ministerio de asuntos mágicos de francia Baile de Celebración del Aniversario CCXXXIII de la Revolución Francesa

[Eobard Thawne]

Había intentado acompasar sus movimientos de cabeza con la música que en ese mismo instante retumbaba en las paredes del recinto, en un intento de relajar su mente. Aún podía escuchar a Rósalia Pereira, la Arcana de Legilimancia, hacer hincapié en las bondades de una mente vacía, pero sobre todo, concentrada. 

La voz de Ada lo sacó brevemente de su ensimismamiento, tomando la copa de champagne que le ofrecía mientras realizaba una venia a modo de saludo. 

⎯⎯Los bailes no son precisamente mi tipo, pero haré un gran esfuerzo ⎯ respondió, inclinando ligeramente la bebida antes de darle un trago ⎯. En cuanto a la compañía, la noche aún es joven y seguro estará llena de sorpresas. Te lo agradezco, nos estaremos viendo. 

Sin duda aprovecharía el tip de la anfitriona en caso de requerir un poco de aire. Mientras @ Ada Camille Dumbledore se marchaba a saludar al resto de los asistentes, el Black Lestrange intentó volver a adoptar el trance. 

Aunque aquello no duró bastante. 

Ya fuera por el sonido de los tacones que parecía acercarse cada vez, o por el tacto en su hombro, primero cauteloso y después más familiar; la voz que le hablaba parecía tener integrada la función del viaje en el tiempo, pues su persona se sintió por un momento de vuelta a los viejos tiempos, cuando ambos solían cometer todo tipo de fechorías en pro de un bien mayor. 

⎯⎯Los reportes de mi muerte fueron claramente exagerados, aunque es normal, fui yo quien los escribí ⎯ dijo al fin, abriendo los ojos para apreciar su reflejo sobre la glauca mirada de la Macnair, mientras sus labios formaban una sonrisa que acentuaba los hoyuelos en su rostro siempre joven gracias a la metamorfomagia ⎯⎯ Tu aparición es una sorpresa, debo admitirlo, pero una de las buenas.

Alcanzó una copa de champagne de uno de los meseros, ofreciéndola a la joven Rosier, mientras le invitaba a que la acompañara en aquella muestra de autocompasión que había iniciado minutos antes. 

⎯⎯Entonces, ¿brindamos por nuestra aparente incapacidad para permanecer en el inframundo por tiempo prolongado? 
 

@ Juliette Macnair

[Maida Black Yaxley]

No había más que sonreír ante las ocurrencias del hombre que tenía ahora al frente, le hizo una ligera reverencia con el rostro inclinado.

—      Sería un best-seller sin duda alguna, se me ocurren un par de títulos, si me permite la sugerencia: “Los 10 mandamiento de la conquista sin responsabilidad” o “Cómo ser un mujeriego y no ser asesinado en el intento”.

La fama de Sean le precedía, pocas eran las que no habían caído en sus redes, más o menos populares, con rango de novia de turno o esposa, daba igual, él no era de los que discriminaba unos buenos minutos de acción, la que decidía caer en su juego, no podía quejarse de poca información, eso lo sabía el mundo entero.

—      No se es viejo por tener canas, estas se pueden cubrir con un sencillo hechizo —dijo entonces— y me parece que más bien a usted, el cabello blanco le aportaría una seriedad que difícilmente se le atañe a su carácter juguetón. No las esconda, son señal que todos, avanzamos en nuestro paso por este mundo tan ingrato.

Detuvo su conversación lo suficiente para girar hacia la barra y solicitar otra copa de champagne, el licor francés por excelencia era el Top 1 de las cosas de la recepción, las aventurillas de escritorio podían disputar el 2do y 3er lugar si así lo deseaban.

—      ¿De quién quisiera que yo le informase? —curioseó al fin.

@ Sean -Ojo Loco- Linmer

[Juliette Macnair]

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ᅠᅠLa sonrisa se amplió aún más cuando le oyó de aquella manera tan familiar, bajando el mentón ligeramente para dirigirle una mirada cómplice cuando él mencionó las noticias de su supuesta muerte, y sólo cuando mencionó algo respecto a su aparición, la joven soltó un suspiro que se llevó al fin toda la tensión que minutos atrás había sentido. 

⸻ Siempre mi vuelta a Inglaterra es una sorpresa, mi querido Thawne.... aunque no sé si es grata para todos.

Abrió sus esmeraldas de par en par, y luego aceptó la copa de champagne, agradeciéndole con un asentimiento elegante. Sin preguntar, se aferró al brazo del mago, deslizando su delicada mano libre por el hueco imaginario y que a regañadientes él tendría que formar para ella con su brazo, sólo entonces, comenzó a caminar sin un destino aparente.

⸻ Me encantaría brindar por ello, pero también por nuestra larga e inquebrantable amistad.

Se detuvo poco antes de llegar a la pista, sólo para observar de manera fugaz  a las parejas y a las personas solitarias disfrutar de la música, de las luces y el ambiente pomposo que sólo una representante del Ministerio de Francia podría dar. Juliette volteó a ver a su acompañante, y con suavidad alzó su copa esperando que él hiciese lo mismo, fueron algunos segundos en lo alto, sin llegar a chocar los cristales, y cuando sus ojos se hubiesen conectado, volvió a dirigir la copa hacia ella para dar un buen sorbo a la bebida.

⸻ Dime, ¿quieres bailar o escapar de la multitud? O bien podríamos hacer ambas en su respectivo orden... si me voy antes de tiempo, dejaré en muy mal estado el apellido de mis dos familias, debo aguantar un poco más.

Soltó un suspiro.

⸻  Además, hay mucho de lo que tenemos que hablar, pero estoy segura de que tiempo jamás nos faltará.

 

cita. @ Eobard Thawne

[Sean -Ojo Loco- Linmer]

La Imagen de Sean

Ohhh, ya que lo veia asi. Por un momento me vi a mi mismo en la cuspide literaria, sin dudas en la seccion de para +18.  En serio?? Negue internamente con la cabeza. Supongo que la memoria corporal del cuerpo en el que estab me estaba pasando factura. Acaso seria tan pervertido Sean como para afectarme aun sin que en este cuerpo no poseyese su conciencia???. Si, sin dudas no podria usarlo todo el tiempo como quisiera, ademas de la reduccion en poder tenia este otro efecto secundario. Y no estaba bien. Que yo era un villano decente, no uno que iba como pagafantas de Sean, atras siempre de bragas ajenas.

-Interesantes lo que dices...quien sabe si en ese entonces la que me pidas el autografo seas tu. -sonrei. -Que conste que no tengo reparos en dar uno...pero claro...prefiero un mejor material para plasmar mi caligrafia que un pergamino.

Y otra vez salia la esencia de Sean. Porque estaba casi seguro de que era la lengua hablando sola. Y si....al 100% que ese "mejor material" se seguro era unas de las suculentas elevaciones fenenimas...tanto en la delantera como la trasera. O si..ropa interior. Sin dudas me tendria que desintoxicar despues de este cuerpo. Mejor regresar al asunto de la vejez que ahi podria sentar catedra.

-Si ya se que la vejez es un estado mental. Y agradezco el piropo hacia mi ancianidad....sin duda con el pelo blanco pareceria alguien serio y sabio. -Me rasque la cabeza. -Pero que decir...ya lo siento en mis huesos...como si hubiese vividos muchas vidas en una. -Vez...ahi estaba la seriedad y sabiduria de los años que tenia. Pero claro despues como era tendencia en sean tendia a echar mi trabajo por tierra.- Ademas no quiero pasar por el incomodo proceso de tomar "pastillas magicas" para....tu sabes...funcionar. Ser viejo apesta. 

Que conste que desde el punto de vista de Sean...esa posibilidad era muy lejana...pero las canas...cada dia mas numerosas eran un recordatorio constante. Al menos eso era lo que habia percibido en sus recuerdos...cuando hablaba frente al espejo consigo mismo.

-En fin...regresemos a los chismes. -le tendi la mano para caminar por el salon- sea libre de actualizarme de todo lo que sepa. Toda informacion sera bien recibida. 

@ Maida Black Yaxley

 

[Maida Black Yaxley]

La tenía como una fuente real de información, aquella etiqueta la hacía sonreír bastante más genuinamente de lo que hubiera esperado. De cierta manera, ahora entendí el éxito que, según la reputación de Sean, tenía con las mujeres, sabía exactamente por dónde meter las lisonjas para que no sonaran mal en su conversación, cayeran casuales, avisando cada tres palabras lo que podía prometer para una noche, o día o momento. 

— No tengo problema en admitir que admiro a alguien y que por tanto, buscaría un souvenir —soltó de pronto—, tomaré en cuenta que no me firmaría un pergamino y buscaría entonces lugares más creativos para que pueda estampar su firma. 

Bebió todo el contenido restante de su copa y la dejó en la barra para tomar la mano de Sean. ¿Qué información realmente buscaba el mago? ¿Y por qué asumía que la encubierta bruja podía concederle sus fuentes sin solicitar nada a cambio? El ambiente en la fiesta continuaba siendo apacible, no escapó de su visión que Juliette, había vuelto a merodear por el pueblo, antes de la reunión habí escuchado acerca de su regreso. Lo que le sorprendió, era la presencia de otro mago, uno del que hubiese esperado una lechuza y al que seguramente podría reclamarle algo, pero no lo haría, la valentía de Vuelapluma no le llegaba a tanto.

— Me temo que no hay orgnizaciones que hayan utilizado este evento para confabular algun ataque improvisado —siseó entonces—, de hecho, espero noticias de alguno de nuestro usuales amigos, pronto. Tanta calma en Ottery es para sospechar hasta de las piedras. ¿Qué haces ahora en el Ministerio? 

@ Sean -Ojo Loco- Linmer

[Adrian Wild]

Escuché con atención las palabras de Darla, haciendo muecas con los labios entre los dedos de mi mano derecha mientras la observaba con el mismo detalle con el que mis oídos recogían toda la información que me preoporcionaba. Visualizaba cada imagen en mi cabeza y conectaba conjeturas pasadas con los hechos que me narraba la mujer.

Me mantuve durante unos segundos callado cuando terminó su explicación y me preguntó sobre mis intenciones. Tras una extensa inhalación con la que constataba que mi cerebro había terminado de procesar, conectar y entender todo, retomé el contacto visual brevemente perdido con la pelirroja en aquellos segundos de reflexión y hablé:

— Antes de nada, y para que quede claro: no me acosté con Cillian y Ludwig ni tuve intención de ello. —Había alzado el dedo índice remarcando mi aseveración sin darme cuenta—. Sólo me hicieron la propuesta y después llegó la exmujer de Cillian y salimos de allí para enterarnos de lo ocurrido en la Malfoy.

Dejé que nos cubriera un breve silencio para que calase el mensaje antes de continuar.

— En cuanto a qué voy a hacer con esta información... Está claro. Voy a tomar la decisión que todos están esperando que tome. —Otra breve pausa, esta vez de duda—. Lo que no sé es a cuánta gente gustará.

Si había entendido bien todo lo que Darla me había contado, aquellas esferas formaban parte de una especie de fuente de magia que mantenía vivos a los planetas que se hallaban tras los portales de las piedras de Stonehenge. Si la gente empezaba a tomarlas como muestras para las investigaciones, a experimentar y luchar con aquellas energías que hasta a la bruja que tenía delante, a quien tenía en gran estima de poder mágico, se le habían resistido en su doma, la balanza que mantenía aquel tipo de magia en equilibrio podría desestabilizarse, y quién sabe qué consecuencias podría tener aquel suceso. Sin embargo, entendía fervientemente la necesidad de saber qué eran aquellas fuentes de magia, de dónde provenían y qué importancia tenían. Pero llevar a cabo los estudios necesarios era peligroso. Aquellos planetas eran peligrosos. Yo mismo había estado en Plaeria con mi hermana Sagitas (¡anda!, ahora que lo recordaba... ¿no la había escuchado gritar mi nombre a la que abandonaba el salón de baile con Darla?) y de no haber sido rescatados, hubiéramos estado perdidos. Y, al parecer, Darla y Sean no habían tenido mejor suerte.

Además, Darla había mencionado algo sobre que algunos de los minerales parecían haber perdido sus propiedades, como si se hubieran desactivado por la falta de conocimientos sobre cómo manejarlos o... "Alimentarlos". No podíamos sustraerlos indiscriminadamente para nada.

Supuse que la mujer que tenía delante, expectante, esperaría que le diera mi veredicto en aquel mismo instante, pero no sería así. Le había dicho que iba a tomar la decisión, no que la tuviera clara. Miré su brazalete. La gente podía fabricar artefactos y quién sabe qué más cosas con aquellos minerales. Objetos de propiedades mágicas desconocidas. Volví a mirarla a los ojos. ¿Me estaría leyendo de nuevo la mente? Esperaba que no, aunque ya no podría fiarme nunca. Cada vez me urgía más estudiar Oclumancia. No podía estar expuesto de aquella manera.

Recordé la última pregunta que me había hecho.

— La joven que los abrió...

Quizá aquella era la respuesta. Esa joven debía saber algo, ¿o simplemente se había encontrado aquel artefacto por casualidad y había sido todo un accidente? traté de recordar el nombre que Kim nos dió.

— ... Vera. Quizá ella pueda decirnos algo sobre todo esto, sí. ¿Sabes quién es o algo de ella? —Agité mi cabeza en señal de disculpa—. Perdón. Quizá no es el momento de iniciar ninguna investigación. Ya habrá tiempo de trabajar mañana. Gracias por contarme todo esto Darla, de verdad que lo necesitaba. —Tendí una mano hacia la mujer—. ¿Volvemos dentro?

 

@ Darla Potter Black

[Darla G Dumbledore]

No supo si sonreír o qué, porque en realidad ella sabía que no lo habían hecho, pero sí que él lo había considerado, de hecho, mientras bailaban, había pensado que por revelarle ese secreto es que había tenido efectos sobre su cuerpo y no por lo que había él considerado roces imprudentes. Pero se limitó a asentir y bajar la mirada con gesto realmente culpable para luego comentar sorprendida.

—¿Así que esa pequeña culebra vino a la boda?... Mira lo que me perdí —murmuró entre dientes recordando la vez que habían estado los tres en el despacho de aurores ¿o era de inquisidores? No recordaba bien, sí que la bonita Juliene había tenido secuestrado a un contrabandista y que éste había intentado desmemorizar a Darla sin éxito, por algo ella había sido Directora del DAMyC, aunque había sido Scarlet quien la había salvado, las ventajas de llevarte bien con el alma del cuál era horrocrux.

Pero ya Adrián estaba enfocado en su pregunta, era gracioso, el hombre parecía vivir para trabajar, pensó en ello recordando la vez que lo había visto solo ocupándose de sus intereses y nada más. Movió la cabeza negando. Sí, a nadie le gustaría lo que él iba a hacer, eso estaba claro, empezando por ella, pasó la mano por su brazalete y lo volvió a ocultar luego de que notara como él lo miraba.

—Que te quede claro que no lo voy a entregar si es lo que tienes en mente y no, no voy a leer tu mente de nuevo —murmuró notando como él esquivaba su mirada y ella no sabía cómo enfrentar esa situación, acostumbraba mirar a los ojos a la gente, pero no para leerle la mente, sino para que ellos vieran la verdad en los suyos. Bueno, la verdad que dejaba traslucir tras su oclumancia, porque obviamente no les diría a todos, todo sobre sí misma.

Sin embargo él se animó a verla a los ojos y ella le devolvió una cálida y honesta mirada, o al menos esperaba que él notase su sinceridad. El nombre de Vera le sorprendió y recordó a la muchacha que había conocido una vez en la Orden del Fénix, mientras se entrenaba para reforzar sus conocimientos y habilidades como miembro del Clan de la Orden Oscura. Abrió los labios mientras intentaba recordar su apellido.

—Vera, quizás haya muchas pero conocí una Vera hace un año, quizás ella mmm pero no tengo idea de dónde esté ahora, quizás… —¿podía confiar en que él no dijera nada de la Orden? —quizás podría averiguar su destino y si es la misma, pero debería investigar ehmm… con gente de confianza del propio ministro de magia —dijo insinuando que Rory, reconocido en su momento como miembro de la Orden, podía saber quién era Vera y dónde estaba —dame tiempo —suplicó, pero parecía que él estaba dispuesto a ello porque en ese momento le tendía la mano  reconociendo que no era el mejor momento para investigar, ella asintió y cuando él le preguntó si volvían dentro tomó la mano de él, sintiendo como un escalofrío recorría su cuerpo. Era bueno que él no pudiera sentir nada, porque en ese momento, a su lado, se sentía más vulnerable que nunca.

—Vamos —susurró con expresión resignada dispuesta a seguirlo de nuevo al salón de la gala.

@ Adrian Wild

[Eobard Thawne]

Dejó escapar un bufido de ironía a manera de complicidad ante las palabras de Juliette, dando así crédito a estas. Si bien el reencuentro se daba en medio de una demostración de las habilidades sociales y de baile de los asistentes, era casi seguro que no estaría exento de una que otra sorpresa. 

⎯⎯Te puedo asegurar que lo es, incluso para los que no lo ven así, pues es una señal de que han fallado ⎯ concedió el Black Lestrange, acomodando su brazo para acoger el de la Macnair-Rosier. 

Aún no terminaba de dar crédito a sus ojos, y por un momento se planteó la posibilidad de que hubieran adulterado su bebida. Pero ahí estaba su cómplice de tantas aventuras, y en un momento dado, su compañera de bando con la que compartió un par de misiones. Alzo la copa a la misma altura que la de Juliette, a manera de completar el toast por aquella fructífera amistad. 

⎯⎯Por muchos más años metiéndonos en problemas de forma inconsciente.

Se llevó el borde de cristalería a los labios, para beber con mesura. Su acompañante había planteado dos posibilidades, y aunque la decisión era más que obvia, decidió optar por el camino más tortuoso para ambos, extendiendo una mano en torno a la pista de baile, mientras en su índice derecho aparecía el anillo salvaguarda contra oídos indiscretos para asegurar que su conversación se mantuviera privada. 

⎯⎯Hay que mantener un poco las apariencias, tampoco me ayuda ser un patriarca que milagrosamente no salió hecho pedazos de la guerra ⎯ concedió el castaño, mientras intentaba guiarse con la joven de esmeraldina mirada al apaciguado ritmo de la música; seguro que ella era mejor para eso que el poco agraciado humano ⎯⎯. Así que, cuéntame, ¿qué es lo último que supimos el uno del otro? 

Desde luego que, si el baile no funcionaba, sí que lo haría la bebida, pues ambas copas levitaban sobre las cabezas de ambos como si les siguieran el paso, con el riesgo de derrame que eso implicaba. 
 

@ Juliette Macnair

[Kahlan Blackthorn]

 

 

El tiempo que se tomará para asimilar su separación de Kyle, no acababa de convencerle del todo. Si existía un lazo de sangre entre ellos, pero aquello poco importaba a la Alemana. El tener esa conexión tan intima y pasional con el Blackthorn, el perderse en la calidez de su aliento y la fuerza de los múscu.los de sus brazos cada vez que le acunaban todas las noches antes de irse a dormir— Lo que es nuestro es solo nuestro y nadie los lo quitara muy a pesar de los lazos que nos unan—sonreía acomodándose el corsé blanco que ocultaba aquel corazón ennegrecido tras la partida del Holandés. El saber que era el Primer Ministro de esa nación, despertó esa vena politica que llevaban todos los que habían nacido bajo la estirpe de esa poderosa familia.

Ni el tiempo y menos el espacio, rompería aquella promesa que le ofrendará la rubia. Similar al pacto que trazará con su hermana mayor Kahlan, la gemela malvada que a toda costa siempre lograba separar al par de pequeños intrusos. Aquellos que sabían como colarse a sus oficinas privadas y robar algo más que caramelos de diferentes sabores y el mapa del tesoro que tan celosamente resguardaba la Vidente. Cada uno poseía un don especial, pero ninguno como el que ostentaba la líder de esa dinastía— Poderosa y letal, no hay duda de ello, querida hermanita—balbuceaba a la nada. Jugando con las puntas rosadas de su cabello. El look era completamente diferente al de su hermana, no deseaba imitarla y ganarse una reprimenda sin razón.

La Diosa estaba acostumbrada hacer lo se que le cantaba la gana, evitando dar cualquier clase de explicación innecesaria. Colocándose una capa de viaje rosa en los hombros, echaba una ultima mirada a su outfit alizando el pantalón que llevaba ceñido a su figura, encantada por la belleza que brotaba por cada uno de los poros de su piel, aquel sedosa manto era como leche fresca y pura— Espero que no te sorprenda demasiado—relamiendo sus labios desapareció del Instituto de Cornwall, rumbo a la fiesta donde estaba su amado Ángel Caído. Ansiosa por arrancarle una a una las oscuras alas que le impedirían volar lejos de las manos traviesas de Lexy, imaginándose lo divertido que iba a ser estar prendada de sus labios. 

— Quieto ahí, vaquero—enunció tras aparecer detrás del ojiazul oscuro— No vino la loquita que tanto extrañas, pero yo si, querido—bromeaba cubriéndole los ojos deslizando sus labios por la nuca del caballero. Sintiendo como la piel de este se erizaba como si fuera de gallina, causando esa sensación que le descolocaba por momentos— Primero Juv y ¿Ahora quién?. ¿Cómo se llama el malnacid@ que se ha metido con mi propiedad?—endureciendo el tono de su voz, no le quedaba más que esperar una respuesta convincente por parte del descarado del Ministro Holandés.

[Mael Blackfyre]

Hacía demasiado tiempo que no disfrutaba de un momento así. Desde que había aprendido a dominar el Pársel, me había transformado como si se tratase que cambiara de piel como las serpientes. Claramente que todo había sido un gran camino pero solo una parte era gratificante, el resto había sido un camino doloroso y peligroso. Todo con el objetivo de dejar de sentir, y así poder cumplir con mi objetivo.

Aquello que habíamos pasado con Ada era un momento de gracia y le guiñé un ojo, asintiendo en sus palabras ante aquel compromiso. La notaba tranquila y conforme con aquello, la idea de repetirlo me agradaba. Básicamente tener lazos con ella era tener una fuerte relación con Francia y su poder. Pero en su cabeza existía una incomodidad, había algo que tal vez podía darle solución, pero no se lo iba a dar en ése momento.

— Entiendo. Aunque se que contamos mutuamente, quiero que sepas que no soy lo que dicen, pero tampoco seré lo que quieren —no era muy bueno con las relaciones: a veces donde alcanzaba el silencio, decía cosas innecesarias, o donde debería haber un abrazo, había un chiste en un mal momento. Aunque estaba aprendiendo a ser un poco más empático—. Pero si puedo asegurarte fidelidad y protección. Si necesitas, ya sabes donde encontrarme.

La muchacha me pidió ayuda con su vestido y claramente fui automáticamente hacia su cierre. Ella confiaba y generalmente cuando la gente confiaba y demostraba eso, era como un reflejo y hacía lo mismo. Mica era un claro ejemplo. Ada se acomodó como correspondía. ¿Cuánto tiempo había pasado? Hice lo mismo, colocándome todo en tan solo un movimiento de varita. Le hice una especie de reverencia aceptando su invitación:

— Claro que sí, será un placer. Aunque no sepa de protocolos, creo que tus invitados te esperan. Luego encontrarás el momento para que bailemos, estoy seguro. Solo tú búscame y lo haremos. —para esa altura ya ambos nos habíamos cambiado. Mis ojos centellearon al ver aquella hermosa corona, aunque el negro de mis ojos no permitía que se notara. Saqué eso de mi cabeza y me dirigí hacia la puerta. Ya había acomodado cada cosa en su lugar y fui a abrir la puerta—. Después de usted, señorita Ministra.

@ Ada Camille Dumbledore