Jump to content

Animagia


Suluk Akku
 Compartir

Publicaciones recomendadas

- ¿No sabías que la animagia no precisaba varita? ¡Ah, estos magos y su dependencia de la varita! -Gruñó Suluk ante el comentario de Lyra. - Por supuesto que no, pequeña. Necesitas ser mago y aprender la habilidad, pero como la mayoría de las otras habilidades, no se precisa utilizar la varita para experimentar la habilidad.

Sus alumnos habían respondido con prontitud y entusiasmo y eso la alegraba sobremanera. Confiaba en ellos y sabía que lograrían hacer una prueba ejemplar. No obstante, debía hablarles de la prueba, pues los peligros eran innumerables. Vio llegar a Juve y se paró un momento a escucharla.

- No te preocupes, Juve, a veces todos nos retrasamos, pero seguro que conseguimos recuperar esas demoras con un poco de paciencia. ¿No es cierto?

La Arcana sonrió mientras se acercaba al lugar en donde los cinco que primero realizarían la prueba la esperaban.

- Por cierto, Juve, Sofia anda reuniendo a todos. Si os parece, nos adentraremos todos como animagos en las extensas llanuras del Polo Norte. -Volvió la mirada y vio a Felicity que también acababa de llegar al iglú. -Me alegra que estés aquí, Felicity. ¿Has oído lo que le acabo de decir a Juve? Nos vamos de excursión. Prepararos y tomad algo caliente, que nos pondremos en marcha enseguida.

Se acercó al grupo de cinco, pensando que también a ella le gustaría prepararse algo caliente. ¿Tal vez un chocolate bien espeso? ¡Claro! Elvis lo acababa de proponer y no era una mala idea.

- ¡Vamos por ese chocolate Elvis! Será reconfortante.

Se llevó a los cinco primeros aspirantes a una mesita apartada y creó alrededor de ellos una Salvaguarda contra oídos indiscretos. Nadie más fuera de aquel reducido grupo podría escuchar lo que allí se dijera.

- Es mi deber informaros de que os considero preparados para realizar la prueba de la animagia -comenzó Suluk. -No será fácil. Se trata de una prueba difícil y peligrosa, aunque creo que haberos traído a este lugar os será de utilidad. La prueba consiste en entrar en un portal que puede conducir a cualquier mundo, igual que aquí. Pero al contrario que en este lugar, desde aquel portal también se puede acceder a mundos irreales, creados por la propia mente o, incluso por el propio Portal. No podré ayudaros, pues yo no puedo volver a cruzar ese umbral. Estaréis solos y seréis sometidos a pruebas que podrán en riesgo vuestra propia vida o incluso vuestra capacidad de regresar a este mundo. Debo preguntaros formalmente e igual de formalmente debéis contestarme en este preciso momento. ¿Deseáis afrontar la Prueba de la Habilidad de la Animagia?

Suluk esperó a que los cinco alumnos respondieran. Era la pregunta formal. Sin ella, la prueba no podía comenzar.

- Aún podréis echaros atrás, pero los que perseveréis en vuestra decisión de hacer la prueba, debéis acudir mañana al mediodía a la Gran Pirámide, justo en el centro de la Universidad. Para llegar hasta allí, deberéis llegar al lago central. Allí hay una isla y en el centro de esa isla, bordeada en sus orillas por un gran bosque, se encuentra un laberinto, dentro del cuál, encontraréis la Pirámide. Yo os estaré esperando allí.

Esperó por si sus alumnos tenían alguna duda o querían contarle algo más. Al fin y al cabo, muchos de ellos no le habían contado sus experiencias con la aurora boreal y le gustaría escucharlas. Pero tiempo al tiempo, aún tenía que darles alguna indicación más.

- Ahora os iréis a descansar y a prepararos. Es necesario que, antes de acudir a la Prueba, hayáis leído estos libros -Suluk tomó dos libros de una estantería e hizo copias mágicas de ambos para entregarles un ejemplar de cada libro a cada uno de los cinco aspirantes. -Se llaman El Portal de las Siete Puertas y Breves apuntes sobre las Pruebas de las Habilidades, leedlos con detenimiento, pues os informarán de cosas que necesitáis saber. Mañana, de todos modos, os explicaré con más detalle, antes de que crucéis el Portal.

Tras escuchar lo que los cinco alumnos tenían que decir, les acompañó a la salida que les llevaría de vuelta a la casa de Suluk y de ahí a la Universidad.

Mientras los alumnos cruzaban el portal de vuelta a la Universidad, una avispada lechuza lo cruzó en dirección a ella. Tomó la carta que traía y la leyó. Era de una nueva alumna y no una cualquiera, sino la propia directora de la Universidad. Redactó unas notas rápidas y las enrolló en la pata de la lechuza, que salió volando por el portal, en busca de su destinatario.

La nota decía lo siguiente.

Querida Agatha,

Me alegra tenerte como alumna. Acude a mi casa en la Universidad y busca el lago helado que hay en el jardín. He dejado un portal activado que te conducirá, sólo a tí, adonde estamos nosotros.

Atentamente,

Suluk Akku
Arcana de Animagia



Luego volvió donde se encontraban el resto de sus alumnos, todavía en el Polo Norte.

- Y bien, ¿qué os apetece hacer? -Les preguntó. - ¿Nos quedamos en este mundo o preferís visitar algún otro?

5Id4HH2.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Suluk Akku reunió a los que iban a presentarse a la prueba alrededor de una mesa, con un chocolate caliente que reconfortaría sus almas y sus estómagos. Les habló muy seria sobre el tema, en aquel proceso ponían en riesgo sus vidas y era decisión de cada uno llevar a cabo aquella apuesta. Tras una serie de advertencias e indicaciones sobre cómo encontrar una gran pirámide, les tendió a todos un par de libros que tendrían que leer antes de dar inicio la siguiente aventura. Gatiux esperó a que la anciana acabase de hablar antes de pronunciarse a la pregunta seria que había formulado.

 

- Sí, deseo afrontar la Prueba de la Habilidad de Animagia.

 

Tras decir aquellas palabras inclinó la cabeza en señal de sumo respeto hacia la Arcana que tanto les enseñó durante todos aquellos días. Para Gatiux la vida era una gran aventura con riesgos, y deseaba vivirlos todos y cada uno. Ser más sabia. Adquirir experiencia. Por ello no dudaría en afrontar cualquier cosa aún si ponía en juego su propia vida. La recompensa valía la pena. Y después de tantos días junto a aquella mujer le había cogido el cariño suficiente como para saltar cuando ésta dijese 'rana'.

 

-Gracias Suluk. Allí estaré. -dijo Gatiux- Supongo que nos vemos mañana...

 

No sabía si su salida era muy precipitada, pero necesitaba estar en soledad para pensar en lo que había vivido. Y tiempo para leer los libros que les había facilitado Suluk. Se levantó, pensando en lo que le aguardaría al día siguiente, impaciente por salir de allí, siguiendo a la mujer que los guiaba hasta la salida. Suspiró mirando hacia arriba, segura de que jamás volvería a tener la oportunidad de ir a un sitio tan mágico.

 

Saltó dentro del portal de vuelta a la Universidad. Ávida por lo que le depararía el futuro al día siguiente. Cuando pisó el suelo de aquel lugar tan conocido se alejó del resto de sus compañeros para luego desaparecer. Tenía poco tiempo y muchas cosas que preparar.

«I'm a villain, and villains don't get happy endings.»
2WW9vjF.png
Magic Land - Serendipia - bxY0Ht2.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Eran mucha cosas por digerir. En primer lugar ¿Cómo es que alguien podía dejar su cuerpo y viajar a otros mundos? Aquella fue una meta que automáticamente pasó a ser su prioridad. Criado como espía y con la mentalidad de tantos los muggles como los magos podían ser objetivos a ser muertos o a ser protegidos había tenido poca oportunidad de desarrollar algunas actividades que siempre le llamaron la atención. Siempre quiso aprender a pescar, por ejemplo. Era un deporte maravilloso aquel, lleno de paciencia y de elecciones oportunas.Tirar de la caña demasiado pronto o demasiado tarde podían dejarte sin tu recompensa.

 

—Debes enseñarme eso de ir a otros mundos, Gatiux. No se si fue mi alma como tal, porque estuvo siempre consiente de la atadura con mi cuerpo, pero igual que tú visité otra dimensión. Fueron mis pensamientos, mi mirada, los que viajaron al sitio en donde las cosas existen y dejan de existir. Un lugar en donde hay siluetas de animales descansando, y otras esperando vincularse con algún mago poderoso. Mi mente pudo conocer el sitio al que van nuestras pertenencias (y parte de nuestro cuerpo) cuando somos animagos. El lugar en donde la bestia descansa cuando caminamos con nuestras piernas humanas

 

Quizá sonara loco ¿Pero podía en realidad sonar más raro y alarmante que el alma moviéndose por tu cuerpo en diferentes dimensiones? Probablemente no. Casi se le escapa información que decidió mantener para si. Él era egoísta y había aprendido a desconfiar de las personas que no estaban en su círculo más íntimo. Que si, que no le importaba poner el pecho por su familia y esas cosas, pero en cosas personales era demasiado desconfiado. Se guardó para sus adentros el hecho de que guardaba una botella con aurora boreal. Botella que pensaba utilizar con su amigo en el campo de los animagos incompletos. Estaba seguro, mucho, que sería capaz de hacerlo. La aurora boreal más todo lo que aprendió visitando la inexistencia ería suficiente.

 

En realidad, aunque hubiese tenido la intención de abrirse con su tía no hubo oportunidad. Suluk se unió al grupo y luego de decir algunas palabras los apartó junto a Gatiux, Lyra, Sally y Elvis. Habían aprendido tanto en las últimas semanas que el mortífago sintió mucha satisfacción cuando la Arcana dijo que estaban preparados para rendir las pruebas, que eran lo suficientemente diestros con la habilidad. Les preguntó formalmente si querían rendir la prueba de la misma forma es que él respondió.

 

—Le agradezco por sus palabras, maesa Suluk —inclinó la cabeza en señal de respeto —. Deseo, y será un honor, afrontar la prueba de la Habilidad —respondió finalmente.

 

Semanas atrás, mientras limpiaba la casa de la bruja, jamás se le hubiera pasado por la cabeza dirigirse a ella con tal respeto. Pero había aprendido tanto en los lugares mágicos a los que viajaron que aquello fue natural. Sin esfuerzo alguno, simplemente la necesidad de mostrar respeto hacia la Arcana había aparecido en su interior.

 

—Nos veremos otro día, planeo visitar los campos de animagos —agregó finalmente dirigiéndose a la maestra. Bastian era malo para recordar nombres de lugares, "campos de animagos" era un gran avance considerando su memoria. Se perdió en el portal. Se estabilizó utilizando las alas de plata en cuanto estuvo por tocar tierra firme.

 

No intento siquiera desaparecer estando aún en el patio de la Arcana. Caminó y en cuanto atravesó la puerta un vórtice de oscuridad se formó en el centro de su cuerpo y lo absorbió en una pomposa espiral. Con los ojos abiertos, y la experiencia ganada, no le costó atar cabos y comprender que la inexistencia de los animagos era la misma de aquellos que desaparecían. Observó a su figura animal por una milésima de segundo. Justo antes de salir de aquella casa invocó mágicamente su varita, por lo que cuando desapareció ya la sostenía firmemente en su mano derecha.

NHCeJlw.png

T7Qipl9.gif
O1KlJf5.png
f5DcgjA.gifXuR0HEb.gifGPQsszk.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Nos apartamos del resto del grupos, porque claramente con el ambiente que hacía afuera, los demás chicos se irían acercando. Así fue con Juve y Felicity, dos brujas que conocía tanto del Ministerio, como de Hogwarts y de la Universidad. Solamente las saludé con la mano mientras la Maestra Suluk le daba algunas indicaciones. ¡Un chocolate caliente! Aquello sonaba delicioso. Pero la Arcana nos apartó por unos momentos a una mesita. Me estaba preguntando si habría tiempo de tomar el chocolate cuando apareció una abundante taza de chocolate espumoso.

Le di algunos sorbos a mi bebida. Todo el frío que me había empezado a entumecer, se iba de a poco y no sabía si iba a poder salir tan fácil de aquel pequeño iglú. Nos acomodamos alrededor de aquella mesa y estaba seguro que el momento llegaba. ¿Partiríamos de ahí mismo? No tuve mucho tiempo para resolver las dudas en mi cabeza porque la Arcana ya lo estaba haciendo. Faltaban unas horas y al parecer no partiríamos de ahí, sino que literalmente teníamos que regresar a la Universidad, ése sitio que a pesar de ser el Director, no había llegado nunca.

Estoy listo, Maestra. Es hoy o nunca —comenté ya llegando casi a la mitad de la taza. Dos de los chicos ya habían dado la respuesta afirmativa. Me alegraba que hubiera personas con el mismo empeño, eso me incentivaba aún más. Aunque la Arcana nos había alertado de muchas cosas, una de ellas la prueba que debíamos enfrentar. ¿Tendría las mismas ganas cuando estuviera delante de la puerta? Esperaba que si, porque aunque mi cabeza y la magia del lugar fueran los protagonistas, iba a estar solo—. Nos vemos luego, chicas. ¡Suerte!

Les guiñe el ojo a las chicas que seguramente también estarían por terminar su chocolate. Un escalofrío me recorrió por la espalda, tanto por el clima por como me estaba preparando mentalmente. Aquellos dos libros que nos había dado Suluk nos ayudaría a entender todo un poco mejor. No nos acompañaría y había dos detalles. El primero es que tal vez de aquella forma, no sentiríamos demasiada presión para desenvolvernos, pero la contra, es que si sucedía algo. ¿Como nos aconsejaría como lo había hecho hasta aquel momento?

Me acomodé mejor aquella túnica. Había confirmado que era mejor haber traído algo más de haberlo sabido. Salimos del iglú y salimos de aquel portal que nos había facilitado la Maestra. Debía entrar a su casa, para tomar mi varita y poder irme. Tenía aún un largo día, ya que la Universidad esperaba con muchas tareas, como también lo estaba Hogwarts. Luego aparecía mi mansión, con mi esposa, hijos y nietos. Se estaba por llevar a cabo un matrimonio, un reencuentro y un caso extraño de un viaje en el tiempo. Luego, cuando pudiera descansar, claramente que sería el momento de leer los libros.

Agradecí enormemente a Suluk y desaparecí de allí.

|| 1yqixEK.gif || Marca-1.gif.664cbd85ef4de2f10b959916cce5||
Chw3Ljs.png
GOLDOR ♦ DEMONIUM MERIDIANUM

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

-Si, hermanita. Veo que te paso lo mismo, ¿me contarás lo que viste?- Le pregunté curiosa a Sally.

 

No tuvimos mucho tiempo para platicar porque la Arcana había entrado en el iglú. Al parecer había cometido un fallo que no le había agradado a la Arcana. Era cierto que al ser demonio conocía magia que se podía hacer perfectamente sin varita, los maestros impuestos por mi padre se encargaron de que aprendiera. Sin embargo, me la pasaba más tiempo en el mundo mágico y ahi mis tíos me habían enseñado a no separarme de mi varita.

 

Me encogí de hombros. Como siempre la traía conmigo, inclusive la primera vez que me convertí en una minina persa blanca, pensaba que la necesitaba para usarla. Lo mismo me pasaba con el pársel.

 

Solamente un par de años había vivido entre los muggles como parte de una misión, en una mansión del West End, la principal zona comercial, además de que tienen ahi zonas lujosas áreas residenciales. A pesar de tener bastante seguridad, muchos vecinos eran curiosos y dejaba las cortinas abiertas para que ellos mismos comprobaran que no había nada extraño en esa casa.

 

Por lo mismo, en esa mansión no tuve ninguna mascota más que mis gatos y nunca use mi varita. Los elfos no se aparecían por ahi, ni siquiera Winky. Afortunadamente un par de demonios vivían conmigo haciéndose pasar como hermanos, para no llamar tanto la atención. Al final contraté algunos empleados muggles, mimos que mis suspuestos hermanos resistían la tentación de matar.

 

Fueron un par de años demasiado pesado en los que no use la animagia, motivo por el cual nunca me enteré que podía usarla sin varita. No le iba a explicar todo eso a la Arcana, no esperaba que lo comprendiera, pero ese comentario de ella me había traído recuerdos. Quizás si hubiera probado con la animagia me habría enterado, pero era mejor no tentar a la suerte, por más que las cortinas se cerraran en las noches.

 

Tomé un poco de chocolate caliente, definitivamente eso mejoró mi ánimo y me sentí capaz de hacer esa prueba, aunque era mejor descansar. Vi los dos libros que tenía en la mano, definitivamente sería una larga noche, pero valdría la pena.

 

-Me presentaré a la prueba. Aunque creo que mejor dejo el viaje a otros mundos para después, profesora.- Comenté.-Tengo mucho que leer.

 

Esperaba no ser descortés ante su propuesta de visitar otros mundos, pero muchos de mis compañeros habían optado por salir del portal.

 

-Pasaré antes aa la cabaña por mis cosas. Comenté a la Arcana, mirando después a Sally.-¿Vienes o te piensas quedar un poco más?

SMLQYQL.jpg
EPjHROm.gif ~eAnQFcJ.gif ~ PowpgLI.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

El chocolate caliente le cayó muy bien a su alma, ahora comprendía porqué era tan bueno incluso para apaciguar el espanto de estar cerca de los dementores. Su hermana seguía preocupada por algo, quizá por lo que la Arcana había mencionado sobre la utilización de la varita.

 

- No, no he visto nada, al menos no hoy - dijo desviando la mirada hacia Gatiux que platicaba con Bastian sobre aquello - Pero vi que alguien más lo hizo y recordé viajes al pasado. Creo que ya sé porqué me transformo en una mariposa... - murmuró.

 

Aunque quería contarle aquello no se atrevía a hacerlo frente a aquel pequeño grupo, ya la buscaría después para hablar en privado. La improvisada merienda duró un poco más hasta que Suluk Akku empezó a hablar sobre la prueba. Ahora se daba cuenta de que se había enterado de algunas cosas con anticipación quizá por haber usado legeremancia sin darse cuenta siquiera.

 

Las palabras de la anciana la preocuparon, la atemorizaba la sola idea de irse y no volver más. ¿Qué pasaria con Percy? No podía dejarlo sólo... Vio como uno y otro iba aceptando la prueba sin dudarlo demasiado, aún así no se atrevía a hacerlo, tendría que hablar primero con Suluk Akku para decirle lo del espejo y luego despejar algunas dudas más antes de aventurarse a tomar la prueba.

 

- Me quedaré un rato hermanita linda - le dijo a Lyra levantándose para despedirse de ella, así como de los demás que se iban marchando para luego acudir al lugar donde la anciana les había indicado.

 

Al final sólo quedó ella con Suluk Akku dentro de aquel iglú donde sólo reinaba el silencio. La miró con cierto nerviosismo pero finalmente se atrevió a hablarle.

 

- Descubrí algo que el espejo de Cliodne no me mostró - empezó a decir - El porqué me transformo en una mariposa... Me preguntaba, ¿por qué el espejo no me lo mostró?

 

No estaba segura de haber encontrado las palabras adecuadas, pero esperó a obtener una respuesta que la dejara satisfecha antes de seguir preguntando, está vez sobre la prueba.

http://i.imgur.com/Wb0Wb33.gif
http://i.imgur.com/XoZy7kJ.jpg

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

 

Apenas había logrado volver a su despacho cuando la lechuza regresó a ella. Sintió su corazón acelerándose a la espera de una respuesta. Sus manos desenrollaron ansiosas la nota que le daba indicaciones para acudir a recibir aquella nueva enseñanza.

No quiso hacerse esperar. Dejó un par de notas para Elvis, su compañero, por si se dignaba a presentarse en el despacho. Llevaba tiempo sin cruzarse con él, cuestión que la tenía algo preocupada. Pero eso ahora no venía al caso, pues estaba más preocupada en la aventura que estaba por emprender que por el bienestar de aquel sujeto que, bien sabía, la odiaba.

Así que se puso en marcha hacia la residencia de la Arcana, la cual se encontraba ubicada en los límites de la Universidad, algo alejada del resto. El trayecto era largo pero lo recorrió con prisas, con muchas ganas de encontrarse con ella y aprender la ancestral habilidad. Tenía demasiadas ganas de ya poder dominarla y transformarse a voluntad en aquella lechuza con la que hasta soñaba.

 

-Vamos... ya casi- era una voz en su interior que sabía ajena. Cerró los ojos un momento como intentando apartarla. Llevaba tiempo sin manifestarse aquella joven a quien había usurpado su vida, por momentos llegaba a creer de que por fin ya no estaba allí, pero aparentemente el hecho de lograr el dominio de una habilidad que ella poseía la había despertado. Aunque, ciertamente, notaba su presencia como algo mucho más débil, a punto de apagarse...

-Shhh- susurró, no quería estar forcejeando. De seguro su mente y espíritu estarían “a prueba” y necesitaría de su máxima concentración para lograr superar lo que la aguardaba.

Había ya llegado a la morada de Suluk. Como la Arcana había pedido, rodeó la casa y fue hacia el lago, donde de inmediato notó el destello que indicaba que estaba en el sitio correcto. Su corazón amenazaba con escaparse de su pecho al golpetear más fuerte cada vez. Las manos le temblaban, así que las entrelazó entre sí delante del cuerpo para intentar contenerlas.

Con andar dubitativo llegó al portal dejado para ella y, respirando profundamente y cerrando los ojos para tomar valor, lo traspasó hacia lo que aún no conocía.

El viento helado golpeó su cara inmediatamente al llegar a lo que parecía un desierto de nieve. El blanco intenso de aquel indómito sitio la recibió casi encandilándola. Se abrazó el cuerpo para intentar mantener la temperatura, pero sabía que pronto podría perder sensibilidad si seguía a la intemperie. Intentó avanzar para descubrir algo que delatase la presencia de los demás, pero le significaba gran esfuerzo.

Le pareció en la distancia ver un montículo de hielo que era demasiado perfecto para ser natural, llamando su atención. Hacia allí caminó sin sorprenderse de que su descubrimiento resultara ser un iglú. Sus sandalias no resultaban buen calzado para el terreno, sus pies terminaban recubiertos de nieve a cada paso. Cuando estuvo cerca, se agachó y apresuró a traspasar la abertura hacia el interior sin pedir permiso, cayendo de rodillas, rendida.

oKhf7Mf.png

4dV4RuU.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

La paciencia no era el fuerte de la vampiro y tenía que aceptarlo, aunque no estaba para dejarse llevar por la desesperación. Poco a poco sus esfuerzos darían frutos y lo sabía a la perfección, luchar por lograr obtener la habilidad de Animagia era un camino plagado de senderos desconocidos para la Malfoy, obstáculos que solo ella podría franquear si se empecinaba en lograr lo que tanto deseaba.

 

—Iré ayudar a Sofía… respondió a Suluk plasmándose en sus labios una sonrisa sincera y afable. Sus compañeros ya estaban listos para presentar la prueba y el resto tendría que prepararse para irse de campamento —Preparare un poco de cocoa caliente para el camino… se ofreció yendo a buscar lo necesario para comenzar con su tarea. Dando un ligero latigazo con su varita cubrió su cuerpo con un abrigo de lana, acompañando su vestimenta con un par de orejeras y una bufanda abrigadora.

 

Estaba tomando demasiadas medidas de precaución, alistando una mochila con comida y algunos utensilios variados. El tomar algo caliente antes de salir en esa inesperada aventura le resultaba confortador, aunado a sus ganas por mostrarse interesada en brindarle una mano a sus compañeros en todo momento. Ya le tocaría presentar la prueba, plantarle cara a todos los desafíos que tuviera planeados Suluk, decidida afrontar cada uno de ellos sin duda alguna. Buscando con la mirada a Sofía, no pudo evitar toparse con ella.

 

—Suluk me envío ayudarte… comento ajustando su abrigo. El clima frio era su preferido, aunque nunca estaba demás aprovechar el calor que le brindaba su abrigo de lana. Todo lo que les rodeaba era hielo por donde mirara, montículos de diversos tamaños que llamaban su atención, si pudiera se lanzaría contra ellos y los derrumbaría con arañazos feroces cargados de ira —Luego… ladeando su cabeza regreso al sitio donde estaban sus demás compañeros, tomándose con calma todos los sucesos que estaban por ocurrir.

Cuando eres tan grandiosa como yo, es difícil ser humilde

BwJfDFR.jpeg

Básicamente ya eres la mitad de una maldición

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Convertida en una cobra real, todo cuanto sus sentidos percibían, le parecía extraño y desconocido. En aquel momento, Asuhr tuvo una revelación que probablemente se quedaría grabada dentro de su mente por el resto de su vida. El mundo era mucho más vasto, complejo e indefinible de lo que parecía a simple vista. Nada de cuanto Asuhr había vivido con anterioridad, le había preparado lo suficiente para la experiencia de sentir los olores con la intensidad que ahora los percibía, de notar cada vibración del aire, cada movimiento, cada aleteo. Sus reflejos eran más rápidos, no porque ella lo fuera, sino porque percibía cosas que jamás antes había podido percibir. No sólo los olores y los sonidos se manifestaban de una forma diferente bajo su forma de serpiente, sino también la propia visión de las cosas. Veía la energía de las cosas, el calor de las cosas, definido en gamas infrarrojas que, detectadas por sus pupilas rectilíneas, se convertían en colores de distintas tonalidades, en función del calor y el movimiento de cada cuerpo. Toda su visión del mundo había cambiado y, con ella, su propia interpretación del mismo.

 

Fascinada por todo lo que estaba experimentando por primera vez, Asuhr apenas atendió a las palabras de la Arcana. Reptó hacia el Campo de Cliodne y no es exagerado decir que devoró los días que pasó allí, bajo su forma animal, con la avidez de quien no puede esperar a aprender, a descubrir, a explorar a redefinir...

 

Sí, su vida entera se estaba redefiniendo a medida que comprendía más sobre la animagia y sobre sí misma, a medida que iba descubriendo los poderes y secretos, que se escondían tras su habilidad. Más aún, las conversaciones con los infortunados seres que habitaban el Campo de Cliodne le proporcionaron a Asuhr un conocimiento invaluable.

 

No fue hasta semanas más tarde que decidió retornar a su forma humana y volver a la casa de Suluk, como si apenas hubiera pasado el tiempo desde aquella tarde, frente al Espejo de Cliodne, en que por primera vez se convirtió en una Cobra Real. Casualmente, como suelen ocurrir todas las coincidencias, fue justo al día siguiente, después de tan larga estancia en el Campo de Cliodne, cuando Suluk les instó a abrigarse, a dejar sus pertenencias atrás, incluida su varita, y a cruzar un portal, junto a un lago helado.

 

¡Qué lejos estaba Asuhr de saber lo que le esperaba al otro lado!

 

Primero sintió el frío helador atravesar su carne desnuda y se arrebujó en la capa de pieles proporcionada por la Arcana de Animagia. Después, al contemplar aquel extraño paisaje, no pudo evitar un escalofrío. Nunca sabría si lo había provocado el frío o la admiración. Era un lugar tan extraño como hermoso. La nieve cubría el suelo con su manto helado y a pesar de la lejanía, aquella desnudez en el paisaje, a Asuhr le traía reminiscencias de su tierra natal. Allí, en la Tierra de Uzza, era la arena la que cubría la vasta extensión de terreno yermo hasta los límites del horizonte. Aquí, era la misma sensación, pero donde allí había tierra, aquí había nieve. Un paisaje duro, como su Tierra de Uzza, yermo y desprovisto de todo lo innecesario, igual que su querido desierto, y silencioso... El silencio era tan notorio que casi se podía tocar, casi podías hablarle y esperar que te contestara como muchas noches había intentado allá en la inmensa soledad de las dunas.

 

Asuhr escuchó a la Arcana anonadada y atónita y, cuando ella terminó de hablar, extendió una mano hacia el cielo, tratando de aprehender uno de aquellos hilos de luz, tal y como se lo había visto hacer un momento antes. La joven Uzza observó embelesada cómo éstos giraban y se arremolinaban a su alrededor, casi juguetones. Un par se pararon entre sus dedos, pero no tuvo la pericia suficiente como para realizar magia con ellos y emular lo que la anciana había hecho con el iglú.

 

Cuando la Arcana se marchó, Asuhr avanzó en aquella llanura de nieve, dispuesta a experimentar, a perderse si era necesario, pero convencida de que cualquier conocimiento que le pudiera brindar aquel lugar, merecería una vida entera de esfuerzos. Se apartó del grupo, jugando con la aurora boreal y, de pronto, al tratar de atraer dos haces de luz verde, un intenso fogonazo la rodeó y, al momento siguiente, se encontraba en un lugar bien diferente.

 

Una mujer de cabellos castaños y ojos grises, una Uleya, sin lugar a dudas, sostenía una niña recién nacida en sus brazos. Debía acabar de nacer, pues la Ktam todavía se encontraba en el suelo, desmadejada y cubierta de sangre. A su lado, un hombre le acariciaba el cabello y le susurraba palabras hermosas al oído. Asuhr había visto a aquellas personas en el Espejo de Cliodne, semanas atrás. Ella era la mujer cuya impronta había aparecido en el espejo, segundos antes de que la imagen se desvaneciera. Él, el hombre que había visto en las visiones de Mackenzie y también en las suyas propias. El hombre que era Ktam y, a la vez, no lo era en absoluto.

 

Se estremeció. Quería salir de ahí, pero sus pies no querían moverse. Suluk les había dicho que podían viajar a otros mundos y a otras dimensiones. ¿Pero qué era aquel lugar? La angustia hizo que Asuhr pisara una ramita sin querer y el sonido en medio de aquellos susurros de enamorados, se hizo ensordecedor. Abri´´o mucho los ojos, pensando que había sido descubierta y que aquellas personas pensarían que estaba espiando, cuando se percató de que ellas no parecían haber notado sonido alguno. Extrañada, se acercó con cuidado hacía donde el hombre y la mujer contemplaban al bebé recién nacido. Ellos siguieron hablando como si nada.

 

- Se llamará Asuhr -decía la mujer en perfecto Uzza.

 

- Es un bonito nombre para alguien destinado a la grandeza -contestaba él, en el mismo idioma.

 

- Ellos no deben saberlo. -La mujer miraba al hombre con la rsolución pintada en sus ojos-. Jamás.

 

Él no contestó. La miró con tanta pena y consternación que casi daban ganas de abrazarlo.

 

- Jamás -repitió ella. -¡Júralo por el Agua!

 

Él asintió en silencio.

 

Asuhr miraba la escena sin dar crédito a lo que veía y oía. ¿Hablaban de ella? ¿Acaso aquella mujer era su madre? ¿La madre que semanas después de aquella escena moriría ejecutada por su propia tribu? Asuhr sabía que sí. Lo había sabido desde el mismo momento en que sus ojos se cruzaron con los de ella, a través del reflejo que mostraba el Espejo de Cliodne.

 

Intentó gritar, advertirla, decir cualquier cosa, por más que no tuviera idea de qué podía decir o hacer para evitar lo que Asuhr sabía que sucedería. Se acercó hacia ellos, en un vano intento por hablarles. Pero todo fui inútil. Ellos no la oían. Ellos no la veían. La aurora boreal la había transportado a un mundo del pasado, pero sólo como observadora. Con gran dolor, la joven Uzza se dio cuenta en aquel preciso momento, de que nada podía hacer por cambiar su destino.

La imagen se desvaneció y Asuhr volvió al Polo Norte. No supo cuánto tiempo había pasado, pero la Arcana había vuelto y hablaba con algunos de sus compañeros. Ella se acercó al grupo en donde Sofía trataba de reunir a algunos alumnos. Parecía que la Arcana quería hacer una excursión. Todavía conmocionada por lo que acababa de ver, apenas podía pronunciar palabra. Se quedó allí, plantada, sin saber qué hacer a continuación, esperando alguna indicación sobre cuál sería la siguiente prueba que afrontar, el siguiente reto a superar.

yqvll1m.gifO3zbock.gif
firma
iRyEn.gif4ywIp1y.gifXuR0HEb.gifZmW4szS.gif
bfqucW5.gif
Come, my friends,
Tis not too late to seek a newer world.
Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Tenía la nariz completamente congelada, odiaba el clima de invierno y mucho más con aquellos días de lluvia y humedad. La capucha de mi capa tapaba mi cabeza, evitando que se escapara el calor de mi cuerpo y lista por si la lluvia me volvía a sorprender. No era el mejor día para empezar las clases, pero no podía dejar nada a medias, sabía que si no me obligaba no iría nunca.

 

Cerré los ojos para mentalizarme, sabía que aquellas clases no serían fáciles, que lo tendría que dar prácticamente todo de mi, pero debía hacerlas, era demasiado tiempo el que había estado posponiéndolo y no podía continuar así. Una vez mentalizada desaparecí rumbo a la Universidad.

 

El clima de la Universidad me sorprendió, allí brillaba el sol, cosa que provocó que me deslumbrara, pero pronto pude recuperar la visión y dejé caer la capucha hacia atrás. No tardé en recuperar la temperatura, sentía hasta como ni nariz se descongelaba, seguramente hubiera perdido por fin el color rojo del frío. El día en aquel lugar resultaba agradable, parecía tener su propio microclima, muy distinto del tiempo de Londres. El viento era cálido y trasladaba un aroma agradable.

 

Estaba algo desorientada, no sabía muy bien a donde tenía que ir ni qué era lo que tenía que hacer, pero decidí seguir mi instinto. Sabía que no era la primera alumna, me había apuntado con retraso, por lo que fijándome quizás pudiera divisar a alguno de mis compañeros de curso y así encontrar el lugar. Por suerte no tenía demasiada prisa por empezar la clase.

 

Pasaron entre diez y quince minutos cuando al fin llegué al punto de reunión. Había menos personas de las que esperaba, pero por otro lado supuse que algunas de ellas ya estarían preparadas para examinarse y habrían abandonado aquella primera lección.

 

- Buenos días, mi nombre es Anna Ryddleturn, siento el retraso, no daba con el lugar. ¿Es aquí donde se dan las clases de animagia?- pregunté.

 

Pude divisar algún que otro rostro conocido, pero de personas con las que hacía tiempo que no me cruzaba, para no importunar mucho la clase solo saludé con la mano y con una leve sonrisa.

 

Me encontraba nerviosa, hacía mucho tiempo que no asistía a una clase, no sabía si estaría algo oxidada, pero necesitaba volver a controlar plenamente mi habilidad de animaga, los traumas de los últimos meses me habían hecho casi imposible volver a transformarme, y quería remediarlo fuera como fuera, además, era absurdo prepararme bien por mi cuenta, puesto que no me dejarían registrarme a no ser que asistiera a aquellas clases preparatorias.

 

No tardé demasiado en enterarme que el primer grupo de alumnos acababa de partir para realizar su prueba. ¿Sería complicado? ¿Sería yo capaz de superarlo sin demasiados inconvenientes? Esperaba que mis dudas se resolvieran lo antes posible y no tardar demasiado en aprobar, San Mungo y mis hijos me exigían demasiada atención y debía volver con ellos.

http://i.imgur.com/VDBZlqD.png


Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Unirse a la conversación

Puedes publicar ahora y registrarte más tarde. Si tienes una cuenta, conecta ahora para publicar con tu cuenta.

Guest
Responder a esta discusión...

×   Pegar como texto enriquecido.   Pegar como texto sin formato

  Sólo se permiten 75 emoji.

×   Tu enlace se ha incrustado automáticamente..   Mostrar como un enlace en su lugar

×   Se ha restaurado el contenido anterior.   Limpiar editor

×   No se pueden pegar imágenes directamente. Carga o inserta imágenes desde la URL.

Cargando...
 Compartir

Sobre nosotros:

Harrylatino.org es una comunidad de fans del mundo mágico creado por JK Rowling, amantes de la fantasía y del rol. Nuestros inicios se remontan al año 2001 y nuestros más de 40.000 usuarios pertenecen a todos los países de habla hispana.

Nos gustan los mundos de fantasía y somos apasionados del rol, por lo que, si alguna vez quisiste vivir y sentirte como un mago, éste es tu lugar.

¡Vive la Magia!

×
×
  • Crear nuevo...

Información importante

We have placed cookies on your device to help make this website better. You can adjust your cookie settings, otherwise we'll assume you're okay to continue. Al continuar navegando aceptas nuestros Términos de uso, Normas y Política de privacidad.