Crónicas de Luces y Sombras II

[toji]

 

 

 

 

 

La decisión del lugarteniente de la marca le llegó como un soplido de esperanza, esperanza renovada que sabía casi a victoria. Hace mucho que el grupo de magos tenebrosos no hacía actividades propias de su denominación de origen. A Toji el corazón le empezó a palpitar acelerado, emocionado a más no poder, por debajo de la máscara de oni que llevaba esbozó una liguera sonrisa de satisfacción tan solo por imaginar lo divertido que iba a ser la incursión al ministerio de magia. —Ya iba siendo hora de tomar alguna decisión… nos hemos pasado demasiado rato hablando de los … “y si…” que pensaba que íbamos a echar raíces en estas catacumbas. 

Zenin salió del rincón en el que había estado escuchando todas las aportaciones que hacían sus compañeros de bando. Cada una más divertida que la anterior, aunque sin embargo poco realistas a su criterio, cabe recalcar. La más sensata fue la de atacar directamente al ministerio, cuando antes, y así poder derribar los muros de la injusticia impuesta por el orador y predicador Rory Despard. Rememoró momentos de gloria de cuando las fuerzas obscuras movían los hilos que regían la sociedad mágica. —En marcha pues… — aceleró sus pasos para poder rumbo a Londres, al ministerio de magia. 

Una vez allí, Zenin acarició la empuñadura de su katana, le reconfortaba… aun no encontraba el momento adecuado para atravesar a alguien con su filo. Ya llegará su momento. —Kiorke— susurró el Zenin mientras dibujaba una floritura con la varita. Un látigo de un color azul neón salió de la varita y controlándolo con la mente le ordenó que derribara y decapitara las estatuas que se erguían en sobre la fuente en el hall del ministerio. —¡A divertirse! — exclamó extasiado con el sonido de las estatuas golpear el suelo y romperse. 

[Luna Gryffindor Delacour]

Estaba cómodamente en mi mansión la Gryffindor, oculta y sin que nadie me viera como hasta ahora, cuando me llegó el patronus de un gato siamés con la inconfundible voz de mi amigo,Ludwig, así que sin pensarlo dos veces busque mi varita mágica y me dirigí a la chimenea esperando llegar lo mejor posible.

 

-Al Ministerio de Magia - Grite tirando los polvos flu que había tomado y desapareciendo con una llamarada verde hacia el lugar indicado -

 

No tarde mucho en salir de la chimenea y dirigirme hacia donde estaba Ludwig, preguntándome porque todos parecían correr por todos lados y que había sucedido allí para tal ecatombe.

 

Mi prendedor del Fénix dorado relucio bajo la luz del lugar y corrí todo lo rápido que mis tacones altos violetas me dejaban hacia el lugar donde estaba Lud, preguntándome si no habria llegado demasiado tarde.

 

- Acá estoy amigo, qué demonios paso? Lo siento por llegar tarde, al menos podemos poner protecciones, no? - Le dije a modo de saludo mientras sacaba mi varita mágica de mi oreja -

 

Estaba impaciente por empezar y sólo quería demostrarle que si me necesitaba allí estaba para él, después de todo era mi mejor amigo y por los amigos hacia lo que sea, me cubrí el rostro con un haz de luz para que nadie me reconociera y pensé que sólo debía de asegurarme de que podamos salir con vida de la contienda que teníamos en nuestro haber.

 

@ Ludwig Malfoy Haughton @

 

[Ludwig Malfoy]

El caos inundaba el lugar, en cuanto el guardia de seguridad dio el anuncio de que estaban rodeados la gente comenzó a correr en círculos. Había papeles por todos lados, pese a que había mucho menos gente que en días normales, al menos había unas doscientas almas tan solo en el atrio, sin contar a todos los que trabajaban en las oficinas del ministerio. Al no tener salidas por los sanitarios o las casetas telefónicas, una gran cantidad de gente se había aglomerado para salir por las pocas chimeneas que habían disponibles.

El Malfoy olía problemas, si la gente se seguía acumulado de esa manera pronto habría más muertos causados por ese caos que por el ataque directo de los mortífagos. En el piso pudo observar a un joven el cual estaba inconsciente y la gente simplemente pasaba encima de el desesperado por salir. No le quedó otra opción más que utilizar el -fulgura nox – mientras les gritaba – rápido por aquí podrán salir – la gente entonces se dispersó y comenzaron a evacuar rápidamente del ministerio, no eran todos pero al menos eran más vidas salvadas.

Justo cuando pensó que ya no había nadie más en el atrio, vio como unas chimeneas más se encendían, activó su – vara de cristal – para enfrentarse a lo que sea que pudiera estar a la entrada del lugar solo para ver que eran Noe y Ashley en una chimenea y Luna en la otra. Habían llegado al llamado y Ludwig se sentía orgulloso – por Merlín, me han dado un susto terrible – dijo a las recién llegadas – estamos rodeados, en cualquier momento entrarán los mortífagos y no se si seremos suficientes para hacer frente.

Miró hacia el lugar, prácticamente estaba vacío pero aún faltaban los trabajadores – necesitamos salvar a cuantos podamos, seguramente vienen por Despard pero en una carta que le envió a Cillian puedo intuir que no se encuentra en Londres, de todos modos estén alerta y demuestren de lo que está hecha la orden del fénix.

 

@ noe_snape  @ Ashley Emily Black Lestrange M.  @ Luna Gryffindor Delacour  @ Tazz  @ Cillian Haughton  @ Anthony Ryvak Dracony  @ Mael Blackfyre  @todes 

 

[Ada Camille Dumbledore]

 

El momento de atacar el ministerio había llegado por cuanta de nosotros, estaba tan cansada de esperar el Ministerio Británico y ahora era nuestro blanco y ayudaríamos a una de nosotros a cobrar cuentas que tenía pendientes. Me puse las máscara de Galia dispuesta a dirigirme hacia allí, cambié mis ropas a cuero negro y encima mi capa camaleón y por supuesto mi aspecto mi aspecto con ayuda de la Metamorfomagia: cabello rojo hasta los hombros y mis ojos verdes como esmeraldas.

 

Black Reaper tenía en la entrada del lugar unos dragones, monte uno haciéndole una venia al mortífago y le seguí en el camino, el dirigía el vuelo en su otro dragón, las calles de Londres se veía llenas de gente el sol empezaba a repuntar cuando llegamos al sitio del ministerio.

Descendemos y sin mayor espera llegamos al atrio del lugar, sabía que en algún momento los molestos aurores llegarían a nuestro encuentro. Los demás mortífagos arribaron y fue cuando las varitas y los hechizos empezaron a verse por el lugar. No era facial pues el ministerio era muy custodiado pero apenas en el amanecer podíamos estar más a nuestro gusto.

 

 Zenin emocionado por la toma había empezado a destruir cosas, sonreí tras mi máscara y me acerque las entradas mi objetivo era ir más allá, así que me adentre rápidamente para desplazarme a otros lugares y lograr detener al máximo a los que nos impidiera destruir en este día el ministerio. Usando el poder de Amo de la oscuridad para pasearme por las sombras del lugar y esperar a quienes llegarían a impedirnos tomarnos el ministerio. Ahora está mi varita en la mano para atacar y enfrentarme a quien viniera a detenernos. 

@ Mica Gryffindor

@ Anthony Ryvak Dracony

@ Sagitas

@ Mael Blackfyre

@ Malum Luxure

@ Eterno Black Triviani

@ Kahlan Blackthorn  @ Tazz

 

Editado 27 de Mayo del 2022 por Ada Camille Dumbledore

[Eterno Black Triviani]

 

Llegando a las afueras lugar en cuestión se sentía un olor a miedo muy marcado por todos lados, al parecer la voz de alarma de la llegada había sido oportuna para la fortuna de Ministerio, pero aún así los grupos de Mortífagos surcaron los cielos y la tierra como gran jolgorio en un nuevo pandemonio, ya todos tenían claro que debían hacer y que se debía conseguir, como cuál sería nuestro botín.

En forma gaseosa se posó sobre el suelo materializándose momentáneamente llevando su máscara puesta  observando la entradas del mismísimo Ministerio a una distancia considerable, varios de los suyos hacían lo mismo mientras otros pasaban de largo con furia contenida en sus ojos.

-Denébola, Rigel, Saiph... Síganme abramos un surco de entrada. -

Dejando una sonrisa malévola bajo su máscara que en eco retumbó por las paredes cuan sonorus mental,  en los mismos , esperando se unan en tal alegre encrucijada que habría comenzado.

- Incendio -

Alzando las varitas y empezando a quemar los alrededores, todo árbol, vehículo, casilla telefónica, puesto de periódicos, etc era calcinado bajo el fuego que dirigían sobre los mismo, rodeando el emiciclo mientras avanzaban para que nadie logré salir de ahí. 
El fuego cada vez crecía, creando una humareda la cuál ingresaba por las rendijas de ventilación hacía el interior del lugar, mientras las cenizas que caían dejaban el color grisáceo sobre el suelo y las paredes.
El Mortifago ya esperaba que empezará la lluvia de fuego y las explosiones para hacer los forados en las gruesas paredes.
La primera ola había comenzado mientras más enmascarados se unían a la causa.

Mael Blackfyre @ Cillian Haughton @ noe_snape @ Tessa Brower @ Ashley Emily Black Lestrange M. @ Ky. @ Rory Despard @ Luna Gryffindor Delacour @ Mica Gryffindor @ Kaori M. @ Melrose Moody @ Juliens  @ Goderic Slithering @todosXD @ Malum Luxure

[Malum Luxure]

La fiesta había empezado por fin, cada uno decidió que hacer...mi pareja pareció leer mi mente pues el fuego se me daba muy bien, las ondas de mi varita eran cálidas pero letales convirtiendo todo en cenizas a su paso, Mael nos había dado vía libre de divertinos y aunque no lo hiciera ya estábamos muy llenos de energía como para detenernos, todos ahí teníamos un hambre de destrucción que nos corría por las venas de forma detonante.

-Incendio!- Cantaba un y otra vez como un mantra seguido de risas peligrosas.

El humo denso formaba una niebla que nos cubría, los gritos de los "inocentes" magos que venían a la trampa para caer como moscas, no me importaba en lo más mínimo sus vidas pues el "bien mayor" necesitaba sacrificios...que mejor que sean de sangre.

No me extrañaría que los Aurores no tardaran en llegar junto con los fénixianos/as así el desastre sería mayor, estaba encantada con la idea de ver doblegarse al curita ministro así también a su séquito lamebotas, esos indignos que estaban en el poder y no entendía un mínimo de que consistía en si.

-Amado Kartaján te apetece pollo para la cena? Estoy segura que tendremos mucho para llevar y repartir. - Le comenté al mago mientras ambos rodeabamos el edificio de enormes llamas.

Los paredes comenzaban a caer debido al calor, quizá era hora de entrar al atrio y seguir con la labor, es tan relajante ver su desesperación, pero es una pena que ellos no puedan ver mi mirada de satisfacción tras la máscara que llevo.

-Sugiero ir piso por piso librando todo a nuestro paso...hasta que no quede ninguna de esas alimañas, si se exterminan de una vez no podrán volver a reproducirse! Mucho menos sus patéticos ideales.- Grité con soberbia emoción.

-------------- ❤️

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@ Sagitas

@ Eterno Black Triviani

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Editado 27 de Mayo del 2022 por Malum Luxure

[Mael Blackfyre]

 

♦Atrio. Ministerio de Magia♦
No tenía palabras para explicar la libertad que sentía en aquellos momentos. Era la sensación que me había brindado desde el primer día pertenecer en las filas de la Marca Tenebrosa. Desde hacía mucho tiempo, que había tenido un nudo en el pecho, una extraña sensación que me oprimía cada vez más. Pero las artes oscuras me habían guiado en los últimos meses y me habían ayudado a entender algunas cosas.

Descendía directamente al suelo desde aquella altura, donde había lanzado el Fuego Maldito directamente contra los dos accesos al Ministerio. Llevé mi mano al pecho, tocando el talismán que colgaba de mi cuello y las alas negras que me ayudaron a volar, se retractaron y escondieron detrás de mi espalda. Todo gracias al mineral de Plaeria que se encontraba dentro. Toqué el suelo y miré alrededor, al notar que varios mortifagos entraban directamente al Ministerio de Magia. Era la hora, habíamos llamado la atención en el exterior, seguramente alguno de los rezagados se quedaría montando un show afuera. ¿Algún dragón lanzando llamas por allí y espantando a algunos muggles quizás? Podría ser… Hice un tajo en el aire con la varita e invoqué un portal. Lo atravesé.

Apareci en el Atrio, había un poco más de cien personas, todas yendo en diferentes direcciones, donde la mayoría se estaba fugando por la red flu. Maldición, no había pensado en ello. No entendía cómo era que la mayoría de los empleados de una institución no sacaran sus varitas para solucionar aquel problema. ¿Nadie? Estaba equivocado, porque los vi unos metros más adelante, era un grupo reducido pero estaba claro que estaban dirigiendo la salida de casi todos los presentes. Me aferré mejor a mi varita mirando a través de las rendijas de mi máscara. Goldor buscaba sangre. Yo intentaba mantener la calma.

– ¡Tenemos visitas! Que ternura… –exclamé levantando mi voz ante mis compañeros, que seguramente los habrá visto. Pude reconocer a unos cuantos, como Flagelo, Zenin, Dalía, Kartaján, Denébola. Todos habían respondido al llamado y estaban igual de sedientos de poder. Levanté la vista y pude reconocer a ese grupo. Aquel rubio había estado en la boda del maldito Black Lestrange. ¡Y Luna! La entrometida sobrina que al parecer, era empleada de alli–. ¡Gracias por el recibimiento! Tal vez nos guste alguna taza de té, como su señor ministro. ¿Creen que nos reciba sin cita previa?

Reí un poco. ¿Era buena idea contarles el plan? No lo sabía pero les estaba dando la oportunidad a que nos lleven por las buenas a él. Sino tal vez los pequeños tenebrosos mortifagos no tendrían compasión. Quizás tampoco si hacían las cosas por las buenas, pero eran libres. O al menos eso les había dicho y buscaba.

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[Anthony R. Dracony M.]

Sin apresurarme me aparecí primero en mi atelier, gozando de antemano mi plan de acción. Goldor dio carta abierta para que actuemos en el Ministerio. Aprovechando que soy el dueño del lugar, mi aparición no hace sonar ninguna alarma, personificando a Flagelo, no quiero que Jerard me vea, puede morir del miedo y me es útil para atender el negocio, así que mejor actuar lo más rápido posible.

Plantado en el jardín interno del local, con mi varita encojo de tamaño a la escultura blanca de mi criatura mágica favorita que adorna una esquina del lugar, cuando a reducido seis veces su tamaño, uso mi conocimiento de evocación, un conocimiento muy útil que me ayudo a perfeccionar Anne Gaunt. Obtengo cinco copias exactas por lo que dejo oculta la original dentro del agua de la fuente y me marcho llevándome las copias conmigo.

Aparezco en el anden 9 y 3/4 pues no me apetece que los muggles se percaten de mi existencia, al menos no por ahora, mejor moverme entre magos... la reacción de la gente por mi aparición, fue de miedo en los que solo miran mi máscara de cobre... tras la máscara sonrió de satisfacción, la "fama" de los mortifagos sigue latente en la sociedad, antes de que reaccionen abro un portal, puede que algún valiente me siga tras identificarme como un peligroso enemigo, quien sabe pero llegó hasta la edificación del Ministerio Inglés, algún mortífago dejo una nueva "entrada" con una explosión en el muro, la utilizó para ingresar en el lugar.

En el atrio se ve el ajetreo, no hay tanta gente pero la que está, en general corre con el miedo en su cara, algunos amontonados frente a las chimeneas tratando de marcharse, hay un par de portales que no tardaran en desaparecer y me hacen pensar que es una excelente idea, si que lo es... hay agua sobre el piso debido a la fuente destruida, ideal para disponer algunos portales. Un par están dispuestos y se "traga" a los que pasan corriendo sobre ellos, sería divertido ver cuando caigan sobre la nidada de los dragones Galés verde, criaturas que les fascina alimentarse de humanos. 

Camino marcialmente hacia la mesa en donde revisan las varitas de los asistentes al Ministerio y dispongo las estatuillas de los diminutos dragones alineados como en un comando especial de ataque. De mi bolsillo extraigo gemas mágicas que Reacón me obsequio, el demonio las utiliza para crear golems, así que coloco una gema a cada figura y después con un conveniente hechizo las hago aumentar de tamaño. Sus ojos brillan al escuchar mi orden que no es tan necesaria debido a que las criaturas animadas son capaces de causar daño devastador a las estructuras y además sus ataques  lanzados por sus fauces son mortales.

Utilizando sus alas emprenden el camino para adentrarse a los pisos que van fracturando con las ondas de sonido, de electricidad, fuego, viento y de hielo que emiten desde sus hocicos, no tienen intención de parar hasta que el lugar se reduzca a una pila de escombros... 

[Kahlan Blackthorn]

 

Sadakat

— ¡¡¡ Patético !!!—exclamó sin prestar demasiada atención a quien lanzaba ese improperio. Salió acompañado por Ada de la cripta de la familia Gryffindor, ordenándole a su dragón llevarla al Atrio del Ministerio de Magia y después volviera al lado del Holandés. Sus dos dragones serían usados para causarles una tanda de dolor y sufrimiento a los Fenixianos, aquella que les perseguiría hasta en sus peores pesadillas. Para él solo existían aquellos que luchaban por los ideales que ellos mismos se forjaron, evitando verse influenciados por agentes externos de cualquier especie— Cada uno sabe lo que es y hasta donde es capaz de llegar con tal de obtener lo que desea—murmuraba para si mismo.

Era momento de guardarse a piedra y lodo, cada uno de sus pensamientos o reflexiones. Transformándose en una muralla impenetrable, blindada contra cualquier clase de ataque que desearán lanzar en su contra. Haría las cosas a su modo, llevando el mismo la batuta de cada acto atroz que comenzaría a perpetrar dentro del Atrio, elevando su varita sentenció desafiante— Fuego Maldito—dos llamaradas con la forma de una Hidra se expandieron por una extensión no mayor a dos metros. Incendiando todo lo que tocaban, alcanzando posiblemente algún miembro de la orden del fénix que estuviera papaloteando sin prestar atención a la situación que se les venía encima.

— No matar al párroco, no matar al párroco—repetía como un disco rayado. Vaya manera de tener contemplaciones con ese sujeto que solo abría la boca para hablar de la fe y que todos debíamos convivir en santa paz. Le hacia recordar vagamente el Arca de Noé, aunque si el fuera el que estuviera a cargo de la misma cada una de las parejas de animales se estarían devorando unas a otras— Siempre la misma cantaleta, jamás existirá paz eso es una ilusión que lo volverá todo más débil de lo que ya es—se encogió de hombros. 

Poco le importaba que se le lanzarán a la yugular, estaba un poco cansado de la situación que aquejaba sin remedio a la comunidad mágica— Ataquen a todo aquel que tenga un foquito puesto en la cara o parezca luciérnaga ambulante—la orden fue directa sus dragones calcinarían sin remedio a los defensores de la luz. Aunque le generaba duda, si habían pagado el recibo y aún la misma vibraba dentro de su amado recinto de paz y serenidad.

Editado 1 de Junio del 2022 por Kahlan Blackthorn

[Ludwig Malfoy]

El fuego comenzó a llenar todo el lugar de humo. Las paredes se caían a pedazos permitiendo que finalmente los forasteros ingresaran a las instalaciones del ministerio de magia. Ludwig no estaba solo, estaba con su familia, como aquella película muggle en la que un tipo pelón era capaz de hacer cosas inimaginables con el poder de la familia. Así se sentía Ludwig, confiado y bastante seguro. Sabía que estaba en desventaja pero no se encontraba desarmado. Su mano se aferraba fuertemente a su varita mientras veía a los mortífagos llegar, era Goldor y su secta quien evidentemente se notaba más confiado que el rubio, los superaban en número y en criaturas.

La cantidad de dragones sobrepasaba la capacidad del lugar, por fuera se escuchaba a la gente gritar debido a los incendios, y entonces Ludwig decidió que era hora de combatir el fuego contra fuego. Ellos no era los únicos que tenían criaturas en su poder y desde que había ganado la subasta por el maletín de Newt Scamander, siempre llevaba consigo aquel portafolio. Rápidamente colocó dicho objeto en el piso y abrió los cerrojos y se hizo tres pasos hacia atrás. El objeto comenzó a temblar para luego sacudirse rápidamente y finalmente abrir sus bisagras dejando salir a las criaturas que Ludwig poseía ahí dentro.

Rápidamente un Nundu salió hambriento y algo malhumorado, dos fénix emprendieron el vuelo, cuatro kneazles saltaron con elegancia ronroneando a las piernas del Malfoy, finalmente una quimera y una serpiente cornuda, se reprimió el deseo de liberar a sus dragones, ya había mucho daño causado y no quería que aquellas criaturas causaran más destrozos – piquen los ojos a los dragones – dijo a los fénix – los demás intimiden a los mortífagos, si es necesario lastímenlos pero no los maten, los vamos a encarcelar a todos.

Esperaba que sus criaturas estuvieran a salvo, había puesto mucho empeño en cuidarlas y en alimentarlas y nunca se imaginó que tuviera que usarlas para enfrentar a magos de la calaña de los mortífagos. Escupió al piso y se arremangó la camisa que llevaba, le sonrió a Goldor con sarcasmo, no era la primera vez que se veían pero si se quería asegurar de que fuera la última.

-Así que nos volvemos a ver – recordó la batalla en el aeropuerto en el que prácticamente los mortífagos terminaro huyendo – ésta vez no escaparás, ni tu ni tus secuaces – acto seguido se encargó de concentrar toda su energía oscura para posteriormente realizar la convocatoria de los espíritus - una decena de feroces almas en pena aparecieron alrededor del rubio y se abalanzaron contra los mortífagos que habían llegado, Goldor, Black Reaper, Denebola, Kartaján y Galia. Posiblemente ni las criatruas ni los espíritus serían suficiente para detenerlos pero si daría tiempo para que llegaran los demás. 

 

@ Mael Blackfyre  @ Kahlan Blackthorn  @ Anthony Ryvak Dracony  @ Eterno Black Triviani  @ Ada Camille Dumbledore  @ Malum Luxure  @ noe_snape  @ Ashley Emily Black Lestrange M.  @ Cillian Haughton  @ Tessa Brower  @ Luna Gryffindor Delacour  @todos