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Alianzas inesperadas


Rory Despard
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Gruni hacia Cillian y se preguntó cuanto tardaría en darle una escarmiento de una vez por todas, quién se creía que era al hablarme así? Era consciente de que estaba perdiendo la paciencia o no veía el peligro? Busqué a Darla con la mirada, sólo porque quería tener su aval y no meterse en más problemas, aunque la vio hablando con Sean y luego volver hacia aquí, pero irse de nuevo en busca de Horace?  Había entendido bien o no? Me encogí de hombros y fulmine con la mirada a Cillian cada minuto que pasaba me caía terriblemente mal. 

 

- Puedo hablar por él simplemente porque es mi amigo y no dejaré que nadie le falta el respeto, si de hecho en las novelas románticas aunque no sólo ahí, mi mamá y mi papá siempre fueron cariñosos el uno con el otro y no hacían esas cosas, así que de primeras está del todo mal o eso me enseñaron en casa - Dije intentando razonar con él y que entendiera de una vez por todas lo errado que estaba con todo - 

 

Me puse triste porque recordar a Elvis siempre era duro para mí, me recompuse al darme cuenta que no era momento para eso, tenía que ayudar a mi amigo, él tenía razón Dios creía en todo eso como atrocidades o cosas malas, todo eso te alejaba de su luz y eso era algo que ella sabía, nadie era amiga del pastor y no aprendía eso a la primera, pero no tuve tiempo de decir más nada, puesto que el nombre de mi amigo salió por los parlantes, lo habían invitado a subir y el se apresuró al fin dejando a Cillian de lado. 

 

Suspiré aliviada aunque me dio un escalofrío al ver como lo había seguido y le tomaba de la mano? Gruñí por segunda vez y busqué a Darla con la mirada, necesitaba que entendiera que lo que iba a hacer era para proteger a mi amigo y no porque quisiera hacerlo. 

 

No lo pensé si quiera y tan impulsiva como a veces era, corrí hasta acercarme a donde estaba Rory y sin pensarlo demasiado, separé la mano de Cillian de él y fulmine al mago con la mirada, esto había llegado demasiado lejos y no se lo dejaría pasar por nada del mundo. 

 

Empuje al mago lejos de él aprovechando para morderle la mano y vi sin asombrarme como Cillian tras darle otro empujón más fuerte que el anterior, volaba de allí hacia el piso y no tuve compasión ni lo ayude a levantarse, tenía que aprender que conmigo y mis amigos no se jugaba para nada. 

 

-Te advertí que estabas molestando a mi amigo nadie lo trata mal, disculpen a todos pero tenía que salvar a Rory, ahora sí amigo mío, sube allí y lúcete como solo tú puedes hacerlo, confío en ti, se que lo harás bien, es la suerte de los pelirrojos - Le dije guiñándole un ojo a mi amigo, al fin feliz de haberlo defendido como era debido - 

 

Entre el tumulto de gente busque a mi amiga Darla con la mirada, al encontrarla le pedí perdón con los ojos y espere que ella entendiera que no podía dejar solo a Rory, mi amigo no merecía ese trato y que lo acosaron, sabía que morderle la mano a Cillian estába mal y empujarlo al piso estaba peor, pero no me importaba, merecía un escarmiento y esperé que con eso dejara de molestar realmente y no volverlo a ver por ahí nunca más. 

 

@ Rory Despard  @ Cillian

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Sonrió.

¿De verdad era necesario? Sacó su varita del bolsillo izquierdo de su pantalón y apunto a la  mano que Luna había elegido morderle y utilizó un Episkey para curar la herida que la chica había le había causado. Cillian no sabía de la condición de la chica, pero igualmente él nunca podría convertirse en un vampiro. No, no era necesario, no estaba buscando problemas... Solo quería divertirse un rato.

Bueno, más que un rato. Sin Carlos cerca, tenía que buscar alguien nuevo con el que llenar el espacio que el esclavo de Juliene había dejado en la vida del Ryddleturn.

Normalmente podría decirse que Cillian era un chico tranquilo, bastante tranquilo. Tanto que ni siquiera estaba inmiscuido en la eterna guerra mágica en la que estaba sumido el mundo mágico a pesar de pertenecer llevar tatuada la Marca Tenebrosa en su antebrazo. Intentó reprimirse, de verdad que lo intento, pero Luna había sobrepasado demasiados limites.

Tantos como Cillian estaba sobrepasando con Rory, pero eso era otra historia.

— ¿Te has detenido a pensar qué quizá Rory necesite un poco de lo que yo tengo para ofrecerle? ¿Le has preguntado realmente qué es lo qué el quiere? —su tono de voz había alcanzado un nivel tan alto que todos podían escucharlo en aquel lugar—. No lo creo, es más ni siquiera él mismo se debe haber preguntado lo que realmente quiere—. Estaba molesto, realmente molesto y la cosa estaba por complicarse bastante—. ¿No creen que ya bastante grandes están para justificar todos sus movimientos por un Dios que ni siquiera pueden probar realmente si existe?

Comenzó a caminar detrás de la chica, tenía que pagar por lo que había hecho. En aquel momento ya ni siquiera Rory le importaba, ¿para qué seguir centrado en él? ¿Para qué otra fanática de Dios lo terminara ridiculizando de nuevo enfrente de todos? NO.

— Cruciatus —murmuró apuntando hacia Luna, deseaba dañarla, necesitaba que sufriera y pagara por lo que acaba de hacer. Y así fue, el hechizo impactó de lleno a la chica, generándole un dolor insoportable. ¿Por cuanto tiempo lo hizo? Bueno, Cillian no pretendía detenerse, en aquel momento la quería muerta.

 

@ Luna Gryffindor Delacour  @ Rory Despard

Editado por Cillian
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Esperar a Sean hubiera sido lo más malditamente lógico, tenía demasiadas cosas que aclararle de lo que había mencionado del ministerio en público. La verdad es que Darla estaba pensando que era inútil que ella estuviera a cargo de la seguridad si el propio mago que la había encajado en aquel puesto ponía en riesgo la misma. Su puesto era inútil si ni él mismo la respetaba

Pensaba en todo ello mientras Horace hacía por fin su aparición, seguramente el Linmer aprovecharía la oportunidad para hacerle la propuesta que tenía en mente. Darla escuchó que el anarquista anunciaba que el próximo en hablar sería su líder y se tensó más que cuando el ministerial había hablado.

Se giró buscando al grupo que había dejado momentos antes y se encontró con algo que no esperaba: Cillian parecía insistir en cortejar al pelirrojo, Luna cumplía al pie de la letra su  misión de protegerlo y Rory, bueno él… la mirada de disculpas de Luna le dijo todo, Darla supo que debía intervenir, comenzó a avanzar hacia donde el trío se encontraba, ya con la varita en su diestra. Era consciente que esa noche estaba algo agresiva.

Lo que si no se esperaba lo que ocurrió a continuación, Luna mordió al mago acosador y lo mandó a volar de un empujón, el rubio se puso de pie y se curó y cuando fue tras Luna y comenzó a apuntarle, Darla no pudo una vez más contenerse.

Criaturas de Sombras, invocó la Potter Black y dos lobos de la tundra se materializaron cubriendo las espaldas de Luna, uno de ellos aulló cuando se interpuso entre el cuerpo de la bruja y el rayo del cruciatus. Los ojos de Darla se habían vuelto rojos para ese momento y su furia se manifestó cuando por su mente pasó la idea de un Control Corporal, el efecto sobre Cillian fue inmediato, podía sentir su torrente sanguíneo, cada uno de sus órganos, podía notar la particularidad esencia del mago pero no le importó nada mientras hacía que su sangre fluyera intensamente por sus venas acelerando el torrente sanguíneo y afectando sus órganos viales para luego de pronto bajar su presión arterial casi al límite de hacerlo desmayar. Para cuando llegó junto al trío presionaba sus dientes uno contra otro que podría haberlos hecho estallar si no hubiera hablado en ese momento.

—Todo tiene un límite y meterte con los míos es la mejor forma de sobrepasarlos —su varita estaba ahora apoyada en el cuello de Cillian, viéndole a los ojos con la furia que había vuelto a resurgir en su interior.

 

@ Cillian  @ Luna Gryffindor Delacour  @ Rory Despard  @ Sean -Ojo Loco- Linmer  (?)

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Un tonto, había sido un tonto.

Sabía perfectamente que no tenía el potencial necesario para meterse en aquel tipo de situaciones, pero aún así el coraje que sentía en aquel momento lograba nublarme la razón. Quería destrucción, quería ver a Luna sufrir y para ello necesitaría hacer algo que nunca antes en su vida había considerado. Y sabía bien que después de ese día se arrepentiría de ello ya que lo estaba haciendo por la razón equivocada. 

Desvió su mirada hacia Rory por una última vez, esperaba que pudiera perdonarlo. ¿Perdonarlo de qué? No lo sabía, pero por un segundo sintió un atisbo de culpa, que de ser sincero no era más que una tontería porque todo aquello estaba relacionado solo al deseo de querer tener al pelirrojo y no poder lograrlo. Sabía que lo que estaba apunto de realizar solo complicaría más las cosas.

Si de por sí ya estaba luchando contra los ideales tontos del predicador sobre el amor y la forma en que debía ser, ahora debía sumarle que estaba a punto de mostrarle una parte de él que intentaba ocultar. ¿Quién iba a decir que el intentar ligarse a un sexy pelirrojo terminaría en una situación así?

Recupero un poco de sus fuerzas, solo lo necesario para apuntar con su varita al cielo y murmurar.

—  Morsmordre —logrando así invocar la Marca Tenebrosa en el mismo, necesitaba de sus compañeros. Necesitaba que todos en aquel lugar, quizá excepto Rory, sufrieran.

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Escuché sus palabras aún furiosa con el mago, quién se creía que era Rory? Era consciente de que si el pelirrojo lo hubiera querido ya se hubiera ido con él? Pero claro Cillian no pensaba en eso, es más seguro que Rory me hubiera pedido que me fuera pero en lugar de eso agradecía que me quedara, así que era evidente que tenía que defenderlo de alguna manera y la encontraría fuera cual fuere esa manera. 

 

- Rory jamás querría algo tú le puedas dar y menos haciendo todo rápido, él no es así y es alguien decente, yo no sé quién te ha creído pero eso no funciona así, primero lo conoces y luego lo demás o quieres que te lo repito todo de nuevo? - Le pregunté aún furiosa con él y pensando en que de veras era horrible no poder atacarle - 

 

Escuché el cruciatus y esperé el golpe, mismo que nunca llegó, me di cuenta que algo había sucedido y escuché a Darla feliz de verla al fin a mi lado, lamento lo que le pasará al lobo pero prefería mil veces que el animalito sufriera a que fuera yo por supuesto. 

 

- Oh Darlis menos mal, no sabía que más hacerle e intento lastimarme, lamento lo del animalito me da pena, pero mejor ellos que yo, te quiero lo sabés? - Dije feliz de verla a mi lado, ahora sí sabía que estaría a salvo - 

 

No le dije que estaba feliz de que me considerara de los suyos, yo también sentía lo mismo por ella y la defendería a como diera lugar, pero esta vez había temido que se enojada conmigo por lo que hice, suspiré aliviada cuando no lo hizo e inclusive levante la varita mágica apuntándole a Cillian en la espalda, escuchando que había llamado a lo suyos y sintiendo un escalofrío porque dentro de poco esto se convertiría en un campo de batalla si no teníamos cuidado y había demasiadas personas allí, simples civiles que se esperaba que no resultarán heridos en la pelea que tendríamos en nuestro haber. 

 

- Qué te pasa? Ya te muerden un poco y necesitas de tus amigos? Acaso me tienes miedo? Como si hubiere terminado contigo, nadie molesta a mis amigos o intenta lastimarme a mí, pequeño maldito bastardo - Dije apretando los dientes enfadada y esperando que entendiera que realmente no estaba en una buena posición en esos momentos - 

 

Aún así y con todo le volví a morder el brazo con el que había llamado a sus amigos y tenía su varita, mis dientes eran notorios pero no le había sacado sangre, parecía una simple mordedura de un perro o un gato, esta vez no le pediría perdón a mi amiga, simplemente porque él merecía un escarmiento le gustara o no, lo obtendría de mi de alguna manera. 

 

Luego de eso solté su brazo pero seguí apuntándole con la varita, aún así me mantuve alerta a cualquier movimiento, si él había llamado a sus amigos, era probable que el lugar se llenará de máscaras, así que esperaría tener una contienda de un momento a otro, por ende observaba alrededor sin despegar mi varita de su espalda y preguntándome si realmente podríamos con todo esto o no y yo que quería disfrutar una linda velada con Rory... Parecía que tendríamos que luchar y estaría preparada para ello, sólo esperaba que todo saliera bien. 

 

@ Cillian  @ Rory Despard  @ Darla Potter Black  @ Sean -Ojo Loco- Linmer

 

 

 

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-Oh... bueno, la verdad no soy muy buena con las palabras -masculló Mel de vuelta hacia Rory luego de esa cálida bienvenida, sin atreverse a agregar nada respecto al "amor libre" ya que de eso poco o nada sabía.

Tanto Mel como Richard tomaron entonces los panfletos, sin más. No era que Mel estuviese menos interesada en acercarse al anarquista, si no que a pesar de haber llegado con apuro, se daba cuenta de que tendría que esperar ante tamaña lista de actividades. Prefería pasar desapercibida mientras tanto, para que no intentaran llamarla para que "diera unas cuantas palabras". Así que se dedicó a explorar el papel con genuina curiosidad. Tenía unas letras coloridas y daba razón de aquello que se haría en el evento; Mel nunca había escuchado nada que se pareciera a "poesía antisistema" así que decidió que tal vez daría una vuelta para echar un vistazo. Richard la siguió.

Apenas acababan de volver  luego de observar una carpa en donde hacía fila un montón de gente para entrar en parejas, globos de colores, muchachos con pipas psicodélicas que descansaban sobre el pasto y un montón de puestos de comida y venta de curiosos artículos cuando las cosas se salieron de control deprisa. Estupefactos ante el anuncio realizado por el anarquista, delatando a Rory como líder de la Orden del Fénix, ambos se echaron una mirada antes de dirigirla hacia el dubitativo pelirrojo que se dirigía al estrago. Ya no estaba muy lejos, cuando Mel decidió que quizá debía prevenirlo, cuando notó que Luna se echaba sobre el hermoso muchacho rubio que vieran antes, debido a que éste parecía haber hecho o dicho algo hacia Rory.

Mel nunca la había visto tan enojada. Sus ojos redondos y enormes quedaron pasmados de sorpresa. Richard tenía reacciones rápidas y se había dado perfecta cuenta de todo pero no había querido intervenir. Se veía como algo que iba a desencadenarse de mal a peor y, efectivamente, así fue.

¿Acaso realmente el anarquista había anunciado que Rory era el líder de la Orden del Fénix y había Lunita reaccionado ante la proximidad del mago rubio con Rory de una manera tan confrontacional? Por supuesto, Mel y Richard se habían perdido parte de la acción entre ellos antes así que eso no parecía encajar con Lunita para nada. Lo que ese muchacho podía haber dicho para que Luna reaccionara de esa forma era algo que Mel no alcanzaba a imaginar.  La bruja se aproximó decidida a parar el asunto, antes de darse cuenta de que Darla también se salía de control ¿cómo era posible que todos montaran en cólera? ¿Y acaso realmente ese mago había usado un cruciatus? Melrose apenas podía creer cómo se iban desenvolviendo las cosas.

Richard la tomó del brazo para detenerla pero ella se soltó con rapidez y se deslizó por un lado de forma rápida para que no pudiera volver a hacerlo. En el ínterin, Luna había mordido al rubio y Darla también había saltado para defender a Luna de la maldición que éste le lanzara. Mel no sabía qué hacer, así que solo atinó a correr hacia ellas, sin estar del todo segura. Cuál no sería su sorpresa al ver al muchacho con rostro angelical retorcido por la rabia, invocar la marca tenebrosa. 

Las personas alrededor no eran est****as. Empezaron a escucharse murmullos y algunos gritos. Algunos parecían haber consumido demasiado de las pipas como para moverse o darse cuenta de lo que estaba pasando y muchos otros estaban encerrados en carpas pero varios ya empezaban a correr para poder desaparecer en dirección a sus casas y no pocos se habían quedado boquiabiertos ante la señal en el cielo. Incluso, cierta cantidad de curiosos habían asomado sus cabezas, desde escondrijos de lo más inesperados o desde dentro de las propias carpas. Los ojos de Mel, sin querer, se desviaron por unos segundos hacia el anarquista. Éste, al igual que ella, parecía estar evaluando su siguiente movimiento, con una precisión que casi salía a flote en su mirada. 

Al alcanzar a Darla y Luna, Mel pasó de largo, directo hacia el muchacho mortífago. Con un movimiento preciso, invocó su Tambō, de forma que sus dedos fuertes no tardaron en girar la bara de metal sagrado ante ella. Enseguida, la muchacha aprovechó los campos magnéticos que el bastón generaba (y era prácticamente la tercera vez que el hechizo funcionaba - lo que era una suerte- pues no había ensayado lo suficiente, ni de lejos) para atraer al muchacho rubio hacia ella y repeler a Luna y Darla al lado de Rory. Sabía que Lunita, una persona normalmente sosegada y pacífica, no habría reaccionado de esa forma sin motivo y sabía que ella estaría segura con Darla pero era preciso detener esa pelea cuanto antes.

Miró de reojo al mago rubio que se encontraba compartiendo con ella su lado del campo magnético, lo que los obligaba a estar algo estar próximos. Recordó por segunda vez en la noche que ni siquiera conocía su nombre. Se preguntaba si éste aprovecharía la oportunidad para intentar hechizarla. Dejó de girar el bastón, clavándolo en tierra y notó con alivio que había logrado poner dos metros de distancia entre los dos grupos que había conformado, debido a la fuerza de los campos magnéticos (aunque todos los presentes se habían tambaleado un poco al volver a poner pie en tierra debido a la fuerza de atracción y repulsión, respectivamente, que había ejercido).

Entonces, dijo:

-Esta pelea se termina, AHORA.

No hacía falta ser un genio para ver los rostros asustados, las expresiones alarmadas e indignadas de las personas alrededor. Mel agitó la varita algo dolida, recordando la expresión del lobo que había recibido ese hechizo cruciatus, mas no dudó cuando curó la herida de mordedura del muchacho rubio. Entonces, y solo entonces, se atrevió a decir:

-Te quiero pedir, que quites ese símbolo del cielo. Ésta, es una reunión pacífica que no merece este espectáculo.

Richard estaba impactado ¿qué le había pasado en el extranjero a Melrose Moody, la sosa, tragona e impulsiva Melrose Moody que se distraía persiguiendo tebos y observando aves marítimas y olfateando estupideces para que hubiera reaccionado de esa manera? Pensó en que necesitaba un poco de palomitas y estuvo a punto de atraerlas con un encantamiento convocador, pero no quería seguir aumentando la conmoción. Si luego pensaban que había sido un ratero aprovechando el pánico, sería una vergüenza. 

@ Cillian  @ Rory Despard   @ Luna Gryffindor Delacour  @ Darla Potter Black

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Demisit lacrimas dulcique adfatus amore est 

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Una montaña de documentos estaba sobre el escritorio, tenía que revisar una cantidad de informes sobre el funcionamiento del gobierno, el viceministro había hecho varias nuevas propuestas para iniciar algunos proyectos sobre la seguridad de los ciudadanos franceses y sobretodo que las fronteras fueran seguras para evitar que enemigos llegasen a las ciudades de Francia. El estar en París radicado me daba la confianza para estar en Inglaterra más tiempo y compartir con mi familia. Me detuve dejando la pluma sobre el tintero y me levante de la silla para caminar por mi oficina, los ventanales del cuarto piso de la Embajada mágica Francesa dejaban ver una hermosa vista del bosque que rodeaba el edificio y parecían una alfombra a ese nivel de altura.

Un destello se vio en el cielo y divisé entonces la marca tenebrosa sobre la ciudad, conocía el lugar y su nos llamaban era porque era necesaria nuestra presencia.

 

- Francoeur

 

El elfo apareció de inmediato a mi espalda y escuche sus serviles palabras, esboze una sonrisa y levantando la mano le indique.

 

-Debo salir por un momento, el que me necesite dile que me encuentro ocupada y que no puedo atenderle.

 

Tome la varita y desaparecí en rumbo al lugar donde había sido invocada la marca tenebrosa, llegue no muy lejos del lugar y vi un tumulto de personas. Sin esperar, usando Metamorfomagía cambie mi aspecto: una joven pelirroja con un suntuoso vestido color borgoña con los hombros destapados. Me acerque con calma y observando a las personas que estaban allí fue cuando reconocí al joven que había invocado la marca: era Cillian. Al parecer el Ryddelturn estaba en una confrontación con unas personas, no reconocía a ninguna. Llegué hasta ellos a la espalda de Cillian, mire a todos en especial a una joven bastante alterada, suspire y poniendo mi mano sobre el hombro del joven salude con la varita en mi mano izquierda.

 

- ¿Querido llamaste?

 

La palabras salieron casi siseantes de mis labios, mientras con una sonrisa cínica miraba a los que estaban frente a él.

 

@ Cillian  @ Luna Gryffindor Delacour  @ Rory Despard  @ Melrose Moody  @ Darla Potter Black

 

 

 

 

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Ministre de la Magie Français // 🌙 dulce asesina by Mael

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Las escalinatas que conducían hacia el estrado nunca le habían parecido tan largas. Rory era capaz de notar su pulso acelerado por lo que tendría que hacer sobre ese estrado dentro de unos minutos. Desde la parte superior, Horace lo miraba exultante, pero cuando iba ya estaba en el último escalón y desde él contemplaba la amplia plataforma y la estrecha porción que el telón en esos momentos cubría del estrado, la tibieza y suavidad de la mano de Cillian tomando la suya lo descolocó por completo.

— ¿Presentar el qué...? Señor Cillian usted realmente...

No pudo completar la frase, porque como un bólido Lunita apareció para apartar de un empujón al rubio. El predicador había notado que la tensión entre ambos había ido incrementándose a lo largo de esa tarde, y aunque no era el método más adecuado, se sintió agradecido con ella por esa intervención ¿pero y si la violencia en lugar de detenerse no hacía más que escalar?

Los segundos que le tomó pensar en una solución que no afectase a ninguno, resultaron  decisivos.  Y es que en el interín del proceso, Cillian terminó lanzando una maldición imperdonable hacia Luna, Darla se había decidido a atacarlo y la marca tenebrosa se divisiba en el cielo, invocada por el mago que tanto le había insistido ese día para verse a solas.

Un mortífago ni más ni menos. Gran parte del público había entrado en lógico pánico por lo que esa figura representaba, pero unos cuantos permanecieron. Horace, colocándose al frente del micrófono invocaba a la calma, y al desplazamiento de las brigadas para soporte emocional con que contaba su organización. En la porción de estrado que no se veía salvo desde la zona lateral, que era donde Rory y los demás se encontraban, Melrose había separado a Darla y Luna (que había vuelto a morder al rubio) usando su tambo,  y ella permanecía a su lado. 

Sentía mucha impotencia del rumbo que habían tomado las cosas. Peor porque el asunto había empezado con su persona y su negativa de seguir el juego a las insinuaciones de Ryddleturn, y por esa decisión personal suya, ahora cientos de personas estaban atemorizadas, y el evento entero se exponía a un enfrentamiento bandístico. 

— Mel, hazte cargo de él, y no dejes que vuelva a acercarse a Luna o Darla.— había querido decirle algo más a él, pero nada, salvo una mirada de profundo reproche y decepción traslució en sus ojos.

Era el turno de ver a Darla y Luna,  por lo que acercándose a ellas, inclinó la cabeza a modo de agradecimiento.

— Hoy, más que otras veces, estoy en deuda con ustedes. Gracias y de corazón espero que Dios las colme de bendiciones y  también que los poderes de la diosa me permitan purificar esas emociones negativas que en estos momentos emanan.

Cerró los ojos, para concentrar la energía mágica en las palmas de sus manos y luego tomando el brazo de cada una de las brujas murmuró Purificación espiritual. Sabía que en el caso de los oscuros, el uso de esa magia debilitaba sus cuerpos y su voluntad, y no quería eso para Darla. En cuanto a Lunita, incluso a nivel del aura que emitía era diferente, y el proceso más sencillo por la afinidad que compartían, así que se sentía más tranquilo.

Para entonces, por causa del llamado de Cillian, una mujer peliroja llegaba a su encuentro ¿también les atacaría? Rory definitivamente no veía con buenos ojos un enfrentamiento en ese espacio, pues mucha gente corria riesgo de un daño colateral. Pero todos los sucesos se estaban dando de forma tan impredecible que era imposible saber cual sería el siguiente movimiento.

@ Darla Potter Black  @ Luna Gryffindor Delacour  @ Cillian  @ Melrose Moody  @ Ada Camille Dumbledore

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Aquella invocación fue lo más parecido a la sensación cuando te mueves por un traslador. El llamado fue inmediatamente, por lo que alguien necesitaba ayuda. No sabía a lo que me enfrentaría por lo que me aferré a mi varita y coloqué mi máscara. Tomé todo el aire que pude, aquella máscara me proporcionaba una fachada que jamás podría realizar con el rostro descubierto. Mi corazón se aceleró mientras rozaba con mis dedos la marca tatuada en mi brazo izquierdo.

La luz verde iluminaba cada rincón de aquel parque. Era totalmente desconocido el sitio. El césped se extendía alrededor. Había algunas personas, había una carpa. Pero lo más importante era la marca tenebrosa en el cielo. Un símbolo que usábamos en otro contexto, cuando finalizábamos un trabajo llevándonos una vida (o varias) por delante. En ése caso, era un aire de alerta, de cuidado. ¿Sería una señal que pronosticaría alguna muerte?

Avance un paso. Me encontré con una escena llamativa. Había otra máscara por allí. No la pude reconocer fácilmente. Más adelante, Cillian estaba parado con aquella pelirroja que podía llegar a ser alguien intenso. Pero lo apuntaba con su varita en su cuello. Justo cerca de ellos estaba Luna, algo desencajada al contrario de siempre. Una joven bruja portaba una varita. Y un arma desconocida en su otro brazo. Y parecía que de todos era la más centrada.

“Esta pelea se termina, AHORA”

Sonreí aunque no me vieran. ¿Qué le pasaba a Cillian por la cabeza? Había sido él o la mortífaga que habían invocado aquella marca. ¿Y por qué había mortífagos presentes y nadie hacia nada? Un gruñido me hizo girar la cabeza al ver esos dos lobos enormes. No eran como los que había acostumbrado ver.

Vaya vaya… ¿Qué ocurre aquí? —avancé unos pasos más. Aparecí por detrás de todos, a unos diez metros. Caminaba lentamente, como si estuviera admirando una vidriera llena de productos. Me detuve en seco—. ¿Es un evento sin invitación? —reí un poco, porque si no, no verían mi gran sonrisa. Si nadie se estaba divirtiendo, pero tampoco peleando, ¿Entonces qué era todo eso?—. ¿Qué es eso que llevas, linda? ¿No te enseñaron que las armas son para los adultos? Vara de Cristal Expelliarmus —fue todo en un solo movimiento.

Mientras mi varita se extendía unos dos metros, de un color blanquecino con aquel halcón como parte decorativa, exclamé hacia la muchacha el encantamiento de desarme que gracias a la magia Uzza, había pasado de ser un rayo a un efecto, algo instantáneo sobre su cuerpo. Ese objeto (Tambō) voló por los aires unos cuatro metros. Si me iba a enfrentar a algo, debía conocerlo antes. Mire a Luna, luego a Darla. ¿Qué hacían ahí? Miré a la mortífaga y luego a la recién desarmada. Por último a Cillian.

Vine por el muchacho —mi voz fue una orden—. Lo quiero ahora y lo quiero por las buenas —luego vino la advertencia. Mi varita estaba aferrada entre mis dedos, la giraba para tratar de controlarme. Algunas chispas brotaron de ésta. Debía controlarme. Entre que había pisado aquel césped y ahora esperaba una respuesta, había respirado unas diez veces. Tomaba aire para calmarme porque no quería (ni ellos) que me desatara.

 

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GOLDOR ♦ DEMONIUM MERIDIANUM

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Sus labios se abrieron en una  mezcla de sorpresa y sobresalto, la piel bajo un tatuaje que simulaba ser un conjunto de una espada rodeada de rosas y espinas ardió levemente, su mirada pasó del rojo al castaño mientras observaba la imagen en el cielo y apenas atinó a murmurar.

—¿Estás loco Cillian? —no sería la primera ni la última vez que Darla enfrentara a sus antiguos compañeros de la Marca Tenebrosa, aunque eran pocos de los que habían compartido con ella los que estaban allí, aunque a algunos de los que había ayudado a entrenar seguramente lo estaban, pero sabía que otros habían desaparecido hacia un par de años.

Dudo, había bajado la varita del cuello del mago, no por miedo, ni mucho menos por respeto, pero la abierta provocación del rubio haría llegar más mortífagos y en el último mes se había enfrentado a varios de ellos ya. La Potter Black se preguntó si Caelum se arrepentía de confiar en ella y buscaba eliminarla o darle un mensaje por lo que la bruja sabía. No tuvo mucho tiempo de pensar más en ello, porque varias cosas pasaron una tras otra dejándola por unos segundos desorientada, lo que provocó que los lobos se ubicaran a su  lado, para protegerla.

Lo primero fue que el aroma a sangre llenó sus fosas nasales, pero no era una sangre común, lo podía sentir, no era humana al cien por ciento, si es que algo de humano quedaba en él. Sus ojos se posaron con asombro en Luna, que volvía a morder a Cillian. Lo siguiente fue  un viento, o más bien una extraña sensación como si algo la repeliera golpeó contra su ser. La fuerza magnética arrastró a Luna y Darla hacia donde estaba Rory. La pelirroja descubrió que el origen de aquel magnetismo era de una vara invocaba por Melrose, se sorprendió por semejante poder en la bruja, claro que poco la había visto el último tiempo. Pero lo aceptó, la bruja pretendía imponer paz y bajó la varita obedeciendo al que se terminara la pelea, obligando a sus lobos a calmarse y no tomar como un ataque la acción de Mel.

Sin poder evitarlo observo la aparición de una bruja cuya esencia aunque familiar le recordaba a alguien, sus ojos se posaron unos segundos en la mujer antes que el Despard le dirigiera unas palabras a ella y a Luna. Al menos les agradecía pero también les pedía que le permitieran purificarlas. Aceptar aquello sabía que era un inconveniente, ella se “nutría” en cierta forma de las energías oscuras que Rory pretendía purificar, lo bueno es que él era apenas un iniciado mientras que ella era un vengador nocturno. Lo malo, parte de su esencia, de su ser, iría a parar a Rory y él debería luego purificarse a sí mismo hasta que las energías de la Potter Black salieran de su organismo ¿qué efecto tendría el contacto con lo que era de por sí un poder básico de la Orden y no simplemente maligno?

Los ojos de Darla se abrieron de par en par mientras un murmurllo surgía de sus labios, mezcla de asombro y rencor, porque todas las veces se le había escapado.

—¡Tú! —casi empujó tras ella a Rory mientras su varita volvía a alzarle y uno de los lobos protegía al predicador y ante el ataque a Melrose el otro lobo corría a sostener el arma y devolvérsela a su dueña. Esperaba que su compañera no tomara a mal su actitud mientras la pelirroja era consciente que la purificación que habían hecho sobre ella no le permitía imbuirse de los poderes máximos de su clan.

—Cinaede —pronunció molesta apuntando a Mael provocando que el efecto hiciera surgir alrededor del mortífago un gas invisible que penetraba sus vías respiratorias cortándolas, si no se curaba iría desde su sangre a su sistema nervioso y de allí a sus sistemas nerviosos y circulatorios —el muchacho no se va contigo a ninguna parte, ni lo sueñes —gruñó Darla —Detritus  –no quería protegerse a sí misma pero la fina capa gaseosa de magia azulina las cubrió a ella y a Luna, hubiera deseado cubrir a Rory y a Luna y no a sí misma pero la protección contra los hechizos debía ser sobre sí misma y sola persona más.

—Lo lamento Rory, yo intenté mantener el zen y la paz —se disculpó para con su líder, recordando en ese momento que Sean había quedado atrás entre las carpas.

 

 

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