aquella ocasión, ahora no era el momento para revivir esas aventuras.

Sus ojos recorrieron la figura de los tres magos de la trifuerza, uno de los cuales parecía presidiría la ceremonia. Un suave punzón de angustia se sintió en su corazón, recordando algunos detalles que habían planificado hacía años con el desaparecido Granger. Su sonrisa se volvió cálida mientras observaba la mesa tras la cual estaba Ludwig, no por el mago en sí, sino por la imagen mental que había escondido de su recuerdo de los bocetos de la que hubiera sido su ceremonia nupcial. Quizás por eso nunca le habían gustado las bodas, te ponen demasiado en primer plano o te traen recuerdos que te dejan fuera de lugar.

Darla no pudo evitar ver un destello del pasado al momento en que una mujer de oscuros cabellos se acercó a acomodar la corbata de Illidan, algo vino a su mente, una fugaz imagen a la que no lograba dar forma del todo. Se encogió de hombros, algún familiar o amiga del futuro esposo, no valía la pena intentar darle forma en sus recuerdos, porque toda boda trae recuerdos ¿no?

La música comenzó a sonar y los invitados todos se volvieron para observar la llegada de las damas y damo de  honor, antecediendo el paso de la futura Señora Black Lestrange. Esta vez sí se permitió recorrer con la mirada a cada uno de los invitados mientras observaban a la novia, eso era interesante a la vez que iluminador.

[Illidan Burke]

- Muy segura de tus genes... - Soltaría, poco antes de ver marchar a su hermana, hacia las filas intermedias de las sillas. Intento buscar a Ash con la mirada, pero no logro dar con ella, de seguro asistía a su segunda madre en la tarea de finalizar los preparativos. Ser dama de honor era un privilegio, pensó que Cubias podría haber sido uno de los damos, se le daban bien las cosas de chicas. 

De pronto y casi sin percibirlo, el bullicio se fue apagando, pudo ver a los elfos, entre ellos Senuv, guiando a los invitados a sus asientos, los cuales terminaban de completar las sillas dispuestas para ellos. Cuando se quiso dar cuenta, solo quedaban Cubias, Thanatos, Lud y el mismo de pie. Se subió al altar,  Lud se encontraba en el centro, parecía listo, el rubio a la izquierda, y a la derecha el puesto de Mica esperaba impaciente, tanto como él.

De pronto el silencio se hizo presente en aquellos jardines, los susurros eran casi inaudibles. Allí apenas centímetros sobre el suelo, pudo detectar más rostros, que se le habían escapado hasta el momento, Adrian era uno de ellos, el cual recordaba de aquellas chelas que habían compartido en el callejón, Darla también se encontraba allí, ya ocupando su sitio, llevaba desde el secuestro sin verla.  Pudo notar ausencias, como la de Alyssa, con nada más ver a Cubias recorriendo constantemente la postal en busca de ella.

Fue allí donde la música comenzó a sonar. Illidan llevó automáticamente la vista hacia el frente, aun el corredor estaba despejado. Trago saliva  ansioso y busco la mirada de su hermano, buscando apoyo tal vez. Se le hizo eterno el momento, cuando pudo visualizar, a paso lento, a Mael asomándose, Mica de su brazo, vistiendo aquel hermoso vestido. 

Era un sueño, y esperaba que alguien lo despertase de una bofetada, pero no, era real. Allí se aproximaba el amor de su vida, radiante, sonriente, hermosa. Si bien estaba totalmente perdido y enamorado de ella. Aquel día, había superado los limites, en los que Illidan pensaba, que no se podía ser más hermosa. Rompiendo toda regla, el rubio respondió a la estampa con una sonrisa repleta de felicidad. Sintió el impulso de acortar las distancia y besarla, pero debía aguardar. En pocos minutos, ella sería su esposa, y en su pecho no cabía tantos sentimientos. 

[Mica Gryffindor]

Agradecía estar tomada del brazo de Mael, pues su cuerpo temblaba mientras avanzaba. La ansiedad no era buena aliada, y los tacones tampoco. Se concentró lo más posible para no tropezar en el camino, la distancia bajo sus pies parecía un tramo que se extendía más a cada momento. Peor por fin concluyó, quedando a poca distancia de su futuro esposo.

Escuchó las palabras de Mael y sintió su mano apretando la propia. Era también una señal para soltar poco a poco su agarre.

-No sabes cuánto te agradezco que estés hoy aquí conmigo- susurró en respuesta- también contarás siempre conmigo, para lo que necesites, aunque creo que eso ya lo sabes- agregó y besó fugazmente su mejilla antes de regresar la vista a su amado.

Soltó el brazo de Mael para extender su mano hacia la de Illidan, entrelazando sus dedos a los de él en un deseado contacto. Sentía su pecho a punto de estallar de felicidad, y sus mejillas empezaban a dolerle, pero, aun así, no lograba dejar de sonreír. Se sentía demasiado afortunada de estar a punto de dar ese gran paso junto con el amor de su vida. 

-Estás hermoso ¿listo? -susurró a su futuro esposo, reprimiendo con todas sus fuerzas las ganas de besarlo.

Tras permitirse contemplarlo unos breves segundos, giró lentamente para enfrentar a Ludwig, quien sería el encargado de llevar adelante la ceremonia.

@ Illidan Black Lestrange  @ Ludwig Malfoy Haughton

[Ludwig Malfoy]

De un momento a otro el bullicio que se encontraba en aquel jardín se hizo un silencio que llegó a incomodar a todos los presentes, un elfo había llegado para dar la señal de que los novios estaban por bajar y acto seguido una dulce melodía se hizo presente, finalmente todo se reducía a éste momento, los novios se encontraban listos para dar el paso que cambiara sus vidas por completo y Ludwig se sentía más que honrado por ser aquel que se encargaría de realizar la ceremonia y aunque no era un sacerdote, tenía la experiencia y para poder llevar a cabo el papel de uno.

Observó el lugar de un lado a otro, caras conocidas de amigos y familiares estaban ahí, también otros que no tenía el gusto de conocer aún pero a final de cuentas gente que resultaba muy valiosa para la feliz pareja, todos se encontraban en la misma sintonía, en sus ojos había dicha y felicidad, era impresionante ver como todos los presentes compartían el mismo sentimiento al ver a sus amigos casarse, incluso en algunos se podían observar lágrimas de felicidad. Por su parte los novios caminaban cuidadosamente hacia el altar, al verlos acercándose se percató que ellos también se encontraban felices y a la vez muy enamorados, en Illidan ya no se veía aquel temor que le Malfoy había percibido hacia unas horas y Mica se encontraba radiante, sonriendo como nunca antes.

Una vez que los dos estuvieron frente al Malfoy los miró y sonrió, el tampoco podía aguantar la dicha de tenerlos frente a el, quería ir y abrazarlos y explotar de felicidad pero sabía que se tenía que controlar pues no quería pasar como un loco en el evento. Levantó las manos hacia los lados para darle la señal a los invitados a que se pusieran de pie y decidió comenzar con unas palabras de introducción.

-Queridos invitados, familia, amigos el día de hoy dos personas no solo unirán sus manos en matrimonio, si no que unirán sus corazones para lograr que latan al unísono, dos corazones que habiendo tantas posibilidades, tantos siglos, tantas ciudades, lograron coincidir en el hoy y ahora, dos personas que han afrontado adversidades de todo tipo y finalmente han logrado dar un paso más para caminar juntos por el sendero de la vida, me refiero evidentemente a Mica Gryffindor y a Illidan Black Lestrange quienes hoy se unen en matrimonio, pueden tomar asiento.

Al tiempo que los invitados y los novios se sentaban, un par de elfos hicieron acto de presencia con la intención de proporcionar a los padrinos y damas de honor un lazo, así como las sortijas de compromiso con las que serían unidos los novios, esperó a que todos los presentes estuvieran listos y continuó – como ustedes saben en una boda hay varios símbolos que son requeridos para formalizar la unión, los galeones son trece monedas que el novio le da a la novia y simbolizan la ayuda mutua y la prosperidad, mientras que el lazo simboliza la unión irrompible, el ramo significa protección y finalmente los anillos simbolizan la alianza y entrega mutua – hizo una pausa y prosiguió – pido por favor a los padrinos y damas de honor que hagan entrega de éstos objetos a los novios y una vez que se les hayan entregado – miró a Mica e Illidan – pueden decir sus votos.

 

@ Mica Gryffindor  @ Illidan Black Lestrange  @padrino y damas de honor xD