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Chateau Dumbledore (MM B: 78647)


Ada Camille Dumbledore
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Kamra Ashryver Estuardo y Maksim Ashryverdentro del salón del Chateau Dumbledore.

Dentro de todas las cosas que había esperado ver al llegar, Kamra no anticipó lo que tenía frente a ella. Era cierto que su llegada al Castillo Dumbledore era por mero capricho suyo, sin invitación de la joven dama con la que empezaba a encariñarse. Ada era una persona que le inspiraba confianza como pocos, y a pesar de su renuencia a mantener su círculo cerrado, la joven Ministra ya podía llamarse amiga de la Reina de Escocia. 

De cualquier forma, la peli blanca no había anticipado una fiesta y sus formales vestimentas le hacían desentonar entre la multitud; fue así que con un ademán de su varita lo cambió rápidamente a un conjunto sencillo - Si ves a la Ministro házmelo saber de inmediato -

¿Qué le diría? La idea había sido hablar de negocios, pero con semejante bullicio y buenos ánimos lo que menos haría era apagar el ambiente. 

Kamra dió un paso al frente, pero fue devuelta a su lugar en un segundo...su antebrazo aprisionado entre una inamovible figura masculina y una mano que doblaba la suya en tamaño. Maksim, su hermano y mano derecha, le sonreía como pocas veces le había visto. 

- Creo que la señorita Dumbledore llegará en cualquier momento, no hace falta buscarla - el semblante pícaro del Vampiro más el ligero desinterés engañoso, para Ashryver, era una mala señal. 

- Más vale que te apartes, hermano...¿Qué debo hacer para conseguir una bebida aquí? - era, por mucho, lo mejor que podía hacer para desviar la atención de aquellos penetrantes ojos plata de ella a la multitud a su alrededor. Con un poco de suerte, alguien aparecería para cortar la tensión entre el hombre enfundado en un fino traje gris y ella. 

@ Ada Camille Dumbledore  @ Ashley Emily Black Lestrange M.  @ DonTau

 

Editado por Kamra Ashryver D.

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Una copa de vino blanco en mano mientras se reclinaba de espaldas a la barra escaneando el salón. Aún no tenía claro qué pretendía ganar de esta noche, cuál era el propósito de haber asistido a un evento como este. Mila había invertido mayor parte de su vida entrenando y enfocándose en su formación, hecho por el cual su vida social jamás había sido una prioridad; sin embargo, no hacia falta ser un genio para darse cuenta que necesitaba desarrollar vínculos dentro de la comunidad mágica si es que esperaba establecer un negocio próspero y productivo.

Suspiró resignada al tiempo en que se llevaba la copa de vino a los labios… ¿Por dónde empezar? Le molestaba admitir que en cierto modo “necesitaba” a estas personas, necesitaba de sus exóticos caprichos y los exuberantes precios que estaban dispuestos a pagar para satisfacer dichos caprichos. He ahí la razón de su presencia en esta fiesta. Ahora solo tenía que “sumergirse de cabeza” como quien diría, si tan solo sus habilidades sociales no fueran tan mediocres.

Inmersa en sus pensamientos aún así notó la persistente mirada que le acechaba desde el otro lado de la barra, a su izquierda un grupo de magos se encontraban inmersos en conversación pero Mila sabía que al menos uno de ellos había notado su presencia. Tratando de ocultar su interés la Triviani giró dando la espalda al salón, al tiempo en que lanzaba una mirada furtiva al desconocido que la seguía con interés. Sus miradas se encontraron por una fracción de segundo antes de que la bruja bajara la vista, lo suficiente como para encender sus mejillas con un rojo furioso.

Sintiéndose de pronto un tanto incomoda decidió escapar a los jardines que se encontraban al otro lado del salón, inhalando con profundidad el fresco aire nocturno para calmar sus nervios. Mientras más se sumergía en los pintorescos jardines del castillo la cacofonía del salón se transformaba en no más que un murmullo, se detuvo en seco cuando de pronto escuchó lo que parecía ser una agitada conversación no lejos de donde se encontraba la Triviani. Al echar un vistazo entre los arbustos le sorprendió reconocer al menos una de las brujas en aquel grupo, al parecer la responsable de tanto alboroto.

- ¿Candela? – preguntó la joven saliendo de su escondite - ¿Candela Triviani? – cuestionó esta vez con una misteriosa sonrisa en los labios. – Oh disculpa mis modales, mi nombre es Mila Triviani, mi padre es Jeremy… Es un placer al fin tener la oportunidad de conocerte al fin, abuela – agregó la bruja ensanchando su sonrisa.

 

@ Candela Triviani  @ Lord Cubias  @ Ada Camille Dumbledore  @ Idylla Macnair T.  

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Grelliam Ollivander

Tosió ruidosamente, apenas es capaz de escaparse de los temblores y náuseas de su cuerpo, por supuesto que le cuesta aun mas moverse con el disimulo que tanto lo caracterizaba, pero entre tanta gente, el ruido de la música, el humo del tabaco y la peste a alcohol, no cree que, ni siquiera alguien con su aspecto achacoso, pueda llamar la atención de alguien. 

Eso es lo que cree. Apenas sigue en la entrada, no sabe muy bien como, pero está ahí, sudando frío ante la posibilidad del cambio en cualquier instante, sus huesos duelen, pero su mente sigue consciente de que, en realidad, de verdad, no debería estar aquí ahora. Intenta desaparecer, pero bajo la puerta del castillo de los Dumbledore, simplemente no puede hacerlo. No funciona una aparición ahí, y no tiene la energía suficiente para armar un portal que saque su demacrado trasero de este lugar.

¿Cómo es que ha terminado aquí de todas formas?

Recuerda apenas que esta mañana Hessenordwood le estuvo contando sobre este lugar, y su compromiso aquí. Pero ¿cómo explica eso su presencia en este lugar? Tras un largo suspiro, lleno de cansancio, comenzó a moverse, no le importaba si alguien tropezaba con él, tampoco se detenía para dejar pasar los platillos con copas de licor rebosante. Está totalmente decidido a encontrar a su asistente entre todas estas personas, al menos hasta que otra mirada, escondida entre el gentío, pero que lo descubre también y le saluda a la distancia, captura su atención. Y por un momento casi ha olvidado que su cuerpo duele.

Quizá, si descansa un poco, pueda intentar invocar otro portal nuevamente.

No tomes del contenido de las copas de plata-, casi sisea. Parece que ha salido de la nada, ni siquiera él sabe como es que se ha acercado tan rápido y cuidadoso a Mael, pero ahora lo tiene ahí, a un par de metros de distancia empujando sobre su pecho un vaso de cristal con una bebida ambarina en su interior. —Sea lo que sea, tiene un sabor horrible-, escupe, casi irritado tras otro escalofrío que recorre su cuerpo. —P-pero esto tiene mejor aspecto-, señala el vaso que le ha traído. —No lo tomes si no quieres-, no se acerca tanto a él como para tocarlo, pero de algún modo parece querer esconderse detrás del Gryffindor. 

E-entonces…¿esto es lo tuyo?-, -tu gente-, quiere preguntar, pero no puede continuar.
 

@ Mael Blackfyre

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La tensión que lo había estado atosigando pareció irse de la mano de aquel patronus de buey. Satisfecho de que al menos se estaba asegurando una buena protección para Lunita esa noche, siguió la dirección que Hess le indicaba, aun cuando estaba a punto de mencionarle que no necesitaba usar los servicios higiénicos por el momento, excepto quizá para refrescarse un poco la cara en el lavabo.

Pero lo descoloca en demasía lo que acaba de decirle ¿Solo para uno? Quiere protestar, apenas le está llevando procesar toda esa molestia que Hess trasluce, especialmente por su varita que le insta a guardar de inmediato, pero todavía se siente culpable de como ha terminado llevando al hombre hasta allí, así que solo por eso, y porque teme, que en ese pequeño espacio, la situación se torne más incómoda de lo que ya lo está siendo, hace caso de lo que le pide, y permanece en silencio, hasta que vuelve a oírlo mencionar aquel paralelismo extraño con los tiburones.

— No me interesa demasiado el mar, quiero decir, por alguno se siente más cómodo en la pecera. Y yo sé bien qué lugar es el más apropiado para mí.
 

Su réplica es apenas un susurro, que se ve rápidamente superado por el borbotón de explicaciones que Crouch comienza a darle, sobre el porqué lo que acaba de hacer es sumamente arriesgado. Rory a duras penas consigue mantenerse de pie cuando él ha vuelto a girar tras comprobar con la oreja tras la puerta, que nadie los ha seguido o visto, y aun así, la advertencia o consejo que le está dando, es apenas menos preocupante para él que el hecho de que estén allí demasiado juntos en un espacio ridículamente estrecho.

— No mencione al perverso por favor, no necesita hacerlo para que entienda su punto.

Realmente, con cada quien concentrado en lo suyo, el pelirrojo no había considerado que alguien pudiese prestar atención a su hechizo, pero lo cierto es que es justo en momentos como ese que olvida que ya no es tan “anónimo” como antaño. Entonces, no puede simplemente desestimar o considerar una exageración todo lo que Hessenordwood le está diciendo. El mayor es, además, entre los dos, quien mejor conoce como es que esa gente piensa y sus habituales reacciones, a diferencia de él, que con tan solo el peso de todo ese enredo ya empieza a sentirse mareado sin tener una sola gota de alcohol en el cuerpo.

— Por favor señor Hess, estoy seguro que a pesar de su sonrisa, a usted tampoco le convendría que esa clase de “rumores” se extiendan— con el tiempo que ya lleva residiendo en el Pink Palace, está más que habituado a la avalancha de correspondencia que siempre llega para el mago, muchas de ellas con pedidos nada discretos, siendo esa la razón que lleva a pensar a Rory que en realidad sería Crouch el más perjudicado— además, está aquí por ese alumno suyo, y aunque sea un trabajo de suplencia, odiaría que por mi culpa, pudiese tener problemas también en su institución. Después de todo, ahora en Hogwarts solo permiten a gente de sangre limpia, tanto docentes como alumnos. Y yo no soy uno.

Hay una dimensión, que involucra sensaciones físicas que está experimentando dentro de sí, en la que Rory está intentando no pensar porque haría que ciertas partes de su anatomía se calentaran más de lo que ya lo están haciendo con la cercanía del cuerpo de Hess al suyo. No está muy seguro si el mago ya lo ha notado (de seguro que sí ¿por qué si no hacer deliberadamente esa clase de insinuaciones?), pero prefiere caer muerto ahí mismo por un rayo enviado por Santa Bárbara, que admitir eso en voz alta tales pecaminosas reacciones de la carne.

Así que, por eso mismo, prefiere seguir llevando todo el asunto por el plano más formal de los empleos y la reputación, que ese otro en donde solo conseguiría entramparse. La opción de quedarse en el baño definitivamente está descartada para él, así que solo queda la otra.

 Escabullirnos por el alcantarillado...— Rory giró la vista hacia la rejilla, que efectivamente parecía lo bastante ancha para que pudiesen deslizarse, aunque en una posición sumamente incómoda— no parece muy alta, así que tendríamos que ir a cuatro patas ¿verdad? Y tampoco es lo suficientemente ancha como para que pasemos los dos al mismo tiempo, lo que significa que uno iría tras del otro y…

Sin importar sus esfuerzos, parecía que no había posibilidad de escapar del raro rumbo que la conversación iba tomando. Tener que lidiar con tener delante suyo el sólido trasero de Hessen un tiempo indeterminado, o exponerse a ser más bien el objeto de tales observaciones, lo ponía en una encrucijada, donde de antemano, sentía que algo iba perder. Pero, a las finales, no dudó en que la segunda opción era la que más le convenía, solo porque así se ahorraba que ciertas visiones se colasen en los sueños de sus próximas noches.

 Si nos vamos por esa alcantarilla, prefiero ir yo delante—sin admitir las razones para su decisión, pidió perdón mentalmente por la mentira que estaba a punto de decir en esos momentos— porque si sufriésemos un ataque imprevisto, creo que mi varita respondería mejor que la suya. Entonces ¿qué dice?

@ Hessenordwood Crouch

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Escucho atentamente lo que su madre decía, no esperaba que ella tuviera que decirle que ayudará a Zoella ay hacer algo en otra parte del mundo. Ellas dos se fueron y a ella no le contaron sus planes, no estaba resentida pero en el momento de escuchar de sus hermanos hizo una mueca.

 

-Bueno madre, ¿Si sabes que yo tengo una vida? Por el momento no creo tener ganas de viajar y arreglar asuntos familiares, puro hablar con Zoella enen estos días y decirle que puedo hacer por acá- comentó la chica con una sonrisa y tomó un trago de su bebida, volteó a ver a los presentes y ubicar donde se encontraba su amor, ella no era nada celosa pero conocía a las chicas del Mundi mágico por tirarse encima de la gente sin siquiera preguntar nada antes -por cierto madre, debería avisarte que el anfitrión de la fiesta es mi pareja, así que una vez que termine de saludar a los presentes tal vez venga a presentartelo.-

 

En el mmomento que termino una chica salio de la nada entre la gente y se presentó ante Candela, por lo visto era hija de su hermano jeremy, así que sería suuna sobrina. Ella sonrió mientras esperaba la respuesta de su madre y luego se adelantó a darle.un abrazo a la chica -Hola yo soy Idylla, hermana de tu padre  jeremy, bienvenida a la familia. Aunque no no esperes muestras de cariño masivas, los Triviani no son muy cariñosos entre si- comentó la Macnair y dejo de abrazar a la chica, ella era la excepción. No le gustaba jugar a ser una persona oscura, más bien vivía su vida en la paz y armonía de la magia y la sangre pura en el mundo. 

 

-Al que aún no conozco es al señor frente a nosotros, ¿El también es de lala familia madre? - preguntó al aire dándole un largo trago a su bebida y acabandosela. 

 

@ Lord Cubias

@ Mila Triviani

@ Candela Triviani

@ DonTau

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En un abrir y cerrar de ojos la fiesta se llenó de magos y brujas, la mayoría totalmente desconocidos para el Malfoy quien se empezaba a sentir bastante incómodo por la situación, nunca le habían agradado los grupos grandes y había escuchado de un virus extraño y de rápida propagación por lo que no estaría mal irse a un lugar un poco más tranquilo.

Antes de poder finalmente escaparse de todo aquel bullicio pudo ver más de sus amigos y familiares como Mónica que le daba un gentil saludo y Darla con quien por alguna razón sabría que pronto arreglarían negocios. Sin embargo para el Malfoy no importaba nada más que estar con el joven Ryddleturn. Lo agarró de la cintura y lo besó con pasión mordiendo su labio inferior.

Poco bastó para que el mago lo invitara a su alcoba en la cual podrían platicar y tener más comodidad, de igual manera se percató que el vino vertido en su acompañante ahora manchaba las ropas del Malfoy.

Tomó su mano y corrió por las escaleras, sus familiares lo entenderían, después de todo un día las de ausencia no le haría mal. Al llegar a su habitación no tuvo tiempo para hablar ya que comenzó a besar nuevamente a su compañero ahora de una manera frenética y así mismo tiempo iba desgarrando su vestuario. 

- Lo siento - dijo Malfoy al ver las prendas de Cillian completamente rotas - te lo compensaré.

Y cómo una bestia tomó a su presa por la cadera y lo cargó mientras continuaba la escena. Presos de sus emociones e instintos, se encargarían el uno al otro de corresponderse de la mejor manera.

 

———————————
Off: Me duermo y veo mil post 🤭 

@ Cillian Ryddleturn

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Había vuelto hacia unas semanas a Londres, ¿por qué? No tenía ni la menor idea, pero algo en su interior la hacía querer volver a aquel sitio que tantas frustraciones, enojos y alegrías le brindó años atrás. Su autoexilió estaba terminando o eso era lo que se pretendía por más de una persona en las últimas horas, sin embargo, ¿valdría la pena reaparecer? Sin respuesta y con pocas expectativas, decidió que era momento de parar con sus cavilaciones y salir del despacho privado de su padre. Tenía que acudir a esa fiesta y comenzar a retomar su vida en la comunidad mágica, recuperar su posición o al menos intentarlo.

De modo que respirando profundamente subió las escaleras y se encaminó hasta su habitación, en donde permitió que el agua caliente cayera sobre su cuerpo una vez que se encontró en la ducha. Misma, que fue relajando poco a poco cada una de las contracturas que tenía y que sin haberse dado cuenta había ido acumulando con el paso de los días. En cuanto se sintió completamente limpia y tranquila, comenzó a buscar en su armario el vestido ideal para fiesta y un par de tacones. Se tomó más del tiempo que le hubiese gustado, pero encontró el atuendo ideal.

Un vestido color verde esmeralda del mismo color de sus ojos y unos tacones plateados, mientras que su rubia cabellera caía en rizos con un recogido sencillo, así como un maquillaje poco llamativo la hizo saber que era momento de abandonar la casona de los Black Lestrange. Así que un simple medio giro, la hizo desaparecer en una voluta de humo negro, el cual segundos después reapareció en el jardín de la propiedad de la familia Dumbledore… dando un pequeño respiro, miró a su alrededor y notó la presencia de alguna que otra cara conocida.

Pensando en que quizás no sería tan desagradable socializar un poco, soltó un suspiró y comenzó a adentrarse a la fiesta. Notando de inmediato como el aire festivo de alegría y diversión se tornaba mucho más con cada paso que daba. Así que logrando que una media sonrisa apareciera en sus labios, tomó una copa de vodka con zumo de arándano y bebió un sordo disfrutando del sabor por unos segundos y parando a uno de los meseros.

‒Digan a Ashley, Illidan o Cillian, que estoy aquí. ‒fueron sus únicas palabras antes de comenzar a caminar y subir por las escaleras, perdiéndose un poco entre la gente que bebía, conversaba y disfrutaba de aquella reunión.

Editado por Mia Black Lestrange
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Se mantuvo firme sosteniendo aquella cerveza, besándola ocasionalmente mientras analizaba al trío frente a el, la primera en responder fue Ash, su apellido era famoso entre las familias mágicas, y sus integrantes más aún, recordaba ciertas historias sobre cierto sujeto. – La verdad es que no lo sé…- Diría contestando a la Black Lestrange. – Ambos vivimos aquí pero apenas nos conocemos. – Terminaría el peli blanco. La chica se disculparía y con Don y se alejaría, por lo que el Dumbledore se limitó a analizar el salón inferior desde lo alto de las esclareas.

 

-        PROFESOR!!!! – Gritaría de repente, al visualizar allí a lo lejos, a quien se había encargado de su educación los últimos años en la academia, lástima no tenía un mapache a mano, pues se le habían ocurrido varias ideas divertidas.  

Descendió por las escaleras apenas llegando a la mitad de ellas, beso aquella amante ocasional llamada cerveza y se plantó allí, analizando a las personas. Al parecer todos se estaban divirtiendo, aquello había sido una buena idea, el mundo necesitaba diversión.

De repente Dana hizo su aparición, el dúo anterior bailaba a lo lejos, por lo que ahora solo quedaban ellos dos. – Dontau, hijo de Sally, primo de Ada, el primero de mi nombre…- Bromearía mirando a la dama, que mostraba un semblante diferente, como si se hubiera renovado o consumido cocaína. – Hueles bien… - Diría sintiendo el jazmín rodeándolo.

 

@ Ashley Emily Black Lestrange M.  @ Dana Gryffindor  @ Hessenordwood Crouch

Editado por DonTau

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El estar en medio de una fiesta y tratar que mi familia tuviera la intimidad suficiente para poder reencontrarse me agradaba, pero cuando escuche como mi querida abuela mencionaba a mi madre no tuve mas reacción que mirarla. Era lógico que ella no estuviera y se encargara de los negocios de la familia, siempre lo había hecho y alguna ve Idylla y yo le ayudamos en los puertos de Londres, pero me dolía a su ausencia, Zoella me había formado como persona si era fuerte diligente y hacia lo imposible para alcanzar mis metas era porque ella me lo había enseñado. Era una mujer maravillosa, capaz, inteligente además de hermosa y voraz. Era una mujer de temer y admirar y la amaba muchísimo. A falta de mi madre biológica, por las razones que fueran, la calva había sido junto a mi familia mi refugio y ejemplo, aunque no corría la sangre de los Triviani por mis venas, mi alma y lealtad era totalmente de ellos. Baje la cabeza y vi la copa vacía mire hacia atrás y sabia que Luna y los demás estaban bien, pero quería compartir un poco mas con la Zíngara, suspire y pensé en mis opciones: una era regresar con luna y Thanatos a quienes había dejado solos. Una señorita se acercó a Nosotros y le sonreí se presento a la abuela diciéndole que era hija del tío Jeremy, tras Idylla que se presentó primero, me acerque a ella con una sonrisa, bese sus mejillas.

 

- Hola un gusto soy tu prima Ada, hija de Zoella.

 

Mientras la saludaba vi que Kamra y a Maksim llegando, debía correr a atenderlos, ella era una Reina y la atendería como tal. Voltee a ver a la abuela y le sonreí, suspiré y me llene de valor para hablarle.

 

-Abuela querida debo atender a unos invitados, siéntete en tu casa, este jardín es muy tranquilo pero si lo deseas, mi oficina queda por aquella puerta a la derecha, allí es muy amplio y estarán a gusto, imagino que tienen mucho de que hablar.

 

Me acerque a la Zíngara ( @ Candela Triviani ) y bese sus mejillas, luego hice lo mismo con @ Lord Cubias  me acerque a @ Idylla Macnair T.  y a mi prima @ Mila Triviani y las tomé de la mano enlazando mis dedos con los suyos y las guie por el salón hasta donde estaban La Reina @ Kamra Ashryver D. y su hermano el Duque, quien se vea tan guapo y gallardo como siempre al llegar ante su majestad hice una venía e igual hice con Maksim a quien mire a los ojos con una sonrisa.

 

-Su majestad que placer verla en mi hogar, sea usted bienvenida, Duque lo mismo usted, que honor que nos visiten. Ella es mi tía Idylla y ella mi prima Mila, queridas ellos son la Reina de Escocia, su majestad Kamra Ashryver y su hermano el Duque de Edimburgo Maksim Ashryver.

 

Llame a uno de los meseros, a quien el corbatín y el bóxer negro se les veía bastante bien y le indique que nos llevara bebidas a una de las mesas. Donde había tres sillones individuales y dos dobles  con una mesa en el centro.

 

-Acompáñenme, estaremos mas a gusto sentados.

 

Les guie por el rio de gente hasta unos cómodos sofás y les invite a sentarse, tome asiento en el sofá doble y mientras ellos tomaban lugar el mesero llegó con una botella de Ginebra, hielo vasos de cristal y algunos pasantes de maní. Mire al salón y note que @ Thanatos L. Lestrange y @ Luna Gryffindor Delacour  estaban muy apartados de todos. 

 

-Denme un momento ya regresó. Sirvales por favor... 

 

Me dirigí por ultimo al mesero, fui haci la Gryffindor y el caballero y los salude. 

 

-Perdonen el abandono, por favor siganme tenemos una mesa para que podamos seguir charlando. 

 

Los guie hasta la mesa y los presente a cada uno. 

 

-Señoritas, caballero ellos son unos amigos, Luna Gryffindor y Thanatos Lestrange. Aquí están La Señorita Kamra Ashryver, Maksim Ashryver su hermano, mi tia Idylla y mi prima Mila. Tomen asiento por favor. 

 

Tome asiento en uno de los sofas dobles y tome mi copa de Ginebra, estaba fría. Esperaba pasáramos una buena velada . 

 

Off: vamos a beber!!! ❤️

 

@ Thana Maureen

 

 

 

 

 

 

 

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Ministre de la Magie Français // 🌙 dulce asesina by Mael

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Sintió el calor subir a sus facciones, un tanto desencajadas por quedarse mirando a la puerta unos instantes. Claramente era el alcohol en sangre...

Se perdió unos instantes en sus pensamientos mientras inclinaba la botella de Whisky de fuego, vacía, intentando inútilmente llenar el vaso que sostenía aún en su mano izquierda. No estaba seguro de cuánto tiempo había permanecido en esa ridícula posición. "...con vuestras edades a alguno lo daba por muerto..." escuchó mientras regresaba a la realidad y focalizaba su atención nuevamente.

- En cambio parece que a ti no te pasó un solo día por encima, querida. - Mientras apoyaba disimuladamente la botella vacía a un costado y sacaba otra de menor tamaño, sonrió a la pelirroja, que le sonreía al grupo con sus peculiares colmillos @ Monica Malfoy Haughton . Notó que su mirada intensa pasaba por todo el grupo y se detenía unos segundos de más en @ Illidan Black Lestrange . Una mirada que le provocó una nostalgia de décadas. - ¿Acaso Ottery les mantiene en formol?

 Casi no llegó a terminar la frase que la chica francesa @ Ada Camille Dumbledore  había regresado al grupo con ideas de retirarnos a unos sillones más cómodos a unos pocos metros de distancia. 

- Debería ir al baño, pero pueden adelantarse. - Mientras veía una nueva comitiva entrando al castillo desde el exterior, giró sobre sus talones y se dirigió a un lado del castillo. Hizo unos metros y se replanteó hacia dónde iba. Detuvo a un mesero con la mano - El baño está haciaaa... - mencionó, girando el índice en todas direcciones, quizás demasiado efusivamente, por lo que el joven lo miró con un poco de gracia.

- Hacia allí, señor, al fondo a la derecha. - continuó la marcha no sin antes permitir que Thanatos tomara una de las copas burbujeantes. - Tenga cuidado con eso, parece que parece haber tenido bastante alcohol por hoy, no quiero sobrepasarme...

- Y sin embargo lo has hecho... - respondió con desdén. Miró la etiqueta que llevaba el nombre del muchacho - basta... Rogelio. - y sin más, emprendió su camino, algo sinuoso, al baño.

Al ingresar al mismo lo primero que se le vino a la mente fue lo insoportablemente pomposas que eran las mansiones y castillos de las familias más longevas. Se mojó la cara y se miró al espejo, con incrustaciones de diamantes y otras tantas innecesarias decoraciones.

- Me encantaría decir que esto va a ser fácil, pero no lo hará - le dijo su imagen en el espejo. Uno de sus ojos le latía un poco y el clásico tono gris había adquirido unos tonos de dorado que recordaba perfectamente. Su reflejo le sonrió y fue lo último que vio antes de que todo se apagara.

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