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Castillo de la familia Haughton (MM B: 84511)


Anne Gaunt M.
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Las frondosas copas de los árboles dejaban entrever los últimos halos de luz en la antiquísima ciudad Topo. Todo en derredor del mago se volvía más oscuro, mientras avanzaba por una callejuela devastada por el tiempo y el desinterés. Cavilaba sobre lo similares que eran el camino y el destino, si uno los miraba demasiado fijo. Y ese camino, entre tantos otros, a veces nos encuentra transitándolo junto a personas que nos acompañan durante un tiempo; y realmente aprendemos a valorar esa compañía. 

Llegó al final de una hilera de casas destartaladas sin una sola luz encendida dentro, a pesar de ya haber bajado el sol del todo, cuando se giró sobre sus talones con la ayuda del bastón y, en un pestañear de un gato desnutrido que observaba la escena con abrumadora parsimonia, el hombre ya no estaba allí.

* * * 

A cientos de kilómetros al norte, un chasquido anuncia la aparición del mago bajo la tenue luz de un farol en una calle de tierra. El tenue reflejo marca sus pómulos marcados y sus agudas mandíbulas. Un bastón tallado rústicamente sostiene su porte, algo inclinado hacia la derecha. Otra de las razones por las que sorprendía su amplia estatura. Aún algo encorvado, Thanatos siempre había llamado un poco la atención, más de lo que disfrutaba.

A lo lejos, las luces del castillo asomaban cálidas y tentadoras, y decidió acelerar el paso. Había llegado quizás demasiado tarde.

Comenzó a avanzar colina abajo por esos frondosos bosques hacia la muralla. Se detuvo delante de las estatuas antes de ingresar y decidió cambiar un poco su aspecto, algo deteriorado, por algo más formal. No era un amante de las galas, pero sabía que los protagonistas de la noche eran amantes de la elegancia por sobre todas las cosas y todo lo que en fina línea significara... ahora viendo el castillo que se alzaba ante él, podría decir que eran bastante coherentes en ello.

- Malditos niños ricos, ¡Tendría que haber traído un tupper! - murmuró, más para sí que para alguien en particular. De todas formas, no había nadie a su alrededor.

Mientras lo mencionaba, una corbata verde oscuro se ataba por arte de magia a su cuello, haciendo un nudo cuasi perfecto, aunque siempre algo torcido. Se lo acomodó mientras observaba su conjunto de terciopelo verde noche y sonrió... Ahora sí. Levantó sus ojos grisáceos y observo el camino de luces danzarinas que dictaba el camino. El cambio, desde la desolación de ciudad Topo hasta este castillo, era absolutamente excitante. Hacía tiempo que no sentía ese cosquilleo detrás de la nuca que lo incitaba a vivir un poco más.

Avanzó decidido y comenzó a ver los decorados, las mesas, el jolgorio y la majestuosidad con la que magos y brujas siempre habían sabido llevar sus festejos. <<¿Acaso eran estos los seres más melodramáticos y encantadores del ancho mundo?>> No tenía pruebas... pero tampoco dudas. Después de un instante, escuchó voces familiares.

- Vaya, vaya, chicos, pero si esto parece más Halloween que un casamiento.- su sonrisa se amplió de lado a lado mientras se avalanzaba a abrazar a su desgreñado hermano Illidan. - Sabía que te vería aquí, pedazo de inferi barbudo, mi última carta mi lechuza tardó tres semanas en encontrarte, pestilente mono con peluca. -Giró sobre sus talones al ver a la pelirroja que lo acompañaba y acercó el dorso de la mano de la joven a sus labios y depositó un delicado beso, con la mirada fija en ella.

- Señorita Haughton, quién lo diría, no ha envejecido un solo año.- Sonriendo se levantó y miró para ambos lados. - ¡¿Y dónde están esos dos tórtolos?! - preguntó, sacando su pitillera del bolsillo del saco y estirándola a sus acompañantes. Prendió su cigarro con una floritura de su varita y sonrió.- ¿Qué tal estuvo la ceremonia?

Editado por Thanatos L. Lestrange

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- No seas tan duro conmigo – le pidió en tono de broma sin perder la sonrisa de los labios-. Soy a la que menos le interesaba llegar tarde, por eso incluso dormí aquí… pero o yo me retrasé más de lo que me pude dar cuenta o los tortolitos fueron demasiado rápidos para que el otro no tuviera tiempo de cambiar de idea – le respondió mientras se acercaban al lugar de ceremonia sabiendo que lo que decía era imposible ¿Cómo iban a arrepentirse ninguno de ellos de lo que estaban haciendo? Posiblemente se habían convertido en la pareja perfecta a ojos de Mónica.

Sostuvo la larga falda verde con ambas manos para evitar caerse y aunque se quedaron algo rezagados, pudieron escuchar casi en su totalidad los preciosos votos que se habían dedicado el uno al otro. Cuando la lluvia de arroz lo inundó todo, Mónica aplaudió casi como una niña pequeña que recibe el regalo más esperado de su corta vida, quizás porque casi tenía la certeza absoluta de que aquella unión sería un triunfo para el amor a diferencia de lo que ella había vivido en repetidas ocasiones. 

Quiso acercarse a sus hermanos, pero decidió no hacerlo por el momento pues estaba emocionada hasta tal punto que sabía que si les dedicaba más de dos palabras seguidas sobre lo que sentía empezaría a divagar y a llorar como una tonta y lo cierto era que no tenía muy claro si sería de felicidad o de la añoranza de no haberlo cumplido para ella misma. No era envidia, claro que no, o por lo menos no insana, pero la verdad era que aquel sentimiento que afloraba en ella era el motivo por el que siempre declinaba las invitaciones a las bodas. 

Cuando todos empezaron a encaminarse a la carpa de la fiesta ella ya sabía la sorpresa que se llevarían, pero en vez de decir nada, dejó que también Illidan se sorprendiera. Cuando los cuerpos de cada uno de los presentes fueron cruzando la entrada, fueron a la vez transportados a otro lugar gracias a la magia de los organizadores, que lo tenían todo preparado al otro lado del portal. 

-    Bienvenido al castillo de la gran familia Haughton – se había acercado al oído del rubio y había lanzado aquellas palabras como un susurro seguido por una carcajada juguetona ¿Gran? La época dorada de su apellido había pasado hacía tiempo y la mayoría de su familia había muerto o estaba en paradero desconocido, por lo que el juego de palabras se le antojó gracioso. No pudo más que reírse cuando Illidan habló sobre alquilar sus propiedades. 

-    Debo decirte que no sería una mala idea – respondió. Los imponentes terrenos del castillo parecían más majestuosos que nunca. A pesar de permanecer vacía, la residencia de los Haughton siempre estaba impoluta, pero aquel día parecía brillar desde cada rincón. Separó los labios para seguir hablando, pero antes de hacerlo alguien más se les acercó dejándose reconocer por su inconfundible voz. 

-    ¡Thanatos! – tan encantador como siempre había besado el dorso de su mano provocando que su amplia sonrisa volviera a dibujarse en sus labios y cuando la soltó, Mónica se acercó a él para darle un cálido abrazo, envolviendo la espalda del mago a la altura de su mitad que era, por su altura, a donde lo alcanzaba-. No seas tan caballeroso conmigo – le insinuó en voz baja cuando lo abrazaba dejando que el inmenso vuelo de su falda se arremolinara alrededor de las piernas del hombre-, me alegro de verte. 

Dejó que los hermanos hablaran un poco. Detectó que por lo que decía el último en llegar llevaban tiempo sin verse, algo que por otro lado parecía la moda entre la gente que había compartido épocas con ellos. La intermitencia de nuevo, las ausencias… aquello parecía que se había vuelto la principal característica de los magos y brujas de su tiempo y al menos ya no sentía que fuera ella únicamente la que de vez en cuando desaparecía de la vida del resto. 

-    Por lo que pudimos ver, fue precioso… algún otro comentario memorable de la parejita – rio levemente, pues ya conocían la perversión de aquellos dos-. Ha estado genial, pero llegamos tarde no sé por culpa de quien – rio mirando de reojo a Illidan, esperando su reacción-. Están allí ¿Queréis ir a saludarlos? – señaló el grupo más numeroso y aunque no se veía a los novios, estaba claro que se encontraban aún rodeados por los invitados. 
 

@ Illidan Burke  @ Thanatos L. Lestrange  @ Cillian Haughton @ Ludwig Malfoy Haughton

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La invitación había llegado a Luxure para asistir a la boda de Ludwig y Cillian, con Eterno nos habíamos mantenidos ocupados con nuestras respectivas naciones así que fue complicado llegar a tiempo a la previa e incluso la ceremonia, solo restaba la fiesta y esperaba sinceramente que los novios no se sientan ofendidos por hacer acto de presencia tan tarde.

Tomamos la limusina que nos esperaba fuera de la mansión, si había que arribar lo íbamos a hacer con toda la elegancia posible, no podía dejar de sonreír con solo mirar a mi pareja, este caballero tenía ese don, si bien yo me mostraba a los demás como fría y silenciosa con el me era imposible aunque intentaba mantener la compostura digna de una dama de clase.

El trayecto fue un poco lejos ya que nuestra mansión se encontraba un poco alejada de las demás, finalmente cuando logramos poner un pie en la entrada, mi prometido bajo luciendo un Traje hecho a medida en color azul que le sentaba realmente bien, nadie dudaría que el canciller de Suecia tiene un estilo moderno y elegante, las damas no dudarían en mirarlo pero los que ellas no saben que es lo único que podrán hacer. El vampiro estiró su mano hacia mí y me ayudó a bajar.

-Gracias querido...- Susurré complacida, sin duda todo un caballero demostraba su educación de buena cuna.

Me tome de su brazo que van amable me brindaba y acomode mi Vestido negro y zapatos al tono, mi conjunto valía una fortuna pues estaba bordado de diamantes en los más finos detalles sin dejar de ser sexy...estaba encantada desde que lo vi, también llevaba mi largo cabello negro suelto y un maquillaje natural será que todo el conjunto se vea fresco, finalizando con una Tiara también de diamantes como única joya en adición.

-Espero que sea una noche para disfrutar.- Le comenté a Eterno mientas ambos nos dirigíamos al lugar predispuesto para la recepción, intentaría buscar a ada o saludar a los novios si los veía.

------------------- ❤️

@ Eterno Black Triviani  @ Ada Camille Dumbledore y todos los demás

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Darla-PB-banner.png La ceremonia había finalizado y los novios, los recién casados mejor dicho, habían sellado con un largo y profundo beso de amor su matrimonio. Ahora, tras la lluvia de arroz y felicitaciones comenzaron a recorrer el camino fuera de la tienda hacia los jardines donde se realizaría la fiesta. Claro que al atravesar aquel portal se encontraron efectivamente al otro lado de un la tienda pero en el jardín de la Mansión Haughton.

 Como si el propio portal cambiara las vestimentas las jóvenes damas pasaron del negro al blanco, lo propio le pasó a Darla pero al contrario de ellas su  vestido se volvió azul y sus sandalias plateadas, vislumbrándose por unos breves momento el brazalete en su brazo y luego volvió a ofuscarse.

 La pelirroja, con sus cabellos oscuros para intentar no llamar tanto la atención, se movía entre los invitados, observando a su alrededor. De pronto se percató que en el centro había una mesa y que su cuñada parecía haber dispuesto que fuera “familiar”. Levantó una ceja, los hados la libraran de tantas formalidades, suficiente era con haber decidido ser leal al hombre que se había casado ese día para además tener que formar un largo y loco conglomerado de familiares. Sin embargo, pensándolo bien, tenía sus ventajas, tendría oportunidad de hablar con Wild sobre su búsqueda y recordó también que había visto en la mente de Ernest su intención de poder hablar con ella.

Darla lanzó un largo y resignado suspiro, hoy por hoy era la matriarca de los Dumbledore junto a Ada y debía comportarse como tal dando el ejemplo… uff… odiaba eso… si el cuerpo no le había comenzado a picar como loca ante la boda seguro que lo hacía ahora durante la fiesta.  Lo mejor sería que se tomara una copa y si las cosas se iban demasiado de quicio quizás podía poner la excusa que se retiraba porque había bebido demasiado rakia.

Su mirada castaña se dirigió hacia la barra, sí, mejor ir hacia allá pero se detuvo indecisa al cruzar su mirada con @ Ernest Dumbledore Prior  él quería hablar también... vaya nochecita...

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La ceremonia había concluido con el lazo que Ashley junto con su hermana Noeli colocaron al rededor de los hombres de los novios, ambas hermanas se encontraban muy contentas por aquella unión ahora la familia estaba creciendo y con ello muchas aventuras más estarían por llegar, como la última en la navidad pasada que pasaron junto con padre y algunos miembros de la familia Malfoy, a Cillian la ojiverde tenia el honor de conocerlo por varias aventuras donde coincidió con él.

Era momento que todos se transportaran de la mansión Malfoy al castillo de la Familia Haughton donde estaba programa la recepción y así poder continuar y dar sus presentes a los novios, Ashely siguió a Ada que era la encargada de coordinar a todas las damas ya que tendrían una pequeña sorpresa para todos los invitados.

Las damas se dividieron en ambos lados de umbral para que así pudieran pasar cada uno de los novios, cuanto estos pasaban ellas se giraban y el vestido negro que utilizado para la ceremonia cambiaba completa a un color negro con toques dorados, y su rosa blanca que tenían entre sus manos se tornaba a color negro, ando así buena vibra a la inicio de ese matrimonio. El vestido de Ashley era largo con algunos detalles de encaje.

- Todo te quedo maravilloso todo Adan - Le dijo Ashley acercándose a la ministra francesa - Cuando sea mayor y me case, ojalá puedas ayudarme

Antes que pudiera continuar sus grandes ojos verdes se clavaron en un rubio que se encontraba a un lado de su Tia Monica y de su tío Thanatos, se giro a ver a Mica, esperando que ella estuviera bien, la ojiverde estaba enfadada con su padre por la manera que dejo a Mica y quería ir a decirle algunas cosas pero sabia que no era el lugar ni el momento.

- Vamos a beber algo

 

@ Ada Camille Dumbledore @ Mica Gryffindor @ Ludwig Malfoy Haughton @ Cillian Haughton @ Illidan Burke

Editado por Ashley Emily Black Lestrange M.

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No sabia si el olor habia funcionado pero miro con alegria como la joven Darla ya habia pasado para estar en la fiesta, no sabia si era el ambiente o algo mas pero empezo a ver todo en camara lenta...

-No sabia que haciendo bodas uno te podia invocar...- dijo dedicandole una pequeña sonrisa y miro hacia las bebidas..- Quiero hablar contigo en algun lugar un poco mas privado...- dijo el mago-  Pedi una bebida especial para los dos- dijo el mago mirando su copa y la copa que habia pedido para su futura compañera de fiesta y tomandola ademas de ofrecerle la otra a la joven darla.

-Te tengo que platicar varias cosas, pues desde la cena en la Dumbledore las cosas cambiaron en grande...- dijo el mago poniendose por un momento nostalgico, sin embargo no era el momento para llorar- Ademas que he descubierto otras cosas, cosas en las que tu tienes que ver un poco- dijo el joven mirando la pocion dorada, por un momento se le hizo ver como esta burbujeaba momentaneamente, pero no sabia si habia sido su imaginacion o algo real. - Y el verte oficiando por aca, creo que me da una pequeña señal de las cosas que descubri...- dijo el mago...- ¿Hablamos?- dijo el mago buscando ver si se podia escabullir a la sala o al comedor junto con la aparecida Darla....

@ Tessa Brower

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Se acercó a Ernest y se sorprendió por lo que decía. Aunque quizás tuviera razón, había sido una boda la que la había invocado de su auto impuesto exilio 

 

–Ha decir verdad creo que hasta a mí me ha sorprendido que la boda me invocara, Noe y Tazz me pidieron ayuda para la despedida de Ludwig y no podía dejar de estar en la boda… la ceremonia fue algo… –se encogió de hombros sorprendida de igual manera, le debía su vida en cierta forma por lo acaecido en el pasado.

 

Pero ahora era el presente y Ernest le comentaba sobre la noche de su compromiso y había algo en su expresión que le causaba curiosidad. ¿Por qué la necesidad de hablar? ¿Qué habría ocurrido?

 

Gracias –dijo en relación a la bebida que le ofrecía el Dumbledore –¿a dónde quieres ir? La verdad es que no conozco la mansión –confesó respecto a lo que él le proponía, mientras giraba en sus manos la copa de bebida que Ernest le había ofrecido. 

 

Por unos segundos le había parecido que la bebida dorada tenía unos destellos de burbujas tan doradas como el líquido. El aroma resultaba atrayente y extraño a la vez. Por un momento temió que la bebida tuviera un efecto similar a la búlgara, esperaba equivocarse. Sus ojos se posaron en la vidriosa mirada de Ernest y preguntó en voz alta.

 

–¿Qué ha ocurrido? –repitió la pelirroja mientras llevaba la copa a sus labios, dejando que la bebida rozara por unos segundos su lengua antes de dejar que un pequeño sorbo se deslizara ardiendo y dulce por la garganta.

 

Sabe extraño pero no está mal –susurró con expresión perdida mientras intentaba imaginar qué es lo que él quería contarle y por un momento se preocupó ¿sabría él también de las esferas de los minerales y de lo que había ocurrido con algunas de ellas?

@ Ernest Dumbledore Prior

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Cillian sonrió.

La ceremonia había terminado y era hora de continuar con la recepción. Si bien se sentía contento con el número de caras conocidas que había logrado ver durante la ceremonia, esperaba que este se multiplicará durante la fiesta. Después de echar un último vistazo a su alrededor, tomó la mano de su ahora esposo y comenzaron a caminar hacia la carpa que estaba frente a ellos.

— Tengo una sorpresa para ti… Bueno, aún debo trabajar un poco más en ella, pero estoy casi seguro de que lograre conseguirlo —eso si es que lograba encontrar a Adrián Wild entre la multitud—. Te amo, Ludwig.

Si bien ya había repetido aquella frase tantas veces aquel día, nunca se cansaría de hacerlo. Al entrar a la carpa fueron recibidos en primera instancia por las damas de honor, las cuales tenían todo perfectamente preparado. La primera sorpresa de la noche fue el descubrir que al ingresar a la carpa habían dejado de estar en la Mansión Malfoy, para encontrarse directamente en el Castillo Haughton. 

— Esto es perfecto… —murmuró el rubio al tiempo que observaba todo a su alrededor y pudo notar como más y más personas iban apareciendo en la celebración.

Hacía bastante tiempo que no sabía nada sobre los integrantes de la trifuerza y ahora, como si fuera cosa de magia, estaban ahí a solo un par de pasos de ellos. Entre ellos pudo ver a su hermana Mónica, a quien le dedicó una gran sonrisa y un rápido saludo con la mano. Sabía bien que tenía que ponerse al día con todos ellos, pero antes tenía algo más que hacer.

— Deberías ir con ellos, amor —no quería separarse de Ludwig, pero quizá si aparecían ambos frente al Wild los planes del Haughton se vieran afectados—. Yo volveré en un momento, debo hacer esos últimos preparativos para esa sorpresa de la que te hable.

Cillian se separó de Ludwig, no sin antes darle un apasionado beso más y se dirigió directamente hacia donde Adrián Wild se encontraba. Una vez frente a él alargó su mano y tomó el rostro del chico entre sus dedos.

— Quiero proponerte algo, ¿porqué no me acompañas a un lugar un poco más privado?

@ Ludwig Malfoy Haughton  @ Adrian Wild @todos.

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Matt Ironwood.

 

Había sido una ceremonia encantadora, sencilla pero especial. El castaño disfruto y se alegró por el siguiente paso que ambos novios acaban de dar aún pese a no conocerlos, era una sensación extraña debía admitir. Que su primer contacto con su nueva familia fuera durante una boda sonaba muy irreal, pero así sucedieron las cosas y debía aprender a tratar esa incomodidad que lo acompañaba desde que tomó su asiento dentro de la gran carpa en la mansión Malfoy. 

Recibir las sonrisas de Ada desde el altar fue de gran ayuda, estaba seguro que la bruja entendía cómo el mago se sentía, conocer la familia de tu pareja era siempre algo estresante y bajo aquellas circunstancia las sensaciones se potenciaban el triple. Por eso cuando por fin pudo volver a moverse, estirar un poco las piernas y volver a respirar el aire del exterior los nervios se calmaron un poco. 

Y lo mejor de todo, podía volver a estar junto a Ada. 

Matt siguió al resto de los invitados a través del portal que los llevaría hasta el lugar donde la celebración continuaría, el Castillo de la Familia Haughton. Una carpa aún más grande que la de la recepción aguardaba por ellos del otro lado. Quizás fuera por el hecho de que era una estructura abierta que dejaba entrar a raudales los rayos dorados del sol de la puesta que estaba sucediendo en el horizonte o el hecho de que el aire primaveral circulaba por todo el lugar pero aquel cambio de escenario calmó más al ojiazul.

Buscó entre la muchedumbre a su novia y la encontró sonriendo mientras intercambiaba unas palabras con un par de brujas y magos. Estaba bellísima con aquel nuevo vestido, la luz de ocaso le daba un brillo especial y ella en aquel día simplemente estaba radiante. Sonriendo se acercó hasta la francesa justo cuando el grupo de magos y brujas que hablaba con la rubia partía rumbo a la barra donde se repartían tragos.

-Me esta gustando esto de la sorpresa con los vestidos - le dijo mientras llevaba sus manos hasta la cintura de la ojiazul y cortaba la distancia entre ellos -Estas preciosa amor - le dijo como cumplido antes de inclinarse y besarla. Sintió aquella descarga tan vigorizante como cada vez que rozaba los labios de la bruja y al volverse a separarse le sonrió nuevamente. -Ha sido una ceremonia muy linda, sencilla pero mágica - le dijo - ¿Además de dirigir una nación, también organizas bodas? ¿De donde sacas el tiempo? - le bromeó antes de darle un corto beso.

-¿Conocemos al resto de tu familia? - le preguntó volviéndose hacia el centro de la carpa, inspiró hondo y tomó la mano de la bruja -Espero que les caigan bien los estadounidense - sonrió una vez más tratando de domar los nervios internos. 
 

@ Ada Camille Dumbledore  

 

 

 

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Atravesaron el portal y llegaron a las instalaciones del castillo Haughto, Ludwig podía ver los hermosos arreglos que las damas de honor y demás padrinos habían realizado, sabía que era el castillo pero parecía un lugar totalmente diferente con los adornos y decoraciones. La música era un poco diferente, se sentía amena y agradable. A lo lejos se veían a algunos meseros que se encargaban de recibir y servir bebidas a los recién llegados. Finalmente estaban casados y no cabía más felicidad en su sonrisa.

Cillian se veía un poco pensativo, se notaba claramente que se preparaba para hacer una maldad, en su cara no había ni un vestigio de inocencia, por el contrario, era el Cillian del que se enamoró y con el que destrozaron su habitación meses atrás. Ludwig escuchó sus palabras y sonrió no sin antes darle un beso y verlo caminar hacia quien era efectivamente, un amor platónico de la pareja, Adrian Wild.

Por un instante se sintió un poco solo, había tanta gente que lo saludaba y no sabía a cual mirar hasta que miró a un par de integrantes que finalmente llegaban, Ludwig los había echado de menos y no pudo evitar una mirada de reproche por haberse ido durante tanto tiempo, pero conforme se iban acercando les sonreía para darles la bienvenida. La primer persona que vio fue su hermana a la saludó con un beso y un abrazo – hermana, que bueno que pudiste venir, gracias por ofrecer el castillo para la recepción – luego giró la cabeza y ahí estaba Thanatos, era un gusto tenerlo de vuelta – amigo, gracias por venir – le dijo saludándolo con un fuerte apretón de manos – temía que la Trifuerza no estuviera completa.

Finalmente observó al último, Illidan, Ludwig recordó que el había sido su padrino y había oficiado la boda con Mica – vaya vaya, hasta que te dignas en venir – dijo sonriendo – te hemos echado de menos, pero me alegra que hayas venido también – unos meseros se acercaron y ofrecieron bebida y bocadillos, Ludwig tomó uno rápidamente, tenía hambre pues no había desayunado nada más que la bebida que se le había ofrecido - por cierto ¿han visto a Cubias?

 

@ Cillian Haughton  @ Monica Malfoy Haughton  @ Illidan Burke  @ Thanatos L. Lestrange  @ Lord Cubias  @todos
 

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